jueves, 12 de febrero de 2015

Guevea de Humboldt Amenazadas, mujeres pelean sus derechos políticos


Guevea de Humboldt
Amenazadas, mujeres pelean sus derechos políticos
* Sus cabezas tienen precio y gobierno del Estado ni se entera

Soledad JARQUÍN EDGAR
Las mujeres de Guevea de Humboldt hicieron lo que los hombres - los únicos con “derecho” a votar y ser votados en las asambleas comunitarias-, no se habían atrevido a hacer nunca, echar por tierra una elección donde ellas no participaron…Pero hoy viven señaladas, tienen los días contados y sobre sus cabezas hay un precio.
Sus días pasan bajo tensión a pesar de que cuentan con la simpatía del pueblo, saben que los caciques están molestos y “han puesto precio a sus cabezas”. En la comunidad donde es difícil comunicarse telefónicamente por celular, resulta muy práctico emplear el Facebook como medio de comunicación. A través de las redes sociales es cómo se han publicado amenazas en su contra, rumores que luego se dispersan de boca en boca y que llegan a ser realidad, como el asesinato del ex munícipe Roberto Avendaño, el 17 de marzo de 2014, o el tiro que de madrugada pegó en la pared de la casa de una de ellas el 3 de agosto de ese mismo año y una advertencia que viaja en una hoja impresa con faltas de ortografía.
Guevea de Humboldt, municipio ubicado en la región del Istmo al sureste del Estado de Oaxaca, en una zona de montañas y cuyo nombre zapoteco Guevea, quiere decir agua turbia o azucena de río, guarda una tensa calma, la anulación de las elecciones de septiembre de 2013 llevó al Congreso local a nombrar un administrador en agosto de 2014, David González Cruz, mismo que no despacha en esta población sino desde Ciudad Ixtepec, a casi 60 kilómetros de distancia y quien es además incondicional del diputado Félix Serrano, legislador que se negó a apoyar a las mujeres cuando ellas demandaron su intervención.
La que sería una elección común, terminó en un acto de burlas en contra de una joven estudiante de nombre Leticia Guzmán, quien tomó con permiso de la asamblea el micrófono. Ella demandó que las mujeres también participaran en la elección, de inmediato “le quitaron la voz”, unos dicen que le arrebataron el micrófono, otras personas explican que lo desconectaron, luego los hombres se burlaron de ella.
Se trataba, dice Manuela Álvarez, de algo que ya inquietaba a las mujeres y a raíz de eso en los días siguientes se unieron a ella unas ochenta mujeres que empezaron a demandar su participación en el proceso de elección por el llamado sistema normativo interno.
Leticia Guzmán se niega a dar información, está asustada, fue amenazada y golpeada durante una reunión en la comunidad de Santa Cruz Ojo de Agua, donde los responsables de la agresión Eleazar Ramírez y su hijo Octavio Ramírez la golpearon, le dijeron que si continuaba alentando a las mujeres le quemarían su casa y matarían a su mamá, afirma más adelante el abogado Jorge Alonso Bande, secretario delegado de la Confederación Nacional de Derechos Humanos.
En entrevista, explica que existe un video que se presentó como prueba de la agresión ante la Subprocuraduría General de Justicia del Estado, pero nadie fue detenido por los hechos, acciones que obligaron a Leticia a guardar silencio temerosa de que se cumplan las amenazas en su contra.
En aquella asamblea de septiembre de 2013 fue electo Héctor Hernández Pérez, pero la gente no estaba conforme, se presentaron diversas irregularidades, incluyendo la compra de votos por parte del grupo de caciques. Se estima que al cierre los votantes que procedían de las agencias de este municipio eran llevados a casa de Hernández Pérez y recibieron hasta cinco mil pesos por su voto. Se estima que Hernández gastó tres millones de pesos para “ganar” la elección. En el pueblo se sabe todo.
A pesar de las amenazas, las mujeres consideraron que era un buen momento para defender su derecho al voto y no permitir que otra vez el municipio fuera gobernado por quienes no viven en el lugar.
Para el 30 de diciembre, un día antes de la toma de posesión de Héctor Hernández las mujeres descubren que el acta entregada al Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) incluía nombres y firmas de mujeres como si éstas hubieran participado, por lo que decidieron acudir al Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial de Oaxaca (TEEPJO), donde la respuesta recibida es que no pasaría nada.
Fueron entonces a la sala regional Xalapa, que dio a conocer el resultado ante el juicio ciudadano número 148, promovido por Manuela Álvarez Guzmán y otras ciudadanas, revocando la sentencia emitida por TEEPJO, lo que ocurrió el 11 de julio de 2014, al considerar que la asamblea para elegir autoridades no permitió la igualdad de condiciones, la plena y libre participación de las mujeres y ordenó una elección extraordinaria en la que se garantice la participación de mujeres y hombres en condiciones de igualdad.

“Nosotras sabíamos que no estaba mal lo que hacíamos y teníamos confianza”

Manuela Álvarez Guzmán sostiene: “Nosotras sabíamos que no estaba mal lo que hacíamos y teníamos confianza”, dice esta mujer zapoteca que como la mayoría de las 11 que integran el grupo, no estudió más allá de la Primaria, lo que no les ha impedido saber cuándo las cosas no están bien, como ella dice.
Y mientras las mujeres regresaban de la ciudad de Oaxaca, donde participaron en una reunión ante el TEEPJO, el 17 de marzo de este año, se enteraron que el ex munícipe y esposo de una de ellas, Roberto Avendaño Guzmán, había sido acribillado en el tramo carretero entre Guevea de Humboldt y Laollaga.
Ellas recuerdan esos días como uno de los más tristes para la historia del municipio, porque sabían que se trataba de un acto de venganza e intimidación. Tras la misa de cuerpo presente, el féretro de Roberto Avendaño fue cargado por estas mujeres como un homenaje a quien fue su aliado en la lucha por sus derechos políticos.
A los días de ese asesinato aún impune, se publicó un anónimo en el que se menciona quienes fueron las personas que pagaron a los matones de Avendaño Guzmán y cuanto dinero aportó cada uno de ellos:
Cecilio Santiago Álvarez, 10 mil pesos; Armando Reyes Morales, 10 mil pesos; Gaspar Díaz Reyes, 10 mil pesos; Carlos Barrera Chávez, 10 mil pesos; Isaí Ortiz Hernández, 10 mil pesos; Ricardo Ortiz Hernández, 10 mil pesos; Héctor Hernández Pérez, 10 mil pesos; David Lavalle, 5 mil pesos; Rufino Gómez Avendaño, 2 mil pesos.
En suma de acuerdo con ese documento al que tuvimos acceso, se habrían reunido 77 mil pesos para la ejecución del ex munícipe Roberto Avendaño.
Además, el anónimo difundido por redes sociales incluye otra advertencia:
“…y dice que ayer se reunieron en el Portillo y van a pagar 50 mil pesos por cabeza de los dirigente 11 mujeres (:) Antelmo Guzmán Avendaño, Pablo Avendaño Hernández, Sigfredo Guzmán, Leonel Guzmán Avendaño, Matías Gómez Venegas, Emiliano Alonso Álvarez, Manuel Álvarez Orozco, Rey Guzmán, Joel Guzmán Meléndez, Jacinto Gómez Reyes, Joel Guzmán Meléndez, Jacinto Gómez Reyes, Antonio Hernández, Rigoberto Jiménez, anden abusados”.
Además de ese tipo de amenazas, Manuela recuerda con terror la noche del 3 de agosto del año pasado cuando su casa recibió un balazo y más tarde la advertencia de que algo le podía pasar a ella, a su marido o a sus dos pequeñas hijas.
El pasado 15 de enero, en una asamblea otro de los caciques de nombre Isaí Ortiz, advirtió a las mujeres que se calmaran porque luego iban a llorar en su casa. Mientras que otros hombres de la comunidad, familiares de las 11 mujeres, han recibido amenazas “a mi hermano le dijeron que se calmara y con la manos le hicieron señas de que le iban a cortar la cabeza”, otra recuerda que a su papá le quemaron el vivero con la siembra de tomate.
Hasta ahora, explican, ninguna autoridad ha tomado cartas en el asunto. El representante de la Secretaría General de Gobierno no llega a las reuniones; la Secretaría de Seguridad Pública mandó un día una patrulla y como no sucedía nada se regresó de inmediato; y la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, sólo proporcionó medidas cautelares a la esposa de Roberto Avendaño, el resto se cuida como puede.
“A nosotras nos cuidada Diosito”, dicen entre serias y nerviosas. En tanto esperan que la respuesta del gobierno estatal no llegue tarde.
“Queremos elecciones como lo mandató la Sala Xalapa, pero por ahora es evidente que no hay condiciones. Los caciques Héctor Hernández e Isaí Ortiz siguen pretendiendo poner a la gente en nuestra contra, pero nosotras tenemos muchos aliados en el pueblo, gente que simpatiza con la causa de las mujeres”, explica otra mujer.
“Queremos elegir un gobernante, mujer u hombre, que sea de la comunidad, que viva en la comunidad para que se de cuenta de las necesidades que tenemos: la escuela está en malas condiciones y en la clínica nunca hay medicamentos. Si hay una emergencia hay que correr a Santa María Guienagati”, agrega otra de ellas que no quiere identificarse, hay temor.
“Llevamos 18 años gobernados por gente que viene de otro lado, es electa, nunca terminan una obra y se llevan el dinero, nadie les pide cuentas, eso ya no lo queremos. Todo el tiempo están fuera. Lucran con la necesidad de la gente, apunta otra de las mujeres.
“Están ahí por su capricho”, interviene una cuarta, quien rectifica: “No, perdón por la palabra, pero están ahí por sus huevos”.
Jorge Alonso Bande, defensor de los derechos humanos, explica que el problema es resultado del dinero que los caciques ponen para ganar las elecciones y que no están dispuestos a perder. “Es común que en el Istmo eso suceda: en Ixtepec los caciques se apellidan Serrano y en Ixtaltepec, Altamirano”.
Alonso Bande lamenta lo sucedido a Roberto Avendaño, su amigo, quien la tarde del 17 de marzo, cuando fue asesinado, salió de su casa en Ixtepec donde habían hablado de la difícil situación que vive Guevea y de las amenazas que pesaban en su contra, explica en una entrevista.

"...se entiende la situación de Leticia Guzmán y el temor bien fundado que viven las mujeres, pues a pesar de las denuncias y de ser un hecho público las autoridades no han intervenido y viven una situación grave, no sólo por la violación a sus derechos sino porque sus vidas corren peligro..."

Por ello, añade se entiende la situación de Leticia Guzmán y el temor bien fundado que viven las mujeres, pues a pesar de las denuncias y de ser un hecho público las autoridades no han intervenido y viven una situación grave, no sólo por la violación a sus derechos sino porque sus vidas corren peligro, reitera.
Guevea de Humboldt vive una tensa calma…las mujeres solo esperan que el Gobierno estado atienda sus reclamos para proteger sus vidas y sus derechos y que Gabino Cué cumpla su promesa cuando vino a Guevea a buscar el voto de las mujeres a quienes prometió impulsar y sacar de la pobreza.