Guevea de
Humboldt
Amenazadas,
mujeres pelean sus derechos políticos
* Sus
cabezas tienen precio y gobierno del Estado ni se entera
Soledad JARQUÍN EDGAR
Las mujeres de Guevea de Humboldt hicieron lo que los
hombres - los únicos con “derecho” a votar y ser votados en las asambleas
comunitarias-, no se habían atrevido a hacer nunca, echar por tierra una elección
donde ellas no participaron…Pero hoy viven señaladas, tienen los días contados
y sobre sus cabezas hay un precio.
Sus días pasan bajo tensión a pesar de que cuentan con
la simpatía del pueblo, saben que los caciques están molestos y “han puesto
precio a sus cabezas”. En la comunidad donde es difícil comunicarse
telefónicamente por celular, resulta muy práctico emplear el Facebook como
medio de comunicación. A través de las redes sociales es cómo se han publicado
amenazas en su contra, rumores que luego se dispersan de boca en boca y que
llegan a ser realidad, como el asesinato del ex munícipe Roberto Avendaño, el
17 de marzo de 2014, o el tiro que de madrugada pegó en la pared de la casa de
una de ellas el 3 de agosto de ese mismo año y una advertencia que viaja en una
hoja impresa con faltas de ortografía.
Guevea de Humboldt, municipio ubicado en la región del
Istmo al sureste del Estado de Oaxaca, en una zona de montañas y cuyo nombre
zapoteco Guevea, quiere decir agua turbia o azucena de río, guarda una tensa
calma, la anulación de las elecciones de septiembre de 2013 llevó al Congreso
local a nombrar un administrador en agosto de 2014, David González Cruz, mismo
que no despacha en esta población sino desde Ciudad Ixtepec, a casi 60
kilómetros de distancia y quien es además incondicional del diputado Félix
Serrano, legislador que se negó a apoyar a las mujeres cuando ellas demandaron
su intervención.
La que sería una elección común, terminó en un acto de
burlas en contra de una joven estudiante de nombre Leticia Guzmán, quien tomó
con permiso de la asamblea el micrófono. Ella demandó que las mujeres también
participaran en la elección, de inmediato “le quitaron la voz”, unos dicen que
le arrebataron el micrófono, otras personas explican que lo desconectaron,
luego los hombres se burlaron de ella.
Se trataba, dice Manuela Álvarez, de algo que ya
inquietaba a las mujeres y a raíz de eso en los días siguientes se unieron a
ella unas ochenta mujeres que empezaron a demandar su participación en el
proceso de elección por el llamado sistema normativo interno.
Leticia Guzmán se niega a dar información, está
asustada, fue amenazada y golpeada durante una reunión en la comunidad de Santa
Cruz Ojo de Agua, donde los responsables de la agresión Eleazar Ramírez y su
hijo Octavio Ramírez la golpearon, le dijeron que si continuaba alentando a las
mujeres le quemarían su casa y matarían a su mamá, afirma más adelante el
abogado Jorge Alonso Bande, secretario delegado de la Confederación Nacional de
Derechos Humanos.
En entrevista, explica que existe un video que se
presentó como prueba de la agresión ante la Subprocuraduría General de Justicia
del Estado, pero nadie fue detenido por los hechos, acciones que obligaron a
Leticia a guardar silencio temerosa de que se cumplan las amenazas en su
contra.
En aquella asamblea de septiembre de 2013 fue electo
Héctor Hernández Pérez, pero la gente no estaba conforme, se presentaron
diversas irregularidades, incluyendo la compra de votos por parte del grupo de
caciques. Se estima que al cierre los votantes que procedían de las agencias de
este municipio eran llevados a casa de Hernández Pérez y recibieron hasta cinco
mil pesos por su voto. Se estima que Hernández gastó tres millones de pesos
para “ganar” la elección. En el pueblo se sabe todo.
A pesar de las amenazas, las mujeres consideraron que
era un buen momento para defender su derecho al voto y no permitir que otra vez
el municipio fuera gobernado por quienes no viven en el lugar.
Para el 30 de diciembre, un día antes de la toma de
posesión de Héctor Hernández las mujeres descubren que el acta entregada al
Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO)
incluía nombres y firmas de mujeres como si éstas hubieran participado, por lo
que decidieron acudir al Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial de
Oaxaca (TEEPJO), donde la respuesta recibida es que no pasaría nada.
Fueron entonces a la sala regional Xalapa, que dio a
conocer el resultado ante el juicio ciudadano número 148, promovido por Manuela
Álvarez Guzmán y otras ciudadanas, revocando la sentencia emitida por TEEPJO,
lo que ocurrió el 11 de julio de 2014, al considerar que la asamblea para
elegir autoridades no permitió la igualdad de condiciones, la plena y libre
participación de las mujeres y ordenó una elección extraordinaria en la que se
garantice la participación de mujeres y hombres en condiciones de igualdad.
“Nosotras sabíamos que no estaba mal lo que hacíamos y teníamos confianza”
Manuela Álvarez Guzmán sostiene: “Nosotras sabíamos
que no estaba mal lo que hacíamos y teníamos confianza”, dice esta mujer
zapoteca que como la mayoría de las 11 que integran el grupo, no estudió más
allá de la Primaria, lo que no les ha impedido saber cuándo las cosas no están
bien, como ella dice.
Y mientras las mujeres regresaban de la ciudad de
Oaxaca, donde participaron en una reunión ante el TEEPJO, el 17 de marzo de
este año, se enteraron que el ex munícipe y esposo de una de ellas, Roberto
Avendaño Guzmán, había sido acribillado en el tramo carretero entre Guevea de
Humboldt y Laollaga.
Ellas recuerdan esos días como uno de los más tristes
para la historia del municipio, porque sabían que se trataba de un acto de
venganza e intimidación. Tras la misa de cuerpo presente, el féretro de Roberto
Avendaño fue cargado por estas mujeres como un homenaje a quien fue su aliado
en la lucha por sus derechos políticos.
A los días de ese asesinato aún impune, se publicó un
anónimo en el que se menciona quienes fueron las personas que pagaron a los
matones de Avendaño Guzmán y cuanto dinero aportó cada uno de ellos:
Cecilio Santiago Álvarez, 10 mil pesos; Armando Reyes
Morales, 10 mil pesos; Gaspar Díaz Reyes, 10 mil pesos; Carlos Barrera Chávez,
10 mil pesos; Isaí Ortiz Hernández, 10 mil pesos; Ricardo Ortiz Hernández, 10
mil pesos; Héctor Hernández Pérez, 10 mil pesos; David Lavalle, 5 mil pesos;
Rufino Gómez Avendaño, 2 mil pesos.
En suma de acuerdo con ese documento al que tuvimos
acceso, se habrían reunido 77 mil pesos para la ejecución del ex munícipe
Roberto Avendaño.
Además, el anónimo difundido por redes sociales incluye otra advertencia:
“…y dice que ayer se reunieron en el Portillo y van a pagar 50 mil pesos por cabeza de los dirigente 11 mujeres (:) Antelmo Guzmán Avendaño, Pablo Avendaño Hernández, Sigfredo Guzmán, Leonel Guzmán Avendaño, Matías Gómez Venegas, Emiliano Alonso Álvarez, Manuel Álvarez Orozco, Rey Guzmán, Joel Guzmán Meléndez, Jacinto Gómez Reyes, Joel Guzmán Meléndez, Jacinto Gómez Reyes, Antonio Hernández, Rigoberto Jiménez, anden abusados”.
Además de ese tipo de amenazas, Manuela recuerda con
terror la noche del 3 de agosto del año pasado cuando su casa recibió un balazo
y más tarde la advertencia de que algo le podía pasar a ella, a su marido o a
sus dos pequeñas hijas.
El pasado 15 de enero, en una asamblea otro de los
caciques de nombre Isaí Ortiz, advirtió a las mujeres que se calmaran porque
luego iban a llorar en su casa. Mientras que otros hombres de la comunidad,
familiares de las 11 mujeres, han recibido amenazas “a mi hermano le dijeron
que se calmara y con la manos le hicieron señas de que le iban a cortar la
cabeza”, otra recuerda que a su papá le quemaron el vivero con la siembra de
tomate.
Hasta ahora, explican, ninguna autoridad ha tomado
cartas en el asunto. El representante de la Secretaría General de Gobierno no
llega a las reuniones; la Secretaría de Seguridad Pública mandó un día una
patrulla y como no sucedía nada se regresó de inmediato; y la Defensoría de los
Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, sólo proporcionó medidas cautelares a la
esposa de Roberto Avendaño, el resto se cuida como puede.
“A nosotras nos cuidada Diosito”, dicen entre serias y nerviosas. En tanto esperan que la respuesta del gobierno estatal no llegue tarde.
“Queremos elecciones como lo mandató la Sala Xalapa,
pero por ahora es evidente que no hay condiciones. Los caciques Héctor
Hernández e Isaí Ortiz siguen pretendiendo poner a la gente en nuestra contra,
pero nosotras tenemos muchos aliados en el pueblo, gente que simpatiza con la
causa de las mujeres”, explica otra mujer.
“Queremos elegir un gobernante, mujer u hombre, que
sea de la comunidad, que viva en la comunidad para que se de cuenta de las
necesidades que tenemos: la escuela está en malas condiciones y en la clínica
nunca hay medicamentos. Si hay una emergencia hay que correr a Santa María Guienagati”,
agrega otra de ellas que no quiere identificarse, hay temor.
“Llevamos 18 años gobernados por gente que viene de
otro lado, es electa, nunca terminan una obra y se llevan el dinero, nadie les
pide cuentas, eso ya no lo queremos. Todo el tiempo están fuera. Lucran con la
necesidad de la gente, apunta otra de las mujeres.
“Están ahí por su capricho”, interviene una cuarta, quien
rectifica: “No, perdón por la palabra, pero están ahí por sus huevos”.
Jorge Alonso Bande, defensor de los derechos humanos,
explica que el problema es resultado del dinero que los caciques ponen para
ganar las elecciones y que no están dispuestos a perder. “Es común que en el
Istmo eso suceda: en Ixtepec los caciques se apellidan Serrano y en Ixtaltepec,
Altamirano”.
Alonso Bande lamenta lo sucedido a Roberto Avendaño,
su amigo, quien la tarde del 17 de marzo, cuando fue asesinado, salió de su
casa en Ixtepec donde habían hablado de la difícil situación que vive Guevea y
de las amenazas que pesaban en su contra, explica en una entrevista.
"...se entiende la situación de Leticia Guzmán y el temor bien fundado que viven las mujeres, pues a pesar de las denuncias y de ser un hecho público las autoridades no han intervenido y viven una situación grave, no sólo por la violación a sus derechos sino porque sus vidas corren peligro..."
Por ello, añade se entiende la situación de Leticia
Guzmán y el temor bien fundado que viven las mujeres, pues a pesar de las
denuncias y de ser un hecho público las autoridades no han intervenido y viven
una situación grave, no sólo por la violación a sus derechos sino porque sus
vidas corren peligro, reitera.
Guevea de Humboldt vive una tensa calma…las mujeres
solo esperan que el Gobierno estado atienda sus reclamos para proteger sus
vidas y sus derechos y que Gabino Cué cumpla su promesa cuando vino a Guevea a
buscar el voto de las mujeres a quienes prometió impulsar y sacar de la
pobreza.