domingo, 2 de febrero de 2014

Mujeres y política La protesta, método que cansa



Mujeres y política
La protesta, método que cansa

Soledad JARQUÍN EDGAR
Los métodos de protesta, que no siempre su contenido, han empezado a cansar a la población oaxaqueña que todo lo guarda en absoluto silencio, refunfuñando y que en algunos casos han terminado por protestar ante tantas protestas. A diferencia de lo que sucede en otras entidades del país, en Oaxaca hay de manera permanente un conflicto social cuya procedencia es múltiple pero se basa en una sola razón: la pobreza, que sirve de carne de cañón a los más avezados y también más abusivos. Solucionar esta añeja costumbre requiere de una costura fina, oculta, que debería basarse siempre en el derecho de todos y en los derechos de cada persona.
El enfrentamiento entre materialistas en días pasados es una muestra de la violencia social desbordada, violenta, sangrante y de muerte que de manera cotidiana sucede y que de tanto repetirse se convierte en nada para el resto de quienes habitan o transitan en la capital oaxaqueña y municipios conurbados, pero que en el fondo siempre molesta y deja de entenderse, pero insisto se queda en el silencio.
Lo ocurrido entre los materialistas son hechos lamentables, donde el diálogo se hizo trizas o nunca existió, hasta el grado tal de desbordar las pasiones y terminar con el choque de fuerzas entre grupos organizados antagónicos, entre organizaciones y elementos de seguridad pública o como en el caso de los materialistas entre el mismo gremio pero de diferentes siglas y otros que nada tienen que ver pero que mediante un pago miserable sirven como mercenarios para abatir al enemigo, estos últimos resultan muy peligrosos como ya vimos y cómo lo hemos visto a lo largo de la historia. El grave problema es que siempre en medio de la trifulca, de la protesta, de la inconformidad desbordada, de las piedras, de las bombas molotov y balazos, además de los cotidianos cierres de calles y toma de oficinas pública, está la población.
¿Por qué en Oaxaca todo se pretende resolver con protestas y marchas? ¿Hace cuánto tiempo que los gobernantes perdieron la capacidad de sentarse y dialogar? ¿Hace cuánto tiempo que este mecanismo sirve para el chantaje y para que unos cuántos sean beneficiados y no todos los inconformes? ¿Cuánto dinero destinan los gobiernos de todos los niveles al contentillo y por qué? Hay ejemplos como la toma del palacio de gobierno del Estado ante la proximidad de fechas emblemáticas como el 15 de septiembre y el 23 de diciembre, o la toma de recinto legislativo cuando el ejecutivo habrá de rendir su informe de gobierno el mandatario en turno. Entonces mágicamente todo se resuelve. La liga se estira y el gobierno afloja. ¿Quién hace tales negociaciones? ¿Quién autoriza el reparto de dinero, concesiones y otros favores políticos? Para que haya corrupción debe haber corruptos. Para que haya trata de mujeres es porque hay proxenetas. Es de ida y vuelta.
La ciudad de Oaxaca podría cambiar su eslogan por el de “Oaxaca tierra de protestas, marchas y plantones”, así el turismo, que ahora sabemos viene de la ciudad de México en una mayor parte, sabrá a lo se atiene y a lo que se expone. Esto no es ninguna gracia sino una desgracia. Revela además lo que ya es un secreto a voces: la falta de capacidad del gobierno o los gobiernos en turno para solucionar los muchos conflictos, políticos, económicos, agrarios, étnicos, partidistas, educativos, laborales, post electorales, de violencia contra las mujeres…y todas las clasificaciones que se puedan acumular en los días por venir.
Una cadena donde cada persona, cada líder, cada grupo tiene la razón y donde nadie quiere dar su brazo a torcer, la respuesta se reduce, cuando bien les va a las y los inconformes, a la atención personalizada de un  secretario de Estado, quien a su vez, mandata a un segundo y éste a otro hasta que todo vuelva a estar como en un principio. O si el problema es mayor (por el tiempo) se establecen mesas de diálogo con funcionarios, que como si fuera un acto de magia o teletransportación se diluyen, desaparecen del escenario, porque si a algo apuesta el gobierno es al cansancio de los enjundiosos manifestantes. Y, finalmente, cuando ya todo parece perdido, hay asesinatos de por medio, el gobierno o los gobiernos optan por crear comisiones, que como las mesas de diálogo no resuelven absolutamente nada pero entretienen y apaciguan al más aguerrido de los grupos bajo una promesa que no se cumple. Del otro lado, se instalan plantones por meses o por año y en esa tarea la carne de cañón, reitero, son las mujeres, los casos concretos fueron las loxichas y ahora las triquis.
El resultado es que tras varios meses de contentillo todo vuelve a estar como en un principio y se repite el ciclo con la toma de calles y carreteras, de edificios públicos y de todo lo que signifique en el imaginario de los líderes que puede generar “presión” (escribo en masculino porque el 99.9 por ciento de los dirigentes son varones). Líderes que habría que decir viven de ese sistema: ir a la cargada, no se les conoce actividad lícita alguna para tener una forma honesta de vivir, que pueden llegar a las puertas del palacio de gobierno, a las oficinas de la Cámara de Diputados o las dependencias administrativas con las bolsas vacías, pero saben que cómo los peces todo se les multiplicará en breve y sus huestes casi nunca se enteran.
Para político como para líder no se asiste a la universidad ni pública ni privada. Crecen en macetas y muchos llegan a ser diputados, presidentes municipales o  gobernadores, otros son servidores públicos de primer nivel (mucho nos ayudaría a entender si revisamos quiénes son las personas que nos gobiernan). No importa, pues, el mal o buen currículo laboral o profesional ni la vida pasada, a nadie le preocupa si ha cometido delito alguno o si ha tenido que permanecer encarcelado. Menos aún si fue porro en su etapa estudiantil o reina de belleza. Nada importa. ¡Faltaba más! Claro, como ciudadanía nos quejamos siempre de las leyes y reglamentos que tenemos, leyes y reglamentos que se hacen a modo o se derogan según la conveniencia. En cambio nos queda claro que se es delincuente cuando se aborta, eso sí, o cuando se paga con un billete de cien pesos, eso también.
Un caso por demás relevante en Oaxaca es la sección 22, a la que pertenece una mayoría de trabajadores de la educación básica y a la que deberíamos, como ciudadanía, estar preparándole su aniversario número 30 de protestas. No es cualquier cosa ni culpa del magisterio, como decía antes es de ida y vuelta.

Sin embargo, de tanto ir a pozo el cántaro se rompe. Y si algo ha pasado en Oaxaca, el Oaxaca desbordado, es precisamente que la gente dice basta a las protestas, aun cuando lo diga tímidamente o cómo señaló el director de Canal Gente Libre, Jorge Luis Cirigo Vásquez, desde el nivel científico, si consideramos que una encuesta es una herramienta de la investigación científica.
El resultado de la encuesta sobre el movimiento magisterial realizado por la joven empresa Volt Comunicación Ciudadana señala que el 77 por ciento  de las personas encuestadas, que suman mil 200 en cuatro municipios de la zona conurbada, no está de acuerdo con las marchas y plantones que realiza el magisterio oaxaqueño.
Es decir, 77 de cada cien personas que viven en Oaxaca de Juárez, Santa Cruz Xoxocotlán, San Jacinto Amilpas y San Raymundo Jalpan ya se cansaron de ese numerito de tomar las calles, por la tarde o por la mañana, para protestar por todo lo que se tenga que protestar y que no se resuelve en las oficinas ni de Gobernación ni de Educación del gobierno Federal y mucho menos aquí en el palacio de gobierno con Gabino Cué o en el elefante blanco y destartalado en que con los años se ha convertido el Instituto Estatal de Educación Pública, tomado en sus mandos de decisión más importantes por la propia Sección 22 del SNTE.
Con un nivel de confianza del 97 por ciento, es claro que una tercera parte de la población no sabe a ciencia cierta por qué protestan los maestros y otra tercera parte señalan que las protestas buscan anular las reformas hacendaria, educativa y energética, y sólo una mínima porción (11 por ciento) de personas encuestadas señalaron que el objetivo es “mejorar la educación pública en México”. Por supuesto que casi el 80 sostiene que no asistiría a marchas y plantones de la sección 22.
La encuesta de Volt Comunicación Ciudadana revela que la ciudadanía está dividida: 51 por ciento apunta que sí considera que el Gobernador tiene la capacidad de solucionar el conflicto magisterial, en contraste un 43 por ciento dice que no tiene capacidad frente al conflicto magisterial. Hay por tanto un nivel de confianza perdido por parte del mandatario oaxaqueño y le “queda”, por así decirlo, un poco más de la mitad, una reserva que puede perder o potenciar, todo depende. Gran favor el hecho al mandatario por Volt Comunicación Ciudadana.
La democracia es incluyente
El informe de Martín Vásquez Villanueva, diputado local debe resaltarse en un sentido. El impulso permanente a la promoción cultural y se reflejó en su acto donde llamó a los priistas a la unidad, a dejar la competencia prematura. En un acto multitudinario, diputado federal istmeño fue claro y planteó la necesidad de impulsar una nueva gobernanza democrática y advirtió que el nuevo arte de gobernar es incluyente.
O sea no se anden haciendo bolas ni bolitas, o van juntos o se pierden en el camino, fue muy específico al señalar que se requiere unidad para avanzar, y recordó que las poblaciones permanecen divididas se niegan a sí mismas un mejor futuro, frase que por cierto viene bien con el tema que hoy planteamos.
La otra historia
Explicación no pedida acusación manifiesta, dicho popular que sí aplica en el “súper poderoso” Secretario de Salud, Germán Tenorio Vasconcelos, quien sostiene que las mujeres y sus familias son responsables de recibir mala, yo digo pésima atención en las clínicas de salud o parir en la calle. En estos lamentables casos, para el titular de Salud ha sido más fácil cortar por lo más delgado, así que han desfilado directivos y personal médico y se ha negado sistemáticamente a aceptar que no está haciendo bien su trabajo, mejor aun cuando cuenta para ello con la complicidad de su amigo: el propio gobernador Gabino Cué quien sigue haciendo caso omiso a las solicitudes de la ciudadanía y de las organizaciones y con ello sigue negando la realidad. En fin, una pena.
@jarquinedgar