Mujeres y
Política
Uno, dos,
tres pasos para atrás
Soledad
JARQUÍN EDGAR
La aprobación
del nuevo reglamento del Instituto Municipal de las Mujeres (Immujeres-Oaxaca)
por parte del Cabildo tiene mar de fondo. No sólo se trata de una modificación
a modo y de acuerdo a las circunstancias del nuevo gobierno de la ciudad sino
que propone un instituto paternalista y protector para las mujeres de Oaxaca.
De entrada
descarta como necesario e indispensable, vital, igualitario, la utilización del
lenguaje incluyente, en el mismo reglamento, al señalar que “cuando en este
reglamento se use el género masculino por efecto gramatical, se entiende que
las normas son aplicables tanto a la mujer como al varón, salvo disposición
expresa en contrario”.
En este
sentido, para empezar, habría que decir que nombrar a las mujeres es una
propuesta de igualdad y de visibilización de las mujeres. Si partimos de la
premisa, simple pero muy exacta, que encierra el enunciado de que lo que no se
nombra no existe, sin duda la propuesta del nuevo reglamento nos lleva a pensar
que lo que se propone es un lenguaje sexista y por ende excluyente nada más ni
nada menos que de más de la mitad de quienes habitan el espacio geográfico que
hoy gobiernan. Y por enésima vez lo repito,
nombrar en femenino lo que es femenino, lo que ya no es extraño y sí
exigible, si consideramos que hoy las mujeres estamos en casi todos, por no
decir todos, los ámbitos de participación pública, profesional, deportiva,
cultural, económica y todos los etcéteras que podemos imaginar.
Es necesario
aclarar que esta nueva política de lenguaje incluyente no es entonces una
puntada de las feministas como principio de igualdad entre hombres y mujeres;
esta es una de las propuestas más importantes del feminismo desde la década de
los setenta y a la que no puede llegar del todo porque hay quienes siguen
pensando que bastará con utilizar el neutro genérico o masculino porque en esa
figura “gramatical” se incluye a las mujeres, cuando en realidad se les oculta.
Y para conocimiento general es necesario señalar como principio constitucional
lo que explica el Artículo Primero de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, además de infinidad de reglamentos nacionales,
recomendaciones internacionales que buscan evitar y erradicar la
discriminación, de los que necesario decir, México es parte y ha firmado como
tal.
Entonces, el
lenguaje incluyente, no es sólo una puntada es uno de los muchos avances de las mujeres. Sin embargo, el nuevo
reglamento municipal de Inmujeres-Oaxaca que se aprobó el pasado jueves en
sesión de cabildo, significa un retroceso bárbaro y claro para el avance de las
mujeres. ¿Por qué? Porque al utilizar, como señalan la expertas en el tema, un
lenguaje incluyente, se elimina y erradica la discriminación, se da un lugar
igual a las mujeres, se les nombra y, por si fuera poco, se rompen los
estereotipos y prejuicios sexistas.
Este solo
enunciado, en un párrafo del Artículo Cuarto, ni duda cabe, es uno de esos
pasos que se dan para atrás y se echa estatutariamente tierra a lo que después
de muchos años han conseguido las mujeres en distintos espacios y épocas en
busca de la igualdad entre mujeres y hombres. Igualdad plena, en todos los
sentidos, basado en principio en el reconocimiento de las mujeres como sujetos
con derechos y que no se alcanzan fundamentalmente porque todavía hay quienes
piensan que no es necesario nombrar a cada cual por su nombre.
Esta medida
aprobada por el Cabildo, que encabeza como primer concejal Javier Villacaña
Jiménez a quien de entrada le da lo mismo la gimnasia que la magnesia, de ahí que
no se inmute ni se preocupe de la metida de pata que dieron al simplificar en
una sola regiduría a los grupos vulnerables y eso que entienden por igualdad de
género.
Sin llegar al
fondo aún, tendremos que decir que el nuevo reglamento fue elaborado “a modo” y
según las necesidades del nuevo gobierno. De ahí que para las y los concejales
del gobierno municipal, sean la mayoría priista o de las minorías del PRD y del
PAN y de los otros partidos políticos, que aprobaron el documento por
unanimidad y peor para ellos y ellas lo hicieron a ciegas porque como señalaron
“se los pasaron apenas unas cuantas horas antes” o “de último momento”, “no lo
leyeron”, lo cierto es que en el pecado llevan la penitencia, porque sería más
honroso para la oposición ser oposición y no comparsa.
El anterior
reglamento del Inmujeres planteaba una serie de requisitos para ser directora,
cosa que dicho sea de paso no sé a ciencia cierta si se especifica para otros
funcionarios o bastará con ser hijos de papi como sucede con algunos de los
nuevos servidores públicos del gobierno de la ciudad.
El cabildo,
señalaba el anterior reglamento, tendría que designar a la directora del
Inmujeres de entre una terna que propondría el presidente municipal. Eso se
terminó, ahora basta con que “el presidente municipal la nombre y que éste lo
someterá únicamente al Ayuntamiento Municipal para su ratificación…”. Sin
embargo, la directora fue designada como tal con el anterior reglamento sin
cumplir a cabalidad lo que implicaba, considerando que tomó posesión de su
cargo al tercer día de iniciado este nuevo gobierno, sin que el Cabildo se
inmutara siquiera. Las novatadas.
Además, ya no
tienen efecto algunos requisitos que se exigían en el anterior reglamento, como
tener más de 30 años, poseer título y
cédula profesional, no desempeñar cargo partidista, tener probada capacidad y
honorabilidad, haber realizado con anterioridad a su nombramiento trabajos en
defensa de igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres, además y por
último, acreditar con documentos indubitables tener conocimiento en Teoría de
Género.
Nada de eso
resultó interesante y mucho menos importante para el Cabildo de Oaxaca de
Juárez quien eliminó los requisitos. Me pregunto ¿por qué? ¿Acaso no es
indispensable nada de eso en el desempeño, reitero, de un cargo tan importante
como es dirigir el Inmujeres-Oaxaca?
El nuevo
gobierno de la ciudad de Oaxaca ha creado, no se sí esto ya es legal,
subsecretarías de Educación y Salud, entre otras, me pregunto si en este caso
no será necesario tener conocimiento del tema o documentos que acrediten a los
titulares como aptos para el desempeño de la labor encomendada. Seguramente
tampoco. Bueno sería poner a un mecánico en Salud, algo ha de saber si compone
carros ¿o no?
Qué es lo que
le falta a la nueva titular del Inmujeres-Oaxaca, Eva Patricia Bravo Espinosa,
con relación a lo mandataba en anterior reglamento de ese instituto: de la
falta de edad, de los documentos o de honorabilidad por aquello que pasó hace
algunos años en SEDAF donde fue acusada de malversar o desviar de su destino
fondos públicos, porque lo que sí es del conocimiento público es que no tiene
ningún trabajo previo en materia género o feminismo, como exigía lo que ya no
existe.
No es que el
anterior reglamento, elaborado por el entonces gobierno priista que encabezó
José Antonio Hernández Fraguas haya sido perfecto, no para nada, sino que el
aprobado es una revoltura, una especie de copia y pega, poco profesional y la
revelación de la mucha mala suerte de las mujeres que viven en Oaxaca de
Juárez, pues como grupos vulnerables en los que han sido clasificados, todo
indica que más allá de favorecer como principio fundamental la igualdad, el
Instituto promoverá acciones para mejorar las condiciones de vida de las
mujeres. Por eso bien dice una querida feminista cuyo nombre me reservo, el
problema es que a veces se piensa que avanzar también significa echar reversa.
La otra cosa “maravillosa”
es que el Centro de Atención a Víctimas de Violencia Intrafailiar (CAVI) deja
de ser centro para convertirse en refugio, para que de esa manera pueda acceder
a los recursos y financiamientos que este tipo de espacios obtienen.
La buena
suerte del gobierno de la ciudad es el poco interés que despierta el instituto
entre las organizaciones no gubernamentales pro derechos de las mujeres porque
hasta ahora nadie a dicho esta boca es mía.
@jarquinedgar