viernes, 28 de septiembre de 2012

Autonomía y autodeterminación del propio cuerpo




Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca se une a la campaña 28 de Septiembre:

“La reivindicación feminista por la autonomía y autodeterminación del propio cuerpo”


La ciudadanía de las mujeres tiene su mayor expresión en la libertad y autonomía sobre sus cuerpos, territorio personal y privado sobre el cual deben tener la capacidad de decidir soberanamente, es decir, libres de coacción, control o violencia.

Dicho ejercicio libertario da cuenta, entonces, de su capacidad para autodeterminarse en temas tan relevantes como la reproducción y la sexualidad. Por lo tanto, la defensa de la libertad sexual y reproductiva y del control del propio cuerpo constituye un elemento central de la agenda feminista, y debe ser considerada un principio ético político irrenunciable.

El acceso al aborto legal, seguro y gratuito forma parte intrínseca de la autonomía sexual y reproductiva, y se sustenta no solo en consideraciones sanitarias, sino más bien en la perspectiva de las mujeres como sujetas de derechos, con plena capacidad moral para tomar las decisiones más favorables de acuerdo a sus necesidades y realidades de vida.

En ese sentido, numerosas reflexiones acerca de la penalización del aborto que aún persiste en numerosos países y de los costos implícitos en dicha prohibición, enfatizan que este castigo atenta directamente contra el goce de una serie de derechos humanos consagrados de las mujeres, entre otros:

• El derecho a la vida
• El derecho a la libertad y seguridad personales
• El derecho a gozar del más alto nivel de salud
• El derecho a la igualdad y a la no discriminación
• El derecho a la autodeterminación
• El derecho a no ser sometida a torturas 
•El derecho a no ser objeto de injerencias arbitrarias 
•El derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión
• El derecho a controlar su propia fecundidad
• El derecho a la privacidad
• El derecho a contar con servicios de salud reproductiva y acceso al aborto seguro para responder a las necesidades de salud.
• El derecho a los beneficios del progreso científico
• Los derechos sexuales y reproductivos

La 
Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, RSMLAC, uno de cuyos principios de acción prioritarios es, precisamente, la defensa irrestricta de la libertad sexual y reproductiva y del derecho al aborto como derecho humano, ha estado comprometida con las acciones y discusiones relativas al tema que se desarrollan en nuestra región desde hace décadas.

Asimismo, es integrante de la campaña regional 
28 de Septiembre por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, participando en su fundación y lanzamiento, y organizando en octubre de 1992, junto con Católicas por el Derecho a Decidir, CDD, de Uruguay, la reunión de Piriápolis donde se discutieron “Aspectos éticos y legales en la implementación del aborto”. De sus acuerdos y conclusiones surgió la primera coordinación de la campaña que estuvo en manos de CDD y que hoy reside en la Colectiva Mujer y Salud de República Dominicana, la que ha lanzado su llamado a la acción 2012:  Aborto legal y seguro. Una cuestión de Derechos, una cuestión de Democracia.

La Campaña 28 de Septiembre da cuenta, entonces, de una voluntad conjunta de múltiples organizaciones que hace ya 22 años acordaron realizar esfuerzos y compartir estrategias destinadas a afirmar la ciudadanía plena sobre sus cuerpos, promoviendo acciones en cada uno de los países a partir de llamados a la acción definidos según la contingencia regional y las realidades locales.

Sin embargo, los cambios culturales, sociales, políticos y legales que permitirían sustentar y reconocer el ejercicio de la libertad sexual y reproductiva de las mujeres no se han producido sino a paso muy lento, no solo en nuestra región sino en todo el mundo. Incluso asistimos a retrocesos en algunos avances ya logrados, lo que hace necesario repensar y rediseñar los abordajes políticos de la demanda del aborto, ampliando alianzas con otros sectores sociales, reforzando la 
defensa del Estado laico, renovando discursos que centren el debate no en aspectos sanitarios sino de igualdad, libertad, derechos y ciudadanía de las mujeres.

Efectivamente, el ejercicio de una maternidad voluntaria y no impuesta, sigue truncado por la persistencia de la discriminación social de las mujeres a quienes el patriarcado continúa expropiándoles el poder de decisión sobre sus cuerpos, a través de leyes punitivas, de la imposición de una añeja tutela moral religiosa, de la violencia explícita y simbólica.

Al mismo tiempo, permanece el perverso doble discurso social que permite el aborto clandestino e inseguro, al igual que la sanción y encarcelamiento de mujeres pobres y jóvenes que abortan, mientras las mujeres con recursos pueden hacerlo en forma segura y sin castigo, todo lo cual da cuenta de un problema de justicia social inaceptable.

No podemos olvidar que América Latina y el Caribe es una de las regiones del mundo donde persisten las leyes más restrictivas y punitivas sobre el aborto, pese a lo cual se producen más de 4 millones de abortos inducidos, la mayoría clandestinos. Es decir, en nuestro contexto, la vida y salud de las mujeres tienen escaso o ningún valor, y sus opciones sexuales y reproductivas chocan contra el poder hegemónico de los Estados, las iglesias, el conservadurismo moral y político. Ante ello, decimos: Basta 
¡¡Aborto seguro y legal ahora!!

Nosotras parimos, nosotras decidimos




28 de septiembre Día por la Despenalización del Aborto
Nosotras parimos, nosotras decidimos
*“Si los hombres parieran el aborto sería un sacramento”

Rosario VILLALOBOS RUEDA*
Por muchos años hemos luchado porque se respete la decisión de las mujeres en relación a sus vidas y particularmente en relación a sus cuerpos.
Alicia Miyares Fernández, filosofa feminista española, nos comparte en su teoría política que la gama de los derechos tiene mucho que ver con las necesidades de los varones, mientras los derechos sexuales tienen muy poco que ver con las necesidades de los varones y sí con las necesidades de las mujeres, por lo tanto, sabemos y conocemos la resistencia a aceptar los derechos sexuales de las mujeres.
¿Por qué la reivindicación de los derechos sexuales?  ¿Por qué se produce esa reivindicación? Precisamente para romper los mecanismos de control sexual que a las mujeres se les ha impuesto por toda las sociedades y en todas las culturas.
Control sexual que va desde el cuidado extremo de la virginidad hasta los matrimonios forzados. Control sexual que va desde la compra por dote de una mujer hasta el rapto de mujeres. Control sexual que va desde la imposición vestimentaria hasta los crímenes por honor.
Todos estos fenómenos siguen presentes en buena parte de las sociedades, y todas estas descripciones son mecanismos de control sexual de las mujeres, aunque a veces nos olvidemos que también como control sexual de las mujeres está la prohibición al aborto, así como la vigencia de la prostitución.
De ahí que la tabla reivindicativa de mínimos de una agenda feminista deba contemplar, por un lado, por un lado desvirtuar las leyes de aborto, pues mientras la prohibición del aborto sea una realidad, las mujeres seguirán siendo forzadas a la maternidad y forzar a una mujer a la maternidad como un mecanismo de control sobre ellas.
Y por otro lado, estaría el asunto de la vigencia de la prostitución, pues mientras permanezca el mensaje de que las mujeres pueden ser objeto de compra, vamos a interrumpir ese imaginario por el cual todas las mujeres, en definitiva, podemos ser compradas mientras no se llegue a la abolición de la prostitución.
En cuanto al rechazo a hablar sobre el aborto esta no es una realidad solamente de América Latina, es una realidad planetaria. Existe una organización muy profunda y reactiva en contra del aborto. Aún en aquellos países en que hemos tenido leyes a favor del aborto, no se ha derivado en ningún momento en el derecho al aborto.
En Oaxaca, la ley de despenalización del aborto es una ley de supuestos, ¿se imaginan ustedes un derecho que llevara supuestos?, ¿desde cuándo un derecho tiene acotaciones o limitaciones? Un derecho lo es o no lo es ¿se imaginan un derecho al voto que tuviera como supuesto que en el año bisiesto los varones de la edad “x” no pueden votar?
Ningún derecho lleva supuestos, ningún derecho lleva acotaciones, por lo tanto la mayor parte de los países tenemos leyes de aborto pero de ellas no se ha derivado el derecho al aborto, el cual debería ser su objetivo último.
El lema: “Nosotras parimos, nosotras decidimos”, sería el marco a través del cual empezar a abordar el aborto como derecho, fuera de la perspectiva legal
Sobre la beligerancia hacia el tema y por qué no tiene que ver con las necesidades de los varones, vale la pena recordar un lema muy radical en la España de los años setenta que creo hay que volver a poner sobre la mesa: “Si los hombres parieran el aborto sería un sacramento”, el cual tiene mucha relación con las necesidades, con la gama de los derechos y con la resistencia a aceptar las necesidades de las mujeres y, por ende, los derechos específicos que se derivan de las necesidades de las mujeres.
A modo de conclusión vale la pena observar a Beatriz Gimeno, Licenciada en Filología Semítica y Archivística, escritora, activista feminista quien tajante refiere que el debate social, ético y político sobre el aborto, tal como está planteado y en el punto al que lo han conducido los antiabortistas es un debate de creencias.
Como todos los debates éticos: la eutanasia, la utilización de células madre, la homosexualidad…se trata de un debate profundamente ideológico y por tanto sin solución de verdad absoluta y eterna, mejor dicho, con la única solución del consenso social y político.
Las bases ideológicas y cambiantes de la ciencia son bien conocidas y denunciadas y no merece la pena volver sobre ello. La homosexualidad fue una enfermedad hasta que dejó de serlo, la mujer fue científicamente inferior al hombre hasta que dejó de serlo.
Las mujeres feministas, en la cuestión del aborto, debemos abandonar la discusión supuestamente científica para entrar de lleno, sin miedo, en la discusión ideológica de manera que consigamos crear una opinión favorable a nuestras tesis y finalmente, el consenso social necesario para que en los países democráticos se terminen reconociendo nuestros derechos básicos.
Por otra parte, si no se dan las condiciones mínimas de justicia social: ayuda a las madres, ayuda a los recién nacidos, salud y educación gratuitas, corresponsabilidad masculina en todo el proceso de crianza de los hijos, entonces las mujeres pueden verse obligadas a abortar aún en contra de su deseo.
El aborto es algo que atañe a las mujeres pero es una decisión que deben poder tomar en condiciones de justicia social y de justicia de género. Nos encontramos inmersas en un mundo en el que la política neoliberal niega a las mujeres las condiciones mínimas necesarias para que puedan tener los hijos que desean y también pretende negarles, en la mayoría de los casos, el derecho a no tenerlos.
Por el contrario, si entendemos el aborto como un derecho social, entenderemos también la obligación por parte de la sociedad en su conjunto de garantizar que su ejercicio sea efectivo y que se lleve a cabo en las mejores condiciones posibles.
Si no superamos el estadio meramente individual, el derecho al aborto puede terminar siendo contraproducente para las mujeres más vulnerables.
Finalmente, es imprescindible mantener en la agenda feminista la necesidad del cambio social con la misma intensidad que el derecho al aborto libre.
*Coordinadora de Mujeres Unidas en Torno al Género la Equidad y la Reivindicación, Asociación Civil.