lunes, 3 de agosto de 2015

Mujeres y Política Cabos sueltos



Soledad JARQUÍN EDGAR
En el cotidiano hacer de las mujeres hay muchos cabos sueltos debido, entre otras muchas cosas,  a la desigualdad, esa condición que no se entiende porque se ha naturalizado y que causa toda clase de interpretaciones subjetivas, en específico por parte de quienes tienen la palabra y quienes toman las decisiones.
La imposición de la costumbre como regla de vida es la piedra angular de la desigualdad. Es normal para muchas personas que las mujeres sean las “responsables” de la crianza de las niñas y los niños.
Es normal que todas las mujeres aspiren a casarse y tener hijos.
Es normal que un hombre “controle” a su compañera y es normal que esa violencia escale. Es normal que los hombres sean los jefes y ellas las subordinadas.
Es normal que las mujeres se arreglen solo para parecer bonitas ante ellos.
Es normal que una mujer semidesnuda aparezca en la televisión como “gancho” publicitario para vender un coche y es normal que las mujeres sean las principales protagonistas del sufrimiento en las telenovelas…
Es normal que exista la prostitución y que esta sea ejercida por mujeres, como también es “ciertamente correcto” que sean los hombres los proxenetas.
Bueno podría llenar todo este espacio con otros muchos y diversos ejemplos que hablan de lo que es propio para las mujeres de acuerdo a la cultura, la costumbre, lo cotidiano.
Por eso resulta difícil entender, para la gran mayoría de la gente, a aquellas mujeres que deciden no tener hijos. Incluso hay expresiones horrorosas sobre esas mujeres que no voy a repetir aquí, pero que se repiten reiteradamente porque el mandato de género indica que la maternidad es un fin en la vida de las mujeres.
Pobres de aquellas mujeres que rechazan la vida en pareja o tener familia porque sus aspiraciones son profesionales. Sobre ellas existe una constante presión familiar y social, porque está visto no es lo mismo ser soltera que soltero, la valoración es diferente.
En el siglo XXI es motivo de escándalo que un grupo numeroso o pequeño de mujeres se pare en una calle para denunciar a gritos la violencia machista –que hay que recordar durante el gobierno de Gabino Cué Monteagudo, ha cobrado la vida de siete mujeres cada mes-.
Tampoco se entiende que hoy las mujeres no sólo quieran dirigir una empresa y que para ello muchas veces tengan que decidir entre su carrera y su familia. ¡Ay, de aquella que decida priorizar a su carrera profesional!
Bueno, hoy todos los días somos protagonistas del escándalo que sigue causando el asunto de la paridad. He escuchado opiniones que dicen que ahora sí con eso (de la paridad) las mujeres se volaron la barda ¡Eso sí es una exageración! ¡Un escándalo! ¡Extremistas, a dónde quieren llegar! A quién se le ocurre que pueden gobernar ¿Quién las preparó?
Desde esos comentarios que más que risa causan preocupación hasta los hechos concretos de amenazar, golpear y hasta asesinar a una mujer por pretender dirigir los destinos de un pueblo. Oaxaca tiene muchos ejemplos en ese sentido, uno reciente y notorio fue la determinación de las y los diputados de la LXII Legislatura, azuzados por la Cofradía de Mujeres Guardianas del Patriarcado que legislaron lo que ya conocemos como “paridad sin paridad”, al dejar fuera a 417 municipios donde el sistema de elección es por asambleas comunitarias. Como hemos dicho lo que hicieron las diputadas y diputados del PRI y del PAN fue negar un derecho humano a las mujeres, un acto de discriminación que podría entenderse incluso como un real prejuicio racista. Sí porque se olvidaron que al menos en 100 de esos municipios no sólo no pueden ser electas sino ni siquiera pueden votar, les está prohibido ese derecho humano.
Pero no somos los únicos, en el vecino estado de Chiapas algunas presidentas municipales electas, enfrentan el rigor del machismo. Toma de carreteras y amenazas son el pan de cada día a raíz del triunfo de mujeres en comunidades indígenas y no indígenas, en la pretensión, yo diría estúpida, de impedir que ellas ejerzan el poder. Es decir, unos cuantos, pretende por la fuerza evitar el gobierno de las mujeres y pasar por encima de la decisión democrática de un pueblo.
Porque estas personas, como la ilustre diputación LXII de Oaxaca, consideran que no es normal que las mujeres gobiernen porque la tarea de gobierno es solo un asunto de hombres.  Ustedes saben que se llama machismo. Eso explica porque en Oaxaca no ha habido nunca una gobernadora, apenas dos candidatas buscaron ese cargo en el pasado proceso electoral estatal.
Es tan normal que tampoco en México hemos tenido una presidenta. Apenas seis gobernadoras y habrá una más en los próximos meses en Sonora y en 2016 algunos estados del norte también podrían ser gobernados por mujeres, las cuales tendrán que dejar el pellejo en el camino.
Cierto que también hay quienes siguen pensando que los hombres son los únicos proveedores, pero las estadísticas nos muestran cómo han crecido los hogares jefaturados por mujeres en México.
Como también es cierto que la gente piensa –y es en serio- que los hombres tienen una líbido más fuerte que la líbido de las mujeres y que por eso ellos necesitan tener varias parejas o que nosotras. Pero la verdad es que a nosotras nos enseñaron a inhibir la sexualidad porque nuestro deber era llegar vírgenes y puras al matrimonio, en cambio ellos debían tener “experiencia sexual” y mucha, claro, para demostrar su valía como hombres y se normalizó por ello la prostitución, cuya base es la trata de mujeres y niñas, que desaparecen a lo largo y ancho del país, en un país donde todo se hace costumbre.
Hablar de sexualidad, cosa del demonio
Bueno hoy todavía hay quienes creen que a la infancia no hay que hablarle claro y bien de sexualidad, digo esto a propósito de los manotazos que la derecha prianista está dando en algunas entidades donde, como en Sinaloa, ya se aprobó la Ley de Niños, Niñas y Adolescentes, con lo que suman más de 20 entidades, cuya pretensión es que la educación sexual sea responsabilidad de padres y madres. Para lograr semejante cosa tendrán que sacar a sus hijos e hijas del mundo virtual en el que hoy vivimos, volverlos anacoretas para que no tengan contacto con el mundo real y eso quién sabe...Y todo ello sin considerar que la educación sexual adecuada, científica, inhibe la iniciación temprana de relaciones sexuales, evita por tanto embarazos adolescentes, los abortos clandestinos que ponen en riesgo la vida de las niñas y claro las enfermedades de transmisión sexual, como el VIH-SIDA, que repunta y repunta entre la población varonil de entre 15 y 19 años de edad. Digo solo por poner algunos ejemplos de todo lo que provoca la carencia de información.
Estos fundamentalismos suelen ser equivocados y es  la exigencia doblemoralista del conservadurismo mexicano, vigente como el patriarcado, y que llevan a emitir posiciones legislativas basados en la subjetividad de lo que llaman “ética moral”. Ojalá que no le haya pedido consejo a curas pederastas o que sus ideas sean producto de televisoras que promueven de manera permanente la híper sexualidad de las niñas y niños ni tampoco que hayan seguido los buenos ejemplos de algunos “muy destacados” panistas y priistas de conductas ejemplares, como muchos de los que han sido exhibidos comprando sexo o viendo pornografía.
Sin duda, son tiempos peligrosos que podrían seguir marcando retrocesos infames en los derechos de las mujeres y también de la infancia. En ambos casos consideradas unas inferiores o subordinadas y los otros vistos como incapaces de entender y comprender sobre sexualidad.
Y todo esto sigue pasando mientras más de la mitad de Oaxaca vive la telenovela, el drama de la educación, entre en viejo y el nuevo IEEPO, que como lo adelantamos, no traerá ninguna sorpresa, excepto que como ya se vio, algunos nuevos funcionarios del nuevo IEEPO mienten en su currículo, lo cual es desde ahora una metida de pata. Así que entre estos “expertos” y la junta que componen los funcionarios (que no funcionan), más lo que se sumará por la respuesta aún incierta del magisterio, lo único que nos queda claro es que no hay destino real para la educación de la infancia oaxaqueña y sigue siendo una moneda en el aire cuyo final no se sabe a ciencia cierta.
@jarquinedgar