Palabra de Antígona
Rechazan Alerta de Género: Décima ocasión
Por Sara Lovera
Al mensaje político de que no aceptará poner en
marcha una Alerta de Género en cualquier parte del país, puesto que el martes
pasado rechazaron esa demanda para Guanajuato y están pendientes dos:
Morelos y Estado de México, donde grupos de Derechos Humanos insisten en
solicitarla, tuve que indagar por qué es eso y cómo se lo puede uno explicar.
No se entiende.
Primero decir que en la discusión extraordinaria
del Sistema Nacional Para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra las Mujeres, que esta vez, no presidió el secretario de gobernación
Miguel Ángel Osorio Chong, 20 institutos de las mujeres la rechazaron;
ocho se abstuvieron, en tanto que el Distrito Federal, Michoacán y Puebla
votaron favorablemente.
Me parece inaudito. Según información confirmada
sólo entre enero y mayo en el Estado de México más de 145 mujeres han
desaparecido, principalmente en los municipios de Valle de Chalco, Chimalhuacán
y Ecatepec.
Cualquier opinión sale sobrando. Cifras
semejantes y terribles conocemos de Morelos (más de 400) y cientos en Guanajuato,
sólo por mencionar dos entidades. Sabemos también que desde hace tres años que
se solicitan estas alertas, en alrededor de 10 entidades, sin resultados.
Vele la opinión preocupante del representante del
Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU en México, Javier
Hernández Valencia, en un foro denominado Mesa para la Construcción de
Consensos sobre Derechos Humanos expresó que: "Hay una demanda
que se ha hecho pública desde hace días, sino semanas, tal vez hasta meses, en
la que se ha puesto el tema de debate el feminicidio en Morelos. Déjeme decirle
una cosa señor secretario (de Gobierno Jorge Messeguer Guillén) es una curiosa
experiencia para mí como funcionario internacional, encontrar en muchos
escenarios internacionales que la voz oficial del Estado mexicano, la
integralidad del Estado no sólo la Federación, hablan de las bondades de ley y
por supuesto de la institucionalidad que se ha construido alrededor de
ella".
"Y, sin embargo, en los dos años y medio que
llevo acá, encuentro que la ley tiene un candado, porque la percepción desde
los gobernante de la declaración de la alerta de género es como si fuera un
baldo, como si fuera un error, y se evita entonces poner a disposición y
movilizar lo que en la institucionalidad se ha construido para ser más eficaces
por evitar el costo político de ser, la primera entidad en la cual se declare
la alerta de género. Es como si fuera un pecado de origen, en el que nadie
quiere caer y eso ha atado de manos, de pies, vendado de ojos, amordazado, taponado
los oídos a nuestra construcción institucional".
El representante de la ONU parece un mago. Parece
haber dado en el clavo. Investigué y ¿saben lo que pasó? Que el ejecutivo de
Guanajuato envió una carta al Instituto Nacional de las Mujeres, señalando que
ha iniciado un programa de fondo para atender el problema de la violencia
feminicida; que está a punto de resolver muchos casos, que ya tiene a todo su
gabinete actuando…pienso que eso hizo hace tres semanas, pero en público, el
gobierno de Hidalgo. No dudo ni tantito que lo mismo digan otros gobiernos.
Es posible, me pregunto ¿qué todo sea política?.
Que nadie quiere tener el costo político de que sea el gobierno central quien
mandate esta situación. Es claro que tenemos gobernadores e institutos locales,
capaces de engañarse a sí mismo, de inventar que hacen, cuando no hacen.
El sorprendido y audaz representante de la ONU
dijo más, sobre todo porque la Comisión Independiente de los Derechos Humanos
de Morelos ya está gestionando su queja ante la Comisión Interamericana de los
Derechos Humanos que preside Emilio Álvarez Icaza. Hernández Valencia
afirmó que todo es contradictorio que "la legislación que presumimos en
escenarios internacionales y que nunca hacemos funcionar, eso es como tener un
Lamborghini guardado en un desván de vacas, perdiendo una enorme oportunidad.
Creo que hay ahí cosas que suponen no sólo decisiones en el estado Morelos sino
también, ojalá, decisiones en la Federación. Es una bonita pieza de
arquitectura barroca que nos sirve cuando mucho, cuando las emergencias están
ahí y eso, para lo que se diseñó (la ley), no permite que la utilicemos".
Sus palabras están grabadas no sólo por los
periodistas de Morelos sino por otras personas de la Sociedad Civil. Ahora
resulta que inmediatamente después de la mesa de debates sobre derechos
humanos, el Secretario de Gobierno de Morelos, anunció que analizarán los
informes y, ahora sí, estudiarán la posibilidad de solicitar la Alerta de
Género. Pamplinas, no le queda de otra tras la crítica. Pero, dicen algunas
feministas indignadas, que vigilarán, tras tomarle la palabra. Eso no libra a
nadie de la queja ante la CIDH.
En el caso de Guanajuato, dijo la directora de
las Libres, Verónica Cruz, que se irá al amparo. Al cierre de este comentario
todavía no se conocen las razones de la negativa.
Pero algo más. Un brillante documento didáctico
elaborado por el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la
Equidad de Género de la Cámara de Diputados, dice que el procedimiento para la
emisión de la declaratoria de alerta de violencia de género se inicia con una
solicitud de investigación, que puede ser enviada incluso por correo postal a
la Secretaría Ejecutiva del Sistema. Que esa solicitud tiene que cumplir con
requisitos como nombre, domicilio del solicitante y carácter con el que actúa,
como institución u organismo de la sociedad civil. Sencillo.
Pero los solicitantes deben demostrar que en un
territorio determinado (delimitación territorial) existe violencia sistemática
contra las mujeres, etcétera, que son de orden común, que existe un contexto de
impunidad o permisibilidad social y que la violencia proviene de un conjunto de
conductas misóginas…etcétera.
Esto es que la tarea del gobierno tiene que
hacerla esa institución especializada en Derechos Humanos o civil. O sea que
los requisitos son inauditos. Es probable que al tema político, se agrega esta
barbaridad, sólo producto de esta deformación legislativa y aberrante,
excesivamente precisa en leyes inútiles, que acaban siendo el maravilloso pretexto
del Sistema, ese de prevención y atención, y de los gobernadores para decir que
no.
Estoy alucinada con el exceso de reglamentación
que se ha promovido, para algo tan evidente. No sé en qué momento este exceso,
producto de mentes muy complicadas e ineptas, esté jugando en contra de la
evidencia. No en vano me comentó una amiga, que van a cambiar semejante enredo.
Sería bueno. Porque de tanto querer suplantar las tareas que sólo son del
gobierno, quien haya hecho ese reglamento, quiere entrar al oscuro entramado de
la ley que protege al sistema, la misma que usó en manos de Lutero a la
Iglesia, como se dice, creo su propio cautiverio. Ahora entiendo que no, que
será muy difícil esta empresa y que siempre es mejor la movilización y la
denuncia. Mientras esperamos a ver qué pasa con las siguientes peticiones que están
en puerta.
Antes de irme diré. Eso ya está pasando con el
exceso de reglamentación que ha creado la figura del delito de feminicidio. Es
posible que se enredará tanto que no habrá forma de comprobarlo. Mientras
seguirán desapareciendo y muriendo mujeres asesinadas. Pero, me dirán, se trata
de hacer visible el problema. ¿Será? Yo creo que es visible y preocupante. Las
expertas debían saber que hoy lo que urge es acción política.
Veremos