miércoles, 13 de mayo de 2015

Veinte años cambiando la vida de jóvenes oaxaqueñas


Fondo de Becas Guadalupe Musalem:
Veinte años cambiando la vida de jóvenes oaxaqueñas

El tango de Carlos Gardel dice que “Veinte años son nada”, sin embargo, ese título no puede aplicarse cuando se revisan los logros alcanzados por el Grupo de Estudios de la Mujer “Rosario Castellanos” a través del Fondo de Becas Guadalupe Musalem, creado hace justamente 20 años.
Desde 1995 hasta este año, un total de 108 jóvenes oaxaqueñas han sido becadas a través de este programa creado en memoria de una de las fundadoras del GESMujer, Guadalupe Musalem Merhy.
Las beneficiarias, estudiantes de bachillerato que viven en pobreza, provienen de 71 comunidades de las ocho regiones del estado de Oaxaca. El 55 por ciento  habla, además del español, una lengua indígena.
Son jóvenes mujeres cuya expectativa de vida educativa se habría truncado de no ser por la Beca que durante su bachillerato reciben, para lo cual deben mantener su promedio escolar y además mostrar su vocación de servicio comunitario.
El crecimiento del Fonde de Becas Guadalupe Musalem ha favorecido una planeación que permite a las estudiantes becadas asistir mensualmente a talleres de capacitación en temas como: equidad de género, derechos de las mujeres, salud sexual y reproductiva, derechos de las mujeres, entre otros.
A través de esta capacitación, las jóvenes adquieren una formación integral que contribuye a su proceso de empoderamiento y liderazgo, con la finalidad de llegar a ser agentes de cambio tanto a nivel personal como familiar y comunitario. Adicionalmente el Fondo proporciona seguimiento médico y psicológico a las jóvenes, con el objetivo de asegurarse que gocen de buena salud.
También cada una de ellas recibie un acompañamiento durante los tres años de una tutora que ayuda a resolver sus necesidades personales, familiares y escolares y sobre el trabajo comunitario que las jóvenes realizan en sus lugares de origen.
Es esa labor, la que ha hecho posible que cuatro de estas jóvenes se hayan hecho acreedoras al Premio Nacional de la Juventud, en años distintos. Tres en la categoría de Compromiso Social y uno en Fortalecimiento a la Cultura.
Aunado a ello, dos fueron becadas para estudiar en Estados Unidos, otras más han participado como embajadoras juveniles en Estados Unidos y Panamá, así como en otros foros internacionales.
Los recursos que el Fondo de Becas Guadalupe Musalem ha otorgado es obtenido a través de donativos que hace la sociedad, que “con generosidad y compromiso puede cambiar el entorno social” y brindar nuevas oportunidades a las mujeres oaxaqueñas, sus familias y sus comunidades.
Donar a la cuenta del Fondo de Becas Guadalupe Musalem es ayudar a cambiar una vida, un destino: Depósito en efectivo a nombre de Fondo Guadalupe Musalem A.C.  BANAMEX Sucursal: 7005   Cuenta No. 4686887  
Transferencia interbancaria CLABE: 002610700546868876 o incluso puedes hacer donativos en línea vía paypal desde cualquier parte del mundo a través de la página: www.fondoguadalupemusalem.org
En 1996 emitimos la primera convocatoria para becar a mujeres menores de 20 años, de entonces a la fecha hemos beneficiado a 108 jóvenes.
Las beneficiarias de este proyecto educativo provienen de 71 comunidades de las ocho regiones del estado de Oaxaca. El 55% de ellas habla, además del español, una lengua indígena.
 
 

RECUADRO

     Las becarias egresadas Elvira Gómez Luis de San Pedro el Alto y Paula Miguel López de Santa María Quiegolani, se integraron al proyecto movil.com, donde se formaron como líderes comunitarias.
     Reyna Luz Santiago Bautista y Rosa Narváez Rendón fueron becadas para estudiar en E.E. U.U. por dos años.
     En el 2008 Sonia Bautista León participó en un seminario de liderazgo en E.E. U.U.
     Maricela Zurita Cruz obtuvo el Premio Nacional de la Juventud 2008 en la categoría de Compromiso Social.
     Berta Martínez Sebastián obtuvo el Premio Nacional de la Juventud 2009 Edición Bicentenario, en la categoría de Compromiso Social y Sonia García Ángel en la categoría de Fortalecimiento a la Cultura.
     Elvia Rodríguez Rodríguez, Bertha Martínez Sebastián y Maricela Zurita Cruz viajaron a E.E. U.U. por un mes en el verano del 2010, dos de ellas como jóvenes embajadoras y la tercera para asistir a un seminario de liderazgo.
     Elvia Rodríguez Rodríguez fue invitada en diciembre de 2010 a participar como Embajadora Juvenil en Panamá.
     Las becarias Gabriela Salomé Loaeza Santos, Adriana Márquez Altamirano y Maricela Zurita Cruz, iniciaron la conformación del Grupo Joven del Grupo de Estudios sobre la Mujer “Rosario Castellanos”.
     Berta Martínez Sebastián recibió en Ontario, Canadá, el reconocimiento Sapling Award 2011, por ser la partera más joven y desarrollar el potencial de liderazgo en estas prácticas, otorgado por la Alianza de Parteras de Norteamérica.
·      Silvia Citlalli López Pérez recibió el Premio Nacional de la Juventud 2011 en la categoría Compromiso Social, por realizar acciones en favor del desarrollo de su comunidad.
·      En febrero de 2012 Berta Martínez Sebastián, Macrina Pérez Vásquez y Elvia Rodríguez Rodríguez, recibieron un reconocimiento de la Asociación YMCA por su trabajo comunitario y participaron en el campamento realizado en Morelos, donde convivieron con otros jóvenes y abordaron temas de desarrollo comunitario, educación y migración, entre otros.
·      Maricela Zurita Cruz asistió el VIII Congreso Internacional Universidad 2012, en La Habana, Cuba.
·      Angelina Martínez Pérez acudió como representante de Pueblos Mancomunados a la  Cumbre Mundial del Turismo de Aventura 2013 con sede en Namibia, Áfri­ca.
·      Reyna Luz Santiago  participó como parte del programa  CASS SEED Scolarship for Education and Economic Development, de la Universidad de Georgetown, en el primer Encuentro Juvenil Internacional “Todo es posible”, organizado por el Instituto de la Juventud de Querétaro, a finales de 2013.
·      La graduada Maricela Zurita Cruz, presentó en 2014 el modelo educativo del Diplomado en Liderazgo y Gestión Comunitaria que ha reali­zado el Grupo de Estudios Sobre la Mujer “Rosario Castella­nos” A.C., en el marco del XI Coloquio Nacional de la Red de Estudios de Género realizado en la ciudad de Oaxaca.
·      En 2014 Angelina Martínez Pérez, promotora del turismo comunitario sustentable, participó en encuentros como: Adventure Travel Word Summit, efectuado en Irlanda, UKA; Foro Internacional de Turismo Solidario y Desarrollo Sostenible de América Latina, realizado en Nicaragua; y Feria de Turismo y Aventura, en San Cristóbal Las Casas, Chiapas.
·      Cuatro de las graduadas participaron en el Foro Regional de la Juventud Indígena, realizado en septiembre de 2014, obteniendo tres de ellas su pase al evento nacional.  
·      Dos de las graduadas de bachillerato y en su momento, becarias universitarias, participaron  en el Encuentro Nacional de la Juventud Indígena en diciembre de 2014. El evento organizado por la Embajada de los Estados Unidos en México, artiuló los resultados de los tres foros regionales efectuados en Oaxaca, Palenque y Ciudad de México.
·      La graduada Luna Martínez Andrade, mejor conocida como Luna Maran, ha destacado ampliamente como fotógrafa, productora, directora y gestora cultural. Ha desarrollado diversos proyectos audiovisuales, entre los que destacan La Cooperativa Audiovisual y La Calenda Audiovisual A.C. desde el 2010. Fundadora del Campamento Audiovisual Itinerante y la Red de Cines Comunitarios Aquí Cine. Ha recibido distintas nominaciones, distinciones, premios y becas nacionales e internacionales.
·      Tres de las jóvenes becarias, ahora profesionistas, se han integrado a la Asamblea del Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos; Maricela Zurita es actualmente Secretaria del Consejo.
·      Varias de las ex becarias del Fondo Guadalupe Musalem han fungido como tutoras y capacitadoras de las becarias de bachillerato en distintos momentos, retribuyendo a sus compañeras lo que ellas recibieron.
·      Kojpk pi’jy Cardoso Díaz obtuvo, en 2014, una beca completa para estudiar Literatura Hispanoamericana en la Universidad Iberoamericana, con sede en la Ciudad de México.
·      18 graduadas del FGM han sido beneficiadas en algún momento de sus estudios universitarios, con un apoyo económico de tres mil pesos mensuales.
·                  25 jóvenes egresadas del Fondo de becas se encuentran actualmente realizando estudios de nivel superior y 24 de las becarias han terminado sus estudios universitarios o cuentan con una profesión.


El uso político del silencio




Erika Lilí Díaz Cruz*
La impunidad es un término que define aquello que ha quedado sin pena, que ha cortado la verdad de tajo en quienes han sufrido el agravio, el abuso, la lesión; todo ello quedado en el cuerpo de las víctimas, traducido en sentimientos, emociones, que se congestionan ocasionándoles un dolor permanente, un abatimiento que impide olvidar, que impide sanar las heridas internas y externas, un vilo permanente desde lo más leve hasta lo  más grave.

La impunidad es la “no satisfacción” de la víctima en cuanto a la restitución íntegra e integral del ejercicio de sus derechos dañados; esto quiere decir que las personas víctimas del delito, no piden necesariamente la privación de la libertad de quienes le perpetraron ese daño, muchas veces puede estar privada de su libertad la persona pero eso no necesariamente repara el daño ocasionado a la víctima o sobrevivientes, no sólo es impunidad el “no castigo” a la persona responsable, es la ausencia total de una participación activa de la víctima en la defensa de sus derechos como titular de ellos, sólo las víctimas saben lo que necesita para sentir y tener la restitución de su derecho o se salve aquello que ha sido dañado. La lógica de la justicia mexicana implica la corrupción, el tráfico de influencias y por tanto la subordinación a estas prácticas que significan la “justiciabilidad”.

“La población presenta una enorme insatisfacción con las instituciones públicas… cuando se presentan ante operadores de justicia, la situación se convierte en miedo, no hay confianza ni credibilidad”

La población en Oaxaca, como el resto del país, presenta una enorme insatisfacción con las instituciones públicas en general, sin embargo cuando se presentan ante operadores de justicia, la situación se convierte en miedo, no hay confianza ni credibilidad, pero lo peor de todo es que tienen un temor bien fundado cuando se presentan ante ellas y su manera de actuar será bajo ese enfoque de miedo.

Con la impunidad, es como se mide la ineficacia del sistema de justicia. Mujeres y mujeres indígenas en específico, han vivido con el lastre de la impunidad silenciada, hay indicios de los efectos de la impunidad hacia las mujeres, Yarkin Ertük afirmaba que la pobreza se mide en violencia de género hacia las mujeres, Oaxaca es un claro ejemplo, con 12 feminicidios en lo que va del año y ninguno resuelto, ninguno de ellos se ha esclarecido, la verdad no se hace presente, las y los familiares de las víctimas directas continúan siendo vulneradas y vulnerados en sus derechos. Oaxaca ocupa el mismo lugar de violencia y de pobreza, es decir se ubica entre las entidades federativas más críticas, aunque las autoridades digan lo contrario, la realidad se ve y se siente, pero se silencia.

El lastre que acompaña a la justicia oaxaqueña, impide nombrar la impunidad, si se empieza a nombrar, empieza a existir, como invoca el principio feminista lo que no se nombra no existe, la política de impunidad es tolerada por quienes operan el sistema, porque de esa manera no se tocan los intereses de quienes tendrían que rendir cuentas, es mejor callar porque muchos y muchas se encuentran coludidos; así la política del silencio o de silenciar, mejor dicho, acaba por imponerse y dejar huellas en quienes aún esperan un solo acto de justicia.

Nombrar la impunidad, con cada caso, con cada trámite, con cada proceso; hará evidente lo que se quiere esconder, nombrar es un acto de valentía, trasgresión, es romper las malas prácticas, es apropiarse de un derecho que es de cada quien, implica el aseguramiento plural, integral, en condiciones de igualdad, del derecho a nuestra vida digna. (*Coordinadora de Lunas del Sur, A.C.)





Sobre la violencia basada en género hacia la población trans

 

Rebeca Garza López
Las personas transgénero o transexuales (personas trans) somos aquellas que nos fue asignado un rol social masculino o femenino al nacer pero que no corresponde con nuestra identidad de género, es decir, la percepción subjetiva sobre el género al que sentimos pertenecer.
En este sentido nos identificamos y vivimos, total o parcialmente, de acuerdo al género que sentimos pertenecer.
Hablar de la población trans es hablar de historias de violencias basadas en género tradicionalmente invisibilizadas por una cultura donde lo masculino y lo heterosexual son el centro la norma que determina y sanciona aquello que se aleja de una supuesta “normalidad”.
Somos personas donde se vuelve evidente “que el cuerpo es un texto socialmente construido” (Preciado, 2002), donde la idea de alineación entre los conceptos de sexo, género y orientación sexual se resquebraja y se manifiesta la riqueza de la diversidad humana.
Un hombre trans puede ser definido como una persona que se le asignó un sexo femenino al nacer pero que se identifica y vive o necesita vivir como hombre. Y este hombre trans puede ser heterosexual, homosexual o bisexual, por ejemplo.
Una mujer trans, por el contrario, es una persona que se le asignó el sexo masculino al nacer pero que vive y necesita vivir como una mujer. Y esta mujer trans también puede ser heterosexual, lesbiana o bisexual, por ejemplo.
También, dentro de esta diversidad existen personas que no caen dentro del sistema binario hombre-mujer, y se le ha llamado “Queer”. Por ejemplo, recientemente en Australia se ha reconocido legalmente el género neutro.
En contraposición a las personas trans, en el campo de estudios de género, se llama cisexual a aquellas personas cuya identidad de género corresponde con su sexo asignado al nacer, es decir, personas en cuyo cuerpo se alinea el sexo asignado y la identidad de género.
Las personas trans nos encontramos en una posición donde se da la intersección de múltiples formas de violencia y discriminación:
1.    La Transfobia que es un miedo irracional, la aversión, o la discriminación en contra de las personas cuya identidad de género, apariencia, o comportamientos se desvían de las normas sociales (Serano, 2007).
2.    El Cisexismo que es la creencia en que el género con el que se identifican las personas trans es inferior o menos auténtico, que el de las personas cisexuales (Serano, 2007).
3.    La Homofobia como aversión hacia la orientación erotico-afectiva de una persona trans hacia otra de su mismo género (sea trans o cis).
Julia Serano, transfeminista de California, señala que no existe un grupo de minoría sexual más calumniado o peor entendido que las mujeres trans.
Las mujeres trans vivimos adicionalmente un tipo de violencia que viven y padecen las mujeres cisgénero: la misoginia como tendencia a rechazar y rebajar lo femenino y la feminidad. A esta intersección entre misoginia y transgenerismo, Julia Serano la denomina “transmisoginia”.
 Algunas maneras en que se manifiestan las anteriores formas de violencia hacia hombres y mujeres trans son:
1.    La Malgenerización (Serano, 2007): que es cuando nos referimos hacia la persona trans usando el género equivocado, por ejemplo, cuando nos dirigimos hacia una mujer trans en masculino llamándole "el transexual". Otras formas más agresivas de malgenerización y cisexismo se da cuando, por ejemplo, las mujeres trans son recluidas en centros varoniles como los reclusorios, vulnerando su seguridad.
2.    La Patologización: cuando la identidad trans es continuamente objeto de estudio por parte de la ciencia médica y sigue formando parte de los manuales para diagnosticar enfermedades mentales desnaturalizando la identidad trans.
3.    La Criminalización: cuando las personas trans, pero especialmente las mujeres trans, son detenidas arbitrariamente por causas como "faltas a la moral y buenas costumbres" o por "ejercer la prostitución" a partir de su expresión sexo-genérica.
4.    La Objetivación (Serano, 2007): cuando el asunto de nuestros cuerpos se genitaliza y nuestros tratamientos de reemplazo hormonal se convierten en objetos, separándolos de la persona y su dignidad inherente, y son abordados por las personas o los medios de comunicación de una forma pública y sensacionalista en donde se propagan ideas distorsionadas de la identidad trans o bien, se anula la identidad masculina o femenina de la persona.
5.    La Hipersexualización (Serano, 2007): cuando entre las personas y los medios de comunicación se propaga la idea que las personas trans transicionamos con la finalidad de "engañar" o "atraer" a las personas heterosexuales y cisexuales. Este tipo de violencia ha sido utilizada para justificar otras agresiones físicas como las mutilaciones, las brutales golpizas y los crímenes por odio pues difunde la idea que las personas trans somos personas "timadoras"
6.    La Hiperfeminización (Serano, 2007): que es un tipo de violencia dirigido únicamente hacia las mujeres trans y consiste en la propagación de la idea de que las mujeres trans somos poseedoras o nos esforzamos por poseer rasgos de personalidad que suelen ser asociados de forma despectiva con lo femenino: como seres débiles, pasivos, confundidos, por ejemplo. Esta idea propaga una supuesta frivolidad de la feminidad de la mujer trans por medio de imágenes donde se maquilla, usa zapatos de tacón y vestido. Puede ir acompañada de la hipersexualización donde se destaca la exuberancia de la mujer trans cosificándola al insistir en el tema de las cirugías o donde se destaca que la persona no "parece ser"("no pasa") como la mujer que dice ser.
Así como el movimiento feminista trabajó arduamente para que se reconociera la violencia doméstica, la violencia sexista y el lenguaje excluyente como temas de interés público a favor de una cultura de igualdad entre hombres y mujeres, ahora es importante poner en la agenda la discusión de las otras formas de violencias que diariamente viven las personas que no nos ajustamos al sistema binario de género y que actualmente siguen siendo socialmente aceptadas justificando, de esta forma, distintas formas de discriminación, de negación o privación de derechos fundamentales, incluso asesinatos con la agravante de la indiferencia del aparato de Justicia del Estado, del sensacionalismo de los medios masivos de comunicación y de la indiferencia de la sociedad.

(Serano, Julia. “Whipping Girl. A Transsexual Woman On Sexism And The Scapegoating Of Feminity”, 2007).