martes, 6 de julio de 2010

Esperanza y Miseria: Atenco y SME

Por Sara Lovera
¿Quién entiende sin derramar lágrimas de rabia? Me pregunté la tarde del lunes cuando iba a escribir este artículo.

El domingo, espléndido, organizaciones y personas reunidas, lanzando al aire globos blancos, ramos de flores para las víctimas, discursos elocuentes, agradecimientos por la oportunidad de contribuir a esa liberación.

Ahí, personal y simbólicamente presentes los 12 liberados; ahí el discurso esperanzador de la voz de Trinidad Ramírez, una mujer alzada y contundente quien leyó la proclama que urgía a sumarle a la alegría por la liberación de los presos que la lucha sigue; presos políticos que en la Cárcel de Alta Seguridad de Almoloya vieron más sobre injusticia que todos los ojos y los recuerdos de dos siglos de esperanza liberadora que se hacen cargo de los tímidos avances y su máxima esperanza.

El escenario fue el auditorio ejidal Emiliano Zapata de San Mateo Atenco, el que retumbó con música de aquélla, de mis tiempos, y la guitarra del grupo Los de Abajo. También los discursos, el anhelo renovado.

El encuentro con los que no se doblan, con los que esperan. Parecía que por instantes quedaba a un lado el dolor por el miedo a que fuera verdad e inamovible el dictamen de los 112 años de cárcel para Ignacio del Valle, quien una y otra vez insistió en que nos urge una sola voz, una sola lucha, un solo cuerpo para enfrentar al presente. Fuerte y altivo, mis ojos lo vieron directamente por primera vez.

Todo estaba lleno, por qué no decirlo, dijo Trini. Sí llenos de triunfo y renovados en la tarea de la transformación social, siempre utópica, pero refulgente. Así fueron comprometidas las manifestaciones decididas para ir a liberar de la amenaza de cárcel a América del Valle, hoy exiliada por perseguida política.

Nos pegó el sol. Cientos de personas atentas. Había alegría. Se había conseguido, como dijo la querida Trini liberar de la cárcel a 12 personas. Falta, sin embargo, la verdadera justicia, la reparación del daño que significaron cuatro años de vida en el encierro, cuatro años de despojo de la libertad, cuatro largos años en las mazmorras y en la oscuridad. Alguien anunció que uno de ellos tenía dos días montado en una bicicleta, tomando el aire que se le negó durante 48 largos y temibles meses. Apresados por la insensatez y el autoritarismo de unos cuantos.

La voz aclaratoria cayó como una verdad inobjetable: violencia infinita de los poderosos en respuesta a quienes sólo defendieron la tierra y triunfaron en 2001; luego, sólo por apoyar a 18 floricultores que querían vender aquel 4 de mayo sus productos, fueron reprimidos, encarcelados y perseguidos. Pero ya, todo había terminado. Todas las personas presentes estaban bien alegres, hasta felices por instantes.

Pero, 24 horas después nos inundó la miseria. La Suprema Corte de Justicia de la Nación dictaminó que fue Constitucional la desaparición de Luz y Fuerza del Centro; constitucional el cierre ilegal, la ocupación policiaca, la pretensión de desaparecer al Sindicato Mexicano de Electricistas. El golpe pretendidamente legal que justifica la anulación del empleo de 50 mil trabajadores, el hambre anunciada en un país sin empleo para 50 mil familias.

Sin más. Se legalizó el abuso de poder presidencial y todo por dinero, por ambición, por interés mercenario e incomprensible.

Este lunes se cumplieron 73 días de huelga de hambre. Este lunes un alegato se perdió, pero no se ha perdido el empeño por continuar la búsqueda de la justicia, palabra que empieza a no tener significado alguno en este país, donde todo es posible. A eso invitó la fiesta en Atenco, a reflexionar sobre cómo unirnos y reflexionar. Una invitación para salvar nuestros discursos civilizatorios, donde la solidaridad sea real y las acciones visibles.

Se trata de un galimatías ininteligible, se trata de oponerse a un sistema, que como dijo el presidente Rafael Correa, este mismo lunes, con motivo del 199 aniversario de la Independencia de Venezuela, quien palabras más, palabras menos, definió: nos hablan de globalización de capital y no de creatividad y buena vida de la humanidad; quieren control de tránsito de personas y no la cooperación humana. Un depredador sistema que trabaja por unificar no a la humanidad sino al consumo.

Atenco, el pueblo y sus amigos, estaban realmente alegres, a pesar de que la impunidad campea porque hasta ahora no existe un sólo detenido por el abuso sexual de 24 mujeres. Expedientes que se quedaron en la Procuraduría General de la República; expedientes sin investigación donde la autoridad es cómplice y juzgadora. Violadas y atropelladas mujeres que no son escuchadas todavía y han tenido que hacer un largo recorrido de alegados y pruebas, todavía sin justicia.

Impunidad feroz, porque no existe un sólo señalado como responsable de la detención, pero si hubo juicio y encarcelamiento artero a quienes constitucionalmente tienen derecho a estar organizados, a asociarse, a defender su derecho a la tierra y a luchar por esa palabra exigua llamada libertad.

Atenco y su proclama para derribar la división entre las luchas y los luchadores. Esa urgencia de mirar hacia un amplio horizonte capaz de consumir y desparecer esa rara avaricia de poder que hace de los liderazgos sentirse cómo poseedores de las organizaciones sociales, que la patrimonializan sin vergüenza, ¿cómo desaparecer esa absurda idea de yo soy la verdad. Esa rivalidad por el furtivo reconocimiento que acaba dejando a los corazones vacíos.
Una demanda fundamental en tiempos de tormenta y abusos, en el país de las mil injusticias, en la tierra abierta donde se explotan las minas; la tierra donde caen todos los días decenas de asesinados y asesinados; la tierra sin salario ni comida; la tierra que quieren conservar miles de hombres y mujeres del campo.
O esos esfuerzos en la Parota que sigue amenazando a un pueblo; la petición reiterada hace 15 años para impedir los asesinatos de mujeres en todo el territorio nacional, víctimas sólo por ser mujeres; esa indignación que produce el robo de urnas en elecciones simuladas; del mismo modo en que se arma al pueblo para deshacerse del pueblo.

Y es lunes, cuando todavía no sabemos si hemos avanzado, sólo se detuvo una injusticia, el golpe contra los electricistas de la misma mano que determinó la liberación de los luchadores de Atenco, sí la Suprema Corte de Justicia de la Nación; la misma mano que condena con su decisión a quienes trabajaron más de 50 años, digo como conjunto, para asegurar que los urbanos habitantes del centro de la ciudad tuvieran esa luz aclaradora, pertinente, necesaria, magnífica que todavía nos alumbra para no caer en el túnel de la ceguera. Este lunes, los trabajadores del SME quedaron abatidos, como si no fueran humanos. Los mismos ministros, la misma sala, con un dictamen semejante. ¿Quién puede entenderlo?
saralovera@yahoo.com.mx

Derechaizquierda al poder

Soledad Jarquín Edgar

Con el triunfo virtual de la Coalición Unidos por la Paz y el Progreso, que encabeza a la gubernatura Gabino Cué, en Oaxaca avanzó la derechaizquierda, esta nueva composición política armada para terminar con la hegemonía priista asentada desde 1928 con Francisco López Cortés.

Pretensión que se buscó en otras entidades del país, como Hidalgo, pero que no cuajó porque ahí Xóchitl Gálvez, con la Coalición Hidalgo nos Une no recibió la ayuda suficiente, como sí lo hizo el gobierno de Felipe Calderón, a través del PAN en Oaxaca. Mientras que en Tlaxcala, la candidata del PRD, Minerva Hernández Ramos declinó a favor de la aspirante del PAN, Adriana Dávila Fernández.

La derrota electoral fue de Ulises Ruiz Ortiz, gobernador priista, que se equivocó en muchas de sus intensiones al nombrar a quien lo habría de suceder, Eviel Pérez Magaña, así como a la candidata a la primera concejalía de Oaxaca de Juárez, Beatriz Rodríguez Casasnovas, o la equivocación en Huatulco, por citar tres ejemplos.

Determinaciones que sorprendieron a las y los priistas que veían en ellos la imposibilidad de enfrentar la contienda electoral. El tiempo y la decisión ciudadana les dieron la razón. Pérez Magaña –se dijo- fue nombrado candidato priista en agradecimiento a que puso orden cuando el helicóptero en el que viajaban tuvo que aterrizar de emergencia, lo que ocurrió en noviembre de 2008. La Titis, como llaman a la ex secretaria de Turismo, Beatriz Rodríguez, fue relacionada sentimentalmente con Ulises Ruiz y de ellos se difundieron videos que daban pie al escándalo. A pesar de todo, Ulises Ruiz, conocido como el “mapache mayor” no pudo y terminó perdiendo la gubernatura de Oaxaca, más de la mitad del Congreso local, así como la mitad y las más importantes alcaldías

La derrota de Ulises Ruiz, estuvo aderezada por la incondicional ayuda que Cué recibió no sólo de Calderón vía el Partido Acción Nacional, con César Nava; los perredistas Chuchos y hasta por Ebrard que metió las manos al fuego oaxaqueño; la otra parte de la derrota se la ganó Ulises por las muchas lluvias que sembró durante su gestión gubernamental y que hoy se han convertido en la peor tormenta política para el PRI. Parte de la ciudadanía no perdonó ni olvidó el 2006, aunque habría que decir que solos los otros partidos no hubieran ganado, una jugada de ajedrez político perfecta.

Al ser proclamado por sus seguidores, Gabino aseguró que invitará a su toma de posesión, el 1 de diciembre a Felipe Calderón y a Andrés Manuel López Obrador, con el primero Cué hizo la campaña en la última etapa, con el segundo durante varios meses recorrió Oaxaca. A los dos les debe lo que es hoy: el virtual gobernador de la entidad más pobre del país.

Pero si eso sucedió en Oaxaca, en Hidalgo, Xóchitl Gálvez, candidata de la Coalición Hidalgo nos Une, conformada por los mismos partidos (PAN-PRD-PT-PC) no recibió la misma ayuda quizá porque se trataba de una mujer. Los medios de comunicación se cerraron y la divulgación de las notas fue extraña y muchas veces contraria a lo que sucedía, faltaron como quien dice a la ética profesional. Además de las muchas irregularidades en que incurrió el candidato Francisco Olvera, como la tradicional “compra del voto”.

Las posiciones antagónicas del PRD y el PAN, que hasta hace poco tiempo seguían polemizando entre “el espurio” y “el legítimo” se echaron a la basura en un acto conveniente en los estados para la jornada del 4 de julio pasado y lo peor de todas las jugadas maquiavélicas sucedió en la persona de otra mujer, la candidata del PRD al gobierno de Tlaxala, Minerva Hernández Ramos, quien fue “obligada” a declinar a favor de la aspirante del PAN, Adriana Dávila Fernández. Una acción vergonzante e infructuosa porque a pesar de todo ganó el PRI.

En ese sentido, la candidata de Nueva Alianza al gobierno de Oaxaca, la ex priista Irma Piñeyro, viendo su negro futuro, declinó de última hora a favor de Gabino Cué. Otra acción incomprensible, luego que ella misma buscó ser la candidata de esa coalición antes de que César Nava le alzara la mano a Gabino Cué. Molesta por el desprecio se fue con su partido (que no era de ella) a hacer campaña con el PANAL. Al final de este domingo de elecciones sólo obtuvo el 1.33 por ciento de los votos. Por esa ínfima cantidad algo debe haber negociado con Cué o tal vez sólo quiso salvarse de la estrepitosa derrota que avizoró, pero lo más probable es que sea lo primero. A ver qué puesto político le dan por el 1.33 por ciento de los votos obtenidos.

Lo cierto es que la derechaizquierda podría traducirse en un problema para las mujeres de Oaxaca, ya que al responder a los intereses de la derecha no se podrá pensar en que los derechos de las mujeres avancen. El aborto por las cuatro causales establecidas no han sido reglamentado en Oaxaca. Así que las mujeres que sufren una violación sexual, una de las causales que despenaliza el aborto, viven un calvario. Organizaciones feministas han entregado una agenda sobre los reclamos más importantes, tal y como se hizo hace seis años con quienes aspiraban a gobernar Oaxaca. Lo cierto, es que los derechos humanos de las mujeres se han convertido en el campo de las disputas, las conveniencias, las negociaciones y los amarres de las y los legisladores de todos los partidos políticos.

En este Estado donde la pobreza incrementa la desigualdad por sexo, las mujeres volverán a ser una minoría en el Congreso local. Los resultados preliminares hasta la tarde del lunes 5 de julio, muestran como se inclina la balanza para la Coalición Unidos por la Paz y el Progreso que logró 16 de las 25 diputaciones locales. El PRI-PVEM obtuvo las nueve restantes. Las mujeres lograron por la vía de mayoría relativa ocho diputaciones de 22 que compitieron como propietarias.

De las 16 curules que ganó la Coalición que formaron PAN-PRD-PT Y PC, seis serán para mujeres. Tres de ellas de Acción Nacional (PAN), Martha Patricia Campos Orozco, por Tlacolula de Matamoros; Marlene Aldeco Reyes, en el X de Ejutla de Crespo, que aventaja ligeramente al priista Rubiel Rojas Medina, y Clarivel Rivera Castillo, en el Distrito XXII, con sede en la zona norte de Oaxaca de Juárez.

Son virtuales diputadas perredistas Olga Livia Cortés Loaeza, distrito IX, de San Pedro Mixtepec; Norma Pineda Martínez del XVII, de Teotitlán de Flores Magón, y por el distrito electoral XXIV, Rosalinda Domínguez Flores, en Matías Romero; Además de la petista que ganó en el distrito XIII, Hita Beatriz Ortiz Silva, y la convergente en el distrito XVIII, Ángela Hernández Solis.

Al privilegio del Congreso local solo alcanzaron a llegar por la vía de mayoría relativa dos priistas: en el IX, de San Pedro Mixtepec, Zory Maristel Ziga Martínez, y en el XXV, de Acatlán de Pérez Figueroa, Rosario Cerón Ramírez.

Por la vía de representación proporcional, donde había 61 diputadas propietarias, podrían llegar Eufrosina Cruz Mendoza por el PAN; Bernardina Martínez Santiago y con suerte Florencia Carolina Aparicio Sánchez del PRI, además de Leticia Álvarez Martínez del PRD y de Convergencia Margarita García. Es decir, habría en el Congreso local no más de 13 diputadas o quizá una o dos menos de un total de 42 que lo integran. Es probable incluso que los partidos Verde Ecologista de México, del Trabajo, Alianza y Unidad Popular (con registro estatal) no alcancen nada para las mujeres. Si a eso se le agrega que la mayoría de estas futuras diputadas tienen una escasa conciencia de género, nada pasará por ellas en Oaxaca.