domingo, 20 de mayo de 2012

MUJERES Y POLITICA, Los poderes tras los medios


Mujeres y Política
Los poderes tras los medios

Soledad JARQUÍN EDGAR
La guerra que se libra en México, más la mediática y  caricaturizada contienda electoral 2012, sin duda, provocan la exacerbación de los poderes fácticos en el país, algunas de ellas se manifiestan con la indiferencia y la omisión y otras de peor forma con la violencia y la impunidad, pero ambas son terribles.
La prensa no está lejos de ser alcanzada, esta misma semana otro informador fue asesinado, esta vez en el norteño estado de Sonora. Las agresiones contra periodistas se cuentan en cientos en este sexenio de Felipe Calderón, se trata de asesinatos, desapariciones, secuestros, agresiones físicas y amenazas, ejemplo de ello es el hecho de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha radicado desde 2005, un total de 580 expedientes de queja y ha emitido medidas cautelares a favor de 69 trabajadores de los medios. Crímenes impunes en más del 80 por ciento de los casos.
Sabemos por las organizaciones de periodistas y de derechos humanos que el Distrito Federal, Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Chihuahua son las entidades más peligrosas para el ejercicio informativo en México. Por ejemplo, en Oaxaca el pasado 3 de mayo, durante una protesta Pedro Matías, dijo que en el gobierno de Gabino Cué suman 31 las agresiones contra trabajadores de los medios y defensores de derechos humanos, por supuesto, la impunidad es total, ningún caso ha sido esclarecido.
Esta misma semana, organismos defensores del derecho a la información y gremiales de periodistas (Federación Latinoamericana de Periodistas México, la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos y el Club Primera Plana), en una carta enviada a Felipe “El Valiente” Calderón, exigen que actúe y de resultados y señalan que durante los gobiernos conservadores del PAN las víctimas mortales suman 109 y 19 desaparecidos, pero la noticia del asesinato Marco Antonio Ávila García, reportero sonorense cambia nuevamente las cifras: ahora son 110 asesinatos y 18 informadores desparecidos y desaparecidas.
Mayo ha sido cruento para la libertad de expresión y la libertad de estar informados, ahí están los casos lamentables de asesinatos en Veracruz de Regina Martínez, Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez, todos informadores, así como de Iracema Becerra quien laboraba en el área de ventas de un diario local de aquella entidad; de René Orta Salgado en Morelos y este sábado despertamos con la noticia de que fue encontrado el cuerpo sin vida de Marco Antonio Ávila García, quien antes había sido reportado como desaparecido.
Artículo 19, documentó un total de 565 agresiones contra periodistas, medios y trabajadores de la prensa entre 2009 y 2011, lo increíble es que 303 se atribuyen a funcionarios públicos y 77 a la delincuencia organizada.
En el 2012 se le agrega un ingrediente más al clima polarizado y violento contra las y los trabajadores de la información, se trata como decía al principio del escenario de “confrontaciones” (ridículas, mediáticas y caricaturizadas en extremo) entre políticos que buscan llegar a la presidencia de México, a una curul o un escaño, lo cual ahonda los ataques que pueden ser tan terribles como los descritos antes o tan graves como se pueda mediante desplegados o aclaraciones  que pretenden directa o indirectamente el desprestigio de los y las informadoras, periodistas o comunicadores.
Ese es el caso de Carmen Aristegui, quien tiene la virtud de obtener otro filón de la verdad o lo que faltaba de ella, tal vez –incluso- sostiene con pruebas lo que otros plantean que no pasó, que no existe o que ni siquiera nos damos cuenta que está pasando-, a veces sólo aclara una situación. En su programa, quienes colaboran con ella encontraron ese espacio donde sí es posible desglosar pacientemente los intrincados enredos de la corrupción y hasta de los discursos y lo que se esconde detrás de ellos.
Aristegui confronta a las y los protagonistas políticos y también a los empresariales (el otro poder), a veces los encara y los lleva a decir lo que no querían expresar. Esta periodista investiga mediante la entrevista y hace periodismo radiofónico todos los días. A la gente le gusta ese periodismo y como ha podido y contra el duopolio televisivo se ha metido a muchos canales de paga, a través de las radios llega a muchísimas poblaciones mexicanas y está a través de la internet en todas partes donde esta conexión es posible.
Por eso incomodan y molestan sus cuestionamientos, comentarios y reflexiones más en tiempos donde se cuestiona al PRI, al PAN, a la “izquierda” y también al poder magisterial de la maestra Elba Esther y su discípulo el señor Quadri que están envueltos, recubiertos, sostenidos, hechos (incluso) por los grandes consorcios televisivos mexicanos de donde, habría que decir, la excluyeron por no convenir a sus intereses, a sus ganancias.
Con certeza eso es lo que se puede decir sucedió con el “yo acuso” (y de pasadita ensucio) que se puede leer en el desplegado que firmó Alejandro Puente Córdoba, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec). Puente Córdoba es, además, candidato plurinominal al Senado de la República por Movimiento Ciudadano y que como ha quedado explicado en el programa de Aristegui, ello provocó que el diputado federal del PT, Porfirio Muñoz Ledo, fuera desplazado, sin pedirle una disculpa o al menos ofrecerle un explicación.
En su desplegado Puente Córdoba acusa a Aristegui, una y otra vez, de ser empleada, “cómplice a sueldo” de Carlos Slim, el hombre cuya fortuna “equivale al 6% del Producto Interno Bruto de todo el país”.
Esta vez, Puente Córdoba –quien es considerado por los críticos como “personero” de Emilio Azcárraga, dueño de Televisa-, tuvo como pretexto la entrevista que le hizo Aristegui a Enrique Peña Nieto. Defensa a ultranza de quien dice va a ganar las elecciones presidenciales.
La “democracia demencial” está saltando en este país y los empresarios del duopolio no tienen un pelo de tontos, de ahí que ya se hayan metido de lleno a la contienda y le hayan hecho manita de puerco a los partidos que si militan en un enfermizo bipolarismo, para crear eso que ya conocemos como la “telebancada” del Senado.
Ninfa Salinas Sada, hija de Salinas Priego, es diputada federal y ahora candidata pluri por el PVEM, quien además ha propuesto a Juan Gerardo Flores, diputado federal y cercanísimo a Televisa.
El PRI postula al presidente de TV Azteca, Jorge Mendoza Garza, quien por si fuera poco hoy es Senador y fue presidente de Información y Asuntos Públicos de TV Azteca; Tristán Canales Najjar, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión y para complementar Arely Gómez González, quien es hermana del vicepresidente de Noticias de Televisa, Leopoldo Gómez.  Además de los candidatos a diputados también relacionados con el poderoso duopolio como Mónica García ex empleada de Televisa; Humberto Sarkis, secretario de la Comisión de Radio y Televisión de la Cámara del ramo, y al director general de la Asociación de Radio del Valle de México, Simón Valanci. Solo faltaron el Chavo del 8 y el Chapulín Colorado.
Sin duda, lo sucedido con la periodista Carmen Aristegui tendría que servir para reflexionar sobre lo que como país nos espera en materia de medios de comunicación y que nos quede bien claro que en esta contienda lo que vemos es una gran incongruencia de las “izquierdas” y se ratifican los compromisos del PRI con las televisoras.
Lo demás, es sin duda un pleito entre empresarios, tan voraces y explotadores que pueden jactarse los Carlos Slim, los Salinas Pliego y los Emilios Azcárraga de pertenecer a una élite que mantienen los millones de usuarios de la televisión abierta o de paga, telefonía y los servicios del triple play que nos ofrecen con los precios más altos del mundo  y que dentro del poder podrán legislar a su modo y conveniencia con la venia del PRI y de la “izquierda”.



A RESERVA, Política de Estado, desgarrada, como la velaria


A reserva
Política de Estado, desgarrada, como la velaria

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ
Las fiestas de la Guelaguetza cumplirán 80 años en julio próximo y la celebración será bajo el toldo desgarrado que nos hace observar a año y medio al gobierno del cambio y hacer una comparación simbólica entre la triste y destruida velaria y un gobierno que reconoce, por un lado, la ingobernabilidad y su incompetencia para alcanzar consensos mínimos y, por otro, continúa con harta enjundia el culto a la personalidad del “señor gobernador”.
Durante meses y meses el techo del auditorio fue reconocido como el monumento a la corrupción, con sobrada razón, a pesar de la oposición social, el nuevo gobierno se empeñó en instalar la velaria, argumentando una y mil razones de carácter legal y presupuestario, eligiendo sin concurso un nuevo proveedor. Netzahualcóyotl Salvatierra, el rico empresario constructor habilitado secretario de SINFRA aseguró que todo estaba perfectamente calculado y revisado por peritos expertos en la materia. ¿Qué pasó? ¡Qué se les cayó!
Como se han caído las expectativas que implicaban no solo el cambio sino la transición, la verdadera y palpable transición democrática. Bueno, al igual que la velaria queda uno que otro pedazo, pedazos que se sostienen con alfileres y que el gobierno, este de la paz y el progreso, no han sabido remendar en beneficio de las y los oaxaqueños, que ven con desesperanza y enojo, con mucho enojo, el tejido social desgastado, fracturado y sienten como una burla insultante los eventos mediáticamente exaltados que no redundan en beneficio alguno para la población.
El hasta ahora fallido intento denominado “Acuerdo para la gobernabilidad” -que ha resultado como las llamadas a misa en pueblo hereje, por inconsistente y francamente mañoso-, considerando que en una actitud ambigua, por un lado, tiende la mano dadivosa con algunos grupos rijosos, apostando a mantener la vela en pie, y por otra, en una actitud arrogante y muy poco inteligente, anula de facto la opinión de  grupos y asociaciones que cuestionan sus acciones y omisiones.
Que difícil abrigar Oaxaca cuando los ganchos que tejen la estructura del gobierno responden a tantas manos, unos usando la derecha con singular torpeza y otros que destruyen queriendo presumir con la izquierda el tejido fino. Lo cierto es que hoy por hoy Oaxaca esta descobijada con tremendos hoyos que crecen con el vaivén sin rumbo de una política que no acaba de ensartar los hilos que remienden los grandes males de antes y los de ahora.
La ciudadanía que creyó que su participación revestiría
–ahora sí- la democracia en un gobierno ciudadano, un gobierno que dijo “mandaría obedeciendo”, un gobierno que consultaría la opinión del pueblo; ahora está desencantada. Oaxaca no encuentra el camino, el gobierno no da luz y la sociedad va empujándose, con intereses extraviados y muchas veces confrontandose.  
Sin embargo, el gobernador Cué Monteagudo todavía cuenta con uno que otro sujeto de la llamada sociedad civil que alza banderas y esgrime espadas justicieras en nombre del “poder ciudadano”, un poder casi exiguo y cooptado frente al poder partidario que sigue desenfrenado, que como buitres pervierten y se devoran unos a otros cual carroña.
Resultaría interesante descubrir los coeficientes políticos que determinan las acciones del gobernador Cué Monteagudo en razón de la ciudadanía y sus diversos intereses; cómo resuelve o a quién escucha cuando decide dar importancia algún grupo o desecharlo de plano. En qué momento un personaje es ventajoso o se vuelve incomodo ¿Habrá algún criterio? Mas parecen ocurrencias o desvaríos anímicos.
Algunos ejemplos:
PROAX , asociación civil dirigida por el  artista plástico, oaxaqueño de fama internacional, Francisco Toledo, y muchas más personalidades del ámbito cultural e intelectual, emplazó a Cué a cancelar la construcción del distribuidor vial de la ciudad capital argumentando, desde febrero pasado, la ausencia de concurso y licitación legal, rechazando el proyecto arquitectónico; al parecer en esa ocasión convencieron al dispuesto gobernador quien ordenó al secretario de las Infraestructuras detener la obra.
Lo francamente oscuro y retorcido es que después de una campaña mediática -por supuesto con el fin de desacreditar su oposición a dicha obra-, que “destapa” el silencio omiso e inacción de Toledo y su grupo, en los mamotretos de remodelación francamente ofensivas  que hizo el multimillonario Alfredo Harp en San Pablo y las que ahora mismo hacen en diferentes iglesias del centro histórico; situación que ha confrontado a personas y sectores oaxaqueños que difícilmente abonará a esa caraqueada “gobernabilidad”.
El procedimiento de elección de las instancias de dirección de la tan repiqueteada Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca –tan largo el nombre como la serie de irregularidades que arrastra-. Desde la reforma constitucional, la ley reglamentaria como el supuesto proceso de elección, suponían un ejemplo de participación ciudadana; diversas organizaciones hicieron la tarea, se esmeraron, bruñeron sus diferencias y el gobernador, entonces, se ufanó de su cercanía con la sociedad, se aprovechó de quien actuó en su legítimo derecho de participación democrática. Pero asestó tremenda puñalada trapera para entregarle en charola de plata la oficina del ombudsman a quien solo representa intereses lóbregos del pasado y el pago de complicidades insanas.
Por supuesto la respuesta de estas mismas agrupaciones que fueron sus aliadas, ahora son sus más recias detractoras. ¿Qué cara presenta Cué Monteagudo ante la sociedad?
Una declaración y otra, un convenio y otro, un decreto y otro. Muchas visitas de alto rango, suntuosos eventos, pomposa publicidad. Solo eso, que no se traduce en acciones claras y contundentes, que cada día que pasa, cada semana, cada mes, suenan más a escarnio, a desgobierno, a ingobernabilidad, a  ingobernanza. Nuestro techo se rompió.
¿Podemos creer que en Oaxaca la violencia hacia las mujeres está disminuyendo por la sola declaración de que este año sería el de la NO violencia contra las mujeres? Que ocurrencia siniestra, cuando las familias de 117 asesinadas no encuentran justicia, cuando la violencia en las escuelas llega a grados de violaciones a estudiantes como sucede en los CECYTE del Estado, cuando los médicos sobrepasan la ética médica y los derechos a la salud sexual y reproductivos de las mujeres no se garantizan; cuando la impunidad supera todos los excesos si de mujeres se trata. Parece que no le importa al gobernador incluir a las mujeres en su acuerdo de gobernabilidad.
Y las organizaciones en defensa de la diversidad sexual y contra la homofobia ¿estarán incluidas en su acuerdo de gobernabilidad? Será que ahora sí se va impulsar en el congreso local la ley contra la discriminación –también resultado del esfuerzo ciudadano-que por cierto va a cumplir un año que se anunció con estruendosa publicidad; entonces como ahora se firmó un acuerdo con el presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Ricardo Bucio Múgica. Otro discurso, más promesas, otro decretazo y nada, nada se concreta, nada es verdad.
Qué decir del triste destino del padre Solalinde, defensor de los derechos humanos de migrantes, el defensor no puede ser protegido por el Estado, ni poniéndole guaruras, y el mismo Estado –inaudito- le tramita asilo en el país del norte. Qué podemos esperar las y los ciudadanos comunes en cuanto a la garantía de seguridad, libre expresión y tránsito en Oaxaca, responsabilidad absoluta del gobierno democrático.
 Esto es ingobernabilidad.
 Los amores y desamores del gobernador muestran con claridad la falta de solidez en la línea política y sus desajustes anímicos ante personajes y grupos que responden de acuerdo a sus alcances y en la medida de sus influencias. Los devaneos políticos tienen consecuencias mediáticas, unas más graves como la última publicación sobre Oaxaca y su gobierno en la revista Proceso, cuando en algunos números anteriores habían ponderado con francas alabanzas las actuaciones del mismo gobernador Cué.
Pobre gobernador, en manos de su tutor político, al que los hilos se le enredaron, por mover con tanto brío su mano derecha y en manos de la izquierda que en Oaxaca teje al revés,  la gobernabilidad se le va cada vez más lejos y Oaxaca con la capota resquebrajada, como la velaria.