jueves, 1 de septiembre de 2011

VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS Y LOS PASAJEROS EN EL AEROPUERTO BENITO JUÁREZ DE LA CIUDAD DE MÉXICO


El pasado jueves 25 de agosto viaje vía aérea de la Cd. de México a Oaxaca, al llegar al filtro de seguridad de la puerta D de la terminal 1 del aeropuerto Benito Juárez, siendo las 17.20 hrs., el operador de la banda de rayos X me dijo que tenían nuevas reglas y que cada 10 personas tenían que hacer una revisión exhaustiva, es decir, tenían que abrir mi maleta, revisarla con detenimiento, pasar unas bandas detectoras de drogas, y a mi tenían que revisarme manualmente.

Le dije que podían revisar lo que quisieran de mis pertenencias pero que a mí no tenían porque tocarme, para eso tienen los aparatos de detección de metales y si buscan drogas tienen a los perros que las detectan. En ese momento mando llamar a una mujer llamada Rosa López, encargada de hacer la revisión, para enseñarme la clausula de un reglamento del aeropuerto referente a las medidas de seguridad, en donde NO decía explícitamente que podían catearme. Argumente que los derechos humanos no pueden estar por encima de un reglamento.

En ese momento llegó Omar Hernández, Oficial de Policía, con cerca de 15 personas más de la PGR y personal del aeropuerto para decirme que era por la seguridad de todos, y entonces le pregunte, ¿dónde está mi integridad como persona? Ustedes me están violentando, si quieren hacer la inspección fírmenme un papel donde diga que me están tocando en contra de mi voluntad. La respuesta fue autoritaria y prepotente: Nosotros no le vamos a firmar nada, no tenemos porque seguirla escuchando, si no se deja tocar no puede pasar.

Me sentí en total indefensión, quise hacer una llamada y no me dejaron, diciéndome que en esa área no podía usar el celular. El coraje, la impotencia, la humillación, el sentir que las leyes y los decretos internacionales, como son los derechos humanos, pueden ser pisoteados por las autoridades.

El trato fue humillante, me revisó Rosa López que abrió todas mis cosas, pasó unas bandas por mis objetos que puso en un aparato para ver si había drogas. Después me tocó de la cabeza a los pies de frente y vuelta, al terminar me pidieron mi identificación y mi pase de abordar, les dije que ya me había identificado con la línea aérea por la que viajaba y que presenté esos documentos al ingresar al área de los filtros. Acto seguido, volvieron a llamar a los policías diciendo que no me quería identificar. Me obligaron a presentar mis papeles nuevamente, apuntaron todos mis datos, como si me estuvieran fichandome. Cuando terminaron se rieron.

Al llegar a abordar el avión comenté lo sucedido con la gente de la línea aérea en la que viaja, me dijeron que no tenían porque haberme tocado, que era un abuso de poder, que hiciera una demanda ante derechos humanos y pusiera mi queja en el aeropuerto, lo cual estoy haciendo en este momento.

Aunque el gobierno federal diga que todo está bien, estamos viviendo en un Estado de Excepción donde está en peligro la libertad de los habitantes del país, cualquiera puede ser un chivo expiatorio. La ley de Seguridad como está planteada viola las garantías individuales. La lucha por lograr el decreto de los derechos humanos después de tanta barbarie se está viniendo abajo, estamos volviendo a la época del oscurantismo. Mientras nos quedemos callados y no protestemos antes los abusos de poder seguiremos a expensas de las decisiones de unos cuantos y estamos en riesgo de perder nuestra integridad como seres humanos.

¡¡¡NO TE CALLES, HAZ CONCIENCIA!!!

DIFUNDE ESTE COMUNICADO POR TODOS LOS MEDIOS POSIBLES

LA RAZÓN PUEDE MÁS QUE LA FUERZA

TZINNIA CARRANZA LÓPEZ

Palabra de Antígona. Mujeres víctimas de la barbarie

Sara LOVERA

En Monterrey, el 25 de agosto se recordará como uno de esos días que acicatean el alma y producen tal indignación que supera toda inteligencia. No puede combatirse la violencia con violencia.

En ello estamos de acuerdo miles de mexicanos y mexicanas. El documento de 36 propuestas elaborado por la UNAM establece claramente que la estrategia contra el crimen ha sido una equivocación y proponen que los militares deben volver a sus cuarteles.

Los hechos en el casino Royal, donde perdieron la vida 40 mujeres y un número no determinado de hombres, es una clara evidencia de la lucha patriarcal, de la irracionalidad en que está sumido el país, sin timón, sin estrategia y sin camino. La muerte de miles de civiles en los últimos seis años, sin explicación racional, excepto el de una una guerra, según el hombre que desgobierna desde Los Pinos, hoy él mismo define como terrorismo.

¿A dónde se quiere llegar? me pregunto. Nos están mandando un mensaje de que no existe territorio alguno donde no gobierne el crimen. O nos están diciendo, con tres mil policías y militares, que el país no tiene solución democrática.

Hay personas muy mal pensadas o pensantes que advierten que estamos frente a un poder policiaco y militar, donde no existe la seguridad ciudadana por el crimen organizado, ese que se organiza desde los poderes fácticos, los gobernantes, los políticos de distintos niveles, y quienes apuntalan cerrarle a la ciudadanía una solución pacífica y democrática.

Tengo que preguntarme si existe alguna posibilidad de realizar elecciones en México; si hay alguna posibilidad de parar el crimen.

Rociar con gasolina un sitio público, me remontó a los años de las dictaduras en América Latina, donde los gobiernos militares se instalaron frente a la ingobernabilidad de los civiles, dijeron, porque tenían que acallar a pueblos enteros en protesta.

Ahora, como Felipe Calderón llama enemigos a las bandas que ayudó a hacer visibles; a grupos paramilitares que existían en México, a delincuentes que tienen y se benefician de toda clase de negocios, esos que como dicen algunos intelectuales tienen permiso para matar.

Estamos todas y todos en riesgo, sistemáticamente, nos movemos en medio de una selva espesa y opaca que nos produce mucho dolor. Calderón se quiere justificar. Se le ha retado, muchas voces están ciertas de que se equivocó; a cambio, su actitud y sus palabras son idénticas a las de los militares sanguinarios de Argentina o a las justificaciones de Augusto Pinochet en Chile, a George Bush frente a los ataques a las Torres Gemelas, que luego se supo que exageró e inventó el origen real de tales ataques, para irse contra los países que tienen el petróleo y la seguridad material para sostener el dominio del imperio.

En México no sabemos contra quién o quiénes se combate, por qué tanta locura armada, por qué el empecinamiento. Su jefe de seguridad frente a las propuestas de Vicente Fox, asume que se perdería ¿Qué se perdería? pregunto, frente a la pérdida cotidiana de vidas, de tranquilidades, de progreso.

No hay palabras para seguir. Desde estas líneas sólo quiero poner nombre a 33 de las 40 mujeres que ahí murieron.

Mujeres que estaban en su ludo terapia, en lo que se quiera decir, eso es harina de otro costal, lo que importa, como a las víctimas de Acteal -otra barbarie- que no se nos olviden, porque son víctimas de esta política, que los sabios dicen, es equivocada, víctimas de un enfermo de violencia e irracionalidad que tiene casi cinco años en la casa presidencial, un loco de poder que solamente maneja un lenguaje vengativo e irracional.

Se han identificado 33 mujeres entre las víctimas inocentes de esta masacre. El domingo 28 se sabía que fueron 40, pero no tienen todavía nombre, por no estar identificadas:

1. Adelina Hernández Huerta

2. Aída Cavazos de la Peña

3. Azucena Rocío Dávila de la Garza

4. Carmen Adriana Flores

5. Edith Castillo Ramírez

6. Flor María Hernández Gómez

7. Idalia Elizabeth Walls

8. Irma Sofía Vélez Álvarez

9. Isabel Ladrón de Guevara

10. Juana Saldaña García

11. Julia Yuridia Cardona Morales

12. Karla María Espinosa Vega

13. Laura Adriana Gregorio Navarrete

14. Lilia Elma Vela Vázquez

15. Lorena Villarreal Elizondo

16. Lucía del Carmen Anguiano Lucio

17. Magda Liliana González Zamarripa

18. María de los Ángeles Pérez Patlán

19. María del Carmen Martínez

20. María Dolores Campos Rodríguez

21. María Elena Moreno Luna

22. María Esperanza Alanís Chapa

23. María Guadalupe Monsiváis Estrada

24. María Hilda González González

25. María Martha Navarro Moreno

26. Martha Elena Gutiérrez

27. Miriam González González

28. Nora Elia Ortegón de Lomelí

29. Petra Bustos Vázquez

30. Priscila Barbosa Zapata

31. Rosa María Ramírez Díaz

32. Sara Aurora Ramírez

33. Yolanda Rocha Delgado

Quien mandó esta lista para que no se nos olviden, agregó en su envío: “Desalienta que a la par que hemos avanzado en la creación de mecanismos que previenen y atienden el problema de la violencia contra las mujeres, aumenta el número de feminicidios”.

En Nuevo León 74 mujeres fueron asesinadas en el 2010.En lo que va de 2011 se han cometido 143 asesinatos contra ellas, de ellos 10 en contra de menores de edad. El mayor porcentaje de los hechos delictivos se registra en Monterrey, la ciudad más poblada de esa entidad ubicada al norte del país.

A las estadísticas de la pérdida de vidas humanas hay que añadir la omisión o inacción del Estado, al no brindar seguridad ni protección a sus habitantes para reducir los índices de criminalidad o eliminar el problema. Además, la mayoría de los asesinatos suelen quedar en la impunidad por una deficiente investigación o por falta de denuncias, sobre todo cuando son cometidos por la delincuencia organizada, a la que se le imputa el mayor número de los asesinatos de mujeres y quién sabe si es cierto. No tenemos registros confiables, a pesar de que la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida sin Violencia lo establece y reclama desde 2007.

saralovera@yahoo.como.mx