martes, 4 de marzo de 2014

A propósito del Día Internacional de la Mujer Violencia de Género: un fenómeno social y político



A propósito del Día Internacional de la Mujer
Violencia de Género: un fenómeno social y político

Norma REYES TERÁN*
La sanción y por consiguiente la prevención y atención de la Violencia de Género contra las mujeres es un asunto pendiente. Principalmente por las siguientes razones:
1. Contamos con un marco jurídico inadecuado;
2. Tenemos una arquitectura institucional inapropiada; y
3. Ejercemos un presupuesto insuficiente y mal diseñado.
Empeoran el escenario la falta de sensibilidad social y política frente a la violencia contra las mujeres; evidenciada en una opinión pública ignorante y superflua a la que no hemos sabido educar; la ausencia de propuestas al respecto en las plataformas de los partidos políticos y la reproducción de políticas públicas que favorecen y extienden las desigualdades de género.
Respecto al marco jurídico es indispensable la armonización legislativa del estado de Oaxaca con los contenidos de los Instrumentos Internacionales en materia de Derechos Humanos de las Mujeres y la Ley General. El fin es lograr que las legislaciones garanticen la protección de las mujeres y el diseño de una política global que actúe a través de medidas integrales en contra de la violencia de género. En la práctica dicha armonización se está llevando a cabo de manera simplista y la mayoría de las veces errónea.
Los marcos jurídicos deben asegurar la obligación de diseñar, ejecutar y evaluar acciones orientadas a la prevención de la violencia contra las mujeres por razones de género, mediante acciones diferenciadas en los ámbitos sociocultural, de las instituciones e individual. Asimismo, deben lograr que la sociedad perciba la violencia de género contra las mujeres como delito, como un problema de derechos humanos, de salud pública y de seguridad pública, lo que sin duda llevaría a desnaturalizar el fenómeno y a prevenirlo de manera estandarizada.
En Oaxaca, donde únicamente se aprobaron en 2008 y 2009, modificaciones al artículo 12 de la Constitución Política local (para prohibir la trata, dar paso a una Ley de Paternidad Responsable y la obligación de los municipios de coordinarse con el gobierno estatal en materia de violencia de género), así como la creación de una Subprocuraduría Especializada en Delitos por Razones de Género, legislación inoperante porque por un lado, se negaron a sustituir la Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Intrafamiliar aún vigente en Oaxaca, y por otro, están ausentes, las modificaciones al Código Penal, Civil y de Procedimientos; la Ley Estatal de Salud y de Educación; a las normas de Ejecución de Sanciones Privativas y Medidas Restrictivas de Libertad; a la Ley de Mediación y Ley Orgánica de la Procuraduría de Justicia, entre otras.
Las Leyes Estatales deben prohibir llevar los casos de violencia de género contra las mujeres y las causas que tengan relación a los procedimientos de mediación y conciliación y a cualquier otro mecanismo alternativo de solución de conflictos.
En relación con la arquitectura del gobierno, existen dos situaciones:
La primera es que las instituciones encargadas de procurar e impartir justicia locales se encuentran en situación de crisis, debido al enorme poder del crimen organizado, a la corrupción, ineficiencia y falta de capacitación de las plantillas y equipos.
El segundo planteamiento: mientras para el combatir el crimen organizado se realiza un proceso de modernización sin precedentes que se refleja en los Presupuestos de Egresos, la violencia de género contra las mujeres, no forma parte de la violencia social que se percibe y que se persigue; no es el tipo de violencia que encoleriza a las masas y la hace salir a las calles a pedir la renuncia de los funcionarios.
El tema no figura en la agenda de la seguridad pública nacional y por consiguiente estatal y no ha sido tocado dentro del Consejo Nacional de Seguridad Pública. Pese al número de mujeres asesinadas anualmente por esta causa, la falta de legitimidad del tema hace que el rediseño de la arquitectura institucional para su adecuada atención y sanción, parezcan vanas ilusiones, aunque de cierto sabemos que no lo son y que se requieren urgentemente (previa armonización legislativa):
En el ámbito de la seguridad pública, la creación de Unidades de Policía Especializada en Violencia de Género contra las Mujeres; y en el control y ejecución de las Órdenes de Protección dictadas por las autoridades competentes; y la implementación de procesos educativos de especialización sobre la violencia de género contra las mujeres, dirigidos a los diversos niveles jerárquicos de su personal; y la instalación de Centros Reeducativos para individuos que ejercen violencia de género en la dirección de readaptación de la SSP.
En el ámbito de la procuración de justicia, se requiere que la Subprocuraduría Especializadas en Delitos por Razones de Género contra las Mujeres, cumpla con la responsabilidad de investigar y perseguir los delitos que, de conformidad con la Ley y los Códigos Penales, -previamente modificados- constituyan violencia de género contra las mujeres, además de intervenir en primera y segunda instancia en los asuntos civiles o familiares en los que las mujeres sean víctimas de estos ilícitos.
Debe asignarse a estas áreas, atribuciones para conocer de las denuncias y querellas sobre hechos que puedan constituir actos violentos contra las mujeres; entre otros, de los delitos contra la libertad y el normal desarrollo psicosexual; de los delitos de lesiones y homicidio ya previstos en el Código Penal; además debe revisarse la tipificación en dichos Código del delito de feminicidio  y otros asesinatos por otros motivos de discriminación; de los delitos de violencia de género, el aborto forzado, pornografía y trata de personas, inseminación artificial no consentida y esterilización provocada, rapto, privación ilegal de la libertad; inducción al suicidio cuando el activo fuese el cónyuge de la mujer víctima o tenga o haya tenido alguna relación de hecho con la misma; del delito de abuso de autoridad por motivos de género, y cuando se trate de una indagatoria o proceso que se siga por cualquiera de los delitos citados; del delito de responsabilidad médica cuando se trate de interrupción voluntaria del embarazo, mujeres víctimas de violencia de género y mujeres en periodo de gestación.
Estas áreas deben contar con agentes del ministerio público adscritos, con responsabilidad para dictar las órdenes de protección que la Ley General establece, así como intervenir en primera y segunda instancia en los procedimientos del orden civil y familiar, en los casos en que las mujeres sean víctimas de los delitos reseñados.
Será necesario establecer que la Subprocuraduría cuente con una subdirección de averiguaciones previas, consignaciones y control de procesos, un grupo de investigación especializado, una unidad de servicios periciales, una subdirección de atención de mujeres víctimas de violencia de género y un departamento de informática que incorpore al Sistema de Información de la procuraduría de justicia, los indicadores que faciliten el monitoreo de las tendencias socio-jurídicas del fenómeno y la aplicación de la Ley
En el ámbito de la defensoría pública se requiere que las instituciones que realizan esta labor, se obliguen a asignar personal debidamente especializado, en todos los procedimientos y juicios que tengan como causa directa o indirecta los actos violentos contra las mujeres, independientemente de la materia de que se trate.
En el ámbito de la impartición y administración de justicia es necesario crear Tribunales Mixtos Especializados en Violencia de Género Contra las Mujeres, así como la de modificar sus sistemas estadísticos para incorporar los indicadores que faciliten el monitoreo de las tendencias socio-jurídicas del fenómeno y la aplicación de la Ley; y la obligación de establecer un órgano  que institucionalice la perspectiva de género en la administración e impartición de justicia.
Por otra parte, será necesario que las Procuradurías de Justicia y Tribunales Superiores de Justicia puedan conocer de los hechos que constituyan delitos violentos cometidos contra las mujeres por motivos de género, estableciéndose en ambos un catálogo de carácter enunciativo de estos delitos. Asimismo, deberán poder dictar las Órdenes de Protección que la Ley General prevé, e intervendrán y conocerán, según corresponda, de los procedimientos del orden familiar y civil, en los casos en que las mujeres sean víctimas de los actos de violencia de género, entre otras atribuciones.
Con estas medidas se pretende dar fin al peregrinar de las mujeres víctimas de una oficina a otra, al tiempo que se protege su vida, su integridad y su patrimonio
Para esta nueva arquitectura institucional se requieren presupuestos que hasta ahora  son escasos y van a contrasentido. Se necesita que cada una de las instituciones y dependencias, así como el poder judicial y legislativo responsables de intervenir sobre el fenómeno destinen un porcentaje del total de sus presupuestos, aprobados por el Congreso Local.
Contar con un marco legal y una arquitectura adecuadas para enfrentar el fenómeno de la violencia contra las mujeres, es tan importante como contar con recursos económicos bien orientados y eficientes .
Solo así, el gobierno de Oaxaca podrá hablar de una respuesta unificada y contundente de los Poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo frente al fenómeno de la Violencia de género contra las mujeres, algo que la sociedad civil ha reclamado de manera insistente.
*Especialista en género y ex directora del IMO.


Hay mujeres para rato *Libro escrito con cien artículos para conmemorar el 60 aniversario del voto



Hay mujeres para rato
*Libro escrito con cien artículos para conmemorar el 60 aniversario del voto

60/40 en 600, Hay Mujeres para Rato, es el título de un libro conmemorativo del aniversario del voto femenino, escrito en octubre y presentado el pasado 20 de febrero en la ciudad de México.
En poco más de 60 mil palabras cien autoras y autores invitados por la Secretaría de Promoción Política de la Mujer, del Partido Acción Nacional (PAN), ponen a discusión un tema importante, un derecho de las mujeres que aún está por concretarse y que pronto cumplirá 200 años, considerando el episodio de las mujeres zacatecanas que recién terminada la guerra de Independencia pedían participar en la vida política del nuevo país. Me pregunto ¿eso habría cambiado el rumbo de México?
No es un libro de la derecha, no es un libro conservador, es un diálogo plural, donde sí escriben un número importante de mujeres y hombres que militan en el PAN, pero también hay otras personas de distintos quehaceres, afiliaciones partidistas y hasta servidores públicos de los gobiernos federal, estatales y municipales.
Lo cierto es que a lo largo de esta lectura, cada autor y autora contó con la posibilidad de escribir en 600 palabras su opinión sobre la participación política de las mujeres a 60 años del sufragio femenino, suma de voces y propósitos tienen más coincidencias que divergencias. La coincidencia es la necesaria participación de las mujeres como un acto de reconocimiento de los derechos de las mujeres, como una acción que todo país democrático no debe omitir y como parte del avance de las mujeres.
Pero además ofrece a lo largo de sus páginas y de acuerdo con la visión de cada una de las 60 mujeres y 40 hombres que participaron, datos históricos, nombres de mujeres que salen a la luz, episodios que no habían sido escritos, fechas fundamentales, detalles significativos y hay a lo largo del texto una especie de radiografía numérica de lo que ha sido y es la participación de las mujeres. Un camino, sin duda, ascendente. Sin embargo, no debemos engañarnos, como bien se establece en una mayoría de los escritos de este nuevo libro, cuando se cuestiona la asignación de roles socialmente construidos que privilegian a unos y dejan fuera a las otras, en específico del ámbito público, el del poder, que en este caso está representado en los propios partidos políticos, los gobernantes en turno a lo largo de estos últimos 200 años del México independiente, a todos ellos se les mira críticamente.
Este libro a cien voces nos ayuda a explicar por qué las mujeres parecen llegar con retraso a los espacios del poder y de toma de decisiones. Una condición que no es natural que cómo se ha explicado durante años por el feminismo y los estudios de género, ha sido elaborado minuciosamente, casi con precisión milimétrica. Un ejemplo claro es cómo esta lucha por la igualdad entre hombres y mujeres dentro del poder público, sea en procesos electorales o sea por designación directa en el funcionariato, no es una tarea acabada y como se advierte en uno de los escritos, podría sufrir un retroceso, que esperamos no sea el caso del nuestro.
Una gran mayoría de las autoras y autores reconocen los avances en estos 60 años, pero también advierten que todavía resultan insuficientes y se plantean que existe un acto de injusticia con las mujeres, a quienes de una u otra forma se les ha regateado la paridad, que por cierto es hoy una realidad en la ley, y tendremos que esperar a los hechos para observar la realidad. La de “a deveras” como decimos en México.
Si las mujeres hacemos una coincidencia precisa de este camino largo de 60 años y de cómo nos vemos en ese “hay mujeres para rato”, parafraseando el título del libro, ambos, mujeres y hombres estamos de acuerdo en que las leyes a veces resultan insuficientes para alcanzar la igualdad sustantiva y que se requiere de una férrea voluntad para cambiar esta historia.

Pero siempre nos persiguió invariablemente, dicho de un modo o de otro, una misma pregunta: ¿qué hace falta para conseguir la igualdad política como práctica cotidiana? Planteamiento que se sigue haciendo más allá de la reforma política recién aprobada y que garantizará en futuras elecciones la paridad, lo que no significa que sea posible, considerando de qué manera y cómo los hombres que están en el poder se las han ingeniado para evitar que ellas también sean mujeres para rato. (Parte de la presentación hecha por Soledad  Jarquín Edgar en la ciudad de México durante la presentación del libro).

PORTADA DE LAS CARACOLAS MARZO 14

PoRTADA LAS CARACOLAS MARZO 14

“ESTADÍSTICAS A PROPÓSITO DE… DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER (8 DE MARZO)”

“ESTADÍSTICAS A PROPÓSITO DE…
DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER (8 DE MARZO)”
DATOS ECONÓMICOS NACIONALES


·     A 41,100 pesos al año equivaldría la contribución de cada una de las mujeres a sus hogares por realizar las labores domésticas y de cuidados no remuneradas en el año 2011.
·     En 2007 había poco más de 640 mil mujeres como responsables de las unidades de producción rurales.
·     En 2012, el total de personal ocupado en el sector construcción fue de 720,448 personas, con una participación de las mujeres del 11.1%.
·     Del total del personal ocupado en las industrias manufactureras en el año 2012, las mujeres participaron con el 33.9 por ciento.
·     Para el año 2012, en los servicios privados no financieros, las mujeres participaron con el 47.7% del total del personal ocupado.
·     En ese mismo año (2012), las mujeres participaron con el 14.9% del total del personal ocupado en el sector transportes, correos y almacenamiento: fueron 62,460 mujeres ocupadas.
·     Poco más de 160 mil mujeres estuvieron ocupadas en el comercio al por mayor durante 2011 (26% de la ocupación en este sector), mientras que en el comercio al por menor, la ocupación de las mujeres fue más intensiva, alcanzando el 51% de los 5’110,689 personas ocupadas en ese año.

El origen de la celebración de este día se remonta a finales del siglo XIX con los cambios producto de la industrialización y con el surgimiento de movimientos diversos de corte ideológico entre los que se enmarca la lucha de las mujeres para que les fueran reconocidos los mismos derechos que a los hombres en el ámbito laboral, político, económico y social.
Por primera vez en 1908, el partido socialista de EE.UU. celebró el día nacional de la mujer, y en algunos países europeos, el 19 de marzo de 1911 inició la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con un mitin al que concurrieron más de un millón de mujeres que exigían, además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. A partir de 1914 dio principio la conmemoración de este día el 8 de marzo de cada año y paulatinamente su significado se fue extendiendo a la lucha en búsqueda de la dignificación de la mujer en todos los ámbitos de la vida humana. En Latinoamérica fue hasta la década de 1980 que comenzó esta celebración, como consecuencia de la I Conferencia Mundial sobre la Mujer, efectuada en México en 1975.
En nuestro país, como en casi todo el mundo, cada 8 de marzo es ocasión para analizar y reflexionar qué acciones se han realizado y qué falta por hacer para garantizar los derechos de las mujeres mexicanas y la equidad de género.
Al respecto, como fuente de información y de análisis para definir políticas de equidad de género en el ámbito económico y social, en México se dispone de distintos estudios estadísticos sobre la participación de la mujer en diversas actividades; en particular, se cuenta con información que permite conocer su contribución a la vida económica del país.
Es un hecho que la mujer no solamente está en casa, sino que también participa en diferentes actividades productivas. A través de la Cuenta Satélite del Trabajo no Remunerado se efectúa la valoración económica de los servicios que se prestan al interior de los hogares, como son el quehacer doméstico y el cuidado de las personas; asimismo, a través de los Censos Económicos, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presenta cada cinco años información detallada sobre el personal ocupado por sexo y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), además de compartir cifras de las mujeres que trabajan, cada tres meses ofrece información sobre las mujeres dueñas de negocios (empleadoras con trabajadores remunerados).
De esta manera el Instituto refrenda el compromiso asumido desde hace varios años para generar y difundir estadísticas con enfoque de género, que señalen las diferencias y evidencien los retos que la sociedad mexicana debe enfrentar para avanzar en el camino hacia la equidad entre hombres y mujeres.


MUJERES DEDICADAS A LABORES DOMÉSTICAS Y CUIDADOS NO REMUNERADOS

El papel de la mujer en el trabajo no remunerado del hogar tiene un aporte fundamental en el bienestar de la población al realizar las labores encaminadas a producir los bienes y servicios que no se compran en el mercado, ya sea por cuestiones económicas o por costumbre. Por ejemplo, en los hogares, los alimentos requieren ser cocinados e incluso servidos; la casa y su mobiliario necesitan limpieza y mantenimiento; los niños, los adultos mayores o las personas con alguna limitación física o mental necesitan atención y cuidados. Éstas constituyen sólo unas de las tantas actividades que componen el trabajo no remunerado del hogar.
En el año 2011 las mujeres tuvieron la mayor carga total de trabajo, con 54.2% del total; lo que implica que por cada 10 horas de trabajo total femenino, los hombres realizaron 8.5 horas.


En cuanto al valor económico de las labores domésticas y de cuidados no remuneradas, las mujeres realizan 76.7% del total, que equivale a 15.6% del PIB nacional en el año 2011.
De esta manera, el monto económico de cada mujer que realiza estas labores resultó similar al contribuir con 41,100 pesos anuales para cubrir las necesidades de su hogar.
 Al dividir la contribución por sexo de acuerdo con la actividad realizada en el trabajo no remunerado en el hogar, en todos los casos la aportación de las mujeres supera el monto de los hombres; por ejemplo, en las actividades de alimentación las mujeres participan con 85.6% del rubro, enseguida está la limpieza y cuidado de la ropa y calzado, con 85.0 por ciento; mientras que la menor contribución de ellas está en las compras y administración del hogar, con 56.8% del total de ese bloque.


EL PAPEL DE LAS MUJERES EN EL ÁMBITO LABORAL

Las estadísticas de género han sido reconocidas como una herramienta imprescindible para tener una visión de las distintas actividades económicas en que se desempeñan las mujeres. A continuación se muestra información sobre la participación que tienen las mujeres en los sectores primario, construcción, manufacturero, servicios privados no financieros, transportes y comercio.

MUJERES EN EL SECTOR PRIMARIO


A nivel nacional, en más de 640 mil unidades de producción agropecuaria la mujer participa  productivamente como administradora. Dichas unidades cuentan con más de 7.3 millones de hectáreas y es en dicha superficie en donde las mujeres son quienes toman las decisiones sobre las labores necesarias para la producción.

La mujer en la producción agrícola
De las más de 640 mil mujeres responsables de unidades de producción rurales, el 90% manifestó que la agricultura es la actividad económica que les aporta mayores beneficios.


En cuanto a los cultivos del ciclo agrícola primavera-verano que se producen en las unidades de producción administradas por mujeres, los principales son: maíz grano (blanco y amarillo), frijol, avena forrajera, cebada grano, algodón y chile verde. Para la siembra de estos cultivos, las unidades de producción administradas por mujeres ocupan más de un millón de hectáreas del territorio nacional.

La mujer en la producción pecuaria
La segunda actividad más importante que se realiza en las unidades de producción administradas por mujeres es la cría o explotación de animales, destacando el ganado bovino como principal especie animal aprovechada.
En 111,888 unidades de producción que están bajo la responsabilidad de las mujeres y que cuentan con ganado bovino, se concentra un aproximado de 1.8 millones de cabezas. Destaca Veracruz, con 13.7 % de las unidades de producción con reses.
Mano de obra femenina contratada
Las unidades de producción dirigidas por mujeres también representan una importante fuente de empleo para la población, ya que contratan a poco más de 800 mil personas a nivel nacional para las labores del campo.
De cada cien personas que son contratadas en las unidades de producción agropecuaria, 13 son mujeres. Las entidades federativas que destacan por contribuir con las mayores cantidades de empleo son Puebla, Veracruz, Estado de México, Guerrero y Oaxaca.

MUJERES EN LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN

En el año 2012, el total de personal ocupado en el sector Construcción fue de 720 448, con una participación de 79,664 mujeres, cifra que corresponde al 11.1 %, como se muestra en la gráfica. Cabe señalar que la  participación de las mujeres en el sector Construcción ha sido constante.



Un aspecto que caracteriza a la industria de la construcción es el tipo de contratación del personal, dado que sus trabajos o servicios pueden realizarse en cualquier entidad federativa. En este sentido, para 2012 el 48.6% del personal remunerado fue de planta (7.5% corresponde a mujeres) y el 51.4% restante fue eventual (solamente 3.0% son mujeres).


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Según la ubicación de las empresas, en el año 2012, las entidades con mayor participación de las mujeres en esta industria fueron Hidalgo, con 16 de cada cien personas ocupadas, y Sinaloa y Baja California, ambas con 14 de cada cien.

Asimismo, sólo cinco entidades concentran aproximadamente el 50% del total de mujeres ocupadas en el sector (49.7%): Distrito Federal, Jalisco, Nuevo León, Sinaloa y Estado de México.



MUJERES EN LAS INDUSTRIAS MANUFACTURERAS

En el año 2012, las mujeres participaron con el 33.9% del total del personal ocupado en las industrias manufactureras, lo cual significa que una de cada tres plazas de este sector es ocupada por mujeres.



 La participación de las mujeres en el personal ocupado total del sector manufacturero del periodo 2009 al 2012 ha permanecido prácticamente estable; es decir, la inclusión de las mujeres en las contrataciones ha mantenido su estructura o participación, como se observa en la siguiente gráfica.



De las 15 ramas económicas que ocupan mayor cantidad de mujeres, las primeras cinco que destacan son la fabricación de partes para vehículos automotores, con un aporte del 17.9% de mujeres ocupadas; la elaboración de productos de panadería y tortillas, con el 10.4%; la confección de prendas de vestir con el 6.9%; y finalmente, la fabricación de productos de plástico y la fabricación de componentes electrónicos con el 5.9% y 5.7%, respectivamente.
En conjunto, estas 15 ramas ocupan el 69.5% del total de mujeres que laboran en las industrias manufactureras.

MUJERES EN LOS SERVICIOS PRIVADOS NO FINANCIEROS

Para el año 2012, en los servicios privados no financieros, las mujeres participaron con el 47.7% del total del personal ocupado.



La participación de las mujeres en el personal ocupado total de los servicios privados no financieros de 2011-2012 se incrementó en 10 por ciento.

Actividades del sector servicios que concentran el mayor número de mujeres ocupadas

Los servicios privados no financieros se integran por nueve sectores. En 2012 la participación de las mujeres destacó en los servicios educativos, con un 62.9% de participación, seguido por los servicios de salud y asistencia social, con un 61.3% de participación, y en menor medida (49.9%), en los servicios de alojamiento temporal y preparación de alimentos y bebidas.


En 2012, las mujeres participaron con el 14.9% del total del personal ocupado; es decir, prácticamente tres de cada veinte personas ocupadas en los transportes son mujeres, como puede apreciarse en la siguiente gráfica:


Participación de las mujeres en el sector transportes, correos y almacenamiento durante el periodo 2011-2012
La participación de las mujeres en el personal ocupado total del sector transportes, correos y almacenamiento entre 2011 y 2012 ha tenido un comportamiento estable, con una ligera tendencia al incremento de la participación de las mujeres.


  Fuente: INEGI. Encuesta Anual de Transportes                                 
Estas 12 ramas económicas captan el 14.92 por ciento del total de mujeres ocupadas en el sector transportes, correos y almacenamiento. Las primeras seis donde destaca el empleo femenino son: el autotransporte de carga general, el transporte colectivo foráneo de pasajeros de ruta fija, el autotransporte de carga especializado, los servicios de intermediación para el transporte de carga y los servicios de mensajería y paquetería foránea, seguidos por el transporte aéreo regular, respectivamente.
MUJERES EN EL SECTOR COMERCIO
El sector comercio en nuestro país es una de las actividades económicas que más establecimientos concentra, por lo que la ocupación de personal también es muy significativa. En años recientes esa ocupación se ha visto afectada por el tipo de contratación: por el propio establecimiento o a través de otra razón social (outsoursing). En esta última modalidad el empleado recibía menos prestaciones sociales y garantías en su empleo (recientemente ha habido reformas laborales que han cambiado este aspecto), por lo que la Encuesta Anual del Comercio ha investigado el fenómeno dividiendo la medición en las categorías antes mencionadas y por género.
De las más de 160 mil mujeres ocupadas en el comercio al por mayor durante 2011 (apenas el 26% de la ocupación en este sector), poco menos de 93 mil eran contratadas por la empresa donde laboraron, mientras que la diferencia (70,181) se empleaban por medio de una empresa distinta.


Los giros que más mujeres emplean para su actividad son las ramas SCIAN de comercio al por mayor de alimentos y abarrotes, seguida de la de materias primas para la industria, así como la de maquinaria y equipo para los servicios y para actividades comerciales.
Durante 2012 se registró una disminución en la cantidad de personas ocupadas en el comercio al por mayor (de 636,270 en 2011 a 602,365 en 2012, (-)5.3%), impactando principalmente el empleo total de las mujeres, en (-)9.1%, una disminución de más de 15,000 plazas de trabajo.



 En el sector comercio al por menor, que son los establecimientos que distribuyen mercancías para uso personal o doméstico y los que más abundan en el país, la ocupación de las mujeres es más intensiva y superan la ocupación de hombres, alcanzando el 51% de los 5’110,689 personas ocupadas en 2011.



Nuevamente las tiendas de abarrotes y alimentos son las que más concentran mujeres en la fuerza laboral, con poco menos de un millón en 2011; le siguen las ramas de actividad comercial al por menor de ropa, bisutería y accesorios de vestir, y las tiendas departamentales. Contra lo que se pudiera pensar y como dato curioso, en el subsector de comercio al por menor de vehículos de motor, refacciones, combustibles y lubricantes, casi ocho de cada diez personas ocupadas son mujeres.
Durante 2012, en el comercio al por menor la multiplicación de puntos de venta apoya la contratación de personal, con un crecimiento total de 2.4% (llegando a 5´233,969 personas ocupadas), mientras que las mujeres incrementan el volumen de personas ocupadas en apenas 0.5% (llegando a una cifra de 2’615’637 mujeres), con lo que se equilibra en términos relativos la participación de ambos géneros, 50-50, respectivamente.