miércoles, 17 de junio de 2015

La imagen de las mujeres en la Guelaguetza (1a parte)


Noemí DOMÍNGUEZ GASPAR*

Reconocer al cuerpo y sus representaciones como territorio político para ejercicio de libertades y  autonomía en las mujeres, implica un acto un tanto transtocador al orden establecido, pues el poder biopolítico, que moldea y da pauta a las personas, deja marcas en nuestros cuerpos, cuestionar dicho poder opresivo sería una entonces una acción afirmativa hacia la libertad.

La asignación de género[1] a los cuerpos, es un proceso cultural complejo cuya incidencia se manifiesta en todas las dimensiones de la vida humana, es el inicio de un proceso inacabable de especialización de los sujetos, esta especialización origina diferencias y la valorización social de las diferencias así creadas da lugar a jerarquías, esto es, de poder y de dominio.

La importancia de las proyecciones de las imágenes y representaciones  radica principalmente, en que nos permite acceder por éste medio al análisis de los cuerpos, en como los habitamos, vivimos, compartimos, regulamos, reproducimos, discriminamos o violentamos. La imagen tiene pues, un papel fundamental en la configuración de la cultura, es el puente entre percepción e interpretación, el vínculo de las/los actores, entre ritual colectivo y la experiencia individual, el enlace entre cognición y emoción.

La Guelaguetza resulta ser lugar de la reproducción de ciertos clichés o estereotipos de lo indígena y lo mestizo, de una manera similar sucede con algunos medios de comunicación como en el cine y la televisión,  pensemos en el indio Tízoc o la india María, donde esta última, resulta ser una caricatura ridiculizante de las mujeres mazahuas del valle de México, que aparte de ser clasificadas-etiquetadas como indias, son llamadas Marías con una connotación peyorativa.

Por lo tanto, ciertas expresiones en las representación de lo indígena en las mujeres, suele ser la reafirmación de una sociedad estratificada que en algunas ocasiones legitiman estereotipos que en muchas ocasiones operan en la discriminación étnica, racial y clasista seguramente existen muchos otros caso en  América Latina y el mundo.

Reflexionar y debatir sobre los usos de las iamgenes y representaciones no es una vanalidad,  pienso que algunos de los cambios en la organización de las relaciones sociales siempre corresponden a cambios en las representaciones del poder, pero la dirección del cambio no es necesariamente única.


*Etnóloga feminista.




[1]          En nuestra sociedad occidental se reconocen  tres géneros: mujer, hombre e intersexual.

Cuando el héroe no es masculino




Drina ERGUETA
SemMéxico. - No extraña a nadie ver a un niño disfrazado de superhéroe que brinca y corre y se enfrenta a los malvados imaginarios. Resulta “natural” verle jugar así, así como resulta “poco natural” o que llame la atención la distribución de personajes de la tercera versión de la película Mad Max, furia en el camino, que ha trastocado los roles tradicionales del héroe masculino.
En su imaginación, el niño asume con ilusión esos roles aprendidos desde cientos de referentes, entre ellos desde la omnipresente comunicación audiovisual.
La nueva Mad Max presenta en femenino el protagonismo de la heroicidad, en tanto que el personaje masculino que dio nombre a las tres películas, Max, se convierte en un ayudante. Son nuevos referentes buscados intencionadamente por el director del filme, George Miller, que pidió la colaboración de la feminista Eva Ensler -autora de Los Monólogos de la Vagina– para realizar el guión.
Es marcado el simbolismo de la película debido a las características de sus personajes, donde el mal, la violencia, la explotación y la degradación son conceptos representados por los hombres, salvo el héroe secundario y algún otro “converso”; mientras que la caracterización de las mujeres es mucho más compleja.
La cinta crea cuatro tipos de mujeres claramente diferenciadas y sobre su representación se pueden hacer varias asociaciones e interpretaciones:
Están las mujeres jóvenes asociadas a la explotación sexual y a la trata, tienen características de modelos de pasarela -de hecho alguna lo es en la vida real-, son las amantes/esposas ideales, de un harén claro está, para procrear la descendencia perfecta.
Aparecen las madres proveedoras de alimento, orondas inmensas y aparentemente sumisas, también cautivas y explotadas, que remiten a la ama de casa tradicional. Están las amazonas, unas guerreras post apocalípticas de edad avanzada, con las canas al viento, sabias, libres y sobrevivientes que nos recuerdan a las feministas históricas.
Finalmente está la protagonista, Charlize Theron, una guerrera cautiva que se rebela, que rescata, que protege y que encabeza la lucha. La que quiere llevar a las mujeres a la tierra verde y vuelve para convertirse en la líder de un pueblo sojuzgado.
El rol del protagonista secundario, Max, es el de colaborador accidental en la tarea heroica, un hombre inicialmente egoísta que cambia, que suma.
Como es habitual en las películas post apocalípticas, se observa la pérdida de lo civilizado, de los valores culturales, entonces brota lo más básico de las personas, su naturaleza profunda, unas entrañas que ya no pueden ser matizadas ni controladas por una estructura social que vela por el bien común.
Así, a la naturaleza profunda de los hombres que no son Max se les asigna los conceptos de insensibilidad para con otras personas, violencia, destrucción, dominación, verticalidad y corrupción corporal, degeneración física de lo humano; mientras que las mujeres son la creación y las que proveen, tienen entre ellas casi un trato horizontal, con sensibilidad social, llevan la sabiduría ancestral, son la salvación de la especie y de la naturaleza, son la perfección y la esperanza para la humanidad.
No es extraño que haya quienes rechacen el contenido de la película, que se sientan incómodos por los valores que transmite, aunque seguramente no les perturba cuando los filmes transmiten todo lo contrario, cuando ellas solo son adornos y son pasivas, cuando se les asigna papeles siempre superficiales y tangenciales.
Las ilusiones en nuestros juegos de infancia nos marcan para toda la vida y, después, en el fondo seguimos queriendo ser ese personaje con el que jugábamos y proyectarlo sobre el mundo real. Si películas como esta hacen posible que haya niñas que jueguen a ser heroínas y no a ser princesas, a la cocinita o a ser mamá, bienvenidas sean y que sigan llegando.


¿Por qué queremos estar en las presidencias municipales?



Clara SCHERER
SemMéxico.- En primer lugar, porque es lo justo; en segundo, porque mejora la calidad (tan deteriorada) de la democracia mexicana; en tercero, porque no muchas han sido alcaldesas. El porcentaje de las mujeres que han gobernado municipios aumentó muy poquito, a lo largo de las últimas décadas (al 7% de dos mil 445 municipios). Eso ya no ocurrirá, pues las sentencias recientes del TEPJF han abierto las puertas de las presidencias municipales a las mujeres. Pero ¿Quiénes han sido y qué han hecho en sus municipios? ¿Hay diferencia entre una mujer y un hombre en la presidencia municipal?
Para responder a la primera pregunta, tenemos pocos datos sistematizados. Las primeras: Aurora Meza Andraca, 1900-1978. En el periodo gubernamental del general José Inocente Lugo (1935–1937), ante el clima político que prevalecía en el estado de Guerrero, al declararse la desaparición de poderes (5 de noviembre 1935), fue nombrada presidenta del Concejo Municipal de Chilpancingo; cargo del que tomó posesión el 1 de enero de 1936, entregando dicha responsabilidad el 22 de marzo de 1937 al señor Rafael Alarcón. Fue la primera mujer que en la República Mexicana, y en América Latina, desempeñó ese cargo.
Rosa Torres tuvo la misma distinción en la ciudad de Mérida, Yucatán, en 1936.
Las estudiosas del tema nos dicen que: “los municipios gobernados por mujeres tienden a ser pequeños, aproximadamente una quinta parte presenta grados altos o muy altos de marginación, en términos porcentuales se encuentran en el norte del país, aunque en números absolutos hay más municipios gobernados por mujeres en el sur. Algunos estados duplican o triplican el porcentaje nacional de presidentas municipales. Resalta el caso de Yucatán, uno de los primeros estados donde las mujeres pudieron ser elegidas y votar, que en dos ocasiones a lo largo de esta década ha triplicado el porcentaje nacional de presidentas, alcanzando los niveles más altos reportados en América Latina”.
Las solteras contienden más para estos puestos, sus niveles educativos son altos, tienen trayectoria política y laboral, así como antecedentes familiares en la política. Con tan poca información, lo único claro es que esos municipios, por haber sido gobernados por mujeres, ¡no sufrieron ningún daño!
En el mundo, la situación ha sido muy distinta, según nos ha permitido leer El País. Destacan, en Berlín: Louise Schroeder (1887-1957). Tras la I Guerra Mundial, fue la diputada más joven de la Asamblea Constituyente de la República de Weimar, y 26 años después, tras la II Guerra Mundial, accedió al cargo de alcaldesa de Berlín Oeste. Sarojini Yogeswaran (1934-1998) ganó en febrero de 1997 las elecciones a la alcaldía de Jaffna, la histórica capital tamil del norte de Sri Lanka.
Susanna M. Salter (1860-1961) primera alcaldesa en Estados Unidos durante sólo un año y cobró un dólar por su servicio a la comunidad. Lo logró como representante del Partido Prohibicionista y la Liga de Las Mujeres Cristianas por la Templanza. Maria Skobtsova (1891-1945) en 1918, fue alcaldesa de Anapa, primera en la historia del Imperio Ruso. En años posteriores, se exilió en Francia, se ordenó monja y convirtió su piso de París en un particular convento de clausura.
Matilde Pérez Mollá (1858-1936)
 primera alcaldesa de España, designada por el gobernador de la provincia de Alicante en octubre de 1924, durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Pudo optar al cargo porque era mayor de 25 años, sabía leer y escribir y no estaba sometida “a autoridad paternal ni marital”, un triple requisito que cumplían muy pocas españolas de la época. Bertha Knight Landes (1868-1943) célebre activista nacida en Ware, Massachussets, en 1868 y elegida alcaldesa de Seattle en 1926. “Me voy con el trabajo a medio hacer, había que limpiar la ciudad y sigue estando aún muy sucia”, dijo al concluir su mandato.
Anne Hidalgo (1959). Se convirtió el 5 de abril de 2014 en la mujer con mayor poder municipal de la historia: preside la capital de Francia, París, con 2.200.000 habitantes, tras derrotar en la segunda vuelta a la candidata conservadora Nathalie Kosciusko-Morizet.
“Las puertas de entrada” a las presidencias municipales en México, eran, según las estudiosas: educación universitaria, carrera política previa, trabajo comunitario y antecedentes familiares en la política. Dos tipos de obstáculos limitaban su acceso al poder formal: institucionales y subjetivos. Institucionales: los partidos políticos obstaculizaban candidaturas femeninas. Subjetivos: ¿Cómo una mujer va a mandar en un municipio? O sea, “el techo de cristal” (barreras puestas por los partidos) y el “piso pegajoso”: ¿Podré, a pesar de ser mujer, gobernar?
Afortunadamente, ahora sí, el piso está menos disparejo: los partidos políticos tendrán que postular como candidatas a las presidencias municipales, a 50% de mujeres en cada Estado de la República, a partir de 2016.
 


Casi la mitad de las personas extranjeras en México son mujeres


Miriam RUIZ MENDOZA
SemMéxico.- Al igual que viajeras como Tina Modotti o Alma Reed en el siglo pasado, miles de extranjeras encuentran hoy a México como una tierra de oportunidades. Migran solas de todos los puntos cardinales para vivir por un tiempo o una vida.
Las residentes en México, provenientes de otros países y registradas con visa son 110,198 de acuerdo a la estadística 2015 del INEGI, es decir 49% de un total de 223,018 inmigrantes. Estos datos concuerdan con el Instituto Nacional de Migración.
Sin embargo, en los datos más recientes del Consejo Nacional de Población, con base en el censo del 2010, se estima que hay 967,679 residentes en México de las cuales 477,885 son mujeres, es decir, 49.3%. El censo nacional registra el país de nacimiento y no el estatus migratorio. “No son todas las que se cuentan, ni se cuentan todas las que son” es la paráfrasis un enunciado conocido entre especialistas en migración.
“Soy una persona loca ¿no?”, dice Eni, empresaria de Indonesia avecindada en México desde hace seis años y a quien siempre preguntan: “¿Qué haces aquí, por qué tan lejos?”. Y ella, dueña del restaurante Warung Makan en la colonia Roma de la ciudad de México dice: “Las gentes aquí son amables, me siento como en mi país”. La mujer nacida en Solo, una ciudad de Java en Indonesia, país donde solamente se tiene un nombre y la población es mayoritariamente musulmana, aunque muchas mujeres nunca han usado velo, como ella.
“Vine por mi cuenta. En Indonesia la gente no conoce tanto México pero me interesó venir para acá. Vi que hay muchas oportunidades de hacer algo porque no hay muchos paisanos, comerciantes que viven aquí.” Apenas 200 inmigrantes provenientes de un país con 249 millones de habitantes.
“Vi que hay algo que se puede hacer aquí. No hay muchos productos de Indonesia … es buena oportunidad para hacer algo. No soy una persona con mucho dinero pero puedo hacer cosa chiquitas,” dice en español, lengua que aprendió al llegar a vivir aquí.
Movilidad en América Latina
Curiosamente, el número de migrantes en el planeta es similar a la población de la populosa Indonesia. Son 214 millones, que van y vienen por el mundo, de acuerdo a los análisis más recientes de la ONU en el “Stock de migración internacional para 2010” y que ratifica que a la fecha la mitad de migrantes son mujeres (49%), aunque las que viajan a Europa representan 52.3% respecto a los varones con el mismo destino, de forma similar que hacia Oceanía, América Latina y el Caribe (50.1%).
En el destino inverso, las mujeres de Europa, América y Oceanía migran casi una por cada hombre, pero la proporción es menor entre la mujeres asiáticas (43.7 %) y de África (40.7%). El documento muestra también que la región latinoamericana mantiene sus tasas de inmigración desde hace 20 años en cerca de 10 millones en total de hombres y mujeres, hasta seis veces menos que hacia Europa para 2010. México es el país latinoamericano que recibe más inmigrantes.
De acuerdo a las proyecciones oficiales, la gran mayoría de las inmigrantes censadas que habían nacido en otro país estaban en sus treintas, con excepción de las europeas, mujeres de mayor edad, y americanas, que como se mencionó anteriormente son mayoritariamente niñas, situación que se explica por los flujos de nacionales hacia Estados Unidos y de regreso.
Las tasas de ocupación entre inmigrantes, de acuerdo al Instituto Nacional de Migración, muestran a tres mujeres por cada siete hombres, aunque en el sector de servicios, la proporción cambia a cuatro mujeres por seis hombre.
“En términos de los enfoques recientes, puede decirse que con los extranjeros, México tiene un aporte importante de capital humano. Aunque no es posible verificar la hipótesis sobre la creciente movilidad de trabajadores educados, entre los extranjeros que viven en México hay personas con altos niveles educativos” sostiene el estudio elaborado por INEGI “Los extranjeros en México”.
Una cineasta feminista en Guadalajara
Mien Ly es una comunicadora y cineasta feminista nacida en Malasia, con maestría en Inglaterra que vivió en Guadalajara durante 2014 dando clases de inglés. Nómada, como le gusta llamarse, vio la oportunidad de ser contratada por una empresa como maestra.
Para ella, lo mejor de vivir en México fue el trato cálido de las personas y una mayor apertura de la comunidad LGBT que en su país, así como involucrarse con el movimiento ecologista y hacer recorridos nocturnos en bicicleta.
Sus rasgos físicos, morena clara, ojos rasgados y labios carnosos, le ayudaron a pasar por mexicana la mayor parte del tiempo.
La directora de la cinta “Beg Siapa” (¿De quién es la bolsa?), próxima a filmarse sólo recuerda, tras mucha insistencia, dos cosas desagradables del país: la falta de protección laboral en el centro de lenguas donde trabajó y el acoso en las zonas de mayor influencia turística, como Chiapas y Yucatán, pero que aclara, no eran la constante en Guadalajara.
México, D.F.
En la capital del país y su zona metropolitana se registran 95 mil residentes de otros países, de acuerdo a datos censales 2010 publicados en el “Diagnóstico de Presencia e Inclusión de Comunidades y Grupos Huéspedes y sus Familias en la Ciudad de México para Apoyar el Sustento y Evaluación de Políticas Públicas” del Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración, A.C (Inedim).
Casi una cuarta parte de inmigrantes provienen de Estados Unidos, seguidos por España y Argentina (10% y 7% respectivamente). “Las comunidades de Colombia, Francia, Cuba, Perú, Chile y Alemania (representan el 5, 4, 4, 3, 3 y 2%, respectivamente). Por otro lado, las comunidades centroamericanas, representan una proporción cuantitativamente menor de las personas de distinto origen nacional, con 2.0% de salvadoreños, 1.7% guatemaltecos, 1.2% hondureños y 1.1% nicaragüenses.” Dos naciones asiáticas se cuentan entre las que tienen comunidades en México: China y Corea del Sur.
Stacey Ramirez, estadounidense de ascendencia española, vino por primera vez a México en 1992. Llegó de su nativa Texas, inusitadamente a estudiar flamenco con Fernando Valdez, alumno de Pilar Rioja, en Torreón, Coahuila.
“Fernando me dejó vivir en un cuartito en su patio, y ahí me quedé hasta el verano, cuando ya me quedaba casi sin un peso. Decidí viajar a la gran capital y ver que me esperaba ahí. Intentando ser traductora, pasé por Berlitz y por suerte me ofrecieron trabajo como directora de la oficina. Me dieron un FM2 y me quedé cinco años más en el DF.”
“Conocí a mucha gente y me quedé fascinada con la ciudad, su música, su comida, sus colores, su historia increíble, sus artistas, el hecho de que es una encrucijada de culturas. Hice muy buenas amigas y hasta ahora creo que ésta época fue una de las más importantes en mi vida. Lo más difícil de vivir en el DF al final fue la contaminación y la inseguridad que parecía ponerse cada vez más fuerte después de la devaluación del peso.”
Stacey siguió colaborando con organizaciones civiles en México, como en Semillas y nunca se fue realmente, pues se desempeñó como encargada de una iniciativa latinoamericana contra el cáncer de mama y actualmente como directora de la Global Pediatric Alliance, con programas en Chiapas.
Los malos tragos
Entre las tareas del Instituto para las Mujeres en la Migración está acompañar a las mujeres inmigrantes en procesos de violencia familiar. En entrevista, su directora Gretchen Kuhner, inmigrante ella misma, se refirió al temor que tienen las mujeres inmigrantes a ser deportadas cuando viven violencia de pareja, ya que su estatus legal es como dependientes, también, dijo, siguen casos de reunificación familiar principalmente con Guatemala.
“Nos parece increíble que en todo lo que rascamos encontramos situaciones de violencia cuando se trata de mujeres” y agregó que se desconoce que la ley permite a las personas que permanezcan por razones humanitarias o que si la mujer tiene una oferta de trabajo, la organización apoya para cambiar su estatus migratorio.
Políticas públicas en el DF
Mientras que las fronteras se cierran con programas como el Plan Centinela, casi nadie sabe a su llegada que la ciudad de México de acuerdo a la “Ley y Reglamento de Interculturalidad, Atención a Migrantes y Movilidad Humana en el Distrito federal, una ciudad intercultural” que se aprobó en 2014, consagra el derecho a la movilidad, y reglamenta los programas sociales que existen para estas poblaciones huéspedes tanto de los estados como de otros países.
Sodelba Alavés, quien encabeza la Dirección General de Equidad para los Pueblos y Comunidades de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades explicó que falta que se den a conocer los beneficios, los pequeños apoyos para mujeres de otras latitudes que vienen al Distrito Federal, a través de convocatorias para proyectos y publicaciones.
“Dependiendo del interés tenemos proyectos productivos, donde pueden participar cinco mujeres y se les ofrece un recurso económico que si bien no tienen que pagar tienen que comprobar cómo se gasta” y agrega que se otorga de acuerdo a sus habilidades. Asimismo, dan acompañamiento a cuestiones de salud, legales, y en la organización de eventos culturales que fortalezcan a las comunidades y muestren su aporte a esta ciudad.




¿Yo feminista? Martha Sánchez Néstor Debatir y dialogar en un mundo de colores




* Secretaría de Asuntos Indígenas y Afromexicanos en Guerrero descarta los techos de cristal

Soledad JARQUÍN EDGAR
Martha Sánchez Néstor, secretaria de Asuntos Indígenas y Afromexicanos del actual gobierno de Guerrero, es feminista porque a través del feminismo reconoce las desigualdades entre mujeres y hombres y, lo mejor, porque ahí encontró la forma de ser actora de la transformación en el cambio colectivo, una constante búsqueda de justicia social para todos y todas.
Nació en la población de Xochistlahuaca, Guerrero -“Cerro de las Flores”, como se traduce al castellano del náhuatl el nombre de la población que colinda con Oaxaca-, y suljaa’ (llanura de flores) como se traduce de la lengua ñoomdaa (lengua amuzga), hace poco más de cuatro décadas, en una familia donde la influencia de la casa materna le da a su vida responsabilidad, alegría, carencias, sonrisas, estudios, prohibiciones de visitar los pueblos cercanos, de ir a los bailes, de ir a los ríos, rigidez de formación para ser una “buena mujer”, violencia familiar y honestidad fortalecida.
De ahí surge Martha Sánchez Néstor quien sostiene que los feminismos le implican siempre desafíos propios, “mirar con equilibrio lo que se requiere accionar en el campo de la igualdad de género, de la igualdad social y en la lucha de las mujeres tan diversas en el mundo, mi camino sumado al de otras miles, el equilibrio colectivo, la otra forma de hacer feminismos de mujeres de pueblos indígenas y ahora afromexicanos”.
A pesar de las carencias económicas, Sánchez Néstor estudió una carrera técnica, con el tiempo tomó cursos sobre derechos humanos y sobre el marco jurídicos en derechos de los pueblos indígenas, sobre todo cuando, muy pronto, descubre las desigualdades sociales.
En su andar se encontró con Nellys  Palomo Sánchez -feminista que recorrió las zonas indígenas y afromexicanos de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, donde trabajó incansable para denunciar y documentar la violación a los derechos humanos de las mujeres-, entonces Martha Sánchez determinó ser feminista.
Fue Nellys Palomo su inyección de energía permanente, “me mostró el camino o nos encontramos”, ella la acercó a los eventos feministas, a escuchar otras voces feministas, le mostró los documentos de que debía leer, a sentir su ser feminista en el mundo indígena para buscar lo que allá no estaba aun resuelto para el “buen vivir”.
En ese camino se encontró con otras mujeres, como Sofía Robles, y Felícitas Martínez Solano, con quienes impulsaron la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas, otras con quienes integraron el Movimiento durante 500 años de  resistencia indígena y la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía.
Martha Sánchez tiene a sus maestras: la Comandanta Ramona, Brígida Chautla, Mirna Cunningham, Tarcila Rivera, la misma Sofía Robles, quien con los años fue la primera presidenta municipal de Santa María Tlahuitoltepec; después vendrían otras como Patricia Mercado, Marta Lamas, Marcela Lagarde, Margarita Gutiérrez, Gisela Espinosa y muchas mas.
En Chilpancingo, Guerrero, inició diversas actividades los días 8 de Marzo (Día Internacional de la Mujer) y unió sus esfuerzos con otras mujeres organizadas como Mujeres Guerrerenses por la Democracia, Milenio Feministas, universitarias, militantes de los partidos políticos. Más tarde con el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, de Petateras, del Enlace Continental, Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México, del CIESAS y muchas otras organizaciones.
Para Martha Sánchez, el feminismo le permitió cambios fundamentales en su vida como la autonomía en la construcción de un plan de vida, desde lo personal hasta lo comunitario, desde lo familiar, social y lo nacional, “cambié mi forma de pensarme y decidirme a ser mujer en el ámbito social, familiar y ser mujer con liderazgo indígena en el país, cambio mi forma de pensarme en la maternidad, el matrimonio, la libertad, la participación social y política, en tantas cosas”.
El feminismo es una de las luchas que no se abandonan y como tal ha dado avances importantes: entre los tres principales enumera la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia; los avances en el reconocimiento al cuidado de la salud materna y prevención de los factores sociales de la muerte materna con la lucha del reconocimiento por la medicina indígena y la partería, y el reconocimiento de la diversidad de experiencias de lo femenino,  y el avance en los derechos políticos de las mujeres y la ciudadanía mas plena de todas las mujeres.
Reconocida por su trabajo en México como en el extranjero, Martha Sánchez sostiene que entre sus preocupaciones destacan los efectos de la militarización del país, la violencia en contra de los cuerpos, vida y decisión de las mujeres, en general, y, en particular, de las mujeres indígenas.
Otra de sus preocupaciones es la muerte materna, la salud materna es una garantía que aún no se puede ofrecer a las mujeres, pese a que es prevenible. Me preocupa, añade, que pese a los avances de la cuota de género, a la paridad política, en estas elecciones siga siendo una acción que se decida solo en manos de partidos políticos y la ciudadanía de las mujeres se quede a medias así como la inclusión de las y los indígenas no sea una realidad en ésta democracia.
Me preocupa que los derechos indígenas no estén cristalizados con pleno respeto a los territorios, recursos naturales, la vida colectiva, la no criminalización de las y los luchadores sociales de las policías comunitarias como Nestora Salgado hoy presa política, apunta con toda seriedad.
Entre las distinciones obtenidas destacan el Premio al Mérito Civil Indigenista “Cuauhtémoc”, así como el “Antonia Nava”, otorgado por el Gobierno de su estado y el reconocimiento Women Deliver, entregado a cien líderes del mundo por su compromiso con otras mujeres, que junto con su trabajo le dan muchas satisfacciones, pero reconoce que falta mucho para lograr resultados, que cambien las estructuras y en esa tarea quiere estar Martha Sánchez Néstor.
Por ello propone la importancia de seguir sumando a este feminismo a las indígenas del país y reconstruyendo los feminismos, “que la pluralidad sirva como base para sumar en lo común, me siento contenta porque jamás traiciono mis principios, porque soy mujer con la frente en alto frente a su familia, amigas, organizaciones, sociedad y gobierno, siempre abonando sin poner por delante los intereses personales, sino las demandas de los pueblos indígenas y afromexicanos, siempre sirviendo nunca sirviéndome del poder desde las organizaciones hasta este encargo que tengo”.
Se propone, incluso, seguir abonando para cumplir con los objetivos del primer decenio internacional del pueblo afrodescendiente, como también hay que seguir haciéndolo en el segundo decenio de los pueblos indígenas, porque hay mucho que seguir mejorando después de la Segunda Conferencia Mundial de Pueblos Indígenas, y en Guerrero, apunta, ni se diga tenemos grandes desafíos y mucho en que seguir contribuyendo con todas las partes.
Tareas en las que el feminismo está presente, hay mucho que seguir dialogando y debatiendo para construir ese mundo de colores y de derechos que creemos es posible y necesario.
Para la feminista Martha Sánchez Néstor uno de los trabajos que más satisfacciones le ha dado es la creación del Programa de Mujeres Indígenas, en una organización feminista, el programa tiene presencia en cinco estados y una visión de articulación nacional a través del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir. Trabajo desarrollado a partir de 2010. Pero también tiene para ella un gran significado la creación de la Coordinadora Guerrerense de Mujeres Indígenas en 2004 y haber sido, en su momento, representante de la sociedad civil ante el Consejo Asesor de ONUMUJERES.
Y a pesar de sus muy altos vuelos, la actual funcionaria del gobierno de Guerrero, no quita los pies de sobre la tierra. Para ella “su feminismo” tiene profundas raíces con las mujeres indígenas con quienes ha logrado dialogar y seguir recreando el feminismo que fortalece el liderazgo individual pero que forja acciones colectivas, por sus derechos y una agenda de las mujeres y de los pueblos indígenas y de los pueblos de la nación pluricultural.
Una agenda, reitera, comprometida con la lucha de los pueblos originarios y la demanda central del respeto pleno a las mujeres indígenas; de la no violencia en nombre de la tradición, eso nunca mas; jamás un México sin Nosotras las Mujeres Indígenas; la participación con respeto, dignidad; la defensora inalienable de los derechos humanos para forjar justicia e igualdad social; aliada con muchas más mujeres de todas las voces y todos los colores.
Sostiene que los institutos de mujeres son instituciones importantes, logradas por las feministas y como parte de lo logrado no debemos perderlas. Lo que tenemos que hacer es defenderlas, mejorar sus decretos, mejorar el mecanismo de participación de mujeres con perfil o perfil con mujeres con liderazgo, con respeto a la diversidad, con agendas y plataformas realistas y no solo electorales o electoreras, con diálogo abierto y proceso de inclusión, pese a las adversidades en el camino.
Entonces propone que en México tendrían que crearse también instancias propias para atender la problemática de las indígenas, porque México es un país rico en diversidad por la presencia de pueblos indígenas. Sus referentes, dice los tiene en Guatemala y otros naciones de las Américas.
Lo cierto es que es necesario continuar el trabajo para incrementar la participación de las mujeres, que las mujeres pidan cuentas y construyan también de manera propositiva estos espacios, y que acepten los desafíos estructurales que les corresponden a las demás dependencias y a los tomadores de decisiones en los gobiernos, distintos no solo a las mujeres.
Por último, la feminista Martha Sánchez habla sobre su actual compromiso en el Gobierno del Estado de Guerrero, como Secretaría de Asuntos Indígenas y Afromexicanos.
No soy una mujer que cree en los techos de cristal, dice sin tapujos. “Me gusta la participación política, los avances y sus desafíos, porque quise poner a la orden de los pueblos indígenas y afromexicanos lo que aprendí, dentro y fuera, porque a mis 41 años estoy lista para brindar lo mejor de mi lucha a las personas, a los colectivos, y sostener una relación de respeto y de autonomía con el gobernador de Guerrero que me invitó a colaborar en su gabinete.
Acepté porque soy indígena guerrerense forjada en la lucha de las organizaciones, feministas y ciudadanas, porque en mis planes ya estaba volver definitivamente a Guerrero de tiempo completo y lo fui pensando en mi formación y mientras trabajaba en el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.
Es importante que las mujeres y también las indígenas estemos en la toma de decisiones de la entidad, para construir políticas públicas, sociales con nuestra cosmovisión, desde adentro o al menos intentarlo, y ver qué tanto sucede en ese ámbito sin supeditar los principios de lucha que tenemos.
Emocionada relata que tiene muchas tareas que lograr como subir la interlocución y dignificar a la Secretaría de Asuntos Indígenas;  frente a los pueblos diversificar los recursos, la estrategia de financiamiento, la coinversión, la construcción de reglas de operación menos asistencialistas, construir la unidad de género al interior, buscar mejores oportunidades como camino a garantizar los derechos de los pueblos a través de los programas de becas a estudiantes, de apoyos emergentes, de defensoría y asesoría jurídica, de proyectos productivos, de apoyo a la cultura y por supuesto de fortalecimiento a los liderazgos diversos de los pueblos indígenas en esa búsqueda de un desarrollo propio, y muchas cosas mas como la participación desde mi llegada en el proceso político de la defensa de la libertad de una mujer emblemática como Nestora Salgado y de todo esto, apunta, algún día nos podrá compartir.