ESTADÍSTICAS DE LA MUJER
INEGI
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En Oaxaca, en 2010 hay 109 mujeres por cada 100
hombres, ocupando el primer lugar junto con el Distrito Federal.
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Según datos censales de 2010, siete de cada diez
mujeres de 15 años y más, en localidades menores de 2 mil 500 habitantes, se
encuentran en rezago educativo al no haber concluido el nivel de
secundaria.
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La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2012 señala
que nueve de cada diez mujeres de 14 años y más económicamente activas combinan
sus actividades extradomésticas con quehaceres domésticos.
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La ENDIREH 2011, informa que en Oaxaca, 45.3% de
las mujeres de 15 años y más, han sido víctimas de un incidente de violencia,
por parte de su novio, compañero o esposo en algún momento de la relación.
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El Instituto Federal Electoral (IFE) reporta que
hasta enero de 2013, del total de personas que solicitaron su inscripción o
actualización en el padrón electoral y obtuvieron su credencial para votar,
53.3% son mujeres.
La progresiva incorporación de las mujeres en todas las
esferas del desarrollo humano es uno de los fenómenos presentes en México y el
resto del mundo. El reconocimiento de los derechos de la mujer ha sido un
camino muy largo en el que no obstante los logros alcanzados aún se puede
observar su posición de desventaja en términos de salarios, acceso al empleo,
seguridad social, mecanismos de protección laboral, y posiciones de liderazgo. Es
por eso que la búsqueda de la equidad y justicia para las mujeres es una labor
que debe continuar y reforzarse a fin de encontrar los medios que permitan la
erradicación de todas las formas de discriminación y violencia que sufren.
El 8 de marzo de 1911 se festejó por primera vez el Día
Internacional de la Mujer, pero fue hasta 1975 cuando la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) formalizó su celebración. Para unirse a esta
conmemoración, el INEGI presenta un conjunto de indicadores sociodemográficos
con el objetivo de aportar información estadística sobre la situación de la
población femenina en Oaxaca.
MONTO Y DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN SEGÚN
SEXO
Los datos censales de 2010 indican que en Oaxaca residen
3 millones 801 mil personas, de las cuales, 1 millón 982 mil son mujeres y 1
millón 819 mil, hombres. Conforme a estos montos, se puede mencionar que la
relación por sexo es de 109 mujeres por cada 100 hombres en la entidad, esta
proporción tiene algunas variaciones según la entidad de referencia. La misma
fuente censal explica que en 28 entidades del país existe una relación numérica
que favorece a las mujeres, y en sólo cuatro de ellas son una minoría relativa.
Los casos más notables son Distrito Federal, entre los que se encuentra Oaxaca y
Puebla con 109 mujeres por cada 100 varones, en tanto Sonora, Baja California,
Quintana Roo y Baja California Sur, son los estados en donde la relación se
invierte y hay una mayor cantidad de hombres.
EDUCACIÓN
La educación es un derecho humano y un elemento
indispensable para el progreso económico y social. El acceso pleno y en
condiciones de igualdad a la educación es un requisito fundamental para la
potenciación de la mujer, y un instrumento fundamental para lograr los
objetivos de igualdad.
México se encuentra muy cerca de alcanzar la
alfabetización universal de su población, por lo que en el país se han
propuesto otros indicadores complementarios que permitan un análisis más
detallado del tema educativo. La Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) propone medir el analfabetismo
funcional, el cual se define como la condición de las personas que no pueden
comprender lo que leen, o que no se pueden dar a entender por escrito, o bien
se les dificulta realizar operaciones matemáticas
elementales. Para cuantificarlo, se considera
analfabeta funcional a aquella persona de 15 años o más que tiene aprobados
menos de tres grados de primaria.
De acuerdo con datos del Censo 2010, en Oaxaca se estima
que la condición de analfabetismo funcional es notablemente mayor en las
localidades menores de 2 500 habitantes, tanto para hombres como para mujeres,
y en todos los grupos de edad observados. En este sentido se calcula que las
personas de 15 años y más, residentes en esas localidades menores y con menos
de tres grados aprobados en el nivel de primaria, superan en tres a uno a las
personas de localidades mayores con esa condición desventajosa (28.0 y 14.7%,
respectivamente). Cabe subrayar que la condición de analfabetismo de las
mujeres es superior al de hombres en casi todas las edades, y en ambos tipos de
localidad aunque las diferencia por sexo se acentúan en las localidades de
menor tamaño.
En México, la población debe ingresar a primero de
primaria a los seis años de edad y al concluir este grado de estudios,
incorporarse a la instrucción secundaria. De esta manera se espera que los
hombres y las mujeres al cumplir los 15 años tengan sus estudios básicos
completos, de no ser así, se considera que están en situación de rezago
educativo. Según datos censales de 2010, en Oaxaca, seis de cada diez
personas (57.9%) de 15 años o más se encuentran en rezago educativo,
encontrando que esta condición se presenta en 72.4% de las
mujeres de esa edad que viven en localidades menores de 2
500 habitantes, porcentaje mayor al de los hombres, cuyo rezago es de 68.8% en
el mismo contexto.
Comparando el rezago educativo que hay entre la población
femenina según grupos de edad, se observa que entre las de 60 años y más se
presenta el mayor porcentaje tanto en localidades menores como en las mayores a
2 mil 500 habitantes (98.7 y 89 % en el mismo orden); por otra parte, los
porcentajes menores se ubican en la población femenina de 15 a 29 años,
particularmente en localidades de 2 500 y más habitantes, esto puede
relacionarse con la mayor asistencia escolar y los avances en los niveles
escolares cursados por parte de las mujeres jóvenes.
FECUNDIDAD Y ANTICONCEPCIÓN
La evolución demográfica de América Latina, en especial
la reducción de la fecundidad, proporciona una oportunidad para el avance
económico y el mejoramiento de las condiciones de vida de las mujeres en la
región. Entre los efectos positivos de este cambio se hallan los beneficios
para la economía familiar, mejoras en la salud sexual y reproductiva, y
ampliación de las oportunidades de educación y empleo para la mujer. El
descenso de la fecundidad en México es consecuencia de una política de
población en la que destacan los programas de planificación familiar llevados a
cabo a partir de la segunda mitad de los años setenta, los cuales propiciaron
las condiciones favorables para que la población planeara de mejor manera su
reproducción.
Los datos del Censo 2010, indican que en Oaxaca, la Tasa
Global de Fecundidad (TGF), se ubica en 2.5 hijos por mujer, no obstante
se observan diferencias de este indicador según el ámbito territorial de
residencia de las mujeres. Las localidades de menos de 2 500 habitantes
registran un promedio de hijos por mujer de 2.9, comportamiento que puede ser
explicado por factores como el más bajo nivel educativo, la condición de
actividad, así como el más limitado acceso a servicios de salud y de
planificación familiar. En contraste, las localidades de mayor concentración
poblacional (de 100 mil y más habitantes), tienen la TGF más baja (1.7 hijos
por mujer). Cabe destacar que la mayor fecundidad en todos los tamaños de
localidad se observa en la población femenina de 20 a 24 años.
El embarazo adolescente es un tema trascendental en materia
de política pública, no sólo por las connotaciones sociales que limitan el
desarrollo de la mujer, sino también porque en términos de salud resulta ser un
evento que pone en riesgo la vida de la madre y su producto. Es un hecho, que
hay un número importante de mujeres adolescentes que inician su vida sexual sin
la debida protección, exponiéndose no sólo a un embarazo no deseado,
sino también a enfermedades de transmisión sexual. Datos de la Encuesta
Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2009, informan que en Oaxaca,
siete de cada diez adolescentes (71.7%) sexualmente activas, declaró no haber
usado un método anticonceptivo durante su primera relación sexual.
En la entidad es amplio el conocimiento de los métodos
anticonceptivos por parte de las mujeres en edad fértil, no obstante se
encuentran diferencias relativas sobre su conocimiento según el tamaño de localidad de residencia. De las mujeres de 15 a 59 años que residen
en localidades menores de 2 500 habitantes, 86.7% mencionó conocer alguno, en
tanto que entre las residentes en localidades mayores a ese número de
residentes, el nivel de conocimiento fue casi total (98.6 por ciento).
DERECHOHABIENCIA
La Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres
establece el acceso y pleno disfrute de los derechos sociales para hombres y
mujeres en condiciones de igualdad. En México, los eventos censales
permiten una aproximación a la cobertura que el Sistema Nacional de Salud
brinda mediante dos variables específicas: la derechohabiencia y el uso de
servicios de salud. Con respecto a la derechohabiencia del total de la
población en el estado, seis de cada diez personas son derechohabientes en al
menos un instituto o programa de salud según el último censo de población,
encontrándose que por sexo hay una ligera mayoría relativa de mujeres (57.9%)
con respecto a los hombres (53.9 por ciento). A nivel de tamaño de localidad,
se reduce en dos puntos porcentuales la condición de derechohabiencia en
asentamientos menores de 2 mil 500 residentes, aunque se mantiene la
superioridad relativa de las mujeres respecto a los varones (56.0 por 52.3%,
respectivamente).
Al observar específicamente a la población femenina que por
su condición de no derechohabiencia se puede considerar vulnerable por carecer
de este beneficio, es posible identificar que en las localidades de 2 mil 500 y
más habitantes, las mujeres de entre 15 a 29 años tienen el mayor porcentaje de
no derechohabiencia, asimismo, resalta el alto porcentaje (46.9%) de las
adultas mayores (60 años y más) sin derechohabiencia en localidades menores de
2 mil 500 habitantes.
Por lo que se refiere a la población usuaria de los
servicios de salud, las cifras censales de la entidad, dan cuenta de un amplio
uso del mismo, ya que en todos los tamaños de localidad, nueve de cada diez
personas se identificaron como usuarias, en tanto que por sexo se dan
diferencias relativas bajas (97.2 y 98.2% de usuarios hombres y mujeres,
respectivamente).
NUPCIALIDAD
El inicio de la vida en pareja se vincula en la mayoría
de los casos con la separación del hogar materno, el abandono de la escuela y
el inicio de la vida laboral y reproductiva. La postergación de la primera
unión es uno de los cambios demográficos observados en las últimas décadas y su
presencia se acentúa en un grupo de mujeres que consideran que las metas
relacionadas con el trabajo, el estudio y los logros profesionales son
elementos importantes en sus proyectos de vida. En 2009 la ENADID informa
que en el estado, la edad promedio a la primera unión de las mujeres de 15 años
y más alguna vez unidas es de 24.2 años.
Conforme a los datos obtenidos del Censo 2010 sobre la
situación conyugal de la población de 12 años y más, se observa que en la
población menor de 29 años predominan los varones solteros (98.7% entre los
menores de 15 años, y 69.3% en el grupo de 15 a 29 años), mientras en las
mujeres la proporción de solteras es semejante al de los hombres en el grupo de
menores de 15 años, pero se reduce a 56.4% entre las de 15 a 29, ya que
tienden a unirse a más temprana edad.
En edades adultas (30 a 59 años) predominan los unidos
(casados o en unión libre), situación que se hace más visible en los hombres que
en las mujeres; en edades más avanzadas esta tendencia se hace más marcada y
provoca que tres de cada cuatro (77.5%) hombres de 60 años y más estén unidos,
proporción que es 29.8 puntos porcentuales mayor al de las mujeres del mismo
grupo de edad (47.7 por ciento). Con lo anterior se asume que las mujeres
experimentan con más frecuencia la disolución de la unión y no vuelven a
unirse: 14.1% de las mujeres de 30 a 59 años está separada, divorciada o viuda,
condición que aumenta a 45.7% en las mujeres de 60 años y más.
MORTALIDAD
El paulatino abatimiento de las enfermedades infecciosas
y parasitarias y la mayor concentración de las defunciones en los padecimientos
crónicos degenerativos (estrechamente vinculados al alargamiento de la
sobrevivencia de la población), han ubicado al país en una etapa cada vez más
avanzada de la transición epidemiológica; como consecuencia de este profundo
proceso de cambio, México no sólo cuenta en la actualidad con una población más
numerosa, sino que sus habitantes viven un mayor número de años. En 2012,
en Oaxaca, la esperanza de vida en las mujeres es de 77.3
años, aproximadamente cuatro años más que la estimada en los hombres, esta
diferencia se explica por la mayor mortalidad masculina ocurrida principalmente
en edades jóvenes y adultas.
De acuerdo con las estadísticas de mortalidad 2011,
dentro de las principales causas de muerte de la población se encuentran la
diabetes mellitus, enfermedades isquémicas del corazón, del hígado y las
cerebrovasculares; estas son las responsables de los decesos de tres de cada
diez oaxaqueños; en hombres y mujeres, la diabetes mellitus es la principal
causa de muerte. En las mujeres, la tercera y cuarta causa se vinculan a
enfermedades cerebrovasculares y a enfermedades hipertensivas. En los hombres,
la tercera causa se asocia a defunciones por enfermedades isquémicas del
corazón.
El monto y las causas de muerte difieren en
cada grupo de edad; de las 20 428 defunciones ocurridas en 2011, el 66.2%
acontecieron en la población de 60 años y más, 22.1% en los adultos de 30 a 59
años, 6.8% en la población infantil de 0 a 14 años y 4.8% en los jóvenes de 15
a 29 años. En este último grupo se aprecia la mayor diferencia en los fallecimientos
por sexo, el monto de mujeres es poco más del doble menor al de los hombres;
por causa de muerte, las tres principales causas ocurridas en hombres y mujeres
del mismo grupo de edad, son catalogadas como violentas (agresiones, accidentes
de transporte y lesiones autoinfligidas intencionalmente), aunque en los
hombres la proporción (48.7%) es mayor al de las mujeres (19.6 por ciento).
Esta diferencia puede ser explicada por la menor exposición de las mujeres a
situaciones de alto riesgo, así como a una propensión menos elevada a adquirir
hábitos dañinos para la salud.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), el aumento de enfermedades crónicas es atribuible al envejecimiento de
la población y a los comportamientos y elecciones poco saludables, las cuales
se vinculan con una nutrición deficiente, al sobrepeso y la obesidad, y
con el consumo de tabaco y alcohol. En Oaxaca, la
mortalidad para la población de 30 a 59 años, se caracteriza por el incremento
de los padecimientos crónicos degenerativos como principal causa de muerte.
En las mujeres de 30 a 59 años, la diabetes
mellitus (20.1%) ocupa el primer lugar de causa de muerte, en segundo y tercer
lugar se encuentran las enfermedades del hígado (7.0%) y las enfermedades isquémicas
del corazón (4.3 por ciento); en los hombres del mismo grupo de edad, la
principal causa de muerte son las enfermedades del hígado (19.2%), seguidas de
las agresiones (11.9%) y la diabetes mellitus (11.8 por ciento).
CAUSAS EXTERNAS DE MORTALIDAD
En la décima edición de la Clasificación
Internacional de Enfermedades (CIE-10), las “causas externas” se refieren a los
accidentes, suicidios, homicidios, lesiones por intervención legal y de guerra
así como aquellas lesiones que se ignora si fueron accidentales o
intencionalmente infringidas.[2] En 2011, de las defunciones totales
registradas en Oaxaca, 10.3% fueron catalogadas como externas, de las cuales
cerca de la mitad (57.1%) fueron ocasionadas por accidentes, 32.5% por
homicidios y 6.7% fueron lesiones autoinfligidas (suicidios).
En particular, los suicidios son el
resultado de una decisión individual que obedece a diversas condiciones de
orden psicológico, de salud y social, las cuales se asocian con la depresión,
las pérdidas afectivas, el aislamiento social, el desempeño y las dificultades
económicas.[3] Aunque este evento ocurre principalmente en los varones, se
observa un aumento paulatino en el número de suicidios acontecidos en las
mujeres: pasando de 19 en 1990 a 27 en 2011; las jóvenes son las más
susceptibles a este evento, en 2011, de los suicidios ocurridos en la población
femenina, 25.9% acontecieron en las jóvenes de 25 a 29 años, 18.5% entre las de
15 a 19 años y 11.1% entre las mujeres de 40 a 44 años de edad.
OCUPACIÓN
En la mujer han recaído tradicionalmente tareas asociadas
a las labores domésticas, la crianza de los hijos, así como el cuidado de
enfermos, ancianos y personas discapacitadas. En la actualidad, su presencia
creciente en el mercado laboral responde a procesos de modernización y a una
estrategia generadora de ingresos con la cual las mujeres contribuyen a la
manutención de sus familias. La realización del trabajo doméstico en el hogar
de las mujeres que participan en el mercado laboral es una característica que
se da en la mayoría, por lo que se puede hablar de la existencia de una doble
jornada de trabajo (doméstico y extradoméstico).
De acuerdo con datos del segundo trimestre de 2012 de la
Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 43.7% de las mujeres de 14 años
y más forman parte de la población
económicamente activa (PEA) en el estado, de las cuales,
93.3% combina sus actividades extradomésticas (trabajo y estudio) con
quehaceres domésticos, situación que resulta contrastante con la de los
varones, entre los cuales 58.4 cumple con esta condición. La población ocupada
femenina alcanzó 98% del total de la PEA, mientras que 2% buscaron incorporarse
a alguna actividad económica (tasa de desocupación).
De las mujeres ocupadas, 39% trabajan por cuenta
propia, 1.8% son empleadoras y 17.9% no recibe remuneración por su trabajo.
Cuatro de cada diez mujeres ocupadas (41.2%) son subordinadas y remuneradas. El
58.1% de estas mismas trabajadoras no cuenta con acceso a servicios de salud,
más de la mitad (53.3%) no cuenta con prestaciones y 52.5% labora sin tener un
contrato escrito. La mayoría de las mujeres ocupadas desempeñan actividades en
el sector terciario (siete de cada diez), de las cuales, sobresale que casi cuatro
de cada diez (37.5%) son comerciantes, 29.3% son trabajadoras en servicios
personales y 9.2% oficinistas.
Por nivel de instrucción, 52.1% de las mujeres ocupadas
cuentan con secundaria o más, proporción que resulta mayor a la de los varones
en más de tres puntos porcentuales. El promedio de ingreso por hora trabajada
indica que a mayor escolaridad los ingresos aumentan, no obstante, se observa
que en todos los niveles educativos, los hombres ganan más que las mujeres y se
hace más pronunciado cuando el nivel de escolaridad es menor, las mujeres
con instrucción media superior y superior ganan menos por hora que los
varones, y entre los que tienen primaria completa, esta brecha aumenta.
MIGRACIÓN INTERNA
En las últimas décadas, las transformaciones en los
patrones de migración interna e internacional han tomado fuerza en la
configuración del tamaño, crecimiento y distribución de la población a lo largo
del territorio nacional. En nuestro país, como en todas las regiones del mundo,
los movimientos migratorios están ligados a la situación socioeconómica de la
población y como factores que influyen en su ocurrencia se identifican la
búsqueda de empleo y mejora de ingresos, así como el acceso a servicios
educativos, entre otros.
Los datos censales de 2010 indican que entre la población
de 12 años y más que menciona un cambio de entidad de residencia dentro del
estado y respecto a una fecha fija anterior (cinco años antes), hay un alto
porcentaje de la población económicamente activa (95.6%) ocupada en alguna
actividad económica, siendo mayor la ocupación entre la población femenina, que
entre la masculina: 96.8% de las mujeres inmigrantes estatales realizaron
alguna actividad económica, contra 95.1% de los varones en la misma situación.
La revisión de la condición de desocupación de la
población migrante de 12 años y más confirma la tendencia anterior. Según la
misma fuente censal, sobresalen dos hechos, por una parte que en los varones
hay una mayor proporción de desocupados en todos los tamaños de localidad con
respecto a lo observado para las mujeres, y al mismo tiempo, la condición de
desocupación de éstas últimas es menor en las localidades más pequeñas.
La instrucción educativa es un elemento importante para
el acceso a un mejor nivel de bienestar y para el pleno conocimiento de los
derechos y obligaciones que tenemos como ciudadanos en nuestro país. Bajo este
marco de referencia es posible analizar indicadores que den cuenta de la
situación en la que se halla la población migrante reciente en edad apropiada
para asistir a alguno de los niveles del Sistema Educativo Nacional.
Según el Censo de Población y Vivienda 2010, en Oaxaca,
casi ocho de cada diez personas de entre 5 y 19 años que cambiaron su entidad
de residencia de 2005 a 2010 asisten a la escuela, observándose una cantidad
relativa ligeramente superior de los hombres (80.1) respecto de las mujeres
(76.8 por ciento).
Por lo que se refiere a las proporciones de no asistencia
escolar de los migrantes recientes de 5 a 19 años y según el tamaño de la
localidad en la que habitan, los residentes en localidades menores de 2 500
habitantes muestran un mayor peso relativo de inasistencia en los grupos de
edad menor de 15 años, respecto a los de localidades mayores. No obstante, esta
situación se invierte en el grupo de mayor edad (15 a 19), en el cual la no
asistencia aumenta, tanto en hombres como en mujeres, sobre todo en las
localidades de más de 2 500 personas, fenómeno que puede estar relacionado con
factores como: la incorporación de los jóvenes a una actividad económica, la
unión con una pareja, la maternidad, o el desempeño de labores domésticas,
entre otras razones.
MIGRACIÓN INTERNACIONAL
Algunas de las pautas tradicionales de la migración
internacional se encuentran en un proceso de cambio reciente e involucran de
manera directa la forma en que participan las mujeres y los hombres en este
fenómeno demográfico. Los datos censales de 2010 indican que la emigración
internacional es predominantemente masculina pues del total que salió del país
durante el periodo 2005-2010 (58 913), sólo una quinta parte son mujeres.
Según el ámbito territorial de origen se puede mencionar
que hay una marcada diferencia respecto a la participación en los flujos
migratorios internacionales de mujeres y hombres. Aunque la mayor cantidad
relativa de migrantes varones tiene como origen localidades
de menores a 2 mil 500 habitantes
(68.7%), el porcentaje que aportan las localidades mayores (31.3%) es
significativo. De igual manera, el aporte migratorio femenino de las
localidades de menos de 2 mil 500 habitantes (65%)
es mucho mayor que el que representa la población femenina migrante de
localidades mayores (35%), lo que remarca su origen más rural.
Por lo que se refiere a la situación emigratoria y de
retorno, los datos de la muestra censal permiten mencionar que los
retornos son eventos menos frecuentes en las localidades de menos de 2 mil 500
habitantes en uno u otro sexo, pero sobre todo en el grupo de migrantes mujeres
(7.8% contra 14.5% de los hombres), lo que hablaría de una mayor tendencia a
permanecer fuera del país. Asimismo, resalta que uno de cada cuatro retornos de
las migrantes no se realiza a la misma vivienda (cifra ligeramente superior a
la de los hombres).
HABLANTES DE LENGUA INDÍGENA
En Oaxaca, 1.2 millones de personas de 3 años y más habla
alguna lengua indígena, de las cuales 52.5% son mujeres. En la entidad,
las mujeres hablantes se distribuyen en las localidades de todos los tamaños,
no obstante las mayores concentraciones se encuentran en los asentamientos más
pequeños del territorio estatal (casi 435 mil, 68.8% se distribuyen en
localidades de menos de 2 500 habitantes).
Al analizar la estructura por edad de las mujeres
hablantes de lengua indígena, se observa que en 2010 el grupo de 3 a 19 años
representa 35.7% de la población femenina total hablante en localidades menores
de 2 mil 500 habitantes, cifra que contrasta con el 23.8% de mujeres hablantes
en los asentamientos mayores a 2 500 habitantes. Por su parte, en el grupo de
edad de 20 a 64 años la proporción se invierte: en las localidades con
población menor de 2 mil 500 habitantes, este grupo representa 52.4%, y en las
mayores a ese tamaño alcanza 64.3 por ciento. Finalmente, la brecha en la
proporción de población femenina hablante de lengua indígena se reduce en los
grupos de mayor edad, así, se tiene 11.9% de las hablantes de 65 y más años en
localidades menores de 2 mil 500 habitantes e igual valor de población
femenina hablante en las localidades mayores.
VÍCTIMAS DEL DELITO
La seguridad pública forma parte esencial del bienestar
social; la cual debe permitir una convivencia libre de riesgos y
conflictos, en cuyo marco las personas puedan gozar plenamente y ejercer
integralmente sus derechos y libertades. En México como en todos los países del
mundo, la seguridad pública ocupa un lugar preponderante como tema que preocupa
a amplios sectores de la sociedad y corresponde a los gobernantes formular
políticas y mecanismos institucionales eficientes tendientes a controlar el
conjunto de riesgos o conflictos (concretos o previsibles) que lesionen aquella
libertad o el goce pleno de esos derechos y libertades.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y
Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2012, en Oaxaca, casi 446 mil
personas de 18 años o más, han sido víctimas de alguno de los 550 mil delitos
que, se estima, ocurrieron durante 2011. Esto significa que una de cada cinco
personas (18.1%) del total de población de dicho grupo de edad ha sufrido algún
delito.
Por tipo de delito que ha tenido como víctima a alguna
persona de 18 años y más, se tiene que son el robo o asalto en la vía pública o
en el transporte público (38.6%), la extorsión (17.0%) y amenazas verbales
(10.9%) los que con más frecuencia se cometen en el estado; al revisar la lista
de los tres delitos más frecuentes de acuerdo con el sexo de la víctima, no se
tienen diferencias en el orden ya mencionado, sin embargo; es de resaltar
el hecho de que entre las mujeres de este mismo grupo de edad, 13.2%
sufrió alguna extorsión, 58.9% robo a casa habitación y 8.1% fue víctima de
secuestro, secuestro exprés o algún delito relacionado con la violencia
sexual.
Según la edad de la víctima, se observa que 36.8% está
entre los 18 y 29 años, 55.8% entre 30 y 59 años y 7.0% tiene 60 años o más.
Esta distribución se mantiene muy parecida para cada uno de los sexos 44.8%,
46.6 y 7.8%, respectivamente en los hombres, mientras que en las mujeres es de
30.4%, 63.3 y 6.3% para cada uno de los grupos de edad mencionados.
Al analizar el número de delitos cometidos en todo el
estado según el tamaño de localidad, se tiene que ocho de cada 10 se cometen en
localidades de 2 mil 500 habitantes o más, siendo el más frecuente el robo o
asalto en vía pública o transporte público (41.7 por ciento); mientras que en
las de menos de 2 500 habitantes, la extorsión (37.8%) es el más común.
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
La violencia contra las mujeres, en cuatro de sus
manifestaciones: física, emocional, económica o sexual, puede tener lugar
dentro de la familia, trabajo, escuela, grupo de amigos o en la comunidad y ser
perpetrada por conocidos, familiares, figuras de autoridad (ya sea en el ámbito
laboral o escolar) o, como ocurre en un gran número de casos, por desconocidos.
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones
en los Hogares (ENDIREH) 2011, señala que en Oaxaca, el 45.3% de las mujeres de
15 años y más han sido víctimas de un incidente de violencia por parte de su
novio, compañero o esposo en algún momento de su relación. Por tipo, se
tiene que es la violencia emocional (40.8%) la más declarada, mientras que
la violencia sexual (8.0%) es la que menos casos identificaron.
Entre las mujeres casadas o unidas de 15 a 29 años, 29.9%
declararon ser víctimas de violencia, con un porcentaje similar las mujeres
mayores de 45 años, presentan el 29.1 por ciento.
Debido a que las mujeres que ya están casadas o unidas
son las que se encuentran en mayor riesgo de sufrir violencia por parte de su
pareja, es importante saber si se recurre a alguna autoridad para denunciar el
hecho, solicitar ayuda, orientación o protección legal; en Oaxaca se tiene que
el 10.1% denunciaron la agresión de las cuales el 80.2% experimentaron un
evento de violencia sexual o física durante su vida en pareja.
Independientemente del tipo de agresión sufrida, el 68.3%
acuden al Ministerio Público, Presidencia Municipal o Policía a solicitar ayuda
y el 40.2% acuden al DIF, Instituto de la Mujer u otra autoridad.
PARTICIPACIÓN POLÍTICA
El incremento en la participación social de las mujeres y
su acceso a puestos de representación popular, es una señal del avance que
existe en la búsqueda de la equidad de género; en este sentido, uno de los
eventos históricos más importantes es el otorgamiento del derecho a ejercer su
voto y ser votadas en cargos de elección popular. En 1911, a las mujeres se les
permitía votar en tan sólo dos países y en nuestro país esto ocurrió el 17
de octubre de 1953. Hoy, la participación política de las mujeres es un derecho
que ejerce casi el total de la población de 18 años y más. De acuerdo con el
Instituto Federal Electoral (IFE), hasta el 15 de febrero de 2013, en Oaxaca,
del total de personas que solicitaron su inscripción o actualización en el
padrón electoral y obtuvieron su credencial para votar, 53.3% son mujeres.
En la actualidad, el Congreso del Estado de Oaxaca está
integrado por 25 Diputados electos según el principio de mayoría relativa en
Distritos Electorales uninominales y 17 Diputados electos según el principio de
representación proporcional. En el 2012, las mujeres tienen 15 de las 42
curules en la Cámara, lo que representa (más de una tercera parte: 35.7 por
ciento). La tendencia respecto a la integración de las mujeres en años
anteriores, muestra que la proporción de diputadas ha aumentado.
En nuestro país por lo que se refiere a gobiernos
estatales, y aunque en años anteriores han participado mujeres a estos niveles,
en la actualidad no hay mujeres que ocupen una gubernatura. En este mismo
contexto por lo que corresponde a la participación de las mujeres como
presidentas municipales ha sido incipiente, la proporción de mujeres que han ocupado
la presidencia no ha variado sustancialmente, sin embargo, 2012 a nivel de
entidad federativa destacan nueve de éstas que cuentan con la mayor proporción
de mujeres al frente del gobierno municipal (delegacional), el Distrito Federal
(una de cada tres delegados) y Quintana Roo, Colima, Baja California Sur y
Yucatán (una de cada cinco presidentes municipales) son los que muestran una
mayor proporción de mujeres con esa responsabilidad de gobierno; caso
contrario, Oaxaca es de las entidades con muy poca participación de las mujeres
en estos puestos de elección, con solo el 3.5% en los 570 municipios.