sábado, 8 de febrero de 2014

¿Yo feminista? Marcela Lagarde: Cada día me refrendo feminista



¿Yo feminista?
Marcela Lagarde:
Cada día me refrendo feminista
* Fui educada para ser la que soy

Soledad JARQUÍN EDGAR
Marcela Lagarde y de los Ríos es considerada una de las feministas académicas más importantes de América Latina, dice que es muy hija de su mamá, doña Concha.
Nació en la ciudad de México en 1948. Doña Concha, su madre,  fue una figura central en su vida, con ella adquirió el hábito de la lectura siendo muy niña. En específico, recuerda cómo doña Concha le enseñó a leer libros de Historia y numerosas biografías de mujeres que fueron parte fundamental de lo que en el futuro haría en la vida.
Espigada y de voz grave, Marcela Lagarde ha acumulado una larga experiencia de investigación y estudios de las mujeres y el feminismo, resultado de la formación que recibió en casa.
Doña Concha, añade Marcela Lagarde, hacía casa, familia, hogar, cocinaba como las diosas, yo toda la cocina la aprendí de mi madre y cada vez que cocino la tengo conmigo, para mí es formidable, dice en presente aunque murió hace algunos años y Marcela ha dicho de esa ausencia “que se siente muy huérfana”. Doña Concha fue una ama de casa dedicada a su casa y a sus hijos, una madresposa, apunta refiriéndose a una de las categorías de estudio de las mujeres en su libro Los Cautiverios de las Mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas (UNAM 2000).
Estudiosa de las mujeres no podía no conocer la historia de su madre, por eso dice orgullosa que aunque sólo estudió hasta el sexto grado de Primaria supo abrirse camino cuando siendo hija de un hacendado español, que emigró a México y se instaló en Celaya, Guanajuato, lo perdió todo con el reparto agrario y junto con su familia decidieron emigrar a la ciudad de México,  cuando doña Concha tenía apenas 12 años de edad.  Muy joven tuvo que trabajar en un restaurante como cajera y años más tarde se casó con su papá Luis Andrés, médico ginecólogo “muy progresista, de izquierda, culto y muy avanzado que a los 12 años a mi hermana y a mí nos dio la píldora anticonceptiva para que sean libres –nos dijo- y se lo agradezco infinitamente”, cuenta con una enorme satisfacción.
Marcela Lagarde sostiene con gran satisfacción que su padre y su madre los educaron maravillosamente. Con ella compartió las lecturas de historia y las biografías de mujeres que la “cautivaron” y de él aprendió sobre el mundo público.
“Fui educada para ser lo que soy, no me tuve que revelar, más bien fui cumpliendo anhelos de mis padres”, concluye sobre la familia en la que se crió al lado de su hermana y dos hermanos, una educación familiar que descartaba la discriminación hacia otros y también hacia ella misma.
Pero si en el hogar se sembraron para Marcela Lagarde los cimientos más fuertes, no deja de reconocer a otras mujeres fundamentales en su vida: sus maestras de Secundaria. Maestras de la educación pública en la que se formó, “de lujo, una joya, nos enseñaban el mundo, eran maestras sindicalistas en un México muy diferente al de ahora, que me dieron una gran perspectiva de conciencia social”.
Pero la vida se complica, narra, cuando se refiere a su divorcio cuando apenas tenía 28 años y ocho de casada y al mismo tiempo se siente afortunada por haber podido acceder al divorcio. Sin embargo, destaca su maternidad cuando tenía apenas 22 años. “Soy mamá de una hija a la que amo muchísimo”, señala con una gran sonrisa que ilumina su rostro apacible.
Desde muy joven y siendo estudiante universitaria, Marcela Lagarde fue activista de izquierda, militante de partidos políticos (entre ellos el Partido Comunista, Partido Socialista Unificado, Partido Socialista Mexicano y finalmente el Partido de la Revolución Democrática) y al mismo tiempo ingresó al movimiento feminista, por los derechos de los pueblos indígenas, en distintos ámbitos y organizaciones.
Resulta difícil preguntarle si es feminista a una feminista que lleva 40 años impartiendo clases en la Universidad Nacional Autónoma de México (UMAN) de donde también es egresada como Etnóloga y doctora en Antropología. Ella misma lo dice en su libro Para mis Socias de la Vida: “Soy una mujer feminista de tiempo completo. Soy toda mi ser”, pero le hago la pregunta y asegura que “ser feminista es un proceso, no es algo que pasa de un día para otro”.
“Desde niña fui educada para desarrollarme y para ser una persona autosuficiente, con educación, trabajo, fui educada de una manera muy positiva, con una visión igualitaria y tuve condiciones maravillosas de estudio, familiares de apoyo de mis padres”, complementa.
Aun así, reconoce que fue en 1968 cuando esa construcción de su persona la lleva al feminismo, justo en el movimiento estudiantil, donde como otras mujeres entró en él con conciencia de estudiante pero salieron con conciencia de género.
A partir de entonces, agrega, se formaron grupos feministas (que por su cuenta y sin maestras se dieron a la tarea de leer todo lo que sobre el feminismo y las feministas tenían a la mano). Fue un momento marcador en sus vidas, lo mismo que algunas de esas lecturas y por supuesto señala a Simone de Beauvoir como una de las claves más importantes, pero no fue la única también leyeron textos de Alejandra Kollontái, la primera francesa y la segunda rusa, ambas fundamentales en la construcción del feminismo.
Largarde y de los Ríos sostiene que fue la escritora y poeta Rosario Castellanos, también feminista, la que introdujo en México la lectura de Beauvoir y quien escribió el análisis más potente sobre el Segundo Sexo, aunque nunca estuvo involucrada con los grupos feministas de universitarias.
Tanto Beauvoir como Kollontái –dice la doctora Lagarde- me dieron argumentos que me parecieron lucidos, me abrieron un universo maravilloso y la militancia en el activismo feminista una parte importante y luego ya como académica, estudiar el feminismo, investigar conocer la ciencia desde el feminismo, la antropología y todas las materias, ha sido una pasión permanente no se ha acabado.
Por eso afirma convencida hasta los huesos que ella se referendo feminista todos los días “porque descubro nuevas cosas que me entusiasman en el feminismo”.
La conversación periodística con Marcela Lagarde y de los Ríos es la extensión de una clase: explica, detalla, analiza, tiene paciencia, cita textos, autoras, amigas entrañables de su vida, sus maestras y colegas. Se  mantiene seria y sonríe cuando es indispensable, no se inquieta, proyecta serenidad mientras permanece sentada, mueve las manos de vez en cuando, toma agua, se le ha resecado la garganta de tanto hablar, dice y luego tras menos de un minuto sigue conversando-enseñando.
Lo que ha aportado el feminismo al mundo que es una visión analítica de la realidad distinta de las ideologías dominantes y una percepción que permite encontrar causas de problemáticas ligadas  al género en las mujeres y en los hombres, explica.
Luego agrega, sonriente y satisfecha, que a ella el feminismo le ha fascinado “mucho”, recalca, en específico en la forma en que ha denunciado y exigido en distintas épocas, por ejemplo, los derechos de las mujeres y mejores condiciones de vida.
El feminismo, sigue conversando, ha construido todo para las mujeres en la modernidad, tiene una fuente filosófica y política. “Eso me ha pegado y me ha fascinado la lucidez de muchas feministas, capaces de desarrollar sus propias teorías, sus caminos, frente al conocimiento patriarcal. Me ha gustado mucho aprender a ser disidente y la disidencia feminista, siempre creando alternativas”.
Marcela Lagarde es considerada como la feminista académica más importante contemporánea, le digo y ella modesta responde: ¿de veras?
Para luego añadir que lo que encuentra son espacios de enorme sintonía “y eso es para mí un gran placer, que me reciban, que les interese lo que diga, o lo que escribo o cuento, es un reconocimiento y eso me hace sentir muy bien, a mi me hace sentir muy bien ser reconocida en lo que hago, yo trabajo todo el tiempo con los derechos humanos de las mujeres y me importa mucho que otras personas se convenzan de esto y bueno en ese actuar me lleno de mucho cariño”.
Sostiene que el feminismo que “vamos construyendo” está cargado de mucha cercanía, de mucho reconocimiento, de mucho cariño. Luego vuelve a ella: “Tengo queridas amigas, compañeras, colegas, alumnas, amigas en muchos países, porque me ha tocado vivir una vida en que el feminismo es global, siempre fue internacional, pero ahora es más global que nunca, me toca ir y venir, la verdad me fascina que tengamos una causa común, que tengamos percepciones compartidas, que vayamos construyendo, que aprendamos de una parte del mundo a la otra y que haya enormes influencias de unas a otras”, cita esta especialista que ha caminado el mundo dictando conferencias, presentando libros o protestando por el feminicidio en Ciudad Juárez justo en la línea divisoria entre México y Estados Unidos.
Marcela Lagarde sostiene además que la cultura feminista es innovadora, de mucho aprendizaje, pero también de gran resistencia y de una convicción muy fuerte.
Y es que no todo es miel sobre hojuelas, porque reconoce que no todo el mundo reacciona igual, “como lo hacemos entre nosotras, nos ven peligrosas, nos desestiman, nos desvalorizan muchísimo, hacen críticas muy desconsideradas a nuestros aportes”.
Inevitablemente habla de un tema fundamental, el feminicidio. Marcela Lagarde diputada independiente por el PRD en la LIX Legislatura (2003-2006) fue presidenta de la Comisión Especial para Conocer y dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana y a la Procuración de la Justicia Vinculada, misma que impulsó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia. Misma comisión realizó la investigación Diagnóstica sobre Violencia Feminicida en la República Mexicana, que incluyó inicialmente a 10 estados, y en la que participaron hasta 60 investigadoras, expertas en violencia de género.
Sostiene que para el feminismo debe ser importante lo que se ha alcanzado hasta ahora, sobre todo, destaca lo hecho por las familias de las víctimas del feminicidio en Ciudad Juárez, que con su tesón, su exigencia y el apoyo de grupos de derechos humanos, feministas y comunicadoras, se logró llevar al “banquillo de los acusados” al Estado Mexicano, dice refiriéndose al caso Campo Algodonero, en el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado Mexicano, por tres de los asesinatos de dos  niñas y una adolescente, aunque aclara no se han cumplido todas las recomendaciones emitidas.
En ese sentido explicó el trascendente papel del feminismo y señaló que “las feminista somos una minoría, pero tenemos una enorme incidencia política”.
¿Eso nos debe dar esperanza?
Mucha, responde, porque muchas mujeres que nunca han estado en los movimientos de mujeres ni feministas, nos ponemos a hablar juntas y nos identificamos rápidamente, dice en referencia a lo sucedido a lo largo de muchos años en Ciudad Juárez.
“El feminismo solo elabora y sistematiza anhelos, necesidades de las mujeres, para darle la vuelta a la hoja y construir la igualdad entre mujeres y hombres, para mí es esperanzador, me pega muchísimo el grado terrible de violencia y de discriminación que vivimos las mujeres en México”.
¿Qué nos faltaría por hacer?
Nos falta todo, pero debemos entender que estos son procesos históricos y que el feminismo no es algo que descubres y aprendes de un día para el otro, tenemos que aprender lo que han hecho otras, hasta dónde llegaron, avanzar desde ahí, esa parte nos falta mucho y para ello es tan importante la actividad educativa, donde las estudiantes salen fortalecidas, con un nivel superior de conocimiento, distinto. Explica la maestra Lagarde al referirse a su reciente intervención en una de las últimas clases del Diplomado Internacional Estudios de las Mujeres, Feminismos y Descolonización que se impartió en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UABJO.
Luego añade que a través de su tarea como docente en la UNAM, en los últimos 40 años, ha visto cómo “las chavas se mueven, les cae el veinte, encuentran razones para cosas que ya sabían pero que no podían explicarse, se identifican con otras mujeres, aprenden a ir bajándole a la misoginia, aprenden a ir tratando mejor a otras mujeres, todas vivimos un aprendizaje maravilloso, sobre todo de cómo queremos ser tratadas las mujeres en el mundo” y todo ello lo aprenden, añade, a pesar de que la mayoría están en una etapa difícil porque se les junta la escuela, los matrimonios, sus parejas, las maternidades, el trabajo, sus familias, pero a pesar de todo ahí están.
Marcela Lagarde sostiene que la puerta de su casa está abierta para la gente que la quiere y me respeta, mis alumnas siempre han ido a mi casa, mis amistades, mis amigas y ahí mi casa es un espacio abierto para todas y las aulas que son mi otra casa, las universidades donde enseño siempre han sido espacios a donde llega la gente más diversa buscando sintonizar.
Las noticias sobre Marcela Lagarde son buenas. Este año se editarán de nueva cuenta dos sus libros: uno es Los Cautiverios de las Mujeres, por parte de la Editorial Siglo XXI y el otro El Feminismo en mi Vida será publicado por el Instituto Nacional de las Mujeres.
Por eso Marcela Lagarde concluye la conversación periodística afirmando que ella sí es profeta en su propia tierra. No solo es bien recibida en las universidades del país sino en todas partes a las que acude, las comunidades, los municipios o las capitales de los estados. Le encanta trabajar con las mujeres, lo disfruta mucho y contribuye a encontrar soluciones…
La verdad es que la paso muy bien, el feminismo en mi vida ha sido una maravilla, frente a horrores terribles que nos toca vivir, nos comprometemos, me he comprometido con cosas difíciles, suena raro que diga me la paso muy bien, pero si yo no fuera feminista no podría haber hecho todas esas cosas que yo hice y que he hecho con otras colegas, siempre, pequeños grupitos nos asociamos para hacer grupos, en pactos, aliadas, un aprendizaje feminista, de no ir a la confrontación, sino aprender cómo colarlos.
Y así nos deja Marcela Lagarde. Como en clase y tras revelar su yo feminista, ahora en afirmativo.


Mujeres al poder… · Violencia política una constante en Oaxaca




Mujeres al poder…
·      Violencia política una constante en Oaxaca
·      El privilegio de gobernar es masculino

Soledad JARQUÍN EDGAR
Entre 2011 y 2013 gobernaron municipios de Oaxaca un total de 20 mujeres. Ocho mujeres fueron electas en asambleas comunitarias, cuatro en la región de valles centrales, tres en la sierra norte y una más en la mixteca. Por lo que 12 más fueron electas en comicios realizados en 2010.
Del total de 20, 17 gobernaron su municipio durante tres años, dos durante año y medio, y una presidenta lo hizo en un solo año, porque así lo establecen los sistemas normativos internos de sus municipios.
El fenómeno de la violencia política estuvo presente antes de la elección,  al ser electas y en el tiempo de su gestión al frente del gobierno de los municipios que gobernaron. Exceptuando cuatro casos, todas por los sistemas normativos internos, que no fueron “noticia” en los medios de comunicación por su “mala” actuación, las otras 16 vivieron fueron expuestas en los medios por algún problema durante su gobierno, acusadas o porque ellas denunciaron a grupos que no las dejaban gobernar.
Lo que en los hombres políticos se considera una aspiración en las mujeres se juzga como una ambición. Lo que es normal para los hombres no está bien cuando lo desean las mujeres. Un presidente municipal puede dejar su cargo para aspirar a diputado local y no se juzga. Pero si una presidenta municipal hace eso se le cuestiona. Ese fue el caso de Inés Cristina Reyes López, hoy ex presidenta municipal de Reyes Etla, quien buscó ser candidata del PRI a la diputación local, lo que le valió perder la simpatía de alguna parte de los habitantes de su municipio que incluso solicitaron una auditoría al gobierno municipal.
Durante su gestión Rocío Castillo Jiménez,  presidenta municipal de San Pablo Etla, fue acusada de enriquecimiento y de dividir a los habitantes de las agencias municipales, quienes en represalia por lo que consideraron falta de atención cerraron las válvulas de agua potable que se distribuye a la capital oaxaqueña.
Thelma Adriana Chávez Chonteco, fue electa presidenta municipal de La Pé, Ejutla, y pudo tomar posesión de su cargo hasta que la Sala Regional de Xalapa, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratificó su triunfo, incluso fue amenazada con ser decapitada si insistía en asumir su cargo.  Finalmente asumió el cargo pero no dejó de tener problemas con un grupo de familias que gobernaban “regularmente” el municipio.
En el caso de Isabel González Bello, presidenta municipal de Putla Villa de Guerrero, sufrió una serie de ataques durante su gestión, los cuales fueron desde la toma de oficinas, retención de regidores o la toma de carreteras, por parte de grupos inconformes como el Comité de Defensa del Pueblo y estudiantes de la Normal de Teposcolula, que incluso demandaron su destitución, hasta la acusación de otorgarse préstamos personales de los recursos municipales e imponer impuestos a pequeños comerciantes.
La presidenta municipal de San Antonino Castillo Velasco, Rufina Natalia Santiago Matías, emanada del PRI, pasó por el asesinato del regidor de Educación, Arnulfo Antonio Martínez Pérez,  además de ser acusada de crear divisionismo en la comunidad, de malversación de fondos a través de “obras fantasmas”
De la presienta municipal de San Felipe Jalapa de Díaz, Silvia Flores Peña, militante perredistas, se ventiló una denuncia por la supuesta comisión de un fraude por 11 millones de pesos en la ciudad de Puebla cometido en contra de una empresa. Se cuestionó también por haber sido requerida por la Secretaría de Desarrollo Social, junto con su esposo, ex edil de la misma población, Cayo Ramírez Salvador, por no realizar en tiempo y forma la construcción de un camino.
Otro caso ventilado en los medios de comunicación fue el de la presidenta municipal de San Francisco Ixhuatán, emanada del PRI, Olivia Matus Toledo, cuando fue “rescatada” por elementos de la policía estatal luego de ser retenida en una agencia municipal, porque pretendía imponer al agente municipal de Cerro Grande.
A su vez María Magdalena Melgar Damián, presidenta de Santa Catarina Juquila, tuvo una muy accidentada gestión pública debido a las muchas inconformidades que surgieron de una parte de los habitantes de esa población que incluso demandaron la revocación del mandata constitucional ante el Congreso local.
La presidenta municipal de Santa María Jacatepec, Elvira Hernández,  fue acusada de malos manejos en la administración pública y de gobernar al lado de su hermano, Víctor Raúl, ex munícipe de la misma población.
Ángela Juárez Mendoza, presidenta de Santa María Petapa, tuvo que enfrentar las manifestaciones realizadas por habitantes de su municipio en la capital oaxaqueña, por considerar que era una imposición de su esposo a la postre también ex presidente municipal David Carrasco Martínez.
En tanto,  Magdalena Bautista Cruz, electa presidenta municipal de Santiago Chazumba, fue denunciada ante el Ministerio Público por el despojo de predios a 22 familias para la construcción de un jardín de niños, los predios se los había otorgado en la anterior administración municipal, luego de que las 22 familia habían cedido otros terrenos para construir un hospital.
En Santiago Laollaga, gobernó Antonia Guzmán Jarquín, a pesar de las denuncias de inconformidad presentadas por integrantes del PRD quienes alegaban fraude electoral, los perredistas retuvieron el palacio municipal pretendiendo con ello quitar a la presidenta electa.
La presidenta municipal de Santo Domingo Tonalá, Araceli Arratia Guerrero, enfrentó la determinación de agentes municipales que demandaron su destitución, vivió el cierre de calles y la toma del palacio municipal.
La presidenta municipal de Tlacolula de Matamoros, Concepción Robles Altamirano, también enfrentó diversos problemas durante su administración y ya concluida su gestión ha sido objeto de diversas denuncias porque supuestamente no entregó mobiliario y equipo adquiridos durante su gobierno. Las acusaciones fueron expuestas ante la prensa por el nuevo munícipe Pedro Ruiz González.
Cerca de la conclusión de su gestión como presidenta municipal de Tejúpan Villa de la Unión, Leticia Sánchez Bautista, fue acusada de injerir en los asuntos electorales de la colación que conformaron el PRD-PAN y PT al pretender imponer un candidato y como muchas otras presidentas gobernó durante diversos procesos con el palacio municipal tomado por sus propios compañeros de partido.
Por otra parte, Alicia Concepción Ortiz Hernández, electa presidenta municipal en Santa Catarina Ticua, Tlaxiaco, fue una de las pocas que terminó su gestión con cierto éxito en su comunidad y fue motivo de reconocimiento porque quintuplicó los recursos para su municipio.
Las presidentas de San Pedro Apóstol, Cecilia Teresita Florida Ricárdez Arango; Sofía Robles Hernández, de Santa María Tlahuitoltepec; Marcelina Bautista Manzano de San Juan Evangelista Analco, y Olivia Basilia Pérez Jiménez de Santa María  Yavesía Ixtlán, no tuvieron cuestionamientos en los medios de comunicación.
Además de estos casos, durante la pasada elección las mujeres tuvieron que recurrir en varias ocasiones ante la autoridades electorales del Poder Judicial ya que sus triunfos no fueron reconocidos por alguna parte de los votantes. Tal es el caso de Evic Julián Estrada, en la población de San Juan Lalala, quien tras ser investida como autoridad municipal fue desconocida lo que derivó en la reposición del procedimiento electoral, ordenado el TRIFE, al final nunca se le devolvió su triunfo.
En ese mismo proceso electoral en la agencia de Emiliano Zapata, perteneciente a San Juan Cotzocón, se desconoció a tres ciudadanas que habían sido electas por la asamblea: la agenta municipal Elia Castañeda Martínez; la secretaria, Marcelina Miguel Santiago y la tesorera Evitelia Pacheco Ramírez, quien además fue agredida y estuvo a punto de ser linchada, porque en el pueblo los hombres señalaron que no serían gobernados “por las pinches viejas”.
En tanto que en Zaachila, Magaly García, peleó hasta que finalmente fue incorporada al Cabildo municipal de esa población tal y como le correspondía, hecho que ocurrió varios meses después de iniciada la administración municipal. En ese caso el presidente municipal de extracción perredista no la quería incorporar por ser mujer y por ser priista.
Sin cambios
En 2013 se realizaron elecciones municipales en los 570 municipios de la entidad, tanto por el sistema de partidos políticos (152 municipios) como por los sistemas normativos internos (418 municipios). Como resultado de ese proceso hoy las mujeres gobiernan un total de 17 municipios, en nueve ganados a través de las urnas y otros ocho en asambleas comunitarias.
Al igual que en el anterior proceso electoral, las mujeres siguen enfrentando la inconformidad de los varones por su presencia en los cargos de gobierno municipal, algunos de estos hechos sumamente vergonzosos para la democracia mexicana y también para el avance de las mujeres en materia de participación política.
Oaxaca supone un contexto distinto, tanto que mientras en el ámbito federal se aprueba la paridad para los comicios electorales federales próximos, acción que se desarrolla en la conmemoración de los 60 años del sufragio universal y a 66 años del voto de las mujeres en comicios municipales, en esta entidad prevalece la violencia contra las mujeres a grado tal que inhibe la participación de ellas en el ámbito público.
Un ejemplo concreto es el caso de Elizabeth Sánchez González, a quien se le niega el reconocimiento como síndica del cabildo de Tlacolula de Matamoros y se le “otorgó” el nombramiento como regidora de Gobernación, por lo que interpuso una queja por la violación a sus derechos ciudadanos ante las autoridades electorales correspondientes.
Otro caso fue el denunciado por la presidenta municipal de Jalapa del Marqués, Rebeca Altamirano Ramos, quien ganó las elecciones al encabezar la planilla de la coalición conformada por los partidos políticos: PRD, al que pertenece, PAN y PT. Sin embargo, sus propios compañeros de partido lograron que los que antes eran enemigos políticos se unieran, al sumar al PRI, para actuar en su contra pretendiendo imponer al tesorero y al secretario municipal.
Otra denuncia fue presentada por la presidenta municipal de Mesones Hidalgo, Patricia Mayoli Miguel Rojas, quien fue secuestrada en su propio domicilio durante 48 horas, además de sufrir agresiones físicas por parte de integrantes del MULT, liderados por Samuel Nicolás Lucas, quien también fuera candidato a la primera concejalía.
Un caso por demás emblemático es el de San Bartolo Coyotepec, donde el actual presidente municipal, Guadalupe Simón, convocó a la asamblea comunitaria para dejar fuera del Cabildo a las mujeres. Frente a esta circunstancia, el IEEPCO ordenó reponer el procedimiento de elección pero eso no modificó la conducta de los hombres que omitieron considerarlas para ocupar cargos dentro del Cabildo.
Sin duda, de estos hechos, el caso de San Francisco Ozolotepec resulta el más emblemático para mostrar la misoginia y el machismo que prevalecen en el ámbito público en diversos municipios.
Los hechos fueron denunciados cuando cinco mujeres fueron encarceladas y multadas por el presidente municipal Baltazar Martínez luego de que votaron en la asamblea comunitaria a favor de Jacinta Aragón, que aspiraba a ocupar el cargo de presidenta municipal.
En este caso, como en la agencia Emiliano Zapata de San Juan Cotzocón, hace tres años, se volvió a escuchar aquella muy machista cantaleta de revela la desigualdad, discriminación y menosprecio hacia las mujeres, esta vez en la voz de Baltazar Martínez quien expresó: “ninguna vieja me va a decir que tengo que hacer…”.
Insuficiente
En suma, si en el pasado trienio gobernaron 20 mujeres en distintos tiempos, por el caso de tres municipios regidos por los sistemas normativos internos, porcentualmente es claro que la participación política de las mujeres es incipiente en Oaxaca. Apenas alcanzó el 3.5 por ciento contra el 96.4 por ciento de varones gobernando un municipio. Esto es tres mujeres por cada cien presidentes municipales varones.
En el actual trienio y salvo otros casos que pudieran presentarse en municipios regidos por lo que antes se denominaban usos y costumbres, son 17 las presidentas municipales, tres menos que en el periodo inmediato anterior. Porcentualmente son 2.9 mujeres gobernando en Oaxaca, contra el 97 por ciento de hombres.
Sin duda y contra lo que se diga sobre los muchos “esfuerzos” que se realizan para incluir a las mujeres, lo cierto es que todavía nadie puede echar las campanas al vuelo ni decir que las políticas públicas dan resultados.

Presidentas municipales electas en Oaxaca entre 2011-2013
Municipio
Nombre
Reyes Etla
Inés Cristina Reyes López
San Pablo Etla
Rocío Castillo Jiménez
Santa María  Yavesía Ixtlán
Olivia Basilia Pérez Jiménez
La Pe, Ejutla
Thelma Adriana Chávez Chonteco
Santa Catalina Ticúa, Tlaxiaco
Alicia Concepción Ortiz Hernández
San Pedro Apóstol
Cecilia Teresita Florida Ricárdez Arango
Santa María Tlahuitoltepec, Ayutla
Sofía Robles Hernández
San Juan Evangelista Analco
Marcelina Bautista Manzano
Putla Villa de Guerrero
Isabel González Bello
San Antonino Castillo Velasco
Rufina Natalia Santiago Matías
San Felipe Jalapa de Díaz
Silvia Flores Peña
San Francisco Ixhuatán
Olivia Matus Toledo
Santa Catarina Juquila
María Magdalena Melgar Damián
Santa María Jacatepec
Elvira Hernández López
Santa María Petapa
Ángela Juárez Mendoza
Santiago Chazumba
Magdalena E. Bautista Cruz
Santiago Laollaga
Antonia Guzmán Jarquín
Santo Domingo Tonalá
Araceli Arriata Guerrero
Tlacolula de Matamoros
Concepción Sofía Robles Altamirano
Villa de Tejúpan de la Unión
Leticia Sánchez Bautista


Presidentas municipales electas para gobernar en 2014 y hasta 2016
Municipio
Nombre
Cuilapám de Guerrero
Gerardina Valeriano Blas
Soledad Etla
Sonia González Playas
Santa María Jalapa del Marqués
Rebeca Altamirano Ramos
Salina Cruz
Rosa Nidia Villalobos González
San Juan Cacahuatepec
Maríz de los Gozos Villavicencio López
San Juan Huazolotitlán
Maricela Sandra López Silva
Zimatlán de Álvarez
Yolanda Britania Álvarez Pérez
San Juan Guichicovi
Francisca Pineda Vera
Cosolapa
Alejandrina Carmina Álvarez García
San Pedro Cajonos
Anabel Ortega Robles
Mesones Hidalgo
Patricia Mayoli Miguel Rojas
San Cristóbal Amoltepec
Reyna Emilia Hernández Ortiz
Santa Cruz Suchixtlahuaca
Rosa López Baltazar
Cosoltepec
Antelma Luisa Espinoza Torres
Santo Domingo Yanhuitlán
Luz Irene del Carmen Montes Lara
San Pedro Apóstol
Eva Aragón Pérez
San Pedro y San Pablo Ayutla
Esther Martínez Altamirano