domingo, 4 de noviembre de 2012

Mujeres y Política: Calderón, dios de la muerte


Mujeres y Política
Calderón, dios de la muerte

Soledad JARQUÍN EDGAR

Ahora sí las horas están contadas y el relevo presidencial está en puerta. Vendrán las evaluaciones correspondientes, yo sólo voy a confirmar lo que he dicho desde hace seis años, desde que Felipe Calderón soltó al diablo.

El país se fue tiñendo de rojo por la sangre de miles de personas asesinadas por una guerra cruenta que está muy lejos de la imaginación calderonista que pregona resultados frente a las mafias, pero la realidad inocultable se revela distinta y abismal a su falsa afirmación.

Además del borgoña, hay otro color sobre el país: el negro, por el luto de igual número de familias que perdieron a uno o varios de sus integrantes, a veces hubo cuerpos y una tumba, en cientos más persiste la ausencia, la incertidumbre, la herida que no cierra y se abre aún más ante la falta de respuestas, de justicia.

El tiempo actual, es de terror, ni duda cabe. No hay esperanza de que la claridad de un “nuevo” proyecto político aleje al país de la violencia o lo acerque a la libertad, a la paz social. Para no engañarnos lo decimos, será difícil que ese país sin violencia y en libertad llegue con el priista Enrique Peña Nieto, porque muchas de las instituciones de seguridad y justicia han sucumbido tras años de ser socavadas por la corrupción de quienes se siguen vendiendo al mejor postor, al que paga más, ese patrón que opera fuera de la ley, el narcotráfico, el crimen organizado o, incluso, que siguen al servicio de las mafias del poder político y económico.

Viudas-madres, madres y padres huérfanos de sus hijos e hijas desde Ciudad Juárez hasta Quintana Roo; “accidentes” que clarifican la descomposición administrativa como la ocurrida en la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora; la venganza para  saldar cuentas y sembrar el terror, controlar o ganar terreno, como la tragedia de Villas de Salvárcar o la crueldad mostrada en el Casino Royal o las matanzas cruentas en discotecas que para no alarmar al país se quedaron en el silencio.

Asesinatos de jóvenes “confundidos” o calificados de delincuentes en colonias populares, canchas deportivas o frente a una de las más sofisticadas instituciones de educación pública superior del país, el Tec de Monterrey; los multihomicidios en carreteras como la de San Fernando, una avenida en Veracruz, el descubrimientos de fosas clandestinas y en otros kilómetros de asfalto o terracería donde soldados, policías y delincuentes jugaron al tiro al blanco acertando sobre  los cuerpos de mujeres y hombres de todas las edades; los miles y las miles de personas desparecidas, el tráfico de mujeres y niñas con fines de explotación sexual y la violencia sexual contra ellas convertidas en botín de guerra, alcanzando proporciones inadmisibles para el avance de cualquier sociedad y por supuesto la invisibilidad del feminicidio frente a la danza de sangre.

Estamos hablando de casi 72 mil asesinatos relacionados con grupos criminales, como reveló un estudio del Semanario Zeta, mismo que comprendió cinco años y medio del sexenio de Felipe Calderón. La violencia como epidemia, cuyo promedio diario fue de unas 40 personas asesinadas.

Un país que de ciudad en ciudad se fue paralizando de norte a sur y de este a oeste, de poblaciones enteras que cierran sus puertas y ventanas apenas se oculta el sol, donde sólo se murmura, no hablan del asunto, esquivan las miradas frente a quien se sabe controla la zona y tiemblan frente a la presencia no siempre protectora de policías corruptos o soldados enseñados a actuar con crueldad frente a la población.

Desde que Calderón soltó al diablo, México es en general un país violento, inseguro, cada vez más catastrófico, sangriento, las cifras no mienten. Estos años nos han mostrado que la gran mayoría de la población no comulga con las canciones ni refranes con los cuales le pelábamos los dientes a la muerte. Comprobamos que la conmemoración de muertos no se remitió sólo al 1 y 2 noviembre de cada año sino que se prolongó dolorosamente durante un sexenio por la decisión desafortunada del Ares mexicano: Felipe Calderón.

INEGI señala que entre 2005 y 2011, la cifra de homicidios pasó de 9 a 24 por cada 100 mil habitantes, la razón ya la sabemos, la guerra desigual con la delincuencia, los carteles, las bandas, los grupos delincuenciales que atropellaron a la población civil, y que en mayor o menor medida, la mantienen secuestrada y cuyos testimonios se escuchan y se han documentado en Chihuahua, Durango, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Sinaloa, Michoacán, Estado de México y también en Oaxaca, Puebla, Chiapas, Guerrero…en todo el país.

La sensación general es de pérdida, nos arrebataron la tranquilidad; palpamos la desigualdad social, que se ha profundizado en México, cientos de asesinatos sin aclarar, sin atender siquiera, nombres que se perdieron en interminables expedientes a los que por carecer de importancia “humana”, dinero o peso político se les dejó en el olvido, mientras otros relacionados con hijos de “prominentes hombres”, tuvieron respuesta y lo que se llama justicia expedita.

México es hoy el país donde, para acabar pronto, las personas honestas son calificadas como delincuentes y de delincuentes que siguen siendo considerados honestos amparados en el poder económico o político, tras un cargo de elección popular o un puesto público de alto nivel. Rumores que se traducen en nuestras peores pesadillas.

Sin duda este sexenio que termina tiene para la población un saldo de pérdida. La necrópolis de Calderón, el Ares mexicano, es el espectáculo más doloroso y lleno de impunidad jamás antes visto. Se atentó y sigue atentando contra la libertad de informar, se pasó del despido de periodistas de sus medios por presiones políticas a la amenaza y de éstas a la desaparición de al menos 9 de ellas y ellos, y el asesinato de otros 44, según la organización Artículo 19. La otra noticia, quien más violentó el derecho a la libertad de información fueron servidores públicos y claro le siguió la delincuencia organizada. ¿Qué rostro tiene el enemigo de la libertad?

México es terreno minado que provoca pérdidas que se extienden en otras mujeres que se quedan huérfanas de sus hijas e hijos al cruzar México desde Centroamérica en ese viaje sufrido que nos revela y confirma que el nuestro es un país dominado por la delincuencia, la oficialmente establecida desde las oficinas y la común y que le llaman “organizada”.

México un país donde los funcionarios se vuelven cínicos, como el “fiscal” de Atención al Migrante de Ixtepec, Oaxaca, Nahúm Pineda Montero, quien le dice a las madres de la caravana que hay un tramo de 250 kilómetros entre Guatemala y Ciudad Arriaga (Chiapas), donde abordan un tren que atraviesa el país, pero ese tramo, dice en una nota periodística de CNN, “les lleva unos cinco días, en los cuales deben pasar por zonas donde son víctimas de asaltos, violaciones y accidentes”. Saben lo que ocurre pero no hacen nada para impedirlo. La impunidad desbordante, aterra saber que ese fiscal todavía le pagan un salario con los impuesto de una buena parte de la población mexicana.

México es una necrópolis. Esta semana el país le rindió culto a la muerte, a sus muertos y muertas, pero sobre todo a las mujeres y hombres asesinados y desaparecidos, Ares Calderón contempló el escenario de camposantos encendidos y borrachos por el olor del cempasúchil, se sonríe ante las cámaras, se le nota satisfecho tras dejar su grave ofrenda de corazones jóvenes en una vasija, luego bebe la sangre. Fueron seis años de llamar a la muerte, su alter ego.

¿Qué sigue? Sin duda el reacomodo será doloroso, habrá cuentas que ajustar en lo político, en lo económico del lado institucional y del otro mando, el de la delincuencia organizada también se moverán algunas piezas, un juego temerario de fuerzas para establecer desde un principio quién manda en este país.

Posdata para Gabino Cué: Se acaba el tiempo, el año por la no violencia contra las mujeres también inició la cuenta regresiva y como con Calderón, los resultados los de papel. ¿Ya leyeron Las Caracolas?

A Reserva: Noviembre de la no violencia contra las mujeres


A Reserva
Noviembre de la No Violencia Contra la Mujer
                                              
Bárbara GARCÍA CHÁVEZ
El 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54/134, la Asamblea General de la ONU declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una conmemoración previamente establecida por las feministas latinoamericanas en memoria de las hermanas Patria Mercedes, María Argentina Minera y Antonia Teresa asesinadas a garrotazos un 25 de noviembre de 1960 por ordenes del dictador de República Dominicana, Leonidas Trujillo.

La resolución de la ONU invitaba a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen en ese día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de la violencia contra las mujeres.

En el marco de esta conmemoración el año pasado diversas organizaciones civiles y mujeres “totalmente indignadas” de Oaxaca salieron a la calle a denunciar que en los últimos 10 años se hubieren registrado 550 asesinatos de mujeres y 95 en el 2011. Asesinatos perpetrados en el breve periodo del gobierno del cambio.

Después de esa acción ciudadana, se declaró al 2012 como Año de la no Violencia contra las Mujeres por el gobernador Gabino Cué Monteagudo, claro que fue solo una declaración mediática, de esas que se le ocurren al gobernador de Oaxaca en momentos de calentura política, pues a pesar de ello las mujeres siguen padeciendo la violencia, no nada más la consabida en los espacios “privados”, también y ante todo resisten el desinterés del gobierno estatal. Una vez más confirma que eso de decretar “sin ton ni son” resulta puro engaño, en este caso para infortunio de las oaxaqueñas.

Sí, la inacción, la impunidad, la prepotencia, la injusticia, la falta de programas serios y oportunidades reales, se traducen en violencia institucional, dejando al grupo mayoritario de la población: las mujeres en situación vulnerable frente a la terrible discriminación, sujetas  a una serie de abusos a sus derechos fundamentales.

La mujer ha protagonizado múltiples vejaciones que se reproducen en todos los ámbitos sociales, el hecho de su reciente visibilización-de lo que se han encargado las mujeres, no los gobiernos- muestra que la situación de dominio patriarcal ha perdurado por siglos y que solo podrá dar un viraje  importante a través de un cambio cultural significativo, desde la estructura normativa jurídica pasando por políticas públicas que refieran verdadera voluntad política, desde su priorización en la agenda pública y una comprometida planeación que disponga de los recursos necesarios y, por supuesto, con la disposición que ordene y vigile la debida transversalización con perspectiva de género.

La violencia hacia las mujeres ha tenido vigencia milenaria, es resultado de la discriminación múltiple y se encuentra arraigada en todas las manifestaciones de la cotidianidad humana, en Oaxaca se ha acrecentado considerando que las mujeres de los pueblos y las comunidades indígenas conforman un sector de la población en el que los niveles de pobreza son más profundos y que sus propias actividades y roles atentan contra sus derechos.

Sin duda las mujeres indígenas de Oaxaca conforman el sector de la población femenina más lastimado, pues históricamente han sido discriminadas y afectadas por la pobreza.

La violencia hacia las mujeres implica para el gobierno estatal solo una oportunidad política para el discurso mediático y seguramente en los próximos días, estaremos oyéndolo de nuevo, rodeado de luces y cámaras, otra vez con su retórica vetusta, prometiendo lo que no tiene agallas o no sabe cómo cumplir. Fuera de cámaras, indiferencia y silencio.

Desde su pronunciamiento de hace casi un año “por nuestras mujeres” –forma sutil de apropiación-  en Oaxaca sigue la violencia en todas sus expresiones y modalidades, el Estado se hace a un lado en la precaria o nula prestación de servicios básicos (salud, agua, educación, vivienda) favoreciendo la feminización de la pobreza.

El marco jurídico de Oaxaca aun criminaliza el derecho a decidir de las mujeres sobre sus cuerpos sin pronunciamiento alguno del gobernador que hoy se ostenta como de izquierda progresista.
Igualmente se obstruye paradójicamente la iniciativa de reforma integral que el propio gobernador entregara al legislativo local para modificar las normas penales del estado, destinadas a sancionar los actos que atenten contra los derechos de las mujeres. La tipificación del feminicidio y  la violencia obstétrica entre otras disposiciones. Situación que hace responsable a la falta de consenso político de los poderes aliancistas de la paz y el progreso de la inacción e impunidad que ha permitido -en lo que va del año 2012-  70 asesinatos de mujeres, sin considerar la gravedad jurídica requerida, en la investigación por demás ineficiente de las instancias de procuración de justicia.

La desarticulación de las instituciones del estado en materia de prevención han sido poco menos que nulas, resultan aisladas y sin refrendo las pocas que existen, los recursos presupuestales en esta materia son insuficiente y en el peor de los casos inexistentes.

La corrupción y la impunidad en las áreas de justicia  hacen que las mujeres no tengan confianza en las instituciones y la denuncia se disminuye sustancialmente.

La violencia de género, se entrecruza con las condiciones marginación social y económica que no encuentra salida sin programas serios que refuercen las capacidades de las mujeres y ofrezcan serias alternativas laborales, es necesario que los asuntos de las mujeres dejen de estar en la escala pública del asistencialismo y solo fomenten el culto a personalidad de mujeres voluntarias que se apropian del quehacer  que le corresponde en estricto derecho al gobierno y sus instancias.

De hecho, con relación a los hombres, hay aún en Oaxaca un mayor número de mujeres analfabetas y monolingües, sus niveles de escolarización son inferiores, y tienen altos niveles de fecundidad, reportando un alto riesgo de muerte por complicaciones derivadas del embarazo, parto y puerperio que el gobierno estatal no ha podido revertir.

En Oaxaca se ha descuidado la acción de los medios, incluyendo por supuesto los propios medios del gobierno, donde se siguen socializando imágenes estructuradas en una relación violentamente jerarquizada. Estos medios no solo son vía de transmisión de discursos, además, se convierten en factores esenciales para la construcción de una sociedad violenta.

Señor gobernador, las oaxaqueñas no tenemos que agradecer ninguna de sus acciones en este año porque simplemente no las hay.

Palabra de Antígona: Cadernos Feminista, 15 años de trabajo


Palabra de Antígona
Cuadernos Feministas 15 años de trabajo

Por Sara Lovera
Cuadernos Feministas es una publicación que nació como respuesta a lo que en 1994 sucedió en Chiapas con la aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y que permitió a la sociedad mexicana darse cuenta hasta qué punto la población indígena del país había quedado rezagada, a pesar de 84 años de la Revolución mexicana. Donde, además, las mujeres indígenas quedaron de pronto entre dos fuegos.

Estos hechos definieron claramente de qué lado estaban las feministas tradicionales e institucionales y aquellas que continúan en la pelea por la verdadera transformación social, más allá de los mecanismos de control, legales o supuestos, que maquillan sin resolver la problemática y el conflicto entre mujeres y hombres, el sistema y la urgencia de la democracia social toda.

La publicación impulsada por un grupo de feministas, convocadas por Josefina Chávez, tuvo como objetivo fundamental convertirse en un medio para la discusión sobre el camino del movimiento y el pensamiento feminista en momentos que evidenciaban hasta dónde hablábamos y trabajábamos con mujeres sólo de nuestro entorno o simplemente urbanas.

Buscó abrir la discusión seria y profunda. A lo largo de esta década y media, Cuadernos Feminista ha hecho importantes aportaciones, no porque documente o informe sobre el movimiento, sino porque ha dado pautas para la discusión política, poniendo acentos precisos en coyunturas claras, donde ideológica y prácticamente el movimiento tendría que reflexionar.

Pero además ha puesto en blanco y negro, cómo mujeres de pueblos originarios de países de África o de Medio Oriente están viviendo cambios muy aleccionadores, que van de la mano de la profundización del mundo global, como del proceso del capitalismo, que afectan la vida de muchas mujeres en el mundo.

Desde Cuadernos Feministas se ha hecho una reflexión sobre los feminismos mexicanos, en las márgenes de la academia instrumental y de las acciones políticas feministas en el marco institucional, para convocar, como lo hizo en los encuentros latinoamericanos y mexicanos, a retomar un camino de crítica al sistema que, a pesar de leyes y políticas públicas, no ha mitigado los aspectos centrales de la dominación femenina y, por el contrario, en los últimos años la violencia ha crecido exponencialmente.

En Cuadernos Feminista sus colaboradoras y escritoras tuvieron como eje precisamente el tema de la multiculturalidad y la justicia a mujeres indígenas o de pueblos originarios. 15 años después, aunque se reconozcan esfuerzos organizativos y de diagnóstico, el solo caso de la niña indígena de 8 años, víctima de pornografía y a quien ni siquiera la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo quiso escuchar, evidencian que muy poco avanzamos en los temas centrales de la igualdad, la no discriminación y la opresión de las mujeres que viven, como hace siglos, en las márgenes de la modernidad y la globalización, sin que el sistema se altere y donde caen en el vacío discursos, presupuestos y políticas de relumbrón que en la práctica no están en la búsqueda de la transformación social.

Por eso esta publicación de excelencia, desde hace poco convertida en un blog, ha podido sobrevivir: por su independencia, su capacidad crítica y la tozudez de sus integrantes que saben que la crítica autónoma es fundamental, sobre todo en tiempos de cambios administrativos en México, que obligan a diversos balances.

Pero, además, esta publicación que no ha sido complaciente ni es llamada a la institucionalidad del sistema, ha sido fuente de encuentro, entre mujeres de una línea clara de crítica al sistema, fuente de nuevas prácticas entre mujeres, donde campea la camaradería y también los afectos, el respeto y la solidaridad, sin demagogia.

La seriedad y capacidad de buena parte de sus escritoras, así como los esfuerzos ciberespaciales de Rocío Duque desde Nueva York por darle universalidad a las discusiones, poner los temas en español e inglés y la sistemática invitación al debate abierto, hace de Cuadernos Feministas una publicación oasis en un desierto del pensamiento, donde todo se lo traga la urgencia, el activismo que reacciona sin meditar y sin discusión teórica, al ritmo de los temas y necesidades del sistema. Esta es quizá su mejor aportación.

Abrir los más de 37 números impresos y varias decenas de emisiones electrónicas, puede llevarnos de la mano a mirar una historia reciente del movimiento, desde una perspectiva feminista revolucionaria, que ha insistido en la urgencia de organizar a las mujeres y no sólo trabajar como segundo piso de las políticas públicas de los gobiernos.

Desde luego que Cuadernos Feministas, que nació con el apoyo de la Asociación Política, Convergencia Socialista, también ha reportado descriptivamente acontecimientos que pueden ser retomados por quienes se interesen en saber cómo ha sido el comportamiento del movimiento feminista de México y, como dije, de otras partes del mundo, en los años de mayor crisis del sistema que por ahora sólo busca remendar la condición social de las mujeres y no transformar de fondo y raíz su realidad.

Hay que felicitar a todas sus colaboradoras, pero especialmente a Josefina Chávez su directora, Rocío Duque, Sylvia Marcos, Ana Ma. Hernández y a Fanny Dargence por su tesón y su trabajo continuado. Recordar todo lo que nos dejó Nelys Palomo y los artículos que han permitido reproducir una estela de intelectuales y maestras. Dar las gracias a todas las que han tenido confianza, a las que la siguen, la leen y en su vida política cotidiana han considerado fundamental para el movimiento feminista la reflexión de fondo, más allá de la reacción coyuntural. Las lecciones de Cuadernos Feministas, están ahí, para el placer y el crecimiento de todas. Hoy se la puede buscar en el ciberespacio  y sus números impresos como fuente de investigación. ¡Felicidades!