Belén Ortiz Ramírez, cargando al niño junto con sus hermanas y mamá Antonia Ramirez |
Denuncian desaparición de Belén Ortiz Ramírez jjoven triqui
*Es la tercera hija de Antonia Ramírez Cruz desaparecida
*Nula actuación de las autoridades
Belén Ortiz Ramírez de 19 años, desapareció desde el pasado 29 de
noviembre, mientras se trasladaba entre las poblaciones de El Rastrojo a
Juxtlahuaca, ambas habitadas por las etnias triqui y mixteca, denunció su madre
Antonia Ramírez Cruz quien lamenta los hechos porque un pequeño niño de tres
años espera a su madre.
Antonia Ramírez se enfrenta a seis años cinco meses a la misma tragedia, la
desaparición de una tercera hija, luego de que desde el 5 de julio de 2007
están desaparecidas sus hijas Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, quienes
entonces tenían 20 y 14 años, respectivamente. “Esta situación es como una
muerte en vida”, sin embargo, sostiene la vida le dará fuerza para seguir
luchando.
Acompañada de sus familiares Emelia y Adriana Ortiz Ramírez, Antonia Ramírez
Cruz apuntó que Belén salió el pasado 29 de noviembre a las 06:00 de la mañana
de su casa para trasladarse a Santiago Juxtlahuaca, donde realizaría un trámite
en el Hospital Regional de Salud Oportunidades No. 66, pero no volvió a El
Rastrojo comunidad triqui donde viven.
Un hijo y su madre esperan por Belén |
Belén es estudiante del tercer semestre en el plantel 67 del COBAO, ubicado
en su comunidad perteneciente al municipio de Santiago Juxtlahuaca, apenas a
una hora y media de distancia entre ambas localidades cuando el traslado se
realiza en transporte público, y hasta donde se dirigió Belén el pasado 29 de
noviembre.
Desconsolada por no entender qué está sucediendo con su hija Belén de 19
años y con el peso de la tristeza que ha vivido por la desaparición de sus
otras dos hijas –Daniela y Virginia-, Antonia Ramírez pide a las autoridades
que actúen para localizarlas y termine de una vez por todas esta que ha sido
para ella y su familia una larga y muy lenta agonía.
“El día que salió mi hija vestía pantalón de mezclilla azul cielo, sudadera
de color morado y huaraches con tacón color negro”, explica ante la prensa
reunida en la Casa Cultural de la Nación Triqui “Heriberto Saúl Pazos Ortiz”.
Justamente el 10 de diciembre de 2007, Belén Ortiz Ramírez, entonces de 13
años de edad decía en una entrevista realizada por esta misma reportera que
tenía la esperanza de que sus hermanas estuvieran vivas.
En julio pasado exigiendo aparición de sus hermanas |
“Yo creo que mis hermanas están vivas. Pienso
que esa gente sólo nos quiere torturar, son muy malas”, explicaba ante los que
entonces eran cinco meses de una tortura que se ha prolongado por más de seis
años, como señaló también Antonia, su madre, quien no se rendía ni quería
perder la esperanza de volver a ver a sus hijas Daniela y Virginia.
Belén recordaba también que Daniela era su
compañera de escuela y que la extrañaba tanto como a Virginia, quien siempre
fue amable con ella, “yo creo que están vivas”, repetía una y otra vez en la
entrevista realizada en las oficinas de Liga Mexicana para la Defensa de los
Derechos Humanos, en la capital oaxaqueña hace seis años.
Sobre la desaparición de Belén Ortiz Ramírez se
ha presentado ya una denuncia por desaparición en la Procuraduría de Justicia
del Estado de Oaxaca y una queja en la Defensoría de Derechos Humanos del
Pueblo de Oaxaca a fin de presionar a las autoridades para que se investiguen
los hechos, se informó en la conferencia de prensa.
La historia se repite
El 5 de julio de 2007, Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, dos jóvenes pertenecientes a la etnia
triqui, de 20 y 14 años, respectivamente, desaparecieron mientras se trasladaban de Rastrojo a San Marcos
Xinicuesta (en el tramo carretero entre Putla-Juxtlahuaca). Antonia Ramírez
dijo entonces que sus hijas volverían en menos de tres días a El Rastrojo, sólo
iban a recoger las pertenencias de Virginia quien era maestra bilingüe
en la población de Xinicuesta y estaba feliz porque había conseguido su clave
para trabajar en La Luz, Llano Nopal, Copala, Juxtlahuaca, más cerca de
Rastrojo, más cerca de su familia.
Cuando al siguiente sábado 7 de julio sus hijas no volvieron, Antonia marcó
al celular de Virginia, un hombre contestó, ella se asustó y colgó. Otra de sus
hijas volvió a marcar de inmediato esta vez respondió una mujer, en el fondo se
escuchaba música de banda, la mujer que no dio su nombre dijo que no conocía a
Virginia.
Empezó su búsqueda, supo que sus hijas sí llegaron a Putla, donde
descendieron del taxi que tomaron en El Rastrojo y donde ella misma las
despidió. Desde Putla, las dos jóvenes tomarían otro tipo de transporte público
hacia San Marcos Xinicuesta, pero nunca llegaron a esa comunidad.
Antonia denunció los hechos en la Subprocuraduría de Juxtlahuaca donde se
inició la averiguación 187/2007. El gobierno del Estado a través de la
Procuraduría nada hicieron por investigar los hechos, el entonces procurador
Evencio Nicolás Martínez Ramírez advirtió que la única forma de entrar a la
zona, donde prevalecía un conflicto entre los grupos políticos que disputaban
el control de la zona Triqui, era mediante elementos del Ejército mexicano,
ellas se negaron a aceptar esa medida ante los hechos ocurridos apenas unas
décadas atrás.
Meses más tarde, el 18 de enero de 2008, el mismo funcionario del gobierno
de Ulises Ruiz anunció que el caso estaba cerrado, porque la familia había
difundido rumores sobre el posible asesinato de las dos jóvenes.
El caso había sido cerrado sin ninguna investigación a pesar de las
declaraciones de un testigo que reveló que las dos jóvenes fueron vistas cuando
eran llevadas en una camioneta color azul con los ojos cubiertos y las manos
atadas.
Los presuntos captores fueron reconocidos, se trataba, como quedó asentado
en el oficio de investigación 295 de la PGJE, de Miguel Ángel Velasco Álvarez,
Francisco Herrera Merino, Timoteo Alejandro Martínez, José Ramírez Flores. Timoteo
Alejando Ramírez, fue asesinado en Yosoyuxi, el 20 de mayo 2010; Miguel Ángel
Velasco Álvarez fue detenido el 20 de diciembre de 2011, y Francisco Herrera
Martínez, también apresado el 9 de enero de 2012, ninguno ha dicho que pasó con
Virginia y Daniela. Mientras que José Ramírez Flores, reside en la zona triqui.
“He pedido, sigo pidiendo que las autoridades busquen a mis hijas porque no
sabemos dónde están; les pedimos que las traigan vivas…” era entonces el clamor
de Antonia Ramírez quien durante más de seis años no ha tenido respuesta y hoy
suma a su desolación la desaparición de una tercera hija.
“¡Por favor, que las busquen, que las traigan vivas!”, suplica y vuelve a
recordar la promesa del ex procurador Evencio Nicolás Martínez Ramírez: “en 15
días vamos a agarrar a los culpables”, la promesa de un ex funcionario y hoy
senador Benjamín Robles de que atenderían el caso.