miércoles, 11 de mayo de 2011

Mujeres y política. México herido

Soledad JARQUIN EDGAR

México es un país herido no sólo por la guerra insufrible que ha devastado los hogares de muchas familias mexicanas que nada tienen que ver con el crimen organizado, son las victimas reales, las que Felipe Calderón no ve porque está recubierto por una gruesa capa de informes militares donde le dicen “vamos ganando señor presidente”. Él esboza una amplia sonrisa, otras personas lloran.

Más tarde, su estilista lo peina y como miembro de una corte real habrá quien lo ayude a vestir, le ponen la banda presidencial, un traje impecable. Así, con el privilegio de ser el presidente-real, usa “los tiempos oficiales” para explicar lo que ya nadie entiende, lo que nunca se entendió, lo que ha derivado en esas protestas que exigen no más sangre. Las otras personas, las familias, las amistades, quienes se solidarizan en los hechos han tomado las calles, las carreteras, se han colocado fuera del palacio de gobierno, caminan en silencio y gritan para liberar un dolor profundo que Felipe “El Valiente” no entiende.

El poeta Javier Sicilia grita en silencio y reclama con la razón por eso que llama “no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada” por la pérdida de su hijo Juan Francisco. Por eso llama los hechos por su nombre: al PRI le reclama la mierda de sistema que dejaron y a Calderón por los 40 mil muertos. Reclama por su hijo asesinado, por Julio César Romero Jaime, por Luis Antonio Romero Jaime y por Gabriel Anejo Escalera, reclama por los 40 mil muertos ¡40 mil!

Son las víctimas colaterales de la guerra donde Calderón –totalmente insensible- insiste en que tiene la razón y la ley para hacer frente a la guerra interna. Lo que no acaba de reconocer es que él no pone a las victimas inocentes, no las siente porque ni son de su familia y porque le han dicho una y otra vez que esas víctimas seguramente estaban involucradas en el narcotráfico.

La marcha de Sicilia es un recordatorio de aquella marcha que también hiciera Maricela Escobedo, allá en el lejano –siempre lejano- Estado de Chihuahua por la falta de justicia, la que nunca encontró por la asesinato de su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo. Maricela Escobedo, como Javier Sicilia, quería encontrar una razón para ese sitio donde “se es simple y dolorosamente nada”. Sin embargo como su hija, Maricela, también fue asesinada el 16 de diciembre de 2010, en ese lugar preciso a unos pasos del palacio de gobierno de aquella entidad, aún muerta la justicia no llega.

Guardadas todas las proporciones que se quieran y se puedan tener (si se pudiera) pregunto ¿Acaso Maricela también fue victima de los jueces que tenían la ley y la razón de su lado? Tal y como ha dicho Calderón. Por eso, los jueces dejaron en libertad al asesino de su hija de nombre Sergio Rafael Barraza Bocanegra, quien tal vez, todo apunta que sí, se convirtió después en su propio asesino material, los asesinos intelectuales estaban sentados en una sala de justicia.

La clase política

México está herido por la corrupción y la impunidad. Hay una parálisis financiera con un fuerte olor a crisis económica pre-electoral o postelectoral, lo que sea ya falta poco. Pero de eso no se enteran los políticos, esa clase privilegiada de hombres y mujeres del PRI, PAN, PRD y de los partidos políticos “chiquitos” cuya manutención, es decir, pagarles por existir, nos cuestan miles de millones de pesos para que después se conviertan en gobernantes-reyes, gobernantes-tiranos o gobernantes-fascistas, todo menos gobernantes. Esa clase política se frota las manos ante el proceso electoral que viene, lo demás: la sangre la usan sólo para dirimir las supuestas diferencias entre esos que son iguales e incapaces de entender ese “dolorosamente nada”, la poesía que los políticos no entienden. Ellos son el daño colateral de la democracia y la ignorancia.

El “carbón” Lozano

En México, la clase obrera está herida, como sucedió en febrero de 2006 de nueva cuenta en mayo de 2011, los mineros de Coahuila fueron tragados por la tierra. Casi 80 víctimas en las dos explosiones sucedidas en un lapso de cinco años, aunque seguramente hubo otras. Esos mineros son víctimas que dejan otro tipo de víctimas, el producto del daño colateral: sus familias. La condición de viudas es común en la zona carbonífera de Coahuila, así crecen las mujeres desde niñas, saben que cuando les toca el turno a sus parejas quizá no vuelvan. Eso quisieran cambiar para no ser ese “simple y dolorosamente nada”, parafraseando a Sicilia. Nada con las huérfanas y huérfanos a los que el Estado “protector post mortem” becará para que terminen sus estudios pero nunca les podrá resarcir el daño que provoca el dolor de quedar simplemente en nada. Un futuro negro como la tierra de aquella también lejana zona del país.

Pero ese México, el de los trabajadores de las minas de carbón y de otros productos esenciales para que el resto de las y los mexicanos podamos vivir con ciertas comodidades y facilidades, está herido por la impunidad y la corrupción de funcionarios que además de incompetentes resultan cínicos y sinvergüenzas, como Javier Lozano, Secretario del Trabajo, que en estos cinco años no vio ni supo de los trabajadores de las minas de carbón, que no aprendió nada de la experiencia de Pasta de Conchos, su misión es clara: proteger los intereses de los empresarios y no la vida de quienes laboran en esa zona. Lozano es el enterrador material de los obreros.

Patético, Lozano, apareció como si fuera un reportero más del canal de las estrellas dando las malas noticias desde la mina de Sabinas. Esto sólo puede suceder en este país donde frente a los ojos que no ven, como los de Lozano y del Secretario de Energía, José Antonio Meade, los obreros mexicanos siguen trabajando como si estuviéramos en la Colonia: sin seguridad, lo que termina con sus vidas, ya sea por un “accidente” o porque sus pulmones se llenan de hollín; con salarios de miseria que apenas alcanza para sobrevivir, en tanto los empresarios y gobernantes ponen su inocultable cara de corrupción y de estupidez inhumana. Por cierto, la misma cara que muestra el hoy dirigente del PRI y hasta muy poco gobernador de Coahuila, Humberto Moreira. Así mientras el panista Lozano los entierra, Moreira reza, pero no por los obreros, sino para que los negocios político-financieros no se le caigan.

La “simplemente nada” de la población mexicana se sintetiza en la indefensión, la herida cada vez más abierta y muy profunda que produce el que hoy todos los partidos políticos sean gobierno, las organizaciones cooptadas y la ciudadanía dispersa, engañada o peor aún esperanzada de que “algo” va a cambiar.

La conversión ensangrentada

México está herido. En el país las mujeres son asesinadas todos los días y frente a esa violencia generalizada como resultado de la guerra contra el narco, el feminicidio está en otro nivel, en uno donde no se ve.

En Oaxaca, por ejemplo, 25 mujeres han sido asesinadas desde diciembre pasado a la fecha, es decir, desde que asumió el poder eso que llaman el gobierno democrático del cambio, compuesto por una coalición de partidos de derecha-izquierda y un puñado de aliadas organizaciones civiles. Un gobierno que encabeza, pero todo parece indicar que no dirige, Gabino Cué. En 151 días, Gabino Cué y su equipo han hecho mutis sobre el problema de la inseguridad pública que alcanza niveles insospechados y aberrantes como abusar sexualmente a mujeres en un camión de transporte público tras bajar al resto de los pasajeros o abusar de la fuerza física contra mujeres en un “acto” indescriptible de impunidad policiaca en Textitlán. ¿Quién es el delincuente? ¿Quién el mayor misógino?

Oaxaca, siempre herida por la carne viva de esas mujeres que ven pasar el tiempo sin que nadie sea castigado por los hechos cometidos en Loxicha, en la Triqui y ahora en Textitlán. La gente afirma que fueron los priistas. Hoy en los tiempos de cambio la historia se repite, ya no son los priistas, son los panistas, los convergentes, la gente de nueva alianza, los petistas y por supuestos los perredistas, los puros puros y los convertidos del priismo a todas esas especificaciones políticas: priista más panista: diodorista; priista más perredistas: altamiranistas; priista más convergente: gabinistas-montoyista; priista más nueva alianza: piñeyristas, y así sucesivamente hasta el final de los tiempos, hasta las nuevas conversiones. Y todos –sin escape alguno- los políticos conservadores convenencieros son uvistas. Eso podría explicar el enredo que hiere a Oaxaca.

México, como la gente de Oaxaca, está herido y solo. ¿Qué nos queda? Exigir, exigir mucho y parafraseando al poeta Javier Sicilia, yo diría: ¡Estamos hasta el padre de ustedes los políticos…! Porque siempre he creído que las madres no tienen la culpa de esos hijos que nos gobiernan, eso entendiendo la lógica de la abnegación, entrega y dedicación que se venera en este país cada 10 mayo; el origen de la estupidez humana está en otro lado no en quienes de forma voluntaria decidieron ser madres.

Htpp://caracolasfem.blogspot.com

Palabra de Antígona. Poner nombre y rostro a la violencia

Por Sara Lovera

Las mujeres, gays y vecindario de la delegación Benito Juárez, de la ciudad de México, se citaron en la torre de Comunicaciones (Lázaro Cárdenas y Xola). Desde que llegué las banderas de la diversidad me enseñaron que todas y todos tenemos algún agravio que reportar al gobierno de Felipe Calderón, algún agravio relacionado con la brutalidad en la que estamos viviendo, sufriendo, lamentando haber callado durante tanto tiempo.

Ahora que el poeta y escritor Javier Sicilia, que a pesar de sus buenos sentimientos, su inmenso dolor y esa capacidad creativa que da hablar con la poesía, le puso al ¡Ya Basta! el agregado ¡Estamos hasta la Madre! texto que parece inofensivo y es sexista, tremendamente en un país donde lo que priva es el lenguaje y una profunda convicción machista que ni las feministas pueden rechazar totalmente.

Estar “hasta la madre”, en México significa llegar a un límite, estar hasta el gorro, no aguantar más. Sin embargo, algunas, de las citadas a la esquina de Xola y Lázaro Cárdenas me dijeron que no era grave.

Lo grave es que se produzcan mil 700 asesinatos de mujeres y no pase nada; lo grave es que haya más de 500 desaparecidas en el último año y nadie pueda rendir cuentas, lo grave es el reguero de viudas y huérfanos por esta guerra inútil y confusa a que nos lanzó la presidencia de la República y, a pesar de todo, dirigentes de muchos partidos políticos, gente de buena fama y los así llamados líderes de opinión, no le hayan puesto un hasta aquí a esta situación que nos agobia.

Por eso es tan esperanzador, nuevamente, que la ciudadanía salga por multitudes a las calles de la ciudad de México, a las carreteras, a pueblos, ciudades y comunidades de Chiapas a Nuevo León, de Durango a San Luis Potosí, de México a Berlín, con una parada en Nueva York y otra en Barcelona, que todas las personas digan: ¡Ya basta!

Ahí, en medio de la tremenda y gigantesca marcha por la paz con justicia y dignidad, me encontré con las caras y las voces de la estulticia. Me encontré que de su casa fueron secuestraron, el 6 de enero pasado, cuatro mujeres en Xalapa, Veracruz, antigua ciudad cultural, bellísima y pacífica, donde el chipi, chipi de la lluvia calma los nervios. Cuatro mujeres de clase media, incluso adineradas. Bueno tres y su trabajadora doméstica. Tienen por nombres Josefina Campillo de 49 años, Johana Monserrat Castro de 23 años, Karla Verónica Castro de 20 años y Araceli Utrera, la trabajadora doméstica. Y nadie contesta dónde pueden estar, el ministerio público callado, la angustia del padre y marido, Carlos Castro, le ha quitado kilos y aumentado años desde el suceso.

Hallé rezando a una religiosa, que es de las madres benedictinas/guadalupanas, mortificada e indignada porque a su madre y a una hermana las mataron desde el 15 de diciembre y no sólo nadie le informa sino que la casa familiar fue sellada por las autoridades y sus cinco hermanos y hermanas no pueden entrar, nadie investiga.

Increíble, la religiosa de nombre Angélica María Robledo Álvarez, me contó cómo fueron muertas su madre Martha Álvarez y su hermana Blanca Robledo. Primero me dijo que el crimen organizado se las llevó y luego me contó que seguramente ello tiene relación con que Blanca estaba organizando un sindicato campesino en San Luis Potosí, lugar donde fueron asesinadas. Represión, le dije, y se le llenaron los ojos de lágrimas y ya no me dijo más, seguro sabe quién es el funcionario o el cacique involucrado.

Luego me encontré a Margarita Rosas Santillán, que vino de Durango a la marcha y que hace dos años está buscando a su sobrino "levantado" y sin huella. Me dijo que nadie le abrió todavía un expediente y las autoridades como si nada.

Lo más grave es que en la marcha iba una familia de Tulancingo, Hidalgo, que me contó que el 27 de marzo pasado, su hijo fue decapitado. Se llamaba Leonardo López Sevilla y las autoridades les dijeron que era un delincuente, y no se investiga nada sobre los responsables del hecho.

Vi cómo una hermana de Elvia Zúñiga llevaba una manta larga, pidiendo justicia, porque Elvia, profesora de 49 años, fue asesinada de 33 puñaladas por un exalumno, el caso está en veremos, aunque tienen al delincuente, porque han dicho que Argelia González, está mal de la cabeza al pedir que se certifique que el asesinato de la maestra es un feminicidio.

En fin, ahí en la marcha pude verle el rostro a la estadística, esa de las asesinadas y desaparecidas, que forman parte de los miles de casos con número que manejamos para darle un realce al tamaño del crimen.

No puede ser, de pronto se me aglomeró toda mi emoción en la garganta cuando la religiosa me contó cómo mataron a su madre y hermana, una hermana luchadora social, la definió, y vi el cartel que recuerda el caso de Betty Cariño, asesinada durante una caravana pacífica que se dirigía a San Juan Copala, en Oaxaca, y observé que todas se movilizan por que se encuentre a los culpables de su asesinato y no vi a nadie, más que a tres monjas, con la hermana de Blanca, con un poco de temor porque era la primera vez que se atrevían a denunciar lo que pasa en San Luis Potosí.

Me dio una ternura infinita ver al ingeniero civil que busca a su mujer e hijas secuestradas en Xalapa. En el Zócalo, escuché a una madre, a otra, vi a un padre retorcer el periódico y recordar cómo se llevaron y mataron a su hijo...

Entonces entendí que ya hay muchos agravios que sólo la estúpida distancia entre los que mandan y el pueblo puede nublar, desaparecer, no importar, darles lo mismo. Vi con claridad que es inútil, que en México hemos perdido el sentido humano y de la vida, que ello es algo que reta, que entristece, pero que fortalece el espíritu para no desviarse.

Tan importante el rostro y el dolor, si no es plañidero, como los números estadísticos, el resumen, el análisis global de lo que pasa.

Tal vez la movilización del 8 de mayo no sea inútil, ojalá que realmente se organice la ciudadanía para reconstruir el tejido social, para hacerse cargo de lo que a cada quien toca en esta devastada nación, empobrecida, doliente, a la que le hace falta la dignidad, tanto como el empleo y las oportunidades. Pero también le hace falta un verdadero valor, como el de los hombres y mujeres que son protagonistas de los cambios y empeñan en esos cambios sus propias vidas, no su puesto o su aspiración de poder temporal y estrictamente personal.

saralovera@yahoo.com.mx

A reserva. Defensa del contribuyente



Bárbara GARCÍA CHÁVEZ

¿Será necesaria una instancia procuradora de la defensa de los derechos del contribuyente?
En principio debe quedarnos claro que contribuyente es aquella persona que paga tributo.
Tributo es la obligación monetaria establecida por la ley, cuyo importe se destina al sostenimiento de las cargas públicas, en especial al gasto del Estado.
Todas las personas físicas y morales que tengan una actividad económica, la cual le reditúe un ingreso, son sujetos al pago obligado, determinado y supervisado por las autoridades federales hacendarias.
La mayoría de contribuyentes en México conoce poco y entiende menos las cuestiones tributarias y sus principios jurídicos, sin embargo perciben con justa razón que el pago de impuestos al gobierno sólo debería representar para los contribuyentes el mínimo sacrificio posible, pues sí, tal como lo afirma Hugo Carrasco Iriarte en su Diccionario de Derecho Fiscal.
Muchas veces se considera injusto pagar al gobierno, argumentando que quienes gobiernan no garantizan nuestro bienestar y el de nuestras familias; que pagamos en exceso, porque lamentablemente a las recaudaciones no siempre se les da una eficiente administración y no representa utilidad social, en virtud de esto, los contribuyentes adoptan una actitud negativa en el cumplimiento de sus obligaciones.
Ante la noticia del nombramiento de la titular de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (PRODECO) -el pasado 28 de abril- aprobado por el Senado de la República, estaremos de acuerdo quienes aseguramos, por convicción, que los derechos humanos deben ser garantizados por el Estado de todas las maneras posibles, a partir de leyes e instituciones que den validez y certeza a la ciudadanía.
Primero, sin duda, por el cumplimiento de la ley, pendiente por casi cinco años, y, segundo, porque dicho nombramiento recae en una mujer que requisita curricularmente toda expectativa humana, académica y laboral. Es un acierto la designación da la procuradora Diana Rosalía Bernal Ladrón de Guevara, quien declaró: “Es un día muy especial para los mexicanos porque ya podrán contar con un abogado patrono ante el fisco para una defensa sin costo, sobre todo porque será en beneficio de los que menos tienen para pagar un servicio de asesoría”. (El economista.net/28 abril 2011).
Como todos los procesos que implican la supervisión de las funciones del Estado, este tuvo fuertes detractores, los que gobiernan a partir de la imposición y quienes no toleran ser admonicionados frenaron lo que hoy, por fin, es realidad.
La creación de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente fue aprobada en abril del 2005 por el Legislativo federal y en septiembre del 2006 se publicó el decreto de Ley Orgánica de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, que en su artículo tercero transitorio disponía que dentro de los treinta días siguientes al inicio de su vigencia debería elegirse el primer Procurador de la Defensa del Contribuyente.
No fue así, pues el entonces presidente Fox la vetó haciendo 24 observaciones, todas pretendiendo acotar y disminuir las competencias de autonomía, de verificación, promoción y defensa gratuita de contribuyentes, su facultad de emitir recomendaciones y consideraba inconstitucional la participación del Senado en el nombramiento de quien sería la o el procurador y consejeros independientes.
El Senado sólo aceptó las dos primeras observaciones pero rechazó las demás.
La vigencia tuvo que esperar un largo litigio legislativo y la controversia constitucional que culminó en septiembre de 2009 en que fueron publicadas las reformas a la Ley Orgánica de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, que a pesar de las reducciones en sus competencias es un avance importante, que requerirá voluntad y esfuerzo tanto de la titular como de los responsables implicados, toda vez que de hecho en el Presupuesto de Egresos 2011 no se considera ninguna partida para este organismo, por lo que la Procuradora Bernal deberá convencer con argumentos sólidos y tejiendo alianzas por la defensa de los derechos de los contribuyentes, especialmente de quienes no tienen recursos para pagar despachos fiscales costosos, que son la gran mayoría.
La Procuraduría que será instalada a partir de septiembre próximo, será el vínculo de las autoridades fiscales federales con los contribuyentes inconformes, su propósito es impartir justicia en temas fiscales.
De acuerdo a la Ley Orgánica de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, que rige las funciones de la procuradora, las atribuciones que le otorga son:
- Consultas y asesorías sobre cualquier acto que haya generado duda en el contribuyente a causa de autoridades fiscales federales, las cuales serán impartidas gratuitamente.
- El contribuyente podrá ser representado por la misma Procuraduría incluso ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa hasta la resolución de la controversia, evitando así que el contribuyente recurra a instancias que pueden ser innecesarias y procesos incluso ilegales. Esto mediante el ejercicio de las actividades a que haya lugar y anteponiendo los derechos del representado hasta la total resolución de la controversia.
- Dar solución a los actos de las autoridades fiscales federales que violan los derechos de los contribuyentes.
- Pretende erradicar la inequidad que pudiere existir en el proceso tributario hacia los contribuyentes.
- Promover la educación tributaria, a través de la divulgación de las disposiciones fiscales, así como los mecanismos e instrumentos con los que el contribuyente cuenta para hacer frente a controversias en materia fiscal.
- Tiene la facultad de imponer multas en los supuestos que la propia ley determina.
Si, existe un genuino interés por avanzar en la transparencia, equidad y construcción de confianza fiscal, éste tema atañe a millones de contribuyentes cautivos, especialmente a quien más necesidades tiene y menos posibilidades de defensa posee; esta procuraduría será un vestigio de justicia y auxilio para miles de ciudadanos y ciudadanas que nos sentimos extraviados en los trámites y números fiscales. Que así sea.