miércoles, 1 de diciembre de 2010

AMC: ROMPER ESQUEMAS EN EL QUEHACER CIENTÍFICO MI LEGADO, DICE LA ASTRONOMA SILVIA TORRES



  • Asegura la ganadora del Premio 2011 L´Oréal-Unesco que trabaja a la par de sus colegas y se expresa con absoluta libertad, a su estilo: “como creo y quiero”
  • Silvia Torres es reconocida a nivel mundial por sus aportaciones al estudio teórico y observacional de la materia interestelar

Romper esquemas para que las mujeres se desarrollaran de una manera más natural en el mundo de la investigación científica ha sido un legado en mi trayectoria, considera la Dra. Silvia Torres Castilleja, la multipremiada astrónoma mexicana, ganadora del premio 2011 L´Oréal-Unesco “La mujer en la Ciencia”.
“Paris Pishmish -reconocida como fundadora y promotora de la enseñanza de la astronomía moderna en la UNAM- ayudó con su presencia y labor a que mi incursión en esta área de conocimiento fuera más natural. Pienso que he hecho lo mismo para que las mujeres que nos han seguido se encuentren con un ambiente más normal en su desenvolvimiento como investigadoras”, añade la miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Ambas –prosigue- rompimos esquemas, cada una en su estilo, y eso lo considero un legado. Torres Castilleja sostiene que en su quehacer cotidiano como científica se desenvuelve en igualdad de circunstancias, “me veo a la par de mis colegas, me expreso con toda libertad y lo hago como creo y quiero”.
Silvia Torres es una de las cinco científicas del mundo que recibirá el Premio 2011 L’Oréal Unesco para las “Mujeres en la Ciencia” en marzo próximo, en la sede de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en París.
“Es una satisfacción recibir este premio, me siento muy contenta y lo estoy disfrutando mucho. Reconocimientos de este tipo siempre se sueñan y ahora está aquí”, dice la primera mujer astrónoma mexicana con formación de doctorado y la cuarta en recibir este galardón, creado en 1998.
El objetivo de este premio anual, que se alterna entre Ciencias de la Vida y Ciencias Exactas (entre ellas la Astronomía), es llevar a cabo proyectos comunes para ayudar a las científicas, estimular el avance de los conocimientos y mejorar el desarrollo de las mujeres a nivel mundial.
Aun cuando este reconocimiento internacional premia una trayectoria, es el trabajo que realizó Torres Castillejas sobre la composición química de las nebulosas planetarias, lo que definió su elección como ganadora en Latinoamericana, y junto con ella también han sido reconocidas cuatro científicas más representantes del resto de los continentes, quienes se impusieron a más de mil candidatas involucradas en el proceso de selección este año.
Las nebulosas planetarias se producen en la etapa final de algunos astros y son muestra de su próxima desaparición. Es por la cantidad de luz que emiten que se pueden observar de manera fácil a través de los telescopios y por su extrema brillantez se les aprecia como los cuerpos celestes más bellos del universo.
“Estos objetos son el conjunto de una estrella muy caliente rodeada por una envolvente en expansión, estadio que se da al final de la vida de algunas estrellas, es el antiguo núcleo de una estrella parecida al Sol, rodeado de una nube de gas que se aleja lentamente”.
Explica que en nuestra galaxia continuamente se están formando y desbaratando estrellas. “Unas estrellas tienen corta duración, como algunas supernovas cuyas progenitoras apenas duran unos tres millones de años; otras mucho más duraderas, como el Sol, que se espera viva unos 12 mil millones de años -ya han transcurridos 4mil 600 millones-, y las hay más pequeñas con menos masa que no van a contribuir a este intercambio de gas”.
Silvia: Los Inicios de una Vida Entregada a la Investigación
La investigadora emérita de la UNAM, madre de dos hijos investigadores y esposa del también astrónomo Manuel Peimbert, Premio Nacional de Ciencias y Artes 1981, galardón que ella se hizo acreedora en 2007, narra sus inicios en su vida como investigadora, los que recuerda haber enfrentando con cierta dificultad.
“Tenía gran afición a las matemáticas, me interesé en la química, no sabía que existía la carrera de física y cuando me adentré en ella supe de la Astronomía, de la que me enamoré en apenas una clase, pero “fue el posgrado lo más difícil de asumir en mi formación académica, porque la educación familiar me había programado y enseñado para cumplir con los roles tradicionales de la mujer en nuestra sociedad: tener esposo, hijos y atender una casa, una familia”.
En esa época –continúa- tuve que elegir si quería seguir o cumplir todos estos roles, entonces bajé las expectativas al mínimo esfuerzo en mis responsabilidades por un lado para concentrarme más en el trabajo académico.
“La dificultad fue conmigo misma, nadie me la impuso. La labor científica requiere de mucho compromiso y de muchas más horas de trabajo prolongado. Afortunadamente conté con el apoyo de mi esposo, y después con el de mis hijos que me vieron de manera natural desarrollarme y crecer en este campo”.
Admite que en su época de estudiante universitaria y posgrado las mujeres no trabajaban, por lo que era difícil asumir la idea. “Hoy las mujeres en México se perciben esencialmente trabajando toda su vida, por lo que buscan una actividad que les guste para desempeñarse”.
Datos de 1989, año en que se aprueba el Programa de Posgrado en Ciencias (Astronomía) en colaboración con la Facultad de Ciencias de la UNAM, en la primera generación en la maestría y el doctorado, sólo ingresaron hombres, y fue hasta la segunda generación que las mujeres ingresaron a la maestría y al doctorado.
En la actualidad, la matrícula vigente (en noviembre de 2010), hay 14 mujeres de 35 alumnos inscritos para el caso de la maestría; en cuanto al doctorado hay 14 mujeres inscritas de 41 alumnos.
Y de la Experiencia en el Ámbito Académico
Silvia Torres recuerda que se percibía un “leve” problema de actitudes, porque los hombres en el pasado pensaban que las mujeres estaban para apoyarlos “lo que lleva un poco de esfuerzo cuesta arriba y yo me decía: no estoy para apoyar a nadie, tenemos que apoyarnos todos. Esta situación era muy sutil, difícil de identificar, pero no había una relación de igualdad estrictamente hablando”.
La científica, de las primeras mujeres en incursionar en la astronomía mexicana, asegura que el nivel de esta ciencia en el país es muy buena y satisfactoria, y que eso se ha logrado a través de la labor que hacen los investigadores de larga trayectoria y el actual dinamismo que le imprimen los jóvenes, “eso es muy bueno, que estén muy vigorosos, aun cuando en el país están faltando instrumentos de primera calidad para realizar el trabajo”.
Subraya que la ciencia es cada vez una actividad más cara y se requieren aparatos delicados, de alta precisión, que resultan muy costosos, por lo que “necesitamos un apoyo claro y sostenido para que todo este talento que existe pueda alcanzar a desarrollar todo su potencial”.
“Me preocupa que no tengamos un nuevo telescopio en San Pedro Mártir, en Baja California; el sitio es muy bueno, pero no hemos demostrado lo suficiente que es un sitio bueno, porque se encuentra en el mejor lugar dentro del territorio mexicano y es uno de los mejores en la zona de Norteamérica. Necesitamos contar con telescopios de calidad para tener mejores imágenes y resultados, lo que no ocurre en la actualidad”.
Indica que la astronomía mexicana ha aportado a la ciencia mundial en temas específicos, como es el caso de las nebulosas gaseosas, en la comprensión de cómo han cambiado los gases en el espacio, entre otros tópicos que enriquecen el conocimiento y entendimiento del universo.
“La ciencia no es de un resultado y ya, se va construyendo poco a poco entre todos, con aportaciones y, en esa construcción, sí hemos participado, por lo que hay un respeto internacional por nuestro trabajo”.
Sin embargo, asegura que no es fácil construir en la comunidad de astrónomos, porque es muy competitiva, se requiere de mucho trabajo de alto nivel y escribir publicaciones de calidad.
“Para publicar se necesita el arbitraje de los colegas y a veces pueden ser muy estrictos y los textos pueden no pasar, en parte porque no fueron bien escritos, o porque no estuvieron lo suficientemente demostradas las hipótesis, y parte porque son colegas del área y tienen intereses específicos y no quiere que uno saque sus resultados”.
En este espacio –reflexiona la investigadora- están todas las emociones humanas, hay pasión en lo que uno hace, en lo que se prepara y escribe, y aparece el juicio propio y el de los demás, y eso es normal, es parte de una sociedad.
En la actualidad, la astrónoma estudia las protonebulosas planetarias, estrellas en fases anteriores que están arrojando material al espacio, pero que aún la estrella central no está lo suficientemente caliente para entrar a la etapa final, por lo que tienen otras características y es otra vertiente de trabajo y análisis científico.
Linda Silvia Torres Castilleja nació en la Ciudad de México en 1940. Posee estudios en Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM y un doctorado en Astronomía en la Universidad de California, en Berkeley.
Fue directora del Instituto de Astronomía de la UNAM y vicepresidenta de la Unión Astronómica Internacional de 2003 a 2006, entre otros cargos. Fue editora de 1974, año de su fundación, hasta 1998 de la Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica. Asimismo, ha publicado en revistas internacionales de prestigio más de 100 artículos.
En su carrera ha sido reconocida con la Medalla Guillaume Bude, del College de France; la Medalla Académica de la Sociedad Mexicana de Física; el Premio Universidad Nacional en el área de Ciencias Exactas, de la UNAM; y la Medalla Heberto Castillo del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal; en el 2007 obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

Mujeres y política: ¿Dónde están las mujeres?


Soledad JARQUIN EDGAR

“Sin las mujeres no hay democracia” es una frase trillada, porque se repite como rosario, es una frase como tantas otras que se vuelven “clichés”, pero frente a la realidad, nos damos cuenta que está vacía, sin contenido ni compromiso de quién la dice. Esa frase, como muchas otras, se usa porque es políticamente correcta, pero nada más.

A tres días del “gran día” para Gabino Cué Monteagudo, quien gobernará Oaxaca estos próximos seis años, se sabe –todavía no a ciencia cierta- quiénes son los posibles integrantes del GABInetazo, lo que deja ver que a los señores del poder del próximo sexenio no sólo estará plagado de ex priistas diodoristas; hay empresarios reconocidos, que quién sabe persiguiendo qué interés piensan “servir” desde su visión empresarial esta tiendita que ven en Oaxaca; estarán los jóvenes representados nada más ni nada menos que por el hijo del ex gobernador Carrasco Altamirano, Santiago Carrasco, pero de las mujeres nada o casi nada, excepto lo que ya era inevitable el Instituto de la Mujer Oaxaqueña, faltaba más.

Esta acción, sin duda, muestra que Gabino Cué es un hombre agradecido en extremo, quizá recordó que el ex priista le dio la oportunidad hace 12 años, cuando tenía poco más de 30 años. Ahora, el devolvería el favor colocando al hijo de su amigo Diódoro en un puesto clave para Oaxaca, sólo que el joven Santiago tiene menos de 30 años. Algo debe traer el muchacho para que así fuera. Veremos, ya veremos.

Por eso, la frase: sin las mujeres no hay democracia, se queda vacía. Ellas no estarán en los grandes cargos, en los puestos públicos del poder. Una ausencia notable a todas luces. Una persona cercana señalaba que “no hay mujeres”, que las que se presentaron con sus cartas-credenciales eran ex funcionarias, ex diputadas y otras ex… que “no hicieron gran cosa”. Entonces a ellas, bajo ese razonamiento, no les dieron nada. Sin embargo, vemos que sí volverán algunos ex funcionarios, priistas convencidos y otros que se arrepintieron de estar en la línea tricolor. Para ellos, el razonamiento de que “ya fueron”, de que “no hicieron nada”, no funcionó, a ellos se les pasó por alto ese detallito.

Sin duda hay muchas mujeres destacadas en Oaxaca que bien podrían estar al frente de dependencias que usualmente son ocupadas por los hombres, en todas las áreas, sin discusión. Esto no quiere decir que serán mejores que ellos, pero nadie les ha dado la oportunidad y este gobierno, llamado gobierno de transición, no es la excepción en la forma en que son tasadas las mujeres.

El pasado viernes, al conmemorar el Día Internacional para la Eliminación de la violencia contra las Mujeres, integrantes del Colectivo Huaxyacac, pidió en la voz de Anabel López Jiménez, que “no coloque a quienes tengan algún antecedente de violencia contra las mujeres”. Este podría ser el primer escollo en la buena relación entre mujeres del Huaxyacac y Gabino Cué, ya que es probable que uno –o quizá varios- de sus funcionarios tenga este tipo de antecedentes.

Pero volviendo al asunto de las mujeres, Anabel López Jiménez, lanzó algunas solicitudes al nuevo gobierno, las cuales ella misma tendrá que vigilar que se cumplan, sólo que desde adentro de la institución y su respuesta tiene plazo, el mismo que el Colectivo Huaxyacac le puso a Gabino, aquí lo que dijo:

“…el nuevo gobierno debe dar señales de compromiso ante los derechos de las mujeres en los primeros 111 días facilitando el acceso y la impartición de la justicia para ellas, capacitando al personal de las instancias correspondientes en el tema de género pero principalmente comprometiéndose a que en su gobierno ninguna mujer será asesinada a causa de la misoginia, que ninguna mujer morirá por discriminación y por la ausencia de un Estado garante y vigilante de los derechos de más de la mitad de su población: las mujeres. Ninguna ley a favor de los derechos de las mujeres deberá ser letra muerta durante los próximos seis años”.

Y sí, hay que decirlo, las mujeres esperan que al menos la violencia no se siga reproduciendo como hasta ahora, 295 mujeres asesinadas en los últimos seis años, como señala el recuento hemerográfico presentado por Huaxyacac en su conferencia de prensa; lo peor es que sólo tres por ciento han logrado que sus casos no queden en la impunidad. Como sucedió el 11 de este mes, en San Juan Guichicovi, donde un elemento de la

Policía Preventiva Estatal, asesinó a dos mujeres indígenas, una muchacha de 21 años y la otra de 25 años, el culpable, seguramente protegido lograron huir. Así las familias de las víctimas que quedaron con dolor que produce la ausencia de estas mujeres y nunca tendrán justicia. Eso es lo que ya nadie quiere.

Todo empieza de nuevo el 1 de diciembre, la mayoría de la gente espera mucho más de lo que el propio Gabino Cué imagina y con la esperanza de la gente no se puede jugar. Como chiste hoy se dice que al tomar protesta el próximo miércoles tendrá que sacar su barita mágica y como el famoso mago convertirá a los sapos en príncipes. De ese tamaño son las cosas.

Habría que mirar qué va a pasar con las mujeres triquis ahora que ya entró el ejército a la zona que habitan allá en la mixteca oaxaqueña, de quién o entre quiénes fue el acuerdo. Se olvidaron muy pronto, en estos días de cambio de la administración de gobierno, de los daños que las propias mujeres triquis han relatado causa la militarización, hay libros, denuncia y relatos de esas mujeres algunas de ellas que en los años setenta y principios de los ochentas eran niñas, ahora mujeres con sus propios sueños, sueños que no han dejado crecer porque ellas no han tenido la posibilidad de desplegar sus sueños de vivir en paz. De eso hay que hablar, esa militarización podría tener consecuencias graves y funestas para las mujeres triquis, más graves de las que ahora viven, pero demuestra el gobierno que no tienen ninguna capacidad para resolver los problemas internos de esa comunidad.

Palabra de Antígona: Mujeres, presupuesto y memoria

Por Sara Lovera

La desmemoria es una de las tragedias nacionales. El olvido de nuestras raíces, ahora trastocado con tanta parafernalia acerca del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana.

Una fase lamentable de la sociedad mexicana, en que se echa por tierra al juarismo o el significado de las múltiples invasiones norteamericanas a México, que con tanta exactitud relató Gastón García Cantú, o el contenido profundo del Plan de Ayala de Emiliano Zapata que era una propuesta de nación, esa que en 1910 era fundamentalmente rural.

Del mismo modo, todo mundo olvida que hace 15 años, ante la presión internacional se creó la Comisión Nacional de la Mujer (CONMUJER) que coordinó la ex gobernadora yucateca Dulce María Sauri, ahí arrancó la política oficial, inductiva del gobierno mexicano para enfrentar lo que definió Ernesto Zedillo como un problema de Estado: la violencia contra las mujeres.

Muchos ayeres fundamentales de diagnóstico y reconocimiento, cuando apareció en el panorama nacional la tremenda relataría de los oprobiosos hechos de violencia y asesinato de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Sabemos que durante ya hubo -en 1997- un Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual y se echó para adelante la Norma Oficial Mexicana 190 que permitiría identificar y reaccionar en los hospitales de cara al maltrato femenino, se decía entonces acorde con la Convención Interamericana contra Todas las Formas de Violencia contra la Mujer (conocida como Belén Do Pará).

A la vuelta de esos años, en estos días de la Jornada Internacional para Eliminar la Violencia Contra las Mujeres, la Comisión Especial del Feminicidio de la actual legislatura, revela como si nada, que en algunas entidades del país, como el Estado de México, la violencia crece hasta en un 5.8 por ciento en los dos últimos años y que es imparable.

Sabemos por las informaciones civiles lo que sucede en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde este lamentable 2010 cerca de 300 mujeres fueron asesinadas; conocimos que creció la violencia hasta 600 por ciento en las ciudades, comunidades, caminos donde se yergue el militarismo y los enfrentamientos de los grupos del crimen organizado con policías y miembros del ejército. Las montañas y las carreteras se tiñen de sangre y hasta se hacen recuentos puntuales y lamentables para los nuevos gobernadores. Como si nada y sin memoria, no hay duda, nos deben una puntual rendición de cuentas, porque una política oficial ha demandando millones de pesos para atajar lo que no se ataja.

Es obligación, desde aquellos años noventa, de la Secretaría de Gobernación todavía cabeza en materia de violencia contra las mujeres, de decirnos qué ha hecho y cómo, y por qué las cifras no disminuyen; en cambio aumenta el miedo y existe esa temeraria impunidad.

Para la diputada ciudadana, pero promovida por el Partido de la Revolución Democrática, Teresa Inchaústegui, lo que sucede es que es parte de la simulación eso de que ha crecido sustantivamente el presupuesto para los asuntos específicos de las mujeres y cómo se avanza sin caminar.

Sabemos que los famosos institutos de las mujeres, la pasan del hambre a presupuestos exiguos, que además controla y distribuye para los temas que etiqueta y vigila el Instituto Nacional de las Mujeres, una entidad que está en la atmósfera por obra y gracia de las mujeres.

Teresa Inchaústigui, en reunión con dos o tres periodistas, dijo el lunes 22 de noviembre que el presupuesto para 2011 mermó en 35 por ciento en temas como la salud de las mujeres, a sabiendas que los cánceres femeninos se llevan al menos unas 18 mujeres diariamente; que se repiten gastos como el de un nuevo diagnóstico sobre la violencia –que se hizo ya por la UNAM – y sin embargo ahora otros 20 millones de pesos se darán para ello a la Secretaría de Gobernación.

Dijo más: que ninguno de esos presupuestos que se arrancan cada año por las legisladoras, tienen rendición de cuentas, que no es transparente y como se creó un ramo especial, el 10 en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), pues que entonces es el Ejecutivo el que señala cómo y dónde, e integra mil cosas que nada tienen que ver, como algunas construcciones o compra de aparatos que debían ser para todo el sector salud.

En fin, que se nos olvida que hemos venido construyendo esas políticas y que siempre parece que apenas iniciamos. Lo grave de esa desmemoria es que no hay una fuerza organizada de mujeres para exigir, eso que ahora las diputadas parece que introdujeron en el presupuesto de 2011, que se rindan cuentas, que se explique, que se vigilen las normas.

Claro que una evaluación externa en tiempos de desgobierno, insensibilidad, falta de acciones políticas y harta violencia no parece posible. Y sí harta violencia, en la que ya hay más muertos que en todas las etapas de la postrevolución, incluidos el 68, la persecución a los levantamientos del Cuartel Madera a los Zapatistas, la represión obrera del 58 al 60; la incursión permanente, por años, en la montaña de Guerrero y por supuesto la guerra sucia y los desaparecidos.

Me lo dijo un ex procurador general de la República, sí, mucho más muertos en cuatro años que en todo ese periodo lastimero de fractura tras fractura de lo que se suponía era el programa de la Revolución Mexicana. La diputada asegura que hay cuatro mil cadáveres sin identificar en las fosas comunes.

También me dijo ese ex funcionario, también como si nada, que en estos años y se cumplirán cuatro este 1 de diciembre, la administración calderonista, nos ha ido mermando no sólo presupuesto, sino libertades fundamentales, esas que son el eje de las Revoluciones: la de tránsito, la de la libre expresión de las ideas, la del trabajo y el salario remunerador, incluso, la librecambista de la moneda y la del ahorro, las que debían existir para no hablar y reiterar que se deben respetar los derechos humanos, contenidos en las garantías de la Constitución Mexicana.

En esta jornada de 16 días de reflexión sobre los significados de la violencia contra las mujeres, habría necesidad de un balance, a partir de aquella vieja y amarillenta Comisión Nacional de la Mujer, la parafernalia de leyes y normas que están echadas al olvido y todavía son profundamente descocidas por la mayoría de la población, claro de las más interesadas: las mujeres.

Sería muy bueno que se rindan cuentas. Lo que de ahí pude saltar, es esta inmundicia, esta falta de civismo y legalidad de un gobierno que se lanzó a la guerra, sin importar la vida de hombres y mujeres; que sigue hablando en doble banda, de derechos cuando cotidianamente viola la ley y no existe ningún presupuesto etiquetado para el acceso de las mujeres a la justicia. El colmo.

saralovera@yahoo.com.mx