lunes, 16 de diciembre de 2013

Mujeres y Política Omisión asesina




Mujeres y Política
Omisión asesina

Soledad JARQUÍN EDGAR
Reza un popular refrán: del plato a la boca se cae la sopa. Los refranes y dichos no son sino una especie de filosofía del pueblo. Una forma alegórica de decir lo que otras personas han aprendido en la vida. Aunque ese tipo de lecciones que se transmiten de generación en generación no sean siempre tomadas en cuenta, tal vez porque como se dice: “nadie experimenta en cabeza ajena”.

El 4 de enero de 2012, la titular del Instituto de la Mujer Oaxaqueña, Anabel López Sánchez, anunciaba en la prensa local, con entusiasmo, que ese año sería el Año de la No Violencia contra las Mujeres, idea que había expresado poco antes el propio Gabino Cué. Era una respuesta a una multitudinaria expresión de mujeres que se mostraron “totalmente indignadas” por la violencia contra las mujeres, en especial la violencia feminicida, en un acto desarrollado en noviembre de 2011, ahí en el corazón de la ciudad de Oaxaca.

Entonces quedó establecido: 2012, Año de la No Violencia contra las Mujeres. Sonaron las fanfarreas, los bombos y los platillos; se mandó a imprimir la papelería respectiva con la leyenda…pero nada más. No hubo campaña real alguna para detener la violencia contra las mujeres.

En 2013, el año que termina, se inauguró un Centro de Justicia para las Mujeres, que a decir de las usuarias y especialistas es en un kiosco de información y para cerrar el año, hubo otra magna ocurrencia, el 10 de septiembre se firmó el Acuerdo Estatal para Garantizar el Derecho de las Mujeres, las Niñas y las Adolescentes a una Vida Libre de Violencia y de nueva cuenta volvieron las fanfarreas, los bombos y los platillos. En paralelo hubo reformas legislativas a modo y sin el fondo.

El resultado es claro, bien claro, los actos mediáticos sin fondo, sin sustento real, no resuelven el tamaño de la violencia contra las mujeres. Las cifras son descomunales 242 mujeres asesinadas en los tres primeros años del gobierno que encabeza Gabino Cué, hablan del tamaño de la desgracia.
Para las organizaciones sociales, la tragedia de la violencia ha sido un permanente tocar la puerta sin que nadie les abra, hablar sin que nadie escuche. Hay en la prensa local a lo largo del año 2013 una docena protestas, marchas o expresiones artísticas de mujeres que han sido emblemáticas y que no encuentran a nadie detrás de la puerta, lo que ven es un enorme vacío de autoridad. “Acuerdos” que terminan en contratos alegres y felices.

Un ejemplo de ese vacío que favorece la impunidad es la reciente desaparición de Belén Ortiz Ramírez, de 19 años de edad, perteneciente a la etnia Triqui. Belén es hermana de Virginia y Daniela, quienes desde 2007 están desaparecidas.

La tragedia de esta familia es descomunal y toda ella pesa sobre los hombros de Antonia Ramírez, su madre; sus hermanas, un hijo pequeño de tres años que no entiende qué sucede pero que llora porque extraña a Belén y el resto de una familia y una comunidad que ha sido agraviada una y otra vez.

Hoy Antonia está desesperada, se siente enferma y dice que prefiere morir porque la suya no es vida. Quienes la conocemos desde hace varios años hemos visto como se sostiene, quiere pelear, pero este último golpe parece derrumbarla. ¿Quién puede, frente a la desaparición de tres hijas, hacer como si nada pasara o parecer fuerte? ¿Cómo podría Antonia sobrellevar la incertidumbre, angustia, zozobra, desasosiego, tristeza, llanto y dolor que imaginamos profundo provocado por no saber nada de sus tres hijas, desaparecidas con una distancia de poco más de seis años pero casualmente en la misma zona?

No ha sido fácil. Este drama se ha desarrollado en medio de un conflicto político-social y algo que es evidente y real, la incapacidad y complacencia de las autoridades frente a los hechos delictivos, hechos donde las mujeres se han convertido en “botín de guerra”, sitio para deshonrar al enemigo, objeto para vengar…

En 2006, una niña es violada tumultuariamente. Los sujetos son identificados por la víctima. Nadie los detiene. La niña es juzgada en la comunidad porque se “exhibió” su caso y sus captores y victimarios no fueron castigados.

En 2007, la familia Ortiz Ramírez, armándose de valor dieron la cara para denunciar la desaparición de Virginia y Daniela, entonces de 20 y 14 años de edad, respectivamente. Como en el caso anterior, un testigo declaró haber visto quiénes se llevaban a las dos jóvenes, tampoco nadie fue molestado. Eran los tiempos del gobierno de Ulises Ruiz y el entonces procurador Evencio Nicolás Martínez Ramírez, sólo observó los hechos. 
Nada hizo para detener a los responsables. Incluso sostuvo que el problema solo podría ser resuelto con la intervención del ejército. Una burda imitación a lo que para entonces hacía Felipe Calderón en todo el país.

Los señalados fueron, como quedó asentado en el oficio de investigación 295 de la PGJE, Miguel Ángel Velasco Álvarez, Francisco Herrera Merino, Timoteo Alejandro Martínez, José Ramírez Flores. Casualmente, algunos de ellos también habían sido señalados por la niña de 13 años  que en 2006 había sido violada.

Timoteo Alejando Ramírez, fue asesinado en Yosoyuxi, el 20 de mayo 2010 y sus funerales fueron como los de un héroe. En el gobierno de Gabino Cué, siendo procurador Manuel de Jesús López, se detuvo a Miguel Ángel Velasco Álvarez, el 20 de diciembre de 2011, y a Francisco Herrera Martínez, el 9 de enero de 2012. Ambos están en prisión por el delito de secuestro, aunque la familia Ortiz Ramírez nunca recibió petición alguna de dinero por el rescate de las dos jóvenes. Por eso la familia sostiene que es desaparición forzada. Desde la detención de los señalados han pasado casi dos años y hasta hoy las autoridades no han podido obtener ninguna declaración sobre el paradero de Virginia y Daniela.

La cuarta persona señalada es José Ramírez Flores, quien reside en la zona triqui sin que nadie perturbe su tranquilidad, incluso tal vez ni el remordimiento, porque su patriarcal estructura le dice que las mujeres son cosas de las que él, como hombre puede disponer.

En medio de esa tragedia pasaron otros hechos terribles. En 2008, dos jóvenes locutoras Triquis de la radio La Voz que Rompe el Silencio fueron asesinadas en la misma zona, sólo que ahora Felícitas Martínez y Teresa Bautista, pertenecían a un grupo distinto al de las hermanas Ortiz Ramírez. Como en los dos casos anteriores, sobre este artero crimen en el que se utilizaron “cuernos de chivo”, no hay responsables detenidos y este caso fue turnado a las autoridades federales.

Incluso, cuando asistimos a Copala para hablar con las familias de las locutoras victimadas pudimos conocer a uno de los supuestos victimarios de Daniela y Virginia, quien era miembro de los hombres del mando en aquel “municipio autónomo”.

Los agravios contra mujeres son muchos más. Emelia y Adriana Ortiz primas de Virginia, Daniela y Belén, han documentado y denunciado los hechos de violencia (asesinatos, secuestros, emboscadas, desplazamientos, violaciones y despojo) que contra las mujeres se cometen en la zona triqui, pero tampoco ellas encuentran respuestas, nadie escucha y nadie abre la puerta. En cambio si han sido víctimas de amenazas.

Hace más de seis meses pidieron audiencia al gobernador Gabino Cué para solicitarle información sobre los avances en las investigaciones sobre el caso de Virginia y Daniela que están desaparecidas desde el 5 de julio de 2007, pero no han tenido respuesta alguna. Incluso en días pasados, cuando se dio a conocer ante la prensa la desaparición de Belén, un alto funcionario les llamó a su celular, ellas reiteraron la solicitud de audiencia con el mandatario oaxaqueño, el funcionario no les ha devuelto la llamada, se trata nada más ni nada menos que de Arturo Peimbert, titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca.

Esta omisión, asesina omisión los funcionarios, incluida la del actual gobernador Gabino Cué que no se da por enterado de nada, favorece claramente la impunidad, tanto que provocó que una tercera hermana Ortiz Ramírez esté desaparecida desde el pasado 29 de noviembre.

No hay duda, las omisiones de Ulises Ruiz como las de Gabino Cué tienen hoy consecuencias graves…por eso hemos sostenido desde hace mucho que algo debimos hacer muy mal las y los oaxaqueños para merecer a ambos gobernantes. Lo que nos queda claro que son tan malos el pinto por los colores de la coalición como el colorado priista.

¿Quién los llamará a cuentas? ¿Por qué estas mujeres triquis no tienen justicia? ¿Se confirmará con ellas la teoría feminista de la discriminación por ser mujeres, pobres e indígenas?

Ojalá Belén, Virginia y Daniela regresen pronto a su casa de El Rastrojo, Juxtlahuaca, donde hoy las espera su madre Antonia Ramírez, quién no puede comprender por qué le han cerrado las puertas y por qué su voz no se escucha ni en Oaxaca ni en otros ámbitos del país, un país donde la maraña de hechos hace invisible la violencia contra las mujeres.

Frente a esa realidad lacerante para las triquis, pregunto: ¿podrán dormir bien Gabino Cué y el gabinetazo?
@jarquinedgar

Palabra de Antígona Michelle Bachelet jefa de Estado



Palabra de Antígona
Michelle Bachelet jefa de Estado

Por Sara Lovera
Dos hechos cambiaron el curso oprobioso que durante siglos colocó a la mitad del mundo, a las mujeres, en un verdadero apartheid y segregación por sexo: el voto universal femenino en Nueva Zelanda en 1893 y la elección en 1960 de la primera jefa de Estado, Siramavo Bandaranaike en Sri Lanka.

Han pasado exactamente 53 años desde el ascenso de Bandaranaike, y en esos años, tras la segunda guerra mundial y la Declaración Universal de los Derechos humanos, todavía la ciudadanía femenina está puesta a debate y menudean las restricciones a su participación política. A pesar de ello, en cinco décadas las mujeres han sido jefas de estado, parlamentarias, alcaldesas y responsables de ministerios, embajadas. Millones  acuden a votar en cada elección en sus países.

Este domingo Michelle Bachelet se convirtió en las urnas (con 62.2 por ciento de los sufragios) en la primera mujer reelecta para la presidencia en Chile. América Latina en 2014 tendrá cuatro jefas de Estado, las otras tres son: Dilma Rousseff en Brasil, Cristina Fernández en Argentina y Laura Chinchilla en Costa Rica. Dilma Rousseff y Michelle Bachelet son socialistas.

Se sabe que un gran vuelco es imposible. Para Chile esta es una oportunidad de hacer a un lado los residuos del pinochetismo: cambiar la constitución, reconocer y ampliar los derechos de las y los trabajadores y desarrollar una política a favor de la igualdad entre mujeres y hombres que enarboló la socialista Bachelet desde Naciones Unidas, entre 2010 y 2012.

Su reto  es desarrollar  una nueva reforma educativa, democrática e incluyente, un pendiente que dejó muy mal sabor de boca durante su anterior gestión.

No se sabe hasta dónde tendrá la voluntad política para cumplir la agenda de género, la misma que promocionó y demando de todos los gobiernos durante su responsabilidad en ONUMujeres.

Ninguna política, jefa de estado, ha tenido como ella tanta información sobre la condición social de las mujeres en el mundo. Nadie como ella ha podido constatar todas las formas de exclusión y discriminación femenina; sus discursos en ONU Mujeres, suaves pero firmes, llamaron una y otra vez a los gobiernos para hacer de la igualdad en las leyes una igualdad real en la vida cotidiana.

Recordar ello, significa, una esperanza para las chilenas y un decálogo ejemplar para los gobiernos del mundo. ¿Será posible?

Desde la  ONU de la tarea para eliminar la violencia contra las mujeres, Bachelet  reconoció sistemáticamente que “aunque la igualdad entre las mujeres y los hombres está garantizada en las Constituciones de 139 países y territorios, con demasiada frecuencia a las mujeres se les niega el acceso expedito a la justicia y a la protección contra los abusos. Esto no se origina por desconocimiento sino por una falta de inversión y de voluntad política de respetar las necesidades de las mujeres y de proteger sus derechos fundamentales.”

Sus compromisos electorales, sus dichos en plena campaña la comprometen a romper un círculo vicioso donde la concertación impidió desmantelar la funesta historia del pinochetismo. El 28 de octubre último Bachelet se manifestó partidaria de la “despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo” pero sólo en tres casos: peligro de la vida de la madre, violación o inviabilidad del feto”, ya que en Chile el aborto está totalmente penalizado. También, propuso promover el matrimonio igualitario y ofreció, que tras un “debate abierto y participativo” enviar un proyecto de ley.

Y como todas las primeras magistraturas tendrá que mejorar la vida de las y los ciudadanos de cara a la situación económica. Ella ha dicho claramente (febrero 2011): “Las evaluaciones hechas en 134 países por el Foro Económico Mundial, que hace el seguimiento del desempeño en materia de igualdad de género, indican que hay una correlación evidente entre el progreso en materia de género y el PIB per cápita. Asimismo, un estudio reciente mostró que las compañías de la lista Fortune, en 500 que tienen la mayor cantidad de mujeres en sus juntas directivas eran 53 por ciento más lucrativas que las que tenían menos mujeres en sus juntas directivas” y estudios semejantes señalan que la primera magistratura en manos de las mujeres, aceleran el progreso social y la justicia.

Partidaria de acrecentar lo que se conoce como masa crítica femenina, en los espacios de toma de decisiones, también se esperaría una reforma electoral que abra nuevos espacios de participación política para las mujeres. Ella ha recomendado sistemáticamente, que las mujeres deben estar en todos los espacios, ser expertas en todos los temas, abrir debates, crear leyes y acciones que den a las mujeres nuevos elementos para su avance. Propiciar la masa crítica femenina.

No obstante que los datos mundiales siguen siendo exiguos.

•Sólo un 20,9 por ciento de las y los parlamentarios nacionales eran mujeres al 1 de julio de 2013, lo que significa que la proporción de mujeres parlamentarias ha aumentado muy lentamente desde 1995, cuando se situaba en un 11,6 por ciento.

•En junio de 2013, 8 mujeres eran Jefas de Estado y habían 14 Jefas de Gobierno.

•En mayo de 2012, Ruanda era el país del mundo con mayor número de parlamentarias (un 56,3 por ciento de los escaños de la cámara baja).

•A escala mundial, en julio de 2013, había 37 Estados donde las mujeres representaban menos de 10 por ciento del total de las y los parlamentarios en cámaras individuales o cámaras bajas.

•Sigue existiendo diferencias importantes en los porcentajes promedio de parlamentarias según las regiones, entre unas cámaras y otras y entre las cámaras altas y bajas. Al 31 de mayo de 2012 se registraba los porcentajes siguientes: África subsahariana, 19,7 por ciento; Oriente Medio y África del Norte, 13 por ciento; Asia, 17,9 por ciento; región del Pacífico, 14,9 por ciento; Américas, 22,8 por ciento; países nórdicos, 42 por ciento; y Europa, excluidos los países nórdicos, 21,1 por ciento.

•En enero de 2012, sólo un 17 por ciento de los cargos ministeriales estaban ocupados por mujeres; la mayoría de ellas se ocupaba de los sectores sociales, como la educación y la salud

•La representación de las mujeres en los gobiernos locales ha influido favorablemente. Una investigación sobre los panchayats (consejos locales) de la India puso de relieve que el número de proyectos de abastecimiento de agua potable en zonas en los que dichos consejos están liderados por mujeres era un 62 por ciento mayor que en el caso de aquellas cuyos consejos están liderados por hombres. En Noruega se encontró una relación de causalidad directa entre la presencia de mujeres en los consejos municipales y la cobertura del cuidado infantil.

•En general, se considera que la “masa crítica” con respecto a la representación de las mujeres se sitúa en el 30 por ciento. En julio de 2013, 35 países, de los cuales nueve se encuentran en el continente africano, habían alcanzado dicho porcentaje de referencia. De esos 35 países, 29 habían aplicado algún tipo de cuota, lo que incentivó el aumento de la participación política de las mujeres.

•A diferencia de lo que suele suponerse, la presencia de un mayor número de mujeres en la política no está correlacionada con niveles más bajos de corrupción. Lo que se observa, más bien, es la existencia de una correlación entre los sistemas políticos democráticos y transparentes y unos niveles de corrupción reducida; y ambos elementos crean a su vez un entorno propicio para un incremento de la participación de las mujeres.

En hora buena para Chile, para sus mujeres y sus niñas. El futuro es promisorio.

saraloveralopez@gmail.com www.almomento.mx