Soledad JARQUIN EDGAR
¡Totalmente indignadas! es un movimiento que se gesta en Oaxaca para protestar en los próximos días por la intolerable violencia contra las mujeres, pero sobre todo por el silencio de las autoridades.
Es definitivo, algo no opera bien en Oaxaca. Los 83 asesinatos cometidos contra mujeres desde diciembre de 2010 al 4 de noviembre de 2011, reflejan, sí, el entramado social que sigue menospreciando la vida de las mujeres, pero también muestra la falta de políticas públicas y esa “gran movilización” que señala Gabino Cué para detener la violencia contra las mujeres ¿pero cuándo y con cuánto? De eso nada.
Casualidad o destino:
a) El próximo 25 de noviembre en muchos países se recordará el cobarde asesinato de las hermanas Mirabal a manos del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo, su muerte cruel ocurrida en 1960, ha sido la razón para que desde 1981 en otros países latinos se les recuerde y se recuerde con ellas la violencia feminicida que sigue vigente de la mano del machismo.
b) Este viernes, una madre pidió justicia para que el asesinato de su hija no quede impune y se castigue con “pena máxima” al ex policía ministerial estatal Samael Cruz, quien le arrebató con crueldad extrema la vida a María de los Ángeles López Díaz, hechos que ocurrieron justamente un 24 de noviembre de 2001. Entonces María de los Ángeles tenía de 23 años y estaba embarazada. La joven sobrevivió, internada en una sala de terapia intensiva, poco más de 30 días al martirio de tener el 90 por ciento del cuerpo quemado, como resultado de la infeliz ocurrencia de su novio que la roció con gasolina y luego le prendió fuego. Finalmente, murió el 1 de enero de 2002. Con la muerte de María de los Ángeles empieza el recuento de los últimos 10 años y un largo proceso penal refleja qué algo no funciona bien en Oaxaca, ni antes ni ahora.
c) Esta semana en la que terminó octubre y empezó noviembre, la prensa escrita que nos permite llevar un recuento hemerográfico de los casos (caracolasfem.blogspot.com) nos revela que tres mujeres más fueron asesinadas en estos días. Extrema crueldad en todos y cada uno de los asesinatos. Y
Gabinón como si nada.
Alarmante sí, pero más aún, es indignante la postura de silencio de las autoridades que permanecen incapaces de salir y dar la cara ante las mujeres y los hombres que exigen una explicación frente a esta violencia misógina. El tema, a menos que se les pregunte y por supuesto nadie les pregunta, no parece molestar a las autoridades responsables de garantizar la vida y la libertad de las mujeres. Es más, parece que no se dan por aludidos de que las mujeres existen, así de extrema es la percepción de la que escribe.
Yo diría que en el caso del feminicidio, el gobierno y quienes están al frente de él, se convierten en los principales culpables de estos crímenes por guardar silencio, por omisos, como definen las académicas-feministas. Por hacerse de la vista gorda, como decía mi querida abuela Lucha. Por carecer de políticas públicas y, en consecuencia, de recursos públicos para emprender esa promesa no cumplida, de abatir la violencia contra las mujeres.
Me pregunto, en los últimos 11 meses, en los que se han cometido 83 asesinatos, los que conocemos por la prensa escrita, ¿cuántas de estas vidas se habrían salvado? si de manera permanente, como caída de agua, se reivindicaran los derechos de las mujeres a vivir libres de violencia, a decidir sobre sus cuerpos…, y al mismo tiempo se hicieran cumplir las leyes, reeducando, replanteando lo que hemos hecho, haciendo transformaciones, cambios verdaderos para no ser desiguales y provocando una nueva conciencia, reduciendo las oportunidades al machismo y ampliando el camino para la libertad de las mujeres.
Pero no, son timoratos y hasta descarados, por eso seguramente el próximo 25 de noviembre, el gobierno del cambio, volverá a los discursos emocionados. Ya veo a Gabino Cué leyendo un discurso no escrito por él, de esos que le dan a leer de última hora, un discurso que seguramente no sentirá, como parece no siente el dolor de las familias que han perdido a sus hijas, madres, abuelas, hermanas, tías, cuñadas, esposas y todo lo que somos las mujeres de forma cruenta e innecesaria. Tendríamos que aplicar esa filosofía que invita a ponerse en los zapatos del otro, y en este caso de las otras, a ver si así se entiende por lo menos un poco la gravedad de este problema que se mira –cuando se mira- con desprecio, es decir, desde la carga misógina con la que los gobernantes han sido formados voluntaria e involuntariamente, pero que para su fortuna puede cambiar, siempre que quieran.
Acomplejados, como lo son quienes tienen en sus manos la capacidad de hacer las leyes o de aprobar las iniciativas, pero no las hacen porque la transformación que exige la gravedad del problema, pasa por sus conductas aprendidas, más que por sus virtudes o falta de virtudes humanas y, sobre todo, por el compromiso con la gente que representan, la mitad de ellas mujeres. De las 15 diputadas locales, escasamente cinco se han interesado en el tema y leen con lupa la iniciativa que algunas organizaciones civiles le hicieron a Gabino Cué. Hacen bien, en tanto la mejoren.
Las otras y los otros diputados de todos los partidos políticos sin excepción, están enfrascados en sus problemas partidistas, en la posibilidad de volver a ser candidatos y candidatas, escalar hacia la otra Legislatura, están recorriendo el Estado con sus “informes” y como el padre proveedor dan dinero para que las otras atiendan los problemas de la casa y con eso piensan han cumplido satisfactoriamente. A quién le importa que 83 mujeres hayan sido asesinadas desde que ellos ganan sueldos tan “dignos”.
Es increíble, pero sobre todo indignante, que diputadas como Eufrosina Cruz, que llegó al Congreso con la bandera de los derechos de las mujeres, ni siquiera asome la nariz para ver de qué se trata. Ella está en otra nube porque es claro que perdió el piso. Pero así son las cosas y otra vez se vino a mi memoria la sabiduría de las enseñanzas de la crianza, de tener honestidad con una misma y vergüenza, pero lo más importante, la capacidad de indignarnos, si no entonces, habremos perdido toda nuestra ciudadanía. Tenía razón, las y los indignados del mundo, ponen el ejemplo.
¡Totalmente indignadas! será un acto maratónico de 24 horas que iniciará el próximo 24 de noviembre para concluir el 25 de noviembre, en el lugar de todas la batallas. Es un movimiento sin partidos políticos pero al que pueden llegar las mujeres de todos los partidos políticos, munícipes, regidoras, diputadas y funcionarias que se sientan incómodas con la falta de respuestas. Pero, sobre todo, es un movimiento que está convocando a todas las mujeres -empleadas de todos los sectores, académicas, empresarias, activistas por los derechos de las mujeres, toda clase de deportistas, religiosas, trabajadoras sexuales, profesionistas universitarias, técnicas o científicas, maestras por supuesto…- acompañadas o solas, de todos los colores para acompañar a las víctimas del feminicidio en Oaxaca, a propósito de las décadas de oprobio y este inicio de sexenio tan cruento para todas las mujeres.
Serán las ¡Totalmente indignadas! Las que exigirán por las mujeres, por la vida y la libertad de las mujeres! Por las 83 que han sido asesinadas y por las otras mujeres que sobreviven en la violencia cotidiana, es decir, por todas.
Violencia permanente que cuando no asesina roba, como sucedió en días reciente a la organización civil Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca. Robo común o atentado, lo que haya sido, la verdad es que también nos indigna. Por eso, esta organización ha sido clara en su denuncia frente a estos hechos que aseguran están precedidos de una serie de actos intimidatorios por el trabajo que realizan. Por ello la exigencia de una investigación para esclarecer este acto criminal y que el gobernador Cué de garantías a quienes ahí laboran.
Por eso estamos ¡Totalmente indignadas!
@jarquinedgar
Caracolasfem.blogspot.com
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