lunes, 8 de agosto de 2011

Palabra de Antígona. Los Membretes y el daño a la nación

Sara LOVERA

Una de las desgracias del país es la falta de movilización ciudadana para responder a los agravios de los gobiernos; para reaccionar ante la muerte, para participar en el crecimiento del país y para organizarnos, algo parecido a los indignados de España.

Es una desgracia que el movimiento levantado contra el crimen y el ambiente de desánimo y tristeza por la violencia sistemática y atroz se haya convertido en un anticipo del perdón. La fe cristiana es una maravilla, deja en paz los ánimos, como sucedió en la Segunda Guerra Mundial, el Papa Pío XII justificó por amor los espeluznantes crímenes contra la población judía.

El movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que encabeza el poeta Javier Sicilia, ha resultado en un mecanismo de mediatización para la sociedad civil, antes inerte y hoy atomizada en pequeños grupos de interés, en supuestas organizaciones que no son más que membretes sin fuerza política, sin personas detrás, pequeños grupos que hacen un enorme esfuerzo y en muchos casos constituidos por personas magníficas, pero que no organizan a nadie y no pueden responder a los agravios.

Tras más de 15 años, por ejemplo, ha sido imposible conseguir una manifestación capaz de parar los crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez. En aquella ciudad, las defensoras de derechos humanos tienen una alta vulnerabilidad, exactamente por lo mismo.

Cómo exigir que pare la impunidad, si no hemos conseguido una real movilización nacional contra la política de Felipe Calderón Hinojosa, que ha dejado a miles de hogares en luto; si como se hace la estadística del crimen, con las informaciones de los diarios, no podemos enfrentar a los poderes para que cese la persecución y los asesinatos contra periodistas, porque las organizaciones no gubernamentales de defensa no tienen ni periodistas ni gente detrás y las organizaciones de periodistas están atomizadas o son simples membretes.

Por ello con tanta tranquilidad los poderes instituidos y fácticos siguen decidiendo sobre nuestra vida. No pasa nada en México cuando ha quedado claro que es indignante el aumento real de la pobreza. Las cuentas, que siempre son como cortinas de humo, reconocen tres millones más de pobres en el país, en este gobierno y lo que es peor, la caída en picada de los pocos recursos que tenían en pie a una ya deplorable clase media. Y no pasa nada.

Este lunes se publicaron las declaraciones del coordinador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas, quien sin el menor rubor acusó a Felipe Calderón de agravar los problemas del país, en lugar de solucionarlos. Las palabras son fundamentales, Rojas ha dicho agravar, evidenciando que antes ya existían y que Calderón los empeora. El PRI gobernó 70 años y dejó una herencia cultural y política que hoy tiene sus consecuencias. Rojas es un ejemplo.

Pero dijo más, según el dirigente priista, heredero de la vergüenza de ese partido que debió haber logrado el proyecto de la Revolución Mexicana: "existe hastío y coraje ante una gestión gubernamental que no es eficiente ni fomenta la transparencia de sus acciones", parece que estoy leyendo declaraciones del Partido Acción Nacional (PAN) hablando del PRI hace 20 años, sin saber que llegando al poder, le sucedería igual y peor.

Es increíble que exista tanto cinismo, sin respuesta ciudadana, con un Sicilia repartiendo el perdón por doquier, sin que nadie explique ¿por qué no se para la muerte materna que se lleva dos mil mujeres productivas al año? ¿por qué nadie explica como resolveremos el sentimiento con que crecerán los niños huérfanos de la guerra de Calderón? y ¿por qué nadie se levanta con indignación en las calles de México, frente a las 50 mil ejecuciones que han dejado en la inmovilidad y el desánimo a miles y miles de personas concretas, no números ni cartas firmadas por membretes sin masa. Vidas reales quebradas?

Pero el dirigente cínico del PRI, dijo más, se refirió a las cifras recientemente dadas a conocer por el INEGI y el Coneval sobre la pobreza y el desmoronamiento de los hogares, sobre el creciente desempleo, el suicidio, la desesperación para quienes a pesar de ser personas trabajadoras y eficientes, no tienen trabajo ni recursos.

El dirigente político del PRI, frotándose las manos, porque son ellos los que piensan regresar al poder y a Los Pinos, señaló que esta debacle económica pone de manifiesto que el actual gobierno ha incumplido muchos de sus ofrecimientos y que el PAN no ganará.

Peor es el desánimo cuando la gente progresista y de izquierda está desunida siempre. Porque ha ganado la cultura de la confrontación y no del razonamiento, del abuso y el control, frente a la decencia y la solidaridad, la cultura del asalto y la trampa, frente a la del diálogo y la dignidad, que son todos problemas de fondo.

Entre periodistas te veas, una asociación por estado o pueblo, de tres o cuatro personas que no logran levantar una real protesta por las y los perseguidos, crímenes y asesinatos, beneficiándose de ello, que se encumbran en pisos pegajosos pequeños y sin influencia alguna, que viven del cuento.

Es lo mismo que pasa en todos los gremios. Es un chiste que no hace sino sentir hilaridad, que Vicente Fox se vista en una conferencia de prensa con una camisa roja, que todo mundo sabe es el uniforme de los priistas que se aprestan por asaltar el poder en 2012.

Mientras tanto el PT anuncia que sólo irá con Andrés López Obrador, olvidando que hay que esperar, dando motivos a los testaferros de la televisión y la prensa del poder, para adelantar que habrá una confrontación en la izquierda, que ésta no logrará más de 20 por ciento de la votación en 2012.

En el fondo y en la superficie, la sociedad civil en México es débil, se funda en grupos de interés sin masa ni militancia, es vulnerable, se la puede perseguir, matar, encarcelar, engañar, comprar con pocos pesos y algunos pequeños proyectos e inmovilizar cada vez que se le da la gana al poder.

Hay, además, una lista grande que encabeza a esos grupos de interés, que tienen la tendencia a dejarse impresionar por quienes manejan al país: dialogan, creen en ellos o ellas, se sientan en mesas de discusión con los asesinos o torturadores, se dejan pues.

Hace unos días el secretario de Marina dijo que las ONG de defensa de Derechos Humanos están pagadas por el crimen organizado. Tan cínico como farsante, embustero. Lo grave es que no se ha respondido a su dicho con la fuerza necesaria.

Necesitamos ser muchos, muchas, movilizarnos, animar a las personas, dejar un poco de nuestros egoísmos y también de nuestros sectarismos, deseos de poder y de figurar, para levantar un movimiento civil capaz de no engañarse con el amor divino que confunde perdón con rendición y silencio.

saralovera@yahoo.com.mx

Mujeres y Política. Acoso sexual


Con reconocimiento a

Olga Rosario Avendaño y a Roselia Orozco Martínez,

ganadoras del Premio Nacional Los Rostros de la Discriminación

Soledad JARQUIN EDGAR

En las leyes se establece como un delito el acoso sexual u hostigamiento sexual, es de suponerse, por tanto que las mujeres están protegidas legalmente contra este tipo de violencia que es una clara forma de discriminación, porque es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) da cifras sobre este grave problema que se presenta con mayor frecuencia hacia las mujeres en la escuela o el trabajo y sostiene que una de cada cuatro mujeres ha sido acosada sexualmente. También se conoce que cuatro de cada diez mujeres que pierden su empleo, son obligadas a renunciar por no acceder a las pretensiones de su superior.

Colectiva Feminista, organización social binacional, señala que el acoso sexual es una forma de discriminación de género, al que las mujeres están más expuestas a ser víctimas directas e indirectas, debido a que carecen de poder, se encuentran en posiciones vulnerables e inseguras. Este se vuelve aún más agresivo cuando se compite por un cargo o puesto.

El acoso sexual u hostigamiento, añade la misma organización, es una conducta sexual no controlada de tipo sexual, es una forma de violencia laboral basada en el sexo, que resulta ofensiva y puede afectar la salud de las personas agredidas, así como su bienestar y desarrollo económico y social.

Las miradas lascivas, las palabras ofensivas que disparan los hombres en ese mal habito de piropear, las invitaciones a sitios diferentes al centro educativo o laboral y proposiciones de tipo sexual, ahora se agravan con el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación mediante mensajes de correo electrónico, las redes y hasta por la telefonía celular.

Hay muchos ejemplos, uno de ellos es la denuncia que presentó Miriam Velásquez, trabajadora del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, al acusar al director de Proyectos Educativos, Timoteo Agustín Chávez Aquino, de acosarla sexualmente desde hace cinco meses. Y, es curioso, en Quintana Roo, en estos días surgieron varias denuncias públicas contra elementos de seguridad hacia de mujeres policías y también en una institución educativa. Y si revisamos el país, seguramente encontraremos infinidad de casos reportados en los últimos días. Este delito es cotidiano y a veces se hace invisible a los ojos de la mayoría de las personas, peor aún surge la duda y el cuestionamiento social hacia las víctimas.

Los acosadores son hombres que poseen un poder público o político, que debido a la construcción patriarcal, machista y misógina, consideran que pueden disponer de las personas, en específico de las mujeres con las que laboran, para estos varones las mujeres son objetos y no sujetos con derechos, aún a pesar de las leyes que para combatir este delito han sido hechas por los gobiernos, debido –claro está- a la presión que las mujeres, principalmente feministas, han realizado a lo largo de los tiempos.

En Oaxaca, como en todas las entidades del país existen leyes que consideran este hecho como un delito. Entonces, debemos creer que hay una protección jurídica a vivir libres de este tipo de violencia, entonces ¿por qué miles de mujeres siguen enfrentándose a este grave problema?

No hay una respuesta simple, pero tenemos que reconocer que a pesar de los avances que las mujeres han hecho mediante la creación de leyes que favorecen su libertad –que insistentemente sufre retrocesos gracias a los gobiernos de derechas y las jerarquías religiosas-, a pesar de la creación y operación de las instituciones públicas en busca de la igualdad entre los géneros y otros muchos a pesares, lo cierto es que no tenemos que perder de vista que la supuesta supremacía de los hombres sigue latiendo y fuerte en nuestras sociedades.

Sociedades “educadas” por instituciones como las iglesias, los grandes monopolios de comunicación y las escuelas, donde precisamente no se busca el adelanto, el empoderamiento ni menos la igualdad de las mujeres en cuanto a la obtención de sus derechos con respecto a los varones. No, ni en sueños, todavía falta mucho.

De ahí que las mujeres, muchas mujeres, más de las que nos imaginamos, sigan desconociendo que el acoso u hostigamiento son actos que violentan sus derechos humanos, porque son discriminatorios a sus personas, las cuales son reducidas a objetos sexuales, objetos de placer.

Perdidas las instituciones en la burocracia, poco se ha hecho por difundir la realidad, para cambiar el contexto social actual, porque mucho se dice y poco se hace para combatir este fenómeno donde en el 95 por ciento de los acosadores son varones. Las más interesadas en difundir este fenómeno y cómo evitarlo han sido históricamente las trabajadoras organizadas o sindicalistas.

Tampoco debemos perder de vista que el acoso u hostigamiento sexual son delitos de difícil comprobación porque el sistema no está construido con la visión de la condición social de las mujeres, como bien señalan las expertas. De ahí que las víctimas, las que se deciden a denunciar estos lastimosos hechos, deben saber y prepararse para enfrentar la incomprensión social. En primer lugar y sin lugar a duda alguna, las primeras personas que las cuestionarán serán sus compañeras y compañeros de trabajo, pondrán en duda su conducta, su forma de vestir, de hablar, dirán que es ambiciosa, exclamarán que usted ha provocado esta situación. Es su palabra contra la de su acosador.

Nada será tan indigno ni tan violento y destructivo como

permitir la violencia física de los tocamientos siempre intencionados de los varones, así como aquellas que son gráficas, verbales o gestuales, que se traducen en chantajes y amenazas por no acceder a los llamados “favores sexuales” bajo la promesa de ascensos o mejoras salariales y ojo no perder de vista que también son acosadores sus compañeros de trabajo de su misma jerarquía.

Finalmente, debo recordar lo que dicen las expertas, el asedio es una forma más de violencia contra las mujeres, un delito contra la libertad sexual y la dignidad del ser humano y, por supuesto, una forma de discriminación de género en el ámbito laboral y, claro, no está ausente en el escolar.

Denunciar al acosador, al hostigador es una forma de libertad frente a la opresión del poder patriarcal y un camino para generar igualdad.

Y A ESAS MUJERES CUANDO

Cuando no existe la defensa del Estado la violencia contra las mujeres se incrementa. Ya hemos señalado 52 mujeres asesinadas en los meses que lleva esta administración y Nelsy Guadalupe Regalado Benítez enfrenta a la justicia desde hace una semana tras asesinar en defensa propia a su agresor -de quien se había distanciado hace cuatro años precisamente debido a las golpizas de que era objeto Nelsy, aún estando embarazada- y “reconciliado” hace dos meses, como sucede con muchas mujeres que se ilusionan con la promesa de un cambio.

Una acción en defensa propia como ha declarado Nelsy de 22 años, que asegura que nunca quiso matarlo sino defenderse, protegerse de una nueva golpiza y de ser asesinada cuando el soldado Juan Manuel Guzmán Wolf, tras derribarla pretendió amarrarla con una agujeta, entre patadas y puñetazos.

Fueron los vecinos quienes llamaron a la policía, incluso antes del final fatal, pero la policía llegó tarde, ya había ocurrido la tragedia. Hoy Nelsy Guadalupe Regalado sigue presa, con un defensor de oficio. No hay a su lado abogadas feministas, el gobierno municipal de Santiago Laollaga no puede defenderla, Rogelia González regidora en Juchitán busca a las aliadas pero nadie responde, las periodistas istmeñas han denunciado el caso que no pasa de ser nota roja para algunos medios, en cambio la familia del soldado echa leña al asador para que ella no sea liberada. No habrá impunidad, dice Gabino Cué, y en el caso de Nelsy podría consumarse otra injusticia con ella, una más a su vida de abandono derivado de lo que ya sabemos que van de la mano: pobreza y violencia.

Sin duda hace falta compromiso. Ojalá que alguien atienda el caso de Nelsy Guadalupe y finalmente la vida le haga justicia a esta joven que lo único que hizo fue defender su dignidad, su vida y ahora lucha por su libertad, justo la oportunidad que no tuvo Ángeles Vianey Sandoval Ruiz, de 24 años asesinada por su esposo Jorge Castillo Toledo, quien antes de asesinarla la habría violado, torturado con un bisturí y para después dispararle, por supuesto el asesino no está detenido. En el caso de Nelsy como de Ángeles Vianey hubo denuncias previas de violencia por parte de sus parejas.

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A Reserva.Tormenta política en Oaxaca

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ

A la falta irrebatible de obras y disminución de circulante, la ausencia de inversiones y el colapso del comercio oaxaqueño, denunciadas con mayor frecuencia por representantes empresariales de la entidad; el desempleo y consecuentemente el cada vez más desnutrido pueblo, situación que se hace evidente y más de una organización social lo imputa a la ineficiencia del gobierno, se aúnan las evidencias delincuenciales de funcionarios públicos de primer nivel que en su momento Gabino Cué llamó “los mejores hombres de Oaxaca”.

Es el caso del distinguido y millonario empresario, amigo del gobernador, hoy Secretario de Turismo y Desarrollo Económico, José Zorrilla, investigado por la justicia federal por el delito de fraude al fisco. Asimismo dio cuenta la prensa local de la detención del militante y líder coceísta Roberto López Rosado, ahora Subprocurador de Asuntos Indígenas, por la invasión de un terreno propiedad privada y falsear declaraciones y documentos en el procedimiento respectivo.

Otro delincuente impune es el Director del Instituto Estatal para la Educación de los Adultos, Rogelio Rodríguez Ruiz, acusado por su esposa de infringirle golpes y maltratos, por lo que fue detenido por policías municipales y encubierto por el marinero Coordinador de Seguridad Pública Municipal, Rubén Oyarvide Pedrero. Y también la denuncia de una trabajadora contra Timoteo Agustín Chávez, Director de Proyectos Educativos del IEEPO, por acoso sexual ¡vaya tipos!

Por supuesto, se suman a otros funcionarios que ya han sido excesivamente referidos por conductas delictivas, y que en todos los casos impunemente siguen fungiendo como “honorables burócratas”, cobrando y ejerciendo poderes ilimitados, sin que exista pronunciamiento alguno por lo menos sobre la investigación correspondiente.

Los conflictos poselectorales se prolongan e intensifican, la inseguridad crece y se refuerza la corrupción y la impunidad, producto de la ineficacia en la prevención y nulas acciones en la procuración de justicia. Continúa la violación a los derechos humanos de migrantes. La única respuesta que atina a dar el gobierno del cambio se basa en acciones populista que agreden aún más la dignidad de la población; medidas patriarcales, políticas asistenciales como la entrega de uniformes y ahora el programa de apoyo para atención alimentaria por 500 pesos mensuales a personas de la tercera edad.

Es evidente, son medidas clientelares que responden directamente a la persona de Cué quien se presenta con discursos de redención social, haciendo la tarea del DIF en tiempos sin emergencia electoral.

En este contexto la tormenta política se avecina, los aires preelectorales comienzan a mover las estructuras del poder en el recién estrenado gobierno “democrático por la paz y el progreso”. Los diferentes grupos de la coalición gobernante van separando sus intereses y hasta rompiendo acuerdos.

El gobernador Gabino Cué se desgañita acusando al PRI de calumniar a su gobierno y desestabilizarlo con declaraciones que le imputan un posible subejercicio financiero, que niega y desacredita argumentando que aún hay tiempo suficiente para arrancar las obras, sin embargo la incompetencia se vuelve argumento incluso de los que se dicen aliados.

El PAN le demanda remover a los funcionarios incapaces de ejercer el presupuesto; así mismo el PAN solicita al Congreso Federal exhorte al gobierno de Oaxaca se profundice y agilice la investigación sobre actos de corrupción y desvío de recursos durante la administración de URO, pues consideran opacas y lentas las acciones de Gabino Cué, frente a lo que parecen acuerdos de impunidad.

El PRD tuvo que acudir a su dirigencia nacional para presionar al gobernador de Oaxaca la firma de un pacto político con su partido a fin de aterrizar recursos y beneficios en los municipios en que el Sol Azteca es gobierno. Hace pocos días mujeres perredistas de la organización denominada AMOR se manifestaron por la falta de respuesta comprometida a sus planteamientos sociales y económicos durante la campaña.

El PT y Convergencia hacen lo propio con el fin de asegurarle a López Obrador el pronunciamiento de apoyo de Gabino Cué a su campaña hacia la presidencia, lo que no se aclara del todo, y a medida que se acerquen los tiempos de definición estos partidos irán acotando su alianza con acciones y declaraciones que seguramente complicaran más el escenario político en Oaxaca.

Ahora las sorpresivas declaraciones del “padre Uvi” -se ven cercanas al diputado Flavio Sosa- quien declaraba desde el pulpito y en la tribuna legislativa loas al gobierno del cambio, se pronuncia desilusionado y lo conmina a cumplir las grandes demandas del pueblo y a reordenar su gabinete sin lastres de grupos y partidos.

Una de las banderas casi ineludible en el ejercicio democrático de los gobiernos actuales, que se califiquen legítimos, es la situación de las mujeres respecto al ejercicio del poder, normalmente se desarrolla en un escenario lleno de discursos sobre equidad y políticas públicas con perspectiva de género.

Oaxaca podría ser ejemplo de este fenómeno político que redunda en la aparición masiva en todos los ámbitos de las palabras “género, mujeres, equidad, igualdad, perspectiva y transversalidad” como estatus de un gobierno democrático.

La falta de línea ideológica y programática del gobierno aliancista, la ausencia de acuerdos convenidos en temas medulares, la consabida y recurrente ciudadanización -entendida como agraciada cooptación de quienes adulan al gobierno- han desdibujado el carácter verdaderamente progresista de las luchas de las mujeres y la necesidad apremiante de modificar las políticas públicas con perspectiva de género, que debe justificarse con argumentos conceptuales socio-jurídicos, no en la voluntad de unas cuantas ni en ocurrencias descocadas que reeditan los gobiernos con el consabido trato paternalista y una gran carga de frivolidad.

La lucha política entre las diversas fuerzas aliancistas, tiene su máxima expresión en los pronunciamientos fundamentalmente mediaticos para aparecer como promotoras y promotores de las decisiones políticas de avanzada frente a los derechos humanos de las mujeres. Por supuesto esto ha sido hasta ahora en este gobierno del cambio mera simulación, prevalecen los intereses de grupo y hasta personales, egoístas y contrarios en la praxis política que sacraliza en los hechos la superioridad masculina.

En el recuento de los arrebatos partidarios, las declaraciones provenientes de las instancias del ejecutivo, especialmente devienen del propio gobernador en su afán por legitimarse frente a la sociedad civil, la Procuraduría General de Justicia y el Instituto de la Mujer Oaxaqueña, que unen esfuerzos por resaltar su interés y deslucida veracidad en asuntos que tienen que ver con los derechos de las mujeres, justicia y protocolos legales, desconociendo los avances en la materia, actuaciones de competencia e iniciativas que en su momento se hicieron profesionalmente, en tiempo y forma con importantes contenidos jurídicos y sociológicos.

Los partidos representados en el Congreso local, desfasado cualquier acuerdo electoral, buscan igualmente espacios protagónicos figurando interés en el fenómeno social y político que representa la discriminación y la violencia hacia las mujeres, en una competencia cínica de declaraciones y acciones facciosas que resultan por el desconocimiento teórico-conceptual insulsos y contraproducentes posicionamientos e iniciativas en ésta materia.

Como las relativas a la agenda de género propuestas a iniciativa ciudadana de las mujeres del Colectivo Huaxyacac. La tipicidad del delito autónomo del feminicidio, tratada en foros que desplazan las opiniones autorizadas por la de alguna amiga que logra resaltar la autoría de cierto grupo de personas con peso especifico frente al ejecutivo del Estado. Iniciativa que rápidamente se apropió la diputada del PAN Eufrosina Cruz Mendoza, auto aludiéndose como la mayor defensora de la igualdad y contra la violencia hacia las mujeres, y aprovechando la andanada feminista, se colocó rápidamente al frente con iniciativas de igualdad política, instancias pro mujeres en los ayuntamientos, suscribiendo las libertades y derechos de mujeres indígenas.

También la diputada Hita Ortiz Silva de PT, rescató la iniciativa de agravar el delito de violencia intrafamiliar como origen cultural de la violencia hacia las mujeres, aunque después enfiló las baterías a la defensa de la familia. Hasta el diputado Pavel López Gómez del PRD, intentó tímidamente involucrarse en propuestas de iniciativas sobre violencia y feminicidio.

Temas sin duda pendientes que el Estado debe a las mujeres desde hace mucho, desde siempre; queremos leyes y actitudes públicas que modifiquen de fondo el estatus de las mujeres, sí, cambios permanentes que impacten positivamente la vida de las mujeres, reforma legales que determinen en estricto derecho una cultura de igualdad y paridad política; la carrera por ganar título de defensor o defensora de mujeres es egocentrismo puro, simulación e hipocresía.

Se arrebatan el tema, se madrugan las iniciativas y los dictámenes apresurados para ganar la primacía son verdaderos horrores legislativos, ignorantes opiniones públicas que aprueban mediante cambalache de favores cuya preeminencia electoral se dirige al 2012. Las alianzas en Oaxaca se cocinan desde ahora; puestos en el gabinete del ejecutivo y diputaciones son un trampolín desvergonzado hacia las próximas elecciones federales. ¡Qué desfachatez!

Si en verdad el tema de la igualdad y la perspectiva de género les fuera importante, desinteresadamente, voltearían a ver propuestas ya trabajadas integralmente y entregadas a la legislatura pasada, -salvando las restricciones legales de competencia- que sin duda podría ser la base de las reformas necesarias, consensuando el interés supremo de Oaxaca, restando prejuicios y protagonismos.

Buscar mecanismos para conformar una Comisión formal y profesional de diagnóstico del marco jurídico existente, su viabilidad y su armonización con los instrumentos internacionales y nacionales; su adecuación con la estructura institucional y la generación de un presupuesto digno y viable para enfrentar seriamente un problema añejo que obstaculiza per se el desarrollo de nuestra entidad.

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