Mujeres y política
Sexismo y misoginia en campaña
Soledad JARQUÍN EDGAR
A sólo unos días de concluir las campañas políticas en
busca de la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez y otras 152 alcaldías de
las 570 que tiene esta entidad (el enredo numérico), el tono sube y el lenguaje
sexista surge de los pantanos de la misoginia. Increíble. Ese escenario no siempre
viene de los candidatos (todos hombres) sino digamos de sus paleros y la prueba
más fehaciente se puede encontrar en el twitter y de los candidatos provienen
las mismas promesas de siempre en busca del voto de las mujeres.
En las últimas dos semanas, considerando la cantidad de
votantes mujeres y la posibilidad de que ellas “inclinen el voto a favor de uno
u otro”, las alabanzas a las mujeres no faltaron en los discursos de quienes
aspiran a gobernar la capital oaxaqueña, hubo comidas y mítines con militantes
que fueron llevadas y traídas como parte de la mercancía electoral, la recta
final es el escenario para las soluciones mágicas sin perspectiva de género y
si “mujeristas”.
La secretaria general del PRI, Ivonne Ortega, por ejemplo,
dijo que el candidato Javier Villacaña, “es el candidato de las mujeres”. La ex
mandataria de Yucatán, la entidad más progresista en materia de avances para
las mujeres después de la revolución mexicana, donde no sólo se le concedió el
voto a las mujeres y fueron electas las primeras diputadas locales, además se
realizaron los dos primeros congresos feministas en 1916 y se entendió que el
avance de las mujeres tenía sus bases en la educación y en su independencia
económica a través del trabajo remunerado.
Pero en Oaxaca, para Ortega las mujeres son votos para su
correligionario, pues es evidente que carece de la visión progresista que
entonces planteaban gobernadores como Salvador Alvarado y Felipe Carrillo
Puerto.
Poco antes Villacaña emulando al hoy presidente de
México, Enrique Peña Nieto, firmó ante notario público compromisos con las
mujeres, que dice cumplirá si llega a la presidencia municipal y señala que
incluirá a más mujeres en su administración, es decir, debemos suponer que
habla de las dirección municipales donde serán 60 por ciento para las mujeres,
eso es incluir a las mujeres.
Otro compromiso apuntó es reforzar el Instituto Municipal
de las Mujeres eso quiere decir que habrá presupuesto, mucho dinero y más
especialistas atendiendo y acompañando a las mujeres, lo que sin duda irá de la
mano con los programas para prevenir y atender la violencia de género -está
claro no se compromete a erradicar el problema, le suena utópico-. Otro
compromiso es crear una clínica para las mujeres que nadie sabe si se lo
permitan porque con eso de que le pisan los cayos a los empresarios de la salud,
luego se echan para atrás, como lo hizo el gobierno del cambio quien dijo no al
hospital de la mujer.
Bueno eso requiere de mucho, pero mucho dinero, buenos
programas de gobierno, servidores públicos sensibles y capacitados en materia
de género o lo que es mas o menos lo mismo que reeducar a las y los
funcionarios que tendría el gobierno de Villacaña, porque no se trata sólo de
buena voluntad sino de hacer bien las cosas, para que después no se trate de
elefantes blancos o paredes que nadie puede pasar.
En el fondo, si estas promesas de campaña se cumplieran
lo que habría es una ciudadanía con derechos, en específico las mujeres,
ciudadanas con bases sólidas, más educadas y con ingresos propios, como
planteaban los gobernadores progresistas de Yucatán hace casi un siglo.
No se trata de programas para madres solteras que no
tienen fin ni fondo como el que realiza el gobierno de Gabino Cué ni tampoco
seguros de muerte como el que practica el gobierno federal de Peña Nieto. Se
trata de reconocer a las mujeres por ser mujeres y no porque son madres, porque
entonces valemos ídem. Un sexto compromiso tiene relación con lo antes
expuestos, la asociación indisoluble en la mente social, y propone apoyos para
menores en tratamiento de cáncer a través del DIF…en fin.
En ese acto, que pasó hace varias semanas, a Villacaña le
salió el príncipe rescatador que todos llevan dentro para salvar a las
indefensas mujeres (mujercitas, como piensan) cuando expresó que “El hombre que
trata a la mujer como princesa, sin duda, fue educado por una reina”, ¡qué tal!
O sea, Villacaña como en los cuentos de hadas nos promete un principado y por
tanto el palacio municipal será un palacio real, atrapadas en el cuento de
siempre.
Pero si de cantar rancheras se trata, el abanderado de la
Coalición Unidos por el Desarrollo de Oaxaca, Francisco Reyes, no canta nada mal,
el exabrupto por contar con el nada despreciable voto de las mujeres es el
motor que mueve a estos candidatos a decir cosas como que (su gobierno) “nunca
sin ustedes”, como dijo en un acto realizado también hace varios días, en el
que estuvo Luis Felipe Bravo Mena, ex dirigente nacional del PAN, uno de los
tres partidos que conforman la coalición; los otros son el PT y el hermano
menor del prian: el PRD, como dijo Dante Delgado cuando apuntó que el partido
del sol azteca había pasado de ser el hermano mayor de los partidos
progresistas a ser el hermanito del prian.
En ese mismo acto, Paco Reyes denominó como su madre
política a la diputada con licencia e integrante de la panilla de la coalición
Compromiso por Oaxaca, Clarivel Rivera. La expresión no cabe duda tiene su piso
el pensamiento profundo que hace que todas las mujeres seamos vistas como
madres, ahora con sus variantes: madres políticas o madres económicas, porque
les resulta indisoluble el binomio mujer-madre. Mujeres-madres como destino y
por tanto imposible no ver en una mujer a una madre, una maternidad sin fondo
real considerando los altos, muy altos índices de violencia contra las mujeres,
el feminicidio y la nulidad de prestaciones o programas sociales por eso tan
venerado como es la maternidad.
Como en el caso de su hoy acérrimo rival político, Javier
Villacaña, Paco Reyes citó una enseñanza de su madre cuando dijo: “Hay de este hombre, si lo que va a prometer, no lo
cumple, porque si no lo cumple, va a deshonrar a su abuelo ya su padre”. Lenguaje
patriarcal, sin duda, a pesar de que asume que la enseñanza es de una mujer,
pero volvemos al punto inicial el valor del hombre deshonrado no es el mismo
que de su madre y su abuela deshonradas.
Las propuestas de Paco Reyes por la ciudad
fueron “inteligentemente” vinculadas a través de las mujeres, por ejemplo, que
el tema del transporte es una de las “aristas de mayor relevancia, porque las
oaxaqueñas que tienen hijos que estudian…merecen mejor servicio y de ser
posible a menor costo”. ¿Y las mujeres que no tienen hijos? ¿Y las mujeres en
sí, por ellas mismas no merecen un buen servicio de transporte público?
No es que los otros cuatro candidatos no
desperdicien el potencial de votos que representan las mujeres, por supuesto
que sí, y como los dos candidatos anteriores también literalmente les bajan el
cielo y las estrellas, pero me interesaron los candidatos de las coaliciones a
quienes poco les falta para subirse al ring y darte de zoquetes, como decía mi
querida abuela Lucha. Su actitud no ayuda en nada para llegar a eso que tanto
pregonan y que desde 2006 no se ha conseguido: la conciliación real y profunda
de la ciudadanía divida entre tirios y troyanos que se disputan el poder.
Utilizando a sus paleros se desacreditan
con twitazos, si la palabra existiera, mediante un lenguaje sexista que raya en
la misoginia. Tal es el caso del tuitero @angelCS89 y otros cuyas palabras no
voy a repetir pero que alguien debería detener, en específico Javier Villacaña,
porque este individuo presume que es su colaborar en la campaña o al menos así
lo hace ver.
Independientemente de quien gane, el
resultado será el mismo para las mujeres. Las promesas harán agua como los
muchos ríos de promesas que han corrido en los últimos días. Bueno hubiera sido
que dejarán el lenguaje sexista, el menosprecio utilizando palabras en femenino
para atacar al contrincante, como bueno hubiera sido que dejaran de ver a las
mujeres como minusválidas a quienes hay que darles despensas o zapatos, como
hicieron Villacaña y Reyes, pues frente a la necesidad financiera grosera y
profunda que es inocultable en Oaxaca ciudad, pervierten el sentido del voto
libre y secreto y mutilan la posibilidad del ejercicio de la ciudadanía de
elegir al que consideran mejor de todos, porque ya existe un condicionamiento,
un beneficio económico que les imposibilita razonar el voto ante la nobleza de
el agradecimiento que impera entre las personas.
Ya no hay vuelta de regreso. En unos días
más habrá elecciones y veremos quien gana: la ciudadanía que razona su voto o
la necesidad de la gente con la que juegan los aspirantes y sus brillantes
asesores.
Atentado contra candidata
La violencia contra las mujeres no tiene
fondo. Este sábado, la candidata por el distrito XIV, Teposcolula, en la
mixteca oaxaqueña, Rosalía Palma López resultó con una herida de bala en la
cabeza tras un atentado en el que lamentablemente perdió la vida su esposo
Efraín Cruz Bruno, así como su sobrina Talía Cruz Ibáñez.
Sin duda se trata de un acto reprochable
que nos habla de lo poco que se ha avanzado y que confirma mucho de lo que
hemos planteado. De lo intolerable que resulta todavía que las mujeres ocupen
espacios públicos, es reflejo del machismo, la misoginia y avisos del poder
patriarcal para quienes pisan “indebidamente” sus terrenos, independientemente
de lo que resulte de las investigaciones –si es que las hay-. Ratifico este
dicho a pesar de lo que la rumorología pregona, tratando de desviar o
descalificar a las victimas de esta violencia extrema.
Ojalá que en el caso de la candidata Palma
no se repita la impunidad que ha prevalecido en estos atentados contra mujeres,
porque entonces tendremos una cuenta negra más que se sumará a la larga lista
de delitos contra mujeres que pisan el espacio público, asignado culturalmente
a los hombres.
Aquí en breve un recuento de esos atentados
del Oaxaca primitivo, en 2004 fue asesinada la perredista Guadalupe Ávila
Salinas, quien era candidata a la presidencia municipal de San José Estancia
Grande, Jamiltepec, por el entonces presidente municipal priista de esa
localidad Cándido Palacios Loyola, quien hasta ahora casi nueve años después no
ha pagado por su crimen.
Ese mismo año fue baleado el domicilio de
la candidata a la presidencia municipal de Santa Ana Zegache, Estela Martínez
Jiménez, también del PRD, quien sale ilesa. La historia se repite en 2009
cuando la representante del “gobierno legítimo” de Andrés Manuel López Obrador,
en Pinotepa Nacional, Beatriz López Leyva, es asesinada mientras descansaba en
su casa. Años antes, en 1992, la priista Gloria Altamirano se salvó
milagrosamente tras recibir varios impactos de bala tan sólo dos días antes de
las elecciones para presidentes municipales.
Así las cosas en Oaxaca. Lo vean por donde
lo vean esto es resultado de la falta de políticas de igualdad reales y
concretas ¿dormirá bien Gabino Cué y su gabinetazo frente a estos lamentables
hechos que ya costó la vida de otra mujer?
@jarquinedgar
www.caracolasfem.blogspot.com