martes, 28 de agosto de 2012

PENDIENTES Y RETOS PARA LEGISLADORAS EN MATERIA DE GÉNERO


Pendientes y retos para legisladoras  en materia de género
·      El número no es suficiente una cantidad determinada, Ximena Avellaneda
·      Deben construir los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres, Norma Reyes

Soledad JARQUÍN EDGAR
Dos opiniones de feministas sobre los retos en materia de género de quienes en los próximos días integrarán la LXII Legislatura federal y los pendientes de la LXI Legislatura que concluye sus funciones este mes de agosto. Por un lado Ximena Avellaneda Díaz, integrante del Grupo de Estudios sobre la Mujer “Rosario Castellanos” y por el otro la ex titular del Instituto de la Mujer Oaxaqueña, Norma Reyes Terán.
¿Cómo calificaría la actuación de la LXI legislatura federal con respecto a los derechos de las mujeres?
Avellaneda Díaz sostiene que una señal clara de que las mujeres han sido las grandes ausentes en los avances de la LXI Legislatura fue el duro enjuiciamiento que se dio a nuestro país durante la presentación del Comité de expertas de la CEDAW, en días pasados donde la delegación mexicana fue duramente cuestionada a los escasos resultados de sus acciones en contra de la discriminación de género.
La delegación –apunta- se limitó a enumerar  reformas a leyes y nuevas leyes que no corresponden a acciones concretas en favor de las mujeres y que tienen que ver con: la trata de personas, la violencia de género, la falta de salud y respeto a los derechos sexuales y reproductivos entre otros. Los hechos,  tal como fueron mencionados, son contundentes. Lo que seguimos necesitando es que el discurso de las leyes esté acompañado de una práctica o ejercicio verdadero de las mismas.
En ese sentido, Reyes Terán es más amplia y sostiene que aunque todo el mundo dice estar a favor de que no haya desigualdad, no todo el mundo está a favor de la igualdad. Lo anterior, a pesar de que la igualdad entre mujeres y hombres es un principio jurídico universalmente reconocido por el derecho internacional que dio lugar en nuestro país, al pleno reconocimiento de la igualdad formal de los sexos, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en las locales, es muy común encontrar oposición a cualquier medida que confiera a las mujeres un trato favorecedor para hacer efectiva, en los hechos, esta aspiración.
Plantea que se margina a la mitad de las personas y se demuestra en la escasa presencia de las mujeres en puestos de responsabilidad política, social, cultural y económica; la prohibición a las mujeres indígenas de ejercer su derecho al voto; los problemas de conciliación entre la vida personal, laboral y familiar; la feminización de la pobreza, la violencia de género y la trata, por citar solo algunos ejemplos de exclusión basada en el sexo.
Refiere que en la LXI Legislatura el tema presupuestal y la armonización legislativa nacieron pobres, “muy pobres”, al carecer de  recursos presupuestales apropiados, sin un Fondo de Aportaciones o un Ramo que hiciera posible la coordinación entre la federación, los estados y los municipios.
Recordó que el gasto federalizado ( Ramos 23, 28 y 33) se compone de Fondos de Aportaciones que llegan a las entidades federativas y municipios, debidamente orientados para su ejercicio, y no contemplan ni una vertiente para darle pelea a la desigualdad de las mujeres y la violencia machista.
Reyes Terán criticó que los programas existentes dirigidos a las mujeres, los cuales calificó de  miserables en término de su presupuesto y tortuosos en cuanto a su operación, lo que impide hacer frente de manera profesional a la desigualdad de las mujeres y la violencia machista que requiere de una armonización jurídica y una arquitectura institucional nueva, así como de una política presupuestaria federalizada (creación de un Ramo o un Fondo Federal), solo así se podría hablar de una respuesta unificada y contundente frente a la desigualdad de las mujeres y la violencia machista, para ello, insistió como lo ha planteado desde hace varios años en el establecimiento de un nuevo ramo o fondo de aportaciones en el ramo 33.
Sin embargo, añade, estos asuntos ni siquiera fueron agendados por las diputadas de la LXI Legislatura, dicho de otra forma, las diputadas faltaron a su responsabilidad de favorecer la implementación de las Leyes Generales.
La LXII Legislatura tendrá el mayor número de mujeres, será esta una condición favorable o un espejismo ¿qué debemos esperar las mexicanas?
La integrante del Grupo de Estudios de la Mujer “Rosario Castellanos” sostiene que el porcentaje de mujeres que ocuparán una curul en la nueva legislatura es un hecho importante pero adverte que “no es suficiente”
La historia nos ha enseñado que la sola presencia de mujeres no garantiza avances en nuevas propuestas o propuestas pendientes a favor de las mujeres, si no están acompañadas por una clara y real perspectiva de equidad de géneros en la labor legislativa así como responder a las demandas hechas por los diferentes sectores de las mujeres y la  sociedad civil.
Ximena Avellaneda Díaz, sin embargo, sostiene que las mexicanas esperamos que las organizaciones de mujeres que han enfocado sus energías a la labor legislativa sigan sensibilizando y, porque no, generalizando este trabajo bajo esta perspectiva de manera que la cantidad en términos numéricos estén acompañadas de calidad en términos de nuevas leyes que realmente fortalezcan la participación de las mujeres como parte de esta sociedad.
De su lado, Reyes Terán afirma que es importante señalar que la exigencia del acceso paritario de las mujeres a los espacios de poder político, no es solamente por una cuestión de distribución cuantitativa, sino porque las mujeres no somos ni un grupo social, ni un colectivo, ni una clase, somos la mitad de todos los colectivos y la mitad de todas las clases sociales.
Señala como una primera tarea de las parlamentarias federales electas es avanzar en la consolidación y/o construcción de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres.  Para lograrlo, no existe otro mecanismo mas que las instituciones, es decir, del desarrollo institucional y a través de lo que conocemos como agenda política y una referencia podría ser la agenda de mínimos del feminismo mundial.
Reyes Terán quien también ha sido legisladora por Oaxaca, recupera lo expresado por Alicia Miyares, feminista española quien plantea como puntos de esa agenda 1) Derecho a una educación no diferenciada, es decir, educación para la igualdad obligatoria y educación media y superior no sesgada por el género, es decir de reconocimiento al talento de las mujeres.
2) propone la atención a los derechos políticos, como la paridad y permanencia de las mujeres, renovación paritaria de los partidos políticos; 3) Derechos económicos mediante el acceso a la propiedad e independencia económica y al mercado laboral estable y no sometido al estereotipo ocupacional.
4) Derechos sexuales que incluyen en primer lugar leyes de Aborto y la abolición de la prostitución; 5) Derechos culturales que se enmarcan dentro del derecho una vida libre de violencia.
Para Norma Reyes Terán existen otras tareas fundamentales para las nuevas parlamentarias como la promoción de un marco jurídico armonizado con los compromisos internacionales en materia de igualdad y de la violencia machista, las  Leyes Generales de Igualdad entre Mujeres y Hombres y de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia tanto en el ámbito federal como en todas las entidades federativas y, una nueva arquitectura institucional acorde al nuevo marco jurídico que se plantea y; la creación de un presupuesto federalizado.
Y, en tercer lugar, la tarea será diseñar un escenario social y político sensible a la igualdad de las mujeres y contra la violencia machista, así como el respaldo a la paridad como derecho constitucional de los sexos; evidenciar la ausencia de propuestas y de compromisos en materia de igualdad y contra la violencia machista, así como con la paridad, en las plataformas de los partidos políticos y; promover la demolición de políticas públicas que reproducen y extienden las desigualdades de género.