El cuerpo de las mujeres en el Estado-nación
Noemí DOMÍNGUEZ GASPAR*
Históricamente dentro de la conformación de los Estado-nación, se han
establecido mecanismos de control que desmovilizan a las personas, particularmente
a la mujeres; parto de que dichas formas de control imponen limites se pueden
leer en el cuerpo y en la sexualidad, incidiendo en la vida privada y
colectiva, y estas a su vez tienen expresiones de regulación pero también de
una fuerte represión, derivada principalmente de la instauración de la
violencia, el miedo, la desesperanza.
Cuerpo y Estado-nación
Como toda estructura social, la organización genérica define un orden de
relaciones y delimita un territorio; es en ésta donde cada sujeto actúa las
potencialidades que realmente posee, en donde ejerce o padece los dominios que
su ubicación en la pirámide social le exige o le permite, en donde sobrevive o
perece.
El cuerpo construido desde la hegemonía, requiere de un cierto número de características que le son aplicables de acuerdo a un estándar de valores asignados socialmente a partir de un control, promovido en gran medida por los medios de comunicación de masas, particularmente sobre los cuerpos de las mujeres.
El cuerpo construido desde la hegemonía, requiere de un cierto número de
características que le son aplicables de acuerdo a un estándar de valores
asignados socialmente a partir de un control, promovido en gran medida por los
medios de comunicación de masas, particularmente sobre los cuerpos de las
mujeres.
El ejercicio que implica reconocer al cuerpo como territorio político
para ejercer nuestra autonomía, implica un acto transgresor al orden
establecido, pues el poder biopolítico, que moldea y da pauta a las personas,
deja marcas en nuestros cuerpos. Transgredir dicho poder opresivo sería una
entonces una acción afirmativa hacia la libertad.
Por otra parte, la sexualidad femenina puede ser vivida y experimentada
de formas distintas, dependiendo de las distintas situaciones vitales de las
mujeres.
Tal como operan en cada sociedad, el sistema sexo-género es resultado de
significaciones específicas adjudicadas históricamente a los sexos: conforman
complejas síntesis simbólicas concretadas en estructuras biosocioculturales que
definen modos de vida, identidades y subjetividades.
Algunas consideraciones
Cada sociedad posee su propia organización de los cuerpos, y en este
caso hemos revisado que en nuestras sociedades opera, en primer termino la
división genérica (Al hablar aquí de
organización genérica de la sociedad, se hace referencia específica a la
dimensión propiamente social del género. Es decir, a aquélla en que se observa
la estructuración práctica de las interacciones y de las relaciones cotidianas.
El desiderátum develado es la referencia interpretativa, las acciones concretas
constituyen el núcleo analítico. Esta situación es aún más complicada porque en
el entramado de la red organizativa genérico-etaria, se entretejen los otros
órdenes de organización de la cultura y de la sociedad. Cada sujeto tiene
también un lugar social asignado por su origen de clase y, las contradicciones del modo de producción
forman parte fundamental de la organización genérica. Sucede algo semejante con
las concepciones religiosas en que se basan otros preceptos organizativos como
las identidades étnicas y nacionales.)
Los principios estructurales de ésta operan de forma articulada y
conforman un todo con los otros principios de la organización social (nacional,
clasista, racista, etaria, política, religiosa) con los que se conjuga de
manera inextricable.
El conocimiento del cuerpo es una actividad estrictamente negadora. Es
un conocimiento en tercera persona. En torno al cuerpo de las mujeres
(vinculado indudablemente a la naturaleza, enmarcada en la dicotomía
naturaleza-cultura) ha reinado durante mucho tiempo, una atmósfera de
incertidumbre cierta; el esquema parece ser éste: una lenta construcción de mi
yo, en tanto que cuerpo en el interior de un mundo espacial y temporal.
La forma de habitar el cuerpo no ha podido ser a
priori un acto primigenio y “natural”, así como tampoco lo podría ser la
vindicación de autonomía para con nuestros cuerpos, cuya defensa surge a partir
de diversos procesos de reflexión y autoconciencia que pretenden generar
autonomía y poder sobre nuestros propios territorios (el cuerpo) y luego a
nivel colectivo sobre los territorios del espacio.
Muchos de estos colectivos de mujeres son feministas, si
no es que todos ¿Usted, en dónde se encuentra? (*Antropóloga feminista)
Referencias bibliográficas:
Anderson, Benedict.
2005 Comunidades imaginadas: Reflexiones sobre
el origen y la difusión del nacionalismo.
México, FCE.
Butler, Judith.
2006 Deshacer el género, Barcelona, Paidós.
Federici, Silvia.
2013 Calibán
y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria., México, Pez en el
árbol.
Latour,
Bruno
2007
Nunca fuimos moderno, ensayo de
antropología simétrica México, Siglo XXI
Van Dijk, Teun A.
2003 Ideología y discurso, una
introducción multidisciplinaria, Barcelona, Ariel.