· La
Constitución garantiza la participación de mujeres en Sistemas Normativos
Internos
Por: Soledad Jarquín Edgar
Eufrosina Cruz Mendoza,
presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas logró que la iniciativa
presentada en octubre de 2013 fuera declarada constitucional durante una sesión
del Senado realizada el pasado mes de abril y con ello, afirma, abrió un camino
legal para las mujeres donde los sistemas normativos internos, resultaban en
prácticas violatorias para sus derechos humanos.
El 14 de abril el Senado de la
República declaró reformada la fracción III del Apartado A del Artículo 2º de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Reforma que tiene su origen en
una iniciativa que el 1 de octubre de 2013 presentó la diputada oaxaqueña ante
la LXII Legislatura de la que es parte y que queda como sigue:
“Elegir de acuerdo con sus
normas, procedimientos y prácticas tradicionales, a las autoridades o
representantes para el ejercicio de sus formas propias de gobierno interno,
garantizando que las mujeres indígenas disfrutarán y ejercerán su derecho a
votar y a ser votadas en condiciones de igualdad con los varones; así como a
acceder y desempeñar los cargos públicos y de elección popular para los que
hayan sido electas o designadas, en un marco que respete el pacto federal y la
soberanía de los estados. En ningún caso las prácticas comunitarias podrán
limitar los derechos políticos y electorales de los y las ciudadanas en la
elección de sus autoridades municipales”.
Con este hecho, Eufrosina Cruz
Mendoza, sienta un precedente y afirma que nunca más las autoridades de un
municipio o una asamblea podrá impedir la participación de las mujeres,
amparándose en sus usos y costumbres, como le sucedió a ella misma en su natal
Santa María Quiegolani, municipio de la Sierra Sur de Oaxaca, en noviembre de
2007, cuando se le impidió por ser mujer y profesionista aspirar a la
presidencia municipal.
Así empezó la historia cuyo final
no termina, porque de acuerdo con la legisladora será hasta el 2016 cuando esta
ley tenga su prueba de fuego en las comunidades de Oaxaca y, por supuesto en
todos aquellos municipios del país que eligen autoridades bajo sus propios
sistemas normativos internos como sucede en municipios de Guerrero, Chiapas,
Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Campeche, Quintana Roo, Michoacán y otras entidades
que tienen comunidades originarias.
Los derechos políticos, añade,
son derechos humanos, de ahí que la reforma constitucional que impulsó sea una
herramienta que impedirá que se cometan abusos
contra las mujeres de manera especial que han sido excluidas, pero
también con los avecindados y con quienes viven en las agencias municipales a
quienes muchas veces no se les permite tener voz ni voto en las asambleas
comunitarias, solo los de las cabeceras.
Es la misma herramienta jurídica
que en 2007 no tuvo Eufrosina Cruz Mendoza y fue la punta de lanza de su
vertiginosa carrera política que la llevó a través del Partido Acción Nacional
a la diputación local y más tarde a la diputación federal, en ambos casos por
la vía plurinominal. Por ello, para la legisladora la política a través de los
partidos políticos se convirtió en la vía más importante para incidir y hacer
los cambios.
Cruz Mendoza señala orgullosa que
a eso vino a la LII Legislatura para hacer los cambios a la constitución y “lo
he conseguido”, por lo que asegurá han valido la pena las críticas y las
adversidades, señala cuando se refiere a las muchas veces que ha sido señalada como
detractora de los usos y costumbres.
Asegura que no es como la han
juzgado, el problema no son los usos y costumbres, de ellos afirma estar muy
orgullosa, “porque son la fiesta, la mayordomía, la lengua y la vestimenta”,
pero enfatiza que nada tienen que ver con permitir la violencia a los derechos
humanos de las mujeres “y sin nosotras ninguna democracia puede llamarse como
tal, digan lo que digan, no es así”.
La reforma es puntual porque
garantiza que las mujeres y los hombres puedan elegir a sus autoridades de
acuerdo con las prácticas tradicionales y vigila que sus derechos no sean
violentados.
La reforma aprobada el pasado 14
de abril contó con el respaldo de muchas personas que supieron entender de qué
se trataba, según el recuento de Cruz Mendoza, quien reconoce el papel
desempeñado por la magistrada María del Carmen Alanís en el Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación y lamenta que no haya pasado lo mismo con
el Tribunal Estatal Electoral (de Oaxaca) “donde no juzgan con perspectiva de
género sino con una perspectiva partidista”.
Antes de la aprobación del
Senado, un total de 19 entidades del país habían dado su aprobación:
Aguascalientes, Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila,
Colima, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla,
Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz.
Para la diputada panista de esta
manera también en las comunidades se termina con las “juanitas” que surgen
cuando “muchas veces los señores se van al norte, las mujeres realizan las
actividades que a ellos les corresponde, ellas prestan el servicio y cuando son
nombradas autoridad entonces vuelven a aparecer los señores, aunque haya sido
una mujer la que construyó el liderazgo y las dejan fuera”.
“Ahora nos toca exigir a las
instituciones como los institutos de las mujeres, en el caso de Oaxaca al IMO,
de derechos humanos y el INE a través de los OPLES que empiecen a aplicar y
capacitar, a sensibilizar a las comunidades, no es que si están o no
preparadas, se tiene que hacer, porque la democracia no se puede consolidar sin
las mujeres”, por ello añade que esta reforma “tendrá su prueba de fuego” en
las elecciones de 2016.
Desde octubre de 2013 hasta la
declaración de la reforma constitucional, Eufrosina Cruz Mendoza realizó una
labor de cabildeo a veces más sola que nunca, pero encontró aliadas y aliados
importantes como los medios de comunicación.
A veces me proponían “canjear”
esta reforma por otra, en otras ocasiones consideraban que no era importante
porque no entraba en las propuesta del Pacto por México, hablé con los líderes
de los partidos, con los líderes de las fracciones de cada estado y casi
siempre encontré quien se negaba a firmar, hubo muchas resistencias, en la
comisión de Igualdad no querían porque era mi propuesta, pero insistí mucho
porque no quería que algo como lo que me sucedió a mi le pasara a otra mujer,
no quería ser cómplice de nada ni de nadie, sostiene sin ningún temor.
Me decían que ya no era necesaria
esta reforma, que finalmente los pueblos indígenas estaban reconocidos
constitucionalmente y que no eran necesarias acciones afirmativas para los
grupos minoritarios, yo les explicaba que sí, pero que estábamos en desigualdad
y que mientras eso no se terminara n íbamos a avanzar.
Finalmente, las tres comisiones a
las que se había turnado –de Igualdad, de Puntos Constitucionales y de Asuntos
Indígenas- firmaron la iniciativa.
Incluso, apunta, la ONU adoptó la
iniciativa como un mecanismo de acción afirmativa para construir ciudadanía en
los países con población indígena y en septiembre 2014, 177 jefes de Estado
suscribieron la propuesta en el seno del organismo internacional.
“Ahí tuve oportunidad de decirle
al presidente Enrique Peña Nieto como estaban las cosas en México, él subió a
la tribuna de la ONU y dijo que haría lo propio en nuestro país”.
Y así fue, a los ocho días, en el
pleno de la Cámara de Diputados se llevó a cabo la primera lectura y finalmente
en octubre se aprobó y remitió al Senado que finalmente votó por unanimidad.
Desde algún lugar, la diputada Eufrosina Cruz Mendoza lloró de emoción, la
tarea estaba cumplida.
Un dato: Desde la LV Legislatura
ningún diputado federal por Oaxaca logró una reforma constitucional hasta la
declarada por el Senado en abril pasado.