viernes, 15 de agosto de 2014

El lado más oscuro del feminicidio



El lado más oscuro del feminicidio
* 60% de asesinatos a manos de desconocidos

Soledad JARQUÍN EDGAR
En los tres años y ocho meses de la administración gubernamental que encabeza Gabino Cué, un total de 306 mujeres han sido asesinadas y en lo que va de este 2014 suman 53 las que han perdido la vida, 60 por ciento de ellas a manos de desconocidos.
De acuerdo al recuento ciudadano realizado por la organización no gubernamental Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad de Oaxaca, la estadística señala que 32 de 53 crímenes contra mujeres registrados en lo que va del 2014, fueron cometidos por personas desconocidas, lo que implica una revisión profunda de lo que está pasando en la entidad ya que pueden estar vinculados al crimen organizado, señaló la consultora en políticas públicas de igualdad, Norma Reyes Terán.
Estamos ante un caso serio, porque muchas veces estos feminicidios están vinculados con lo que se denomina la esclavitud del siglo XXI, es decir, la trata de personas, el crimen organizado y la impunidad que conlleva, apuntó en entrevista.
Reyes Terán, ex directora del Instituto de la Mujer Oaxaqueña, añadió que tal pareciera que de estos hechos solo se percatan las feministas o las especialistas, ya que la tipificación del delito autónomo de feminicidio, está englobado como en la mayoría del país, en asesinatos de mujeres por personas con las que ellas pudieran tener o haber tenido una relación de pareja o una relación íntima.
Pero el hecho concreto de un mayor número de feminicidios a manos de personas no identificadas o desconocidas es un fenómeno nuevo que no se está atendiendo de manera adecuada, desde esa visión más amplia, más allá de la tipificación del delito, “le toca a las autoridades de Oaxaca decir con qué se están vinculados esos crímenes”.
Norma Reyes Terán expuso que por otra parte las estadísticas de Consorcio Oaxaca revelan que el Estado no cumple con la salvaguarda de la protección de las mujeres, por eso decimos que estamos rumbo al Estado fallido, porque no han sido capaz el gobierno de brindar seguridad a las mujeres por una serie de prejuicios y de revictimización de las propias mujeres.
La asesora en temas de igualdad expuso que el Estado mexicano, específicamente los gobiernos, como es el caso de Oaxaca, deben asumir su responsabilidad y tener voluntad política para armonizar los instrumentos internacionales, que desde el 2011, cuando se reformó el artículo Primero Constitucional ya no tienen escusa, los instrumentos y recomendaciones internacionales deben ser tomadas en cuenta.
Esta determinación constitucional, añadió, alcanza a todas las autoridades, las federales, estatales y municipales, por lo que es primordial y urgente incorporar a la legislación dichos instrumentos y actuar en consecuencia y eso falta por hacer en el gobierno de Oaxaca.
Advirtió que de nada sirve el delito de feminicidio de forma aislada si no se tipifican penalmente los diversos tipos, ámbitos y expresiones de la violencia y, por otro lado, no hay políticas públicas que desarticulen en tres niveles, por lo menos, la violencia de género:
Una, en el ámbito sociocultural a población abierta.
Dos en las instituciones que favorecen la violencia contra las mujeres, donde no están haciendo nada,  porque no está tipificada la violencia institucional, no sólo la obstétrica, no sólo en la Secretaría de Salud, sino en todas las dependencias.
Y tres desarticular la violencia de manera personal, a través de una diversidad de campañas específicas y también a través de las propias mujeres víctimas de violencia, además de los victimarios.
Se requiere, apunta con seriedad, a crear una política integral que el Estado mexicano no tiene, tanto que el tema del feminicidio no forma parte de los asuntos que debe atender el Consejo Nacional de Seguridad Pública, como un tema fundamental.
Aunado a ello, agrega Reyes Terán, el Estado tampoco tienen una política federalizada, es decir, “que haya un presupuesto para políticas de igualdad y combatir la violencia de género pero federalizada, no una pichicata como la que hasta ahora se distribuye a los institutos estales de la mujer en todo el país”.
En tanto eso no exista, de manera formal y articulada dentro del propio presupuesto federal, que es el que llega a los estados, y no se modifique la de coordinación fiscal, los gobernadores no le van a poner dinero a la violencia contra las mujeres y en específico al feminicidio que se sigue considerando como un asunto que tiene que ver con la relación de pareja pero que las estadísticas muestran que la mayoría de las veces no es así.
“Yo digo que es escaso lo que se ha hecho, nada sirve si no hay una armonización de las leyes en todos los niveles de gobierno, así como sanciones específicas a los violentadores, pero también a los servidores públicos, como los legisladores, que no son sancionados por no legislar, por no hacer posible la armonización de las leyes, porque entonces no sirve de nada una ley general sobre violencia feminicida y feminicidio.
Con datos del Informe Ciudadano, Realidad que indigna y duele, Violencia Feminicida y Feminicidio en Oaxaca, que analiza el primer trienio del gobierno de Gabino Cué es posible deducir que el actual gobierno es altamente inseguro para las mujeres y que los Valles Centrales, que abarca la mayor concentración poblacional de la entidad, es la región más peligrosa para las mujeres.