El lado más oscuro del feminicidio
* 60% de asesinatos a manos de desconocidos
Soledad JARQUÍN EDGAR
En los tres años y ocho meses de la administración
gubernamental que encabeza Gabino Cué, un total de 306 mujeres han sido
asesinadas y en lo que va de este 2014 suman 53 las que han perdido la vida, 60
por ciento de ellas a manos de desconocidos.
De acuerdo al recuento ciudadano realizado por la
organización no gubernamental Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la
Equidad de Oaxaca, la estadística señala que 32 de 53 crímenes contra mujeres registrados
en lo que va del 2014, fueron cometidos por personas desconocidas, lo que
implica una revisión profunda de lo que está pasando en la entidad ya que
pueden estar vinculados al crimen organizado, señaló la consultora en políticas
públicas de igualdad, Norma Reyes Terán.
Estamos ante un caso serio, porque muchas veces
estos feminicidios están vinculados con lo que se denomina la esclavitud del siglo
XXI, es decir, la trata de personas, el crimen organizado y la impunidad que
conlleva, apuntó en entrevista.
Reyes Terán, ex directora del Instituto de la Mujer
Oaxaqueña, añadió que tal pareciera que de estos hechos solo se percatan las
feministas o las especialistas, ya que la tipificación del delito autónomo de
feminicidio, está englobado como en la mayoría del país, en asesinatos de
mujeres por personas con las que ellas pudieran tener o haber tenido una
relación de pareja o una relación íntima.
Pero el hecho concreto de un mayor número de
feminicidios a manos de personas no identificadas o desconocidas es un fenómeno
nuevo que no se está atendiendo de manera adecuada, desde esa visión más
amplia, más allá de la tipificación del delito, “le toca a las autoridades de
Oaxaca decir con qué se están vinculados esos crímenes”.
Norma Reyes Terán expuso que por otra parte las
estadísticas de Consorcio Oaxaca revelan que el Estado no cumple con la
salvaguarda de la protección de las mujeres, por eso decimos que estamos rumbo
al Estado fallido, porque no han sido capaz el gobierno de brindar seguridad a
las mujeres por una serie de prejuicios y de revictimización de las propias
mujeres.
La asesora en temas de igualdad expuso que el
Estado mexicano, específicamente los gobiernos, como es el caso de Oaxaca,
deben asumir su responsabilidad y tener voluntad política para armonizar los
instrumentos internacionales, que desde el 2011, cuando se reformó el artículo
Primero Constitucional ya no tienen escusa, los instrumentos y recomendaciones
internacionales deben ser tomadas en cuenta.
Esta determinación constitucional, añadió, alcanza
a todas las autoridades, las federales, estatales y municipales, por lo que es
primordial y urgente incorporar a la legislación dichos instrumentos y actuar
en consecuencia y eso falta por hacer en el gobierno de Oaxaca.
Advirtió que de nada sirve el delito de feminicidio
de forma aislada si no se tipifican penalmente los diversos tipos, ámbitos y
expresiones de la violencia y, por otro lado, no hay políticas públicas que
desarticulen en tres niveles, por lo menos, la violencia de género:
Una, en el ámbito sociocultural a población abierta.
Dos en las instituciones que favorecen la violencia
contra las mujeres, donde no están haciendo nada, porque no está tipificada la violencia
institucional, no sólo la obstétrica, no sólo en la Secretaría de Salud, sino
en todas las dependencias.
Y tres desarticular la violencia de manera
personal, a través de una diversidad de campañas específicas y también a través
de las propias mujeres víctimas de violencia, además de los victimarios.
Se requiere, apunta con seriedad, a crear una
política integral que el Estado mexicano no tiene, tanto que el tema del
feminicidio no forma parte de los asuntos que debe atender el Consejo Nacional
de Seguridad Pública, como un tema fundamental.
Aunado a ello, agrega Reyes Terán, el Estado tampoco
tienen una política federalizada, es decir, “que haya un presupuesto para
políticas de igualdad y combatir la violencia de género pero federalizada, no
una pichicata como la que hasta ahora se distribuye a los institutos estales de
la mujer en todo el país”.
En tanto eso no exista, de manera formal y
articulada dentro del propio presupuesto federal, que es el que llega a los
estados, y no se modifique la de coordinación fiscal, los gobernadores no le
van a poner dinero a la violencia contra las mujeres y en específico al
feminicidio que se sigue considerando como un asunto que tiene que ver con la
relación de pareja pero que las estadísticas muestran que la mayoría de las
veces no es así.
“Yo digo que es escaso lo que se ha hecho, nada
sirve si no hay una armonización de las leyes en todos los niveles de gobierno,
así como sanciones específicas a los violentadores, pero también a los
servidores públicos, como los legisladores, que no son sancionados por no
legislar, por no hacer posible la armonización de las leyes, porque entonces no
sirve de nada una ley general sobre violencia feminicida y feminicidio.
Con datos del Informe Ciudadano, Realidad que
indigna y duele, Violencia Feminicida y Feminicidio en Oaxaca, que analiza el
primer trienio del gobierno de Gabino Cué es posible deducir que el actual gobierno
es altamente inseguro para las mujeres y que los Valles Centrales, que abarca
la mayor concentración poblacional de la entidad, es la región más peligrosa
para las mujeres.