miércoles, 17 de junio de 2015

Casi la mitad de las personas extranjeras en México son mujeres


Miriam RUIZ MENDOZA
SemMéxico.- Al igual que viajeras como Tina Modotti o Alma Reed en el siglo pasado, miles de extranjeras encuentran hoy a México como una tierra de oportunidades. Migran solas de todos los puntos cardinales para vivir por un tiempo o una vida.
Las residentes en México, provenientes de otros países y registradas con visa son 110,198 de acuerdo a la estadística 2015 del INEGI, es decir 49% de un total de 223,018 inmigrantes. Estos datos concuerdan con el Instituto Nacional de Migración.
Sin embargo, en los datos más recientes del Consejo Nacional de Población, con base en el censo del 2010, se estima que hay 967,679 residentes en México de las cuales 477,885 son mujeres, es decir, 49.3%. El censo nacional registra el país de nacimiento y no el estatus migratorio. “No son todas las que se cuentan, ni se cuentan todas las que son” es la paráfrasis un enunciado conocido entre especialistas en migración.
“Soy una persona loca ¿no?”, dice Eni, empresaria de Indonesia avecindada en México desde hace seis años y a quien siempre preguntan: “¿Qué haces aquí, por qué tan lejos?”. Y ella, dueña del restaurante Warung Makan en la colonia Roma de la ciudad de México dice: “Las gentes aquí son amables, me siento como en mi país”. La mujer nacida en Solo, una ciudad de Java en Indonesia, país donde solamente se tiene un nombre y la población es mayoritariamente musulmana, aunque muchas mujeres nunca han usado velo, como ella.
“Vine por mi cuenta. En Indonesia la gente no conoce tanto México pero me interesó venir para acá. Vi que hay muchas oportunidades de hacer algo porque no hay muchos paisanos, comerciantes que viven aquí.” Apenas 200 inmigrantes provenientes de un país con 249 millones de habitantes.
“Vi que hay algo que se puede hacer aquí. No hay muchos productos de Indonesia … es buena oportunidad para hacer algo. No soy una persona con mucho dinero pero puedo hacer cosa chiquitas,” dice en español, lengua que aprendió al llegar a vivir aquí.
Movilidad en América Latina
Curiosamente, el número de migrantes en el planeta es similar a la población de la populosa Indonesia. Son 214 millones, que van y vienen por el mundo, de acuerdo a los análisis más recientes de la ONU en el “Stock de migración internacional para 2010” y que ratifica que a la fecha la mitad de migrantes son mujeres (49%), aunque las que viajan a Europa representan 52.3% respecto a los varones con el mismo destino, de forma similar que hacia Oceanía, América Latina y el Caribe (50.1%).
En el destino inverso, las mujeres de Europa, América y Oceanía migran casi una por cada hombre, pero la proporción es menor entre la mujeres asiáticas (43.7 %) y de África (40.7%). El documento muestra también que la región latinoamericana mantiene sus tasas de inmigración desde hace 20 años en cerca de 10 millones en total de hombres y mujeres, hasta seis veces menos que hacia Europa para 2010. México es el país latinoamericano que recibe más inmigrantes.
De acuerdo a las proyecciones oficiales, la gran mayoría de las inmigrantes censadas que habían nacido en otro país estaban en sus treintas, con excepción de las europeas, mujeres de mayor edad, y americanas, que como se mencionó anteriormente son mayoritariamente niñas, situación que se explica por los flujos de nacionales hacia Estados Unidos y de regreso.
Las tasas de ocupación entre inmigrantes, de acuerdo al Instituto Nacional de Migración, muestran a tres mujeres por cada siete hombres, aunque en el sector de servicios, la proporción cambia a cuatro mujeres por seis hombre.
“En términos de los enfoques recientes, puede decirse que con los extranjeros, México tiene un aporte importante de capital humano. Aunque no es posible verificar la hipótesis sobre la creciente movilidad de trabajadores educados, entre los extranjeros que viven en México hay personas con altos niveles educativos” sostiene el estudio elaborado por INEGI “Los extranjeros en México”.
Una cineasta feminista en Guadalajara
Mien Ly es una comunicadora y cineasta feminista nacida en Malasia, con maestría en Inglaterra que vivió en Guadalajara durante 2014 dando clases de inglés. Nómada, como le gusta llamarse, vio la oportunidad de ser contratada por una empresa como maestra.
Para ella, lo mejor de vivir en México fue el trato cálido de las personas y una mayor apertura de la comunidad LGBT que en su país, así como involucrarse con el movimiento ecologista y hacer recorridos nocturnos en bicicleta.
Sus rasgos físicos, morena clara, ojos rasgados y labios carnosos, le ayudaron a pasar por mexicana la mayor parte del tiempo.
La directora de la cinta “Beg Siapa” (¿De quién es la bolsa?), próxima a filmarse sólo recuerda, tras mucha insistencia, dos cosas desagradables del país: la falta de protección laboral en el centro de lenguas donde trabajó y el acoso en las zonas de mayor influencia turística, como Chiapas y Yucatán, pero que aclara, no eran la constante en Guadalajara.
México, D.F.
En la capital del país y su zona metropolitana se registran 95 mil residentes de otros países, de acuerdo a datos censales 2010 publicados en el “Diagnóstico de Presencia e Inclusión de Comunidades y Grupos Huéspedes y sus Familias en la Ciudad de México para Apoyar el Sustento y Evaluación de Políticas Públicas” del Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración, A.C (Inedim).
Casi una cuarta parte de inmigrantes provienen de Estados Unidos, seguidos por España y Argentina (10% y 7% respectivamente). “Las comunidades de Colombia, Francia, Cuba, Perú, Chile y Alemania (representan el 5, 4, 4, 3, 3 y 2%, respectivamente). Por otro lado, las comunidades centroamericanas, representan una proporción cuantitativamente menor de las personas de distinto origen nacional, con 2.0% de salvadoreños, 1.7% guatemaltecos, 1.2% hondureños y 1.1% nicaragüenses.” Dos naciones asiáticas se cuentan entre las que tienen comunidades en México: China y Corea del Sur.
Stacey Ramirez, estadounidense de ascendencia española, vino por primera vez a México en 1992. Llegó de su nativa Texas, inusitadamente a estudiar flamenco con Fernando Valdez, alumno de Pilar Rioja, en Torreón, Coahuila.
“Fernando me dejó vivir en un cuartito en su patio, y ahí me quedé hasta el verano, cuando ya me quedaba casi sin un peso. Decidí viajar a la gran capital y ver que me esperaba ahí. Intentando ser traductora, pasé por Berlitz y por suerte me ofrecieron trabajo como directora de la oficina. Me dieron un FM2 y me quedé cinco años más en el DF.”
“Conocí a mucha gente y me quedé fascinada con la ciudad, su música, su comida, sus colores, su historia increíble, sus artistas, el hecho de que es una encrucijada de culturas. Hice muy buenas amigas y hasta ahora creo que ésta época fue una de las más importantes en mi vida. Lo más difícil de vivir en el DF al final fue la contaminación y la inseguridad que parecía ponerse cada vez más fuerte después de la devaluación del peso.”
Stacey siguió colaborando con organizaciones civiles en México, como en Semillas y nunca se fue realmente, pues se desempeñó como encargada de una iniciativa latinoamericana contra el cáncer de mama y actualmente como directora de la Global Pediatric Alliance, con programas en Chiapas.
Los malos tragos
Entre las tareas del Instituto para las Mujeres en la Migración está acompañar a las mujeres inmigrantes en procesos de violencia familiar. En entrevista, su directora Gretchen Kuhner, inmigrante ella misma, se refirió al temor que tienen las mujeres inmigrantes a ser deportadas cuando viven violencia de pareja, ya que su estatus legal es como dependientes, también, dijo, siguen casos de reunificación familiar principalmente con Guatemala.
“Nos parece increíble que en todo lo que rascamos encontramos situaciones de violencia cuando se trata de mujeres” y agregó que se desconoce que la ley permite a las personas que permanezcan por razones humanitarias o que si la mujer tiene una oferta de trabajo, la organización apoya para cambiar su estatus migratorio.
Políticas públicas en el DF
Mientras que las fronteras se cierran con programas como el Plan Centinela, casi nadie sabe a su llegada que la ciudad de México de acuerdo a la “Ley y Reglamento de Interculturalidad, Atención a Migrantes y Movilidad Humana en el Distrito federal, una ciudad intercultural” que se aprobó en 2014, consagra el derecho a la movilidad, y reglamenta los programas sociales que existen para estas poblaciones huéspedes tanto de los estados como de otros países.
Sodelba Alavés, quien encabeza la Dirección General de Equidad para los Pueblos y Comunidades de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades explicó que falta que se den a conocer los beneficios, los pequeños apoyos para mujeres de otras latitudes que vienen al Distrito Federal, a través de convocatorias para proyectos y publicaciones.
“Dependiendo del interés tenemos proyectos productivos, donde pueden participar cinco mujeres y se les ofrece un recurso económico que si bien no tienen que pagar tienen que comprobar cómo se gasta” y agrega que se otorga de acuerdo a sus habilidades. Asimismo, dan acompañamiento a cuestiones de salud, legales, y en la organización de eventos culturales que fortalezcan a las comunidades y muestren su aporte a esta ciudad.