Drina ERGUETA
SemMéxico.- Algunos testimonios
señalan que las mujeres y las criaturas eran separadas de los hombres, una vez
agrupadas las elegían de acuerdo a si consideraban que estaban en edad de procrear,
un abanico que abarcaba desde niñas de 13 o 14 años hasta mujeres de…
Con la presencia de personalidades,
autoridades y representantes de varias partes del mundo, se ha realizado en
Bosnia-Herzegovina un acto de conmemoración al cumplirse los 20 años de la
masacre de ocho mil 372 personas bosnias musulmanas en la población de
Srebrenica. Un genocidio en toda regla por razones étnico-religiosas que da pie
a hablar del otro tipo de genocidio que no siempre recibe actos de
resarcimiento social ni justicia: las violaciones a mujeres como arma de
guerra.
Es precisamente en la Guerra de los
Balcanes, entre 1991 y 1995, que se produjeron miles de violaciones masivas de
mujeres, que ha llevado, luego de un largo esfuerzo de organizaciones de las
víctimas y de juristas feministas, entre ellas Catharine A. MacKinnon, a que
tribunales internacionales reconozcan que estos actos también sean considerados
como genocidio.
“… a las mujeres elegidas se las
separaba del grupo, algunas se las apartaba de sus hijos bajo amenazas, y se
las llevaba a lugares que ellas mismas debían acondicionar, a veces eran
hoteles o casas con varias habitaciones…”
La investigadora social Susan
Grayzel señala que “en situaciones de guerra el cuerpo femenino se convierte en
un campo de batalla simbólico en el que diferencias culturales y geopolíticas
históricas son representadas, y donde nuevas formas de odio se implantan como
combustible de un deseo de venganza para el futuro”.
En la II Guerra Mundial, la
violación de mujeres también fue parte de la violencia contra las mujeres de
poblaciones consideradas inferiores por los nazis y japoneses, además de otros
actos atroces como esterilizaciones, feticidio y muerte. Se difundió bastante
información de las violaciones cometidas por los soldados rusos del Ejército
Rojo sobre las mujeres alemanas tras la caída de Hitler y hace poco la alemana
Miriam Gebhardt dio a conocer que también los aliados occidentales realizaron
estas violaciones masivas, al menos 860 mil, de las cuales 190 mil las habrían
cometido soldados estadounidenses.
“… las mujeres eran golpeadas y
violadas por los soldados constantemente, de día y de noche, durante semanas.
No todas sobrevivieron y uno de los objetivos era embarazarlas, cosa que
ocurrió en muchos casos…”
“La violación, la prostitución y el
embarazo forzado son también actos de genocidio, muchas veces ignorado”, dice
MacKinnon que representó a las mujeres bosnias y croatas supervivientes de los
horrores y violaciones sexuales de serbios, como forma de limpieza étnica.
La consideración de genocidio se
establece porque se trata de un acto, que si bien es personal, tiene un
carácter social, con efectos de terror y humillación para una población civil
considerada enemiga. La agresión busca dañar a las mujeres que la sufren y
principalmente a su comunidad. Se trata además de un acto de violencia
patriarcal, donde se ataca a lo que se considera propiedad del otro grupo de
hombres, el cuerpo de sus mujeres.
Es en 1998 cuando el Tribunal Penal
Internacional falla y, por primera vez en el derecho internacional,
conceptualiza al delito de violación, bajo determinadas condiciones, como
genocidio y ocurre con el caso de Ruanda a favor de las mujeres tutsis,
violadas y martirizadas en público, en una guerra tribal en la que los hutus
provocaron 800 mil muertes.
Por lo ocurrido en la Guerra de los
Balcanes, donde hubo más de 200 mil muertes y al menos más de 14 mil
violaciones hay varios juicios realizados y sanciones; sin embargo, se trata de
altos cargos con responsabilidades. La mayoría de los que llevaron a cabo las
violaciones están libres y, en algunos casos, en Bosnia, son vecinos de las
sobrevivientes.