Revolucionarias fueron todas
*Recupera la conciencia revolucionaria de las mujeres
y las hace visibles
Revolucionarias fueron todas (Editado por la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 2013) ha sido escrito por un número
cabalístico: 13 investigadoras, texto “que nos hace voltear al pasado desde un
presenten en el que se han desdibujado las utopías y se desvanecen a cada paso
algunos sueños que antes guiaban nuestras acciones”, señala en el Prólogo que
se titula Todas somos revolucionarias y ¡feministas!
En este libro, las historiadoras que participan
enfrentan el estatus de la historia regional y de la historia de las mujeres en
el que se reconoce la presencia de las mujeres en el periodo comprendido en la
última década del siglo XIX hasta los años setenta del siglo XX.
¿Cuántos de estos libros necesitamos escribir en
México? Tal vez el mismo número de entidades que tiene el país, porque si bien
es cierto que la historia se gesta en definitiva en la capital del país, nadie
puede ignorar la contribución que hicieron los hombres y en este caso las
mujeres en la transformación de la nación.
De ahí la importancia de este trabajo en el que
participan académicas poblanas que con esta obra ponen bajo la lupa una nueva
mirada del pasado en el que, queda claro, como dice el prólogo, “se reconoce la
presencia de las mujeres…”, ahí en esas páginas de la historia donde no había
nada.
Con sus aportaciones Evelyne Sánchez, Gloria A. Tirado
Villegas, Guadalupe Silva Cano González, María de Lourdes Herrera Feria, Jazmín
Saldaña Bustamante, Blanca Estela Santibáñez Tijerina, Lidia E. Gómez García,
María Teresita Hernández Pérez, Mariano Torres Bautista, María Elsa G.
Hernández y Martínez, María del Carmen Griselda Santibáñez, Viridiana Vera
García y la oaxaqueña Elva Rivera Gómez, indagan el pasado desde la visión del
feminismo.
Así, como señala la antropóloga Elsa Muñiz en el
prólogo de Revolucionarias fueron todas, “el feminismo en su calidad de
movimiento social y desde sus orígenes, ha demostrado que lo personal es político,
lo doméstico es social y que lo cotidiano también es trascendente. Desde esta
perspectiva, los trabajos de la antología favorecen un cambio en nuestra
concepción sobre otros procesos que van más allá de las guerras y las
revoluciones, cuya mirada masculina ha privilegiado la presencia de los hombres
y ha invisibilizado la participación de las mujeres en el desarrollo de las
empres, del sindicalismo y, sobre todo, en la construcción del capitalismo en
su papel de trabajadoras”.
El libro recupera dos aspectos fundamentales, dicho
desde las propias autoras: por un lado la conciencia revolucionaria de la
mujeres y las hace visibles, y por otro lado también se escribe sobre la lucha
colectiva que ha significado el feminismo.
Los análisis históricos son contundentes como es el
caso.
Es importante decir que aunque sus referentes son en
ocasiones las mujeres de la sociedad poblana, el contexto de los análisis es
nacional. Sin duda, cada lectura es una especie de paseo por una amplia avenida
del pasado, donde ellas estaban dispuestas a luchar por sus derechos, todos sus
derechos.
El libro describe a través de las 13 colaboraciones
esos caminos que fueron moviendo las densas aguas de la política mexicana
antes, durante y después de la revolución mexicana y que las investigadoras de
la BUAP muestran a través de documentos históricos como cartas que ellas
enviaron a la Asamblea Constituyente de 1856 y más tarde en la conformación de
los clubes feministas Josefa Ortiz de Domínguez que se conformaron en apoyo a
Madero. Temas que se plasman en los primeros capítulos: La incursión pionera de
mujeres en el espacio público. Su participación en la asamblea constitucional
de 1856 en México de Evelyne Sánchez, y Rebeldes revolucionarias. Las Mujeres
en la ciudad de Puebla, de Gloria A. Tirado Villegas.
Guadalupe Silva Cano González, escribe el capítulo
Canastas de obreras capitalinas y decreto laboral de 1914 en Puebla, en el que
muestra 14 canastas de consumo de igual número de familias, muestra en qué se
empleaban las mujeres y revela cómo en 1914 fue creado un departamento especial
para el estudio y protección del trabajo de la mujer.
La profesionalización de las mujeres poblanas en las
décadas posrevolucionarias, escrito por María de Lourdes Herrera Feria y Jazmín
Saldaña Bustamante. Ellas muestran la incorporación de las mujeres a la
educación en carreras “tradicionales”, ya que el modelo cultural era
androcéntrico y su educación se encaminaba a dotarlas de elementos para luchas
decorosamente en la vida y velar por el bienestar familiar, pero sin apartarlas
de su rol tradicional
En Mujeres emprendedoras: alternativas laborales de
Blanca Estela Santibáñez, es un análisis de las mujeres de Tlaxcala que se
incorporaron al trabajo en Puebla; Lidia E. Gómez García presenta el trabajo
Vida cotidiana en tiempo de Guerra. Las mujeres cholultecas durante la
Revolución Mexicana.
La mujer tlaxcalteca durante la revolución ¿Rebelión
en la granja? 1900-1920, es el título de la investigación que presentan María
Teresita Hernández Pérez y Mariano E. Torres Bautista. Las Olvidadas de María
Elsa G. Hernández y Martínez en referencia a las mujeres del campo “las
olvidadas del Porfiriato” que habían de sufrir desde su niñez.
Elva Rivera Gómez bajo el título La revolución
silenciosa de las mujeres. Primer congreso feminista en el México del siglo XX,
presenta un análisis de las discusiones que en 1916 dieron las mexicanas
reunidas en Mérida, Yucatán, discusión entre conservadoras, moderadas y
radicales.
Hacia una interpretación sociohistográfica de las
mujeres en Los de Abajo de Mariano AzuelA, es otra de las investigaciones que
presenta María del Carmen Griselda Santibáñez, mientras que la investigadora
Viridiana Vera García titula su trabajo de investigación “Paulina Maraver
Cortés. ¿Dónde estás corazón…?...A la patria como a la madre se le sirve y
honra con amor…Paulina Maraver 1925. (Soledad JARQUÍN EDGAR)