Los años del
silencio
Hablar de VIH-SIDA,
prioridad para la prevención
- El repunte entre jóvenes, un descuido
- La reducción del presupuesto para la prevención, ignorancia
Soledad JARQUÍN EDGAR
Los años del silencio de los dos sexenios panistas a temas
como el VIH-SIDA tienen hoy una consecuencia. Hay una percepción social
equivocada. El silencio hizo su propio camino y pensamos erróneamente, equivocadamente,
que estábamos salvados, que del VIH-SIDA resultaba obsoleto hablar, el problema
de salud estaba resuelto.
Creímos que la tormenta en mar abierto provocada por la
pandemia que se hizo pública en los ochenta había terminado, que ya todos y
todas estaban sensibilizados y que en cada acto sexual o en cada acto de amor
había protección, aún dentro de los matrimonios y a pesar de la creencia de la
fidelidad, todos, pensamos, estábamos protegidos, que todos y todas sabían que
en la prevención, y que el uso del condón, les iba la seguridad de su vida.
Durante los dos sexenios del panismo algo sucedió. La
televisión y la radio dejaron paulatinamente de transmitir los spots
publicitarios que advertían sobre esta enfermedad que se volvió pandemia y que
recomendaban la prevención como mecanismo de protección. Vino el silencio.
Vertiginosamente, en silencio, hubo cambios importantes. Se
encontraron medicamentos retrovirales que hoy no curan pero sí controlan la
enfermedad y reducen sustancialmente el riesgo de muerte prematura. Las mujeres
embrazadas con VIH pueden prevenir la
transmisión a sus hijos e hijas al momento del parto y con ello dar vida en un
mismo acto. Existen las pruebas rápidas, se institucionalizaron los servicios
de atención a pacientes con VIH-SIDA, que promovieron por algo así como una
década la sociedad organizada, sustancialmente de hombres que tienen sexo con
hombres.
Una lástima que en Oaxaca, la LII Legislatura local, en su
novatada y también en su ignorancia, redujeran en más de un millón de pesos el
presupuesto para las actividades de prevención del COESIDA.
Lo que no cambia es la discriminación. Hoy todavía las
personas con VIH-SIDA sufren la exclusión y el abandono. Se les despide del trabajo; la mujeres –más
que a los hombres- sufren de la ausencia de la familia y son culpabilizadas de
algo que se ha demostrado son víctimas; el personal médico de algunas
instituciones los trata mal y a veces las familias no quieren correr ningún
riesgo con ellos o ellas.
Las estadísticas revelan, sin embargo, que el VIH-SIDA no se
ha ido, resultado del silencio y la errónea creencia de que habíamos salido de
la zona de peligro. Nada más lejos de la realidad. Hoy las personas jóvenes,
una mayoría de varones, siguen contrayendo la enfermedad y el estigma sigue.
7440 casos de VIH-SIDA
acumulados
lapso 1998-2013
5845 casos de SIDA
1595 VIH Positivos
5,869 casos acumulados
Lapso: 1998-2014
54% han fallecido
2645 personas con SIDA
96% personas mayores de 15 años
3.5% menores de edad
49.2% son heterosexuales
78.3% son hombres
21,7% son mujeres
78.3% tienen entre 15 y 44 años de edad
Población con más casos, repunte de los últimos tres años
2013, presenta un
registro preliminar de 255 casos nuevos de SIDA
Cada mes se tienen
35 nuevos casos
Se considera el
aumento de VIH y SIDA en jóvenes por no usar el condón
El grupo de riesgo
más alto es el heterosexual, tanto en hombres como en mujeres
Por ocupación se
reportan más de 900 casos de amas de casa
Ellas ocupan la
segunda posición con más casos detectados
En contraste hay 15
trabajadoras sexuales
En los hombres son
los trabajadores agropecuarios los que más casos reportan
La escuela, los
medios de comunicación y las familias deben contribuir a la sensibilización de
las y los jóvenes…sin educación nada está resuelto aún.
Fuente de
información COESIDA