- Sin cuotas, sin igualdad de acceso, sin principio de paridad y sin alternancia de género
Soledad JARQUIN EDGAR
En la recién aprobada Reforma Constitucional, la LXI Legislatura del Congreso de Oaxaca y el titular del Ejecutivo (Gabino Cué) perdieron –en detrimento de la ciudadanía y en especial de las mujeres- una gran oportunidad de promover modificaciones al marco jurídico vigente para reconocer en la Constitución de Oaxaca las cuotas electorales para mujeres, la igualdad en el acceso a cargos públicos, el principio de paridad y lo que se ha denominado la alternancia de género en la función pública.
Así lo define, a petición de Las Caracolas, el coordinador del área de comunicación de Servicios para una Educación Alternativa, A.C. (EDUCA), Miguel Ángel Vásquez de la Rosa, quien plantea que lo sucedido en días pasados dejó al margen las propuestas ciudadanas.
Destaca que EDUCA presentó el 11 de febrero pasado un documento denominado 20 Compromisos para la Reforma Política, que en su apartado 19 (se) señalaba: “promover modificaciones a la Constitución y al Código Electoral para hacer efectivo el porcentaje de cuotas de género en los cargos de elección popular. Además de establecer criterios para evitar que se obligue a renunciar a las mujeres a sus cargos en beneficio de los hombres. Legislar a fin de que los partidos garanticen el ejercicio pleno de los derechos políticos de las mujeres”.
Sin embargo, el 6 de abril pasado, al aprobarse la Reforma Constitucional, que modificó 30 Artículos, no consideró la propuesta de EDUCA. El documento 20 Compromisos para la Reforma Política y, en específico el numeral 19 cayeron en el viejo letargo y la costumbre de no escuchar a las mujeres, pues estas propuestas habían sido parte sustancial de las demandas de las mujeres durante varios años atrás.
Pero no sólo esto, añade Vásquez de la Rosa, quien cita que incluso se desprende del dictamen aprobado que el diputado del Partido del Trabajo, Flavio Sosa Villavicencio, también presentó el 23 de marzo, una iniciativa de Reforma Constitucional relativa a “la paridad entre hombres y mujeres, para garantizar que las mujeres puedan ser electas para representar a la ciudadanía”.
En suma, confirma que “la gran sorpresa es que en la Reforma Constitucional, que se ha presentado como el gran logró y el máximo acuerdo político del actual gobierno”, se encuentra ausente la perspectiva de género.
En su reflexión sobre este tema -puesto en la mesa de los muchos medios como un “acto histórico”, como parte del eco que se hace a las palabras del titular del Ejecutivo como de integrantes del Legislativo-, la legislatura oaxaqueña pasó por alto los convenios internacionales, como la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que marca claramente la exigencia de consagrar en las constituciones y leyes de los “países parte” el principio de igualdad entre hombres y mujeres, así como asegurar por medio de la ley la aplicación práctica de este principio.
Ni vuelta de hoja, en sus palabras Miguel Ángel Vásquez de la Rosa, dice lo que las mujeres callaron:
“Resulta contradictorio que en el Plan Estatal de Desarrollo se establezca como política transversal la equidad de género, pero esta no se encuentre reflejada en el nuevo marco jurídico oaxaqueño que, a decir del propio gobierno, no sufría modificaciones sustanciales desde hace más de 80 años”.
Siglo XXI, el siglo de las mujeres, se ha dicho, pero esas expresiones que buscan como señala el integrante de EDUCA, la inclusión de ellas en la vida política en igualdad de condiciones de los hombres, nos regresa a esos 80 años atrás y quizá a todos los tiempos, al principio de la discriminación, la exclusión y la desigualdad. Justo donde todo empezó.