Soledad
JARQUÍN EDGAR
Esta
semana en que tenemos que hacer un recuento de los hechos y de los daños de 2015
decidí empezar por dos quebrantos ocurridos en la víspera de Noche Buena: uno
la validación que el ieepco (con minúsculas) hizo de las elecciones en
municipios por Sistemas Normativos de Partidos y, por otro lado, la
“emblemática” 62 legislatura (igual con minúsculas) aprobó el Síndrome de
Alienación Parental como delito de violencia familia, una propuesta hecha por
un psicólogo acusado de pedofilia en Estados Unidos. Estos son dos
ejemplos claros y concretos de cómo este año –como otros muchos- de nueva
cuenta fue de saldo negativo para las mujeres.
En
el primer caso, donde el “instituto estatal electoral y de participación
ciudadana de Oaxaca validó las elecciones en aquellos municipios donde “las
mujeres asistieron a la asamblea con voz y voto, pero manifestaron su deseo de
no querer ocupar un cargo dentro del ayuntamiento”, nos revela un abc:
a)
el fracaso de la política de igualdad del actual gobierno y que dice que
impulsa a través del IMO; b) es resultado de la posición misógina y machista
que asumieron las diputadas y diputados de la 62 legislatura a quienes no les
importó legalizar el hecho de que en Oaxaca las ciudadanas tengan dos
categorías. Las de primera, como ya dijimos, es para aquellas que votan por el
sistema de partidos políticos en 153 municipios y las de segunda categoría para
las que viven en 417 municipios restantes (“las menos” como dijo la propia
titular del IMO, Anabel López y cuya declaración consta en un boletín de
prensa) cuando se negó la paridad en ambos sistemas electorales, y c) también
es resultado de la manipulación, el engaño, la simulación y las omisiones de
quienes están al frente del “ieepco” que han hecho su trabajo para no tener
conflictos con el patriarcado e invitan a los señores del poder a hacer como
que hacen aunque no hagan.
Según
el ieepco en 22 municipios donde se ratificó a las autoridades municipales –en
la víspera de Noche Buena- “Se les invitó a las mujeres a ser postuladas a un
cargo de elección popular, sin embargo suscribieron un documento en el cual las
mujeres expresaban su deseo de no participar en esta ocasión para ser parte del
Cabildo, manifestando el compromiso de la Asamblea de integrar a las mujeres en
las elecciones del próximo año”. ¿Cómo la ven?
Y esto me lleva a una
declaración que previamente nos había hecho Ana María Emeterio Martínez, del
Centro de Atención Integral Mujer Ayuuk, sobre lo que está sucediendo en las
comunidades que se rigen por los hoy llamados sistemas normativos internos (http://goo.gl/WN6hzG),
y que advertía lo que efectivamente se consumó antes del 1 de enero con el
cambio de autoridades.
Explicaba que
efectivamente para algunas mujeres tomar el cargo representa una doble carga de
trabajo, porque a diferencia de una elección por partidos políticos, el
ejercicio de estar en un cargo en su ayuntamiento no les representa ningún
ingreso y, como es el uso y la costumbre,
los hombres no cooperan con las tareas domésticas y de cuidado que
históricamente se han asignado a las mujeres (aunque esto también pasa en los
otros municipios).
Emeterio Martínez
señalaba también que efectivamente el ieepco había iniciado una serie de
visitas a los municipios explicando que era necesario integrarlas para cumplir
con la disposición constitucional y que “bastaría con colocarlas en regidurías
de menor importancia”, algunas de ellas que significan una extensión de sus
mandatas de género. Así ellos no perderían el poder formal. De igual forma para
muchos varones “las mujeres no tienen experiencia para gobernar”.
Pero el meollo del
asunto, explicaba la coordinadora del Centro de Atención Integral Mujer Ayuuk,
es (que)… “Otros piensan que podrán resolver la no inclusión argumentando que
ellas no quieren participar, sin embargo, eso no debiera ser posible ni podría
ser aceptado por el IEEPCO, pero para que eso suceda las propias mujeres
deberán pedir la anulación de las asambleas y reclamar su espacio, lo que no
siempre sucede”.
Es aquí el mayor de los
peligros. La violencia política de la que tanto se habla y que las mujeres de
Oaxaca han vivido en carne propia. Algunas de ellas como Evitelia Pacheco
Ramírez que vive desterrada de su comunidad la agencia Emiliano Zapata, San
Juan Cotzocón, Mixe, desde 2011, cuando al patriarcado no le pareció que fuera
tesorera, fue golpeada y casi linchada, solo por ser mujer. Casos que nunca se
resuelven, casos que le cambian la vida a las mujeres.
Frente a esas
evidencias y los hechos, la resolución del ieepco no es más que una validación
al patriarcado, la vigente hegemonía de los hombres sobre el poder real, el del
gobierno y el económico, las dos batallas más difíciles de vencer hacia una
sociedad más igualitaria. Algo de lo que el ieepco ni en general el gobierno de
Oaxaca se han enterado.
Eso sí, en el PRD hay
mucha inquietud ante las pretensiones claras de Anabel López que aspira a una
diputación local pasando –como dicen las perredistas- por encima de la
militancia, incluso recientemente organizó un desayuno con el dirigente
nacional, Agustín Basave, al que asistieron algunas de sus amigas cercanas que
militan en organizaciones no gubernamentales y académicas. Eso sí, nos dice la
fuente, eran como cinco, seis.
Es decir, Anabel López
está ocupada en la política partidaria, viendo por su futuro. ¿Válido? Sí,
sobre todo cuando se ha cumplido con la encomienda, de lo contrario como sucede
en este caso explica el descuido de los muchos otros que han sufrido las
oaxaqueñas, sin contar que fue ella una de las impulsora de la paridad solo en
153 municipios y no en los 570, obedeciendo a las instrucciones del Secretario
de Asuntos Indígenas, Adelfo Regino Montes. La obediencia patriarcal que a las
mujeres resulta tan difícil de romper. Eso sin contar el silencio vacacional
que tiene ahora cuando otra vez, sus aliados y aliadas principales, la 62
legislatura que aprobó el SAP como delito familiar.
Sí porque a pesar del
veto impuesto por el gobernador Gabino Cué a esa ley, el pasado 24 de
diciembre, es decir, cuando todo el mundo anda “de bajada”, los y las diputadas
dijeron va por que va. El SAP no tiene ninguna evidencia científica que lo
sustente, pese a todo y respondiendo a otros intereses, y no al interés colectivo,
de nueva cuenta la diputada del PRD, Juanita Arcelia Cruz y Gerardo Henestrosa,
del PAN, han sido los impulsores de la ley pedófila. Qué pena, otra vez,
exceptuando a Zoila Juan José, las y los
diputados de Oaxaca le fallaron a su pueblo, a la niñez y a las mujeres.
El PRI ¿tendrá candidata?
En el balance no se
puede dejar pasar que sigue la disputa al interior de los partidos políticos
por las candidaturas y que en ese mismos sentido llegaremos al 2016. Una lucha
donde todo parece ser cuestión de señores, y sí. Pero Mariana Benítez Tiburcio
dice que no quita el dedo del renglón que la seguirá buscando hasta el último
momento. También hay quienes pronostican que en tanto perdure la confrontación
Murat-Ulises, Mariana Benítez ganará
terreno dentro de las filas del PRI.
Esto podría ofrecernos
la posibilidad de una disputa realmente en democracia, porque en tanto las
mujeres no voten o “no quieran ocupar cargos”, como dice el ieepo que pasó en
22 comunidades, y no haya en los partidos políticos más importantes -por sus
simpatizantes- una mujer como candidata al gobierno de Oaxaca, las elecciones
del 2016 no serán democráticas, serán parte de la simulación que orquesta el
patriarcado y fomentan las instituciones omisas.
Reitero, lo que falta
en los gobiernos estatales es la visión de las mujeres desde la perspectiva de
la condición social de las propias mujeres. La construcción social ha hecho que
mujeres y hombres tengamos ideas distintas, tanto que la desigualdad pareciera
perpetuarse, pareciera irreversible, imposible de cambiar. Lo que no ha habido
en Oaxaca son mujeres en el poder real. Veremos si Mariana Benitez es la opción
para el PRI. Pensando en esos obstáculos legales que los enemigos políticos de
Murat dicen que tiene y la idea que no cuaja de llevar, por segunda ocasión, a
un candidato perdedor en la figura de Eviel Pérez Magaña. En los hechos tenemos
ejemplos claros de lo que sucede con un candidato que pierde: el que pierde una
vez, pierde dos y tres veces, ahí esta el caso concreto de AMLO.
@jarquinedgar