Soledad JARQUÍN
EDGAR
La cuenta regresiva
va en camino. A Gabino Cué le restan once meses para culminar su gestión de
gobierno, donde los resultados no fueron los esperados y de ello dio visos muy
pronto. La gente más afectada fueron sus aliados y aliadas de corazón, hoy
viven la desilusión. Los aliados de interés hicieron mutis y otros y otras algo
de teatro para exigir a Cué que cumpliera sus promesas, luego todo volvió a la
calma. El magisterio oaxaqueño aprendió con Cué que la confianza acaba con la
“educación”, que la letra con sangre entra y que la justicia social tiene
matices.
Había quienes nos
acusaron de “acelerar las contradicciones”, que debíamos tener paciencia, pero
no había equivocación alguna. Las frías cifras demostraban que algo no estaba
funcionando (y no funcionó) en la maquinaria gubernamental y hoy, de acuerdo
con la voz del pueblo, lo que sobran son razones, atrás quedaron las
especulaciones:
Enriquecimiento de
la camarilla (el caso más cuestionado el ex Secretario de Salud, Germán Tenorio
Vasconcelos y amigos cercanos, y los inexplicables lujos del Secretario de
Turismo y Desarrollo Económico, José Zorrilla de San Martín Diego; la
injerencia real y torpe del Secretario de Asuntos Indígenas, Adelfo Regino, en
las libertades que construyen igualdad, además de un inocuo andar entre los
pueblos indígenas y afromexicanos.
Camarillas
de amigos que como en el caso del ex gobernador Ulises Ruiz, se llenaron las
bolsas de dinero público, se lo robaron, pues; no se cumplieron las metas (los
sueños) y obras públicas se quedaron en obras negras. Tanto que hay un sector
de la ciudadanía que está proponiendo que la supercarretera a la costa, el
hospital de la mujer y la construcción de los polideportivos sean inscritos en
los records de Guinness por su interminable construcción, barriles sin fondo.
Con
Cué los empresarios, bueno algunos, aprendieron que al meterse a la política
ganan tres cosas, las dos primeras -mucho dinero y buenos negocios- hacen que
se les olvide la última, el desprestigio que obtienen.
Los
temas para abundar son muchos. Por principio diremos que la mitad de la
población está al margen del bienestar y el
que tanto pregona Gabino Cué a lo largo de su gestión. El saldo no solo
es desfavorable o negativo, como señalé la semana pasada, es ni duda tengo de
ello, un saldo rojo: Al cierre del año, sumaron 461 mujeres asesinadas en lo
que va de su gobierno, son nulos los resultados para las familias de las
víctimas en materia de justicia.
A
lo largo de estos años hemos dado seguimiento a algunos de estos lamentables
casos, cuyos resultados son tan pobres que deberían dar vergüenza a los
“administradores” de la justicia, cuyo costo en Oaxaca es alto para las
víctimas.
Un
caso concreto fue la denuncia de incesto por parte de una joven. Mientras
pasaban los meses y la Fiscalía “investigaba”, la víctima fue recluida en el
CAVVI, donde sufrió lo que pasan todas las mujeres en el albergue municipal
acoso y violencia por parte de las titulares (consecuencia también de acuerdos
políticos mal tomados, en este caso por el gobierno de la ciudad).
Al
final el padre de la víctima de nombre Salomón V. fue detenido, pero en igual
tiempo fue puesto en libertad porque la víctima no se presentó a declarar…Ella
afirma que nunca tuvo conocimiento de los citatorios. No sabe a qué lugar los
mandaron. Y tiene razón. Después de pasar tres meses encerrada debe buscar en
dónde vivir y trabajar, porque la vida sigue y su vida debe seguir lejos de su
familia que la hostiga por denunciar al “jefe de la familia”.
¿O
debía quedarse ahí por el fin de los tiempos para que la encontraran los
burócratas de la justicia o su familia para tomar venganza? ¿Qué explicaciones
nos pueden dar en el Tribunal Superior de Justicia? ¿Perdón alguien despacha en
tan insigne lugar? ¿Quién es el señor Alfredo Lagunas Rivera? ¿En qué isla pasa
sus vacaciones para no enterarse de la corrupción o quizá por ser parte de
ella?
Los
días avanzan y el resultado es rojo, rojo sangre, en contraste nunca hubo un
programa integral contra la violencia machista hacia las mujeres, es más, no
existe un programa como tal, a pesar de los resultados estadísticos que ofrecía
tanto el conteo ciudadano como las estadísticas de la ahora Fiscalía de
Justicia del Estado de Oaxaca y que hasta hace muy poco se podían consultar
porque ya los quitaron del sitio web del gobierno del Estado.
Saldo
negativo -que no blanco- como afirma el propio gobierno del Estado de Oaxaca en
sus boletines de prensa del pasado 1 de enero, cuando se refiere al resultado
de la renovación de ayuntamientos en la entidad. Y es que aunque no hubo actos
de violencia, lo que hay en los gobiernos de 61 municipios que se renovaron
este 1 de enero, es la ausencia total de mujeres en la primera concejalía,
ninguna presidencia municipal. Pero eso no importa, la costumbre y la ley
machista señala que las mujeres no deben gobernar, por eso “el saldo blanco”,
les pasa de noche la idea de que algo está mal.
En
otros tres ayuntamientos las elecciones no fueron validadas y solo salvo en el
caso de Santo Domingo Xagacía, se cancelaron porque ahí no se permitió a las
mujeres tomar parte en la asamblea comunitaria, como explica el Director de
Sistemas Normativos Internos, Daniel Pérez Montes. En otros se presentó un escrito
donde las mujeres dijeron que no quieren participar ¿Sí?
De
los 61 municipios no hay, repito, una sola presidenta y en 23 ayuntamientos
habrá un total de 31 regidoras: 10 de ellas son regidoras de salud, siete de
equidad y género, una de panteones, tres de educación, una de enlace, una de
ecología, una de desarrollo rural, dos de obras, una de hacienda, una de acción
social, una regidora segunda y dos regidoras terceras.
¿Eso
a qué les suena? ¿Ese es un avance?
Este, reitero, es el resultado de la falta de interés de quienes hacen
las leyes, de quienes están al frente de las instituciones y de buena parte de
la sociedad que sigue pensando y creyendo que eso de gobernar es cosa de
hombres y que la igualdad es solo un asunto trasnochado de feministas, a las
que además llaman “radicales”.
@jarquinedgar