Soledad
JARQUIÍN EDGAR
El próximo
año tendremos elecciones, serán el domingo 5 de junio. Elegiremos al titular
del Poder Ejecutivo, 42 integrantes de la legislatura local y 153 presidentes o
presidentas municipales por sistema de partidos políticos.
Sí, Oaxaca es
diferente y al mismo tiempo es una entidad con desigualdades claras, no solo en
lo social y económico, también en lo político. No basta para las mujeres la
historia repetida a lo largo de todos los tiempos donde algo las hacía
desiguales por ser mujeres.
No parece
importar mucho a los tomadores de decisiones, lo que incluye a unas cuantas
mujeres, que en política la presencia de ellas sea apenas cuantificable, apenas
se note, apenas se sienta.
Cuando
sostienen que la Carta Magna establece varios elementos esenciales, entre ellos,
que “la soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo”, la
pregunta es y ¿quién es el pueblo? ¿Los hombres y las mujeres o solo los
hombres y unas cuantas mujeres? Lo cierto es que en México hay una enorme
cantidad de municipios donde las mujeres no participan en la elección de sus
autoridades, donde el voto de las mujeres está sujeto a las determinaciones de
las asambleas comunitarias.
Y aunque hay
avances significativos en la participación política de las mujeres en el ámbito
nacional, gracias a la lucha de las mujeres, es real, que en al menos un
centenar de los municipios oaxaqueños, las mujeres no votan. Así de simple y
así de sencillo. Gloria Zafra, académica oaxaqueña, y quien hasta este mes de
octubre pasado se desempeñó como Directora de los Sistemas Normativos Internos
en el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca
(IEEPCO) informó que en el periodo constitucional 2011 - 2013, fueron en total
111 los municipios donde las mujeres no votaron. Van a las asambleas, cuando se
les permite y miran, solo miran.
En esos
municipios cuya lista valdría la pena nombrar, pero el espacio no lo permite,
las mujeres no tienen Carta Magna y ellas no son el pueblo. Así de simple esta
conclusión que podrá parecer apresurada, pero que con datos concretos desecha
toda posibilidad de igualdad entre mujeres y hombres, al menos en el aspecto
político.
Pero si en algunas comunidades, la costumbre prevalece sobre los derechos humanos de las mujeres, porque los derechos políticos son derechos humanos, resulta indecible la actitud de funcionarios y legisladores, mujeres y hombres, que con sus leyes legitiman la desigualdad y dan “poder” a una costumbre discriminatoria y machista. Como ya sabemos que pasó el 29 de junio cuando aprobaron en su ley electoral una paridad que no es paridad, porque es selectiva, una ley así no es ley, porque viola todo principio de igualdad. pero solo en los municipios que se rigen por sistemas políticos, que en Oaxaca son los menos, apenas 153 de un total de 570.
Estamos
frente a una ruta trazada por mecanismos convulsos de desigualdad. El Consejero
Presidente del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de
Oaxaca (IEEPCO), Gustavo Meixueiro Nájera, dijo en un foro recientemente que “pese a que en
el 2014 Oaxaca era el tercer estado con mayor porcentaje de legisladoras,
respecto al porcentaje de Presidentas Municipales se encontraba en el otro
extremo, pues sólo tres por ciento de los cabildos del estado eran encabezados
por mujeres, debajo del promedio nacional que en ese año era del siete por
ciento”.
Lo otro que señaló, sin precisar la fecha y teniendo
como fuente al Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), es que el
porcentaje de regidoras en Oaxaca es de 9.7 por ciento (102 regidoras
propietarias) y que esta entidad ocupa
el último lugar de esa estadística que contrasta de manera exponencial con lo
que sucede en Chihuahua, que encabeza la lista, con un porcentaje del 51.8 por
ciento a favor de las mujeres.
En casi 10 años, entre 2005-2014, el porcentaje de presidentas
municipales en Oaxaca ha variado entre el uno y el tres por ciento. Ahora mismo
hay 15 presidentas municipales, dice el IEEPCO, (20 señala el diagnóstico
situacional que se dio a conocer esta semana en el Primer Encuentro Nacional con
Organizaciones de la Sociedad Civil por los Derechos de las Mujeres y las Niñas
en México, por parte de las consejeras consultivas del INMUJERES), nueve de
partidos políticos y seis por el régimen de sistemas normativos internos.
Es curioso, pero el discurso es distinto a la
realidad. Resulta que con toda vehemencia Meixueiro Nájera afrimó que “la reforma
político electoral aprobada en 2014 traerá una transformación en la
representación de las mujeres en los puestos de elección popular del nivel de
gobierno que es más cercano a los ciudadanos, el cabildo municipal”.
¿Perdón? ¿Cómo? ¿Se refiere a los 153 municipios? ¿Nos
seguimos haciendo de la vista gorda con los otros 417? O como leí una
declaración de una funcionaria medio perdida en la labor que debe desarrollar
quien ufana revelevaba que en los otros municipios, los de sistemas normativos
internos, vivía menos del 40 por ciento de la población. ¿Será por eso que deja
de ser importante? Es más no le importa, aunque diga lo contrario frente al
club de amigas.
Sin duda como le dijeron las feministas, que desde sus
asientos contradecían los dichos cuasi académicos de Meixueiro, mientas él, muy
ufano, envalentonado, diría yo, sostenía con voz grave que haría respetar la
ley. Sí, claro. ¿Cuál ley? La que incluye a los 570 municipios, es decir, la
Constitución Política Mexicana o la que aprobaron las legisladoras y
legisladores de la LXII Legislatura, solo y en exclusiva la paridad en 153
municipios.
Por eso, como señalé la semana pasada, las mujeres se
pitorrearon del consejero desde sus asientos, que no se inmuto, siguió su
“brillante” exposición, lo cual no es extraño, es reflejo de quienes gobiernan,
por algo dicen que vivimos una cinistocracia, de quienes toman decisiones, de
quienes sostienen con hechos que las mujeres y los hombres no son iguales, que
el privilegio de mandar es masculino.
Insisto el discurso y la realidad son distintos.
Aunque el consejero presidente sostenga que “está comprometido con revertir
esta situación y ha tomado acciones con este objetivo”, las mujeres oaxaqueñas
que ha solicitado la atención de ese organismo como resultado de la violación a
sus drechos se han ido con un palmo en la nariz. Un ejemplo es el más
emblemático de los casos, por la difusión que tuvo, es el de San Bartolo
Coyotepec, cuna de artesanas y artesanos del barro negro. Con esa negativa para
las mujeres por parte del IEEPCO, tuvieron que irse a los tribunales el local,
la sala Xalapa y finalmente fue la máxima autoridad del Tribunal Federal
Electoral la que declaró nula la elección y ordenó una nueva elección
extraordinaria, el IEEPCO apechugó y llevó a cabo la elección.
San Bartolo Coyotepec no es el único caso. El IEEPCO
con su timorata actuación ha provocado toda una vuelta de 360 grados para al
final tener llegar al mismo lugar donde empezaron a solicitar auxilio,
consecuencia de sus decisiones tibias frente a la consideración que se tiene a
la sagrada institución patriarcal de los usos y costumbres, que de forma
sistemática en al menos 111 municipios, como ya vimos viola los derechos de las
humanas.
Meixueiro Nájera admite la complejidad del reto, en el discurso.
No es para menos, hay que seguir pagando los platos
rotos en honor a la costumbre. Tenemos que entender desde ahora lo que mañana
podrá pasar y debemos señalar a quienes resulten responsables: los y las
diputadas de la LXII Legislatura que aprobaron una ley que clasifica a las
mujeres en dos grupos: por un lado están las de primera que viven en 153
municipios y las de segunda donde, otra vez, como vuelta entendida como
regreso, las que viven en los otros 417 ayuntamientos y donde la paridad es
cosa de buena voluntad y si alguien sabe lo que significa buena voluntad en el
patriarcado, esas son las mujeres.
Sin duda, el proceso electoral 2015-2016 y los
comicios del 5 de junio de 2016 resultaran bastante reveladores. Habrá, eso se
espera, más presidentas municipales y más regidoras, no en igual cantidad que
los hombres pero quiza, por primera vez en la historia tengamos más del tres
por ciento de autoridades municipales encabezadas por mujeres, pero ojo, eso
sólo en 153 municipios, en los otros seguiremos observando a esa ciudadanía de
segunda que representan el nada despreciable porcentaje del 40 por ciento.
Mujeres que como es ya hábito político serán el botín
de oro para quienes aspiren a la gubernatura de Oaxaca. Ya lo veremos porque la
nuestra es una historia repetida y me lleva irremediablemente a unos versos de
León Felipe, poeta español, en Romero solo: La mano ociosa es quien tiene
más fino el tacto en los dedos,/decía el príncipe Hamlet, viendo/ cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo/un sepulturero.
@jarquinedgar
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