*La presencia de mujeres permanente a lo largo de
generaciones
Soledad Jarquín Edgar, corresponsal
SemMéxico, Oaxaca, septiembre 2015.- En apariencia la
presencia de las mujeres en la cadena productiva de mezcal era hasta hace poco
tiempo un trabajo ajeno, sin embargo la realidad es otra, porque desde hace
muchos años han sido parte de esta industria.
Gerentas, maestras mezcaleras y en ventas son tres de
los cuatro puntos de la cadena donde las mujeres han estado desde al menos
cinco generaciones, pero fueron las maestras mezcaleras las que recién
rompieron el mito que les impedía entrar al palenque, pues se argumentaba que su
presencia interrumpía el proceso de elaboración, más aún si estaban menstruando
o embarazadas.
Graciela Ángeles Carreño, gerenta y representante
legal de Mezcal de los Ángeles, que se produce en la población de Santa
Catarina Minas, en el Distrito de Ocotlán, afirma que son pocas las mujeres que
ocupan cargos de decisión en las empresas mezcaleras, la gran mayoría están en
las ventas y otro porcentaje aún menor son maestras mezcaleras.
Las mezcaleras han estado en la producción desde hace
varias generaciones, como sucedió con su tatarabuela, bisabuela, abuela quienes
a lomo de bestia iban de pueblo en pueblo vendiendo el mezcal en tiempos en que
era prohibida su venta, mientras que su mamá fue la primera administradora de
la empresa pero no podía entrar en el palenque.
Hoy Graciela Ángeles Carreño es la primera gerenta y
aunque tiene menos de 40 años, su historia es ya una larga cadena de
experiencias, ha transformado la empresa en una cooperativa y en toda ella ha
impreso un sello distinto, producto además de sus conocimientos académicos, es
Maestra en Sociología.
Como en la familia Ángeles, en Tlacolula de Matamoros
fue doña Josefina Monterrubio quien impulsó la creación y registro de marca de
la primera crema de mezcal en los años sesenta: El Mayordomo, y antes lo había
hecho con el famoso mezcal Joyas Oaxaqueñas.
Su hija, Socorro León Monterrubio recuerda que en su
familia comercializaban mezcal en una pequeña tienda. A su papá se le ocurrió
poner miel y cáscaras de naranja al mezcal que regalaban en navidad a amigos y
familiares, quienes insistieron en que ese mezcal dulce fuera comercializado. La
que tomó la decisión fue Josefina Monterrubio pese a la oposición de su esposo
don Mencho León. De esta manera, Josefina se adelantó al menos 30 años a muchas
otras empresas que posteriormente produjeron cremas de mezcal.
En la familia productora de Joyas Oaxaqueñas, una de
las más populares en Tlacolula de Matamoros, doña Josefina Monterrubio siempre
tomó la iniciativa y conocía bien el negocio, a ella no le era necesario tener
un alcoholímetro para saber los grados de alcohol del mezcal, bastaba para ello
su sentido del gusto, de la misma forma podía determinar con el olfato si el
agave estaba ahumado de más o si no servía porque había sido cortado tierno.
Socorro León Monterrubio, Antropóloga de profesión,
afirma que en la producción de mezcal las mujeres han sido muy importantes,
como lo fue su mamá, muchas de ellas ni siquiera se reconocen, porque
predominantemente era una actividad donde los hombres daban la cara.
Mezcalera por convicción
Gabriela Ángeles Carreño explica que la gran mayoría
de las mujeres que están inmersas en esta industria son herederas de este
conocimiento y muchas por su condición de pobreza, mujeres viudas o separadas
se han hecho cargo de sus propias producciones y hay familias que ante la falta
de hijos varones, el padre “echa mano de sus hijas”, lo cierto es que la
industria del mezcal es hoy una oportunidad para sacar adelante a sus familias.
Esto incluso cambió el paradigma, hoy las mujeres
podemos entrar al palenque, se rompió el mito, ya no somos responsables de que
se rompieran las ollas, la tina o de que se detuviera el proceso de
fermentación, como decían antes cuando una mujer entraba al palenque, en
realidad lo que buscaban era detenernos.
Ser mezcalera, dice esta joven empresaria que nació
dentro de una familia productora de esta bebida espirituosa, no es un asunto
“chic” como muchas personas piensan, “ser una mujer en el mezcal es una
responsabilidad, no te haces mezcalera por moda, se hace por identidad, por
principios, por convicción, menos por moda”, sostiene frente a la proliferación
de marcas.
Hoy la producción de mezcal no es sólo un negocio que
permite a las familias enviar a sus hijos a la universidad, agrega en
referencia a las posibilidades que en su familia tuvieron gracias a la producción
de esta bebida que en Oaxaca se producen en al menos unas cuatro mil
comunidades, como refiere el investigador Ulises Torrentera.
Álvarez Carreño se involucró en esta industria a raíz
de la crisis del mezcal de 2001, y que de nueva cuenta azota a los productores
y envasadores oaxaqueños debido a la falta de agave que en su mayoría se vende
a los productores de tequila de Jalisco, dejando sin materia prima a los
mezcaleros.
Por otra parte, añade, que en aquellos años conoció a
Cornelio Pérez, con quien formó Mezcales Tradicionales y dieron origen a la
Logia de los Mezcólatras, un movimiento reivindicador de los mezcales
tradicionales no comerciales. Esto la llevó a certificar el producto familiar y
a registrar la marca, además de poner otro plus al incluir información en las
botellas que resultaron interesantes para sus consumidores.
En suma, dice que ha puesto en práctica una empresa
que había ensayado en su cabeza, una empresa con visión de género, ya que por
la figura empresarial las trabajadoras cuentan con prestaciones como caja de
ahorro, con préstamos sin intereses y sobre todo ha sido pensada para que las
mujeres puedan disfrutar de su tiempo y desarrollarse en lo profesional y con
sentido humano.
Para ella existe una enorme diferencia cuando una
mujer está en la gerencia, “si fuera hombre no me interesaría nada de eso,
buscaría únicamente el rendimiento, pero a mi me interesa el bienestar y la
felicidad de las personas que trabajan en la cooperativa, una persona feliz
hace más de lo que puede y descubre sus habilidades, sus capacidades”.
Quienes la visitan Mezcal de los Ángeles encuentran
varios productos: mezcal, coctelería, sal y servicios turísticos, como la
visita guiada, degustación de mezcal y pueden consumir alimentos muy
tradicionales en el palenque, idea de Graciela Ángeles.
La tarea no ha sido fácil. Recuerda que cuando iba a
las primeras reuniones con mezcaleros, “puros señores grandes”, le daban la
palabra la escuchaban y luego seguían con lo suyo, como si ella no hubiera
hablado, pero los resultados obtenidos en la cooperativa han hecho que ahora la
tomen en cuenta y busquen sus opiniones.
Por otra parte, en esta industria los hombres no estaban
acostumbrados a recibir órdenes de las mujeres, pero su terquedad es positiva y
no esta ni estará dispuesta a dejarse vencer por nada.
Otro factor fundamental es la permanente capacitación
y profesionalización del personal, sobre todo para hacer frente a la demanda a
través de las llamadas mezcalerías que ha ganado terreno en las grandes capitales
del mundo: Distrito Federal, Nueva York, Los Ángeles, Berlín, Madrid,
Barcelona, Paris, Tokio, Buenos Aires, Santiago y otras muchas capitales,
gracias a un sector de jóvenes con visión empresarial que desde el Distrito
Federal impulsan la comercialización del mezcal en todo el orbe. Situación que
no es bien vista por todas las mezcaleras.
Lo que viene dice es una depuración, porque producir
mezcal no es ningún juego e insiste en la responsabilidad y en la identidad, no
es una empresa fácil ni te haces rica de la noche a la mañana como piensan
muchas personas. Por eso considera que esa depuración será positiva.
Mezcal de los Ángeles tiene además proyectos
comunitarios, como la biblioteca que actualmente se construye con una tienda de
mezcales del D.F., un modelo que esperamos que retomen otras empresas para
beneficiar a la niñez, la juventud y las personas adultas, mediante un espacio
de recreación y cultura, área de cómputo y
un vivero, pues “no se puede hablar de desarrollo si no hay calidad de
vida”.
Guadalajara, Estados Unidos y Europa
Gloria Tirado tiene 60 años, fue en la familia de su
esposo donde aprendió todo el proceso de producción de mezcal hace más de 40.
Por muchos años solo producían mezcal que era comercializado por otras
empresas, sin embargo, fue hasta hace poco más de una década que está al frente
de Mezcal “Los Javis”, un mezcal que prioritariamente se vende en Guadalajara,
donde compite y bien con los tequilas, dice orgullosa; además, de ciudades de
Estados Unidos y de Europa.
Estamos de manera constante frente a mucho trabajo,
dice esta mezcalera de Santiago Matatlán, “la capital mundial del mezcal,
ubicado a poco más de 30 minutos de la capital oaxaqueña. Los Javis es otra
empresa familiar exitosa encabezada por una mujer que aprendió que no debía
malbaratar más su mezcal porque asegura que lo que está vendiendo es su
dignidad.
Mashcali, mezcalito
En la misma población, Gloria Santiago Romero se hizo
cargo de Mashcali, palabra zapoteca que significa “mezcalito”, hace 30 años
cuando se quedó viuda. Como otras mujeres, dice que no le costó trabajo
entender todo lo que implicaba, porque creció en una familia de mezcaleros. “Solo
si se trata de cargar contrato hombres”, expone en su expendio ubicado sobre la
carretera que atraviesa la comunidad.
Su pequeña empresa, como ella señala, produce 500
litros mensuales de mezcal que ella misma comercializa en Matatlán y en el
mercado de Oaxaca, ahora está preocupada, porque la crisis de agave provocó que
tan solo en el último año el precio de la materia priva para la elaboración de
mezcal se incrementara hasta en un 600 por ciento.
En ese sentido, su vecina cercana, Hortensia Hernández
Martínez, dice que el costo pasó de tres mil a 23 mil pesos el costo de una
camioneta de tres toneladas de agave o maguey, pero a diferencia de la dueña de
Mashcali, Horetensia Hernández y su familia lo siembran. Aún así, la crisis
afecta.
En ese sentido, el autor de la Monografía Mezcalaria,
Ulises Torrentera, señala que aunado a la poca producción de maguey, existe una
gran demanda de mezcales elaborados con agave silvestre y advierte que de no
atenderse podrían ocasionar la extinción de algunas especies o el desabasto de
materias primas y señala que no hay políticas públicas para preservar
variedades endémicas, ni apoyos para que los verdaderos productores.
Mientras Gloria Santiago Romero ya entró en el proceso
de certificación, Hortensia Hernández sostiene que hace cinco años pidieron un
préstamo bancario para cumplir con ese requisito exigido por el Consejo
Mexicano Regulador del Mezcal, sin embargo, nunca tuvieron “el prometido
cliente” y dejaron todo en santa paz, el problema es que para entonces la deuda
y los impuestos empezaban a ahorcar su pequeña empresa que lograron salvar
mediante muchos sacrificios.
Santiago Romero, por otra parte, dice que busca la
certificación porque ahora que sus hijos ya son profesionistas desean exportar
su producto, lo que a Hernández no le preocupa pese a que sus botellas no
tienen ninguna marca las identifica porque cada botella es cuidadosamente decorada
por su esposo Juan Hernández.
Ambas productoras se encuentran ubicadas en la
carretera. Ambas se quejan a su manera de la competencia desleal. Gloria
Santiago Romero dice que en la entidad se comercializa mezcal adulterado que
llevan en pipas a las poblaciones. En tanto, Hortensia Hernández dice que la
competencia de la mezcalería tradicional son todas aquellas personas que venden
mezcal para que otras empresas las vendan a presos por demás estratosféricos.
En entrevista, Torrentera afirma que efectivamente hoy
existen “aventureros europeos o gringos o de cualquier lugar, que hacen su
marca, envasan mezcal comprado a granel en Oaxaca y que venden un shot de
mezcal en Nueva York por 200 dólares, cuando aquí el litro lo compran 40
pesos”.
Pese a las dificultades que enfrentan por ser empresas
pequeñas comparadas con otras, porque los trámites son burocráticos y porque en
ocasiones se sientan engañadas por los apoyos que otorga el gobierno, en ambos
casos, doña Gloria y doña Hortensia pertenecen a una tercera o cuarta generación
de familias mezcaleras y reconocen que las mujeres siempre han estado presentes
en la producción, con métodos tradicionales y semejantes a los empleados desde
los siglos XVI y XVII.
La ruta del mezcal incluye ocho entidades, todas con
dominación de origen: Zacatecas, Durango, Guerrero, Guanajuato, Michoacán, San
Luis Potosí, Tamaulipas y Oaxaca, de acuerdo con datos del Consejo Mexicano
Regulador del Mezcal, organismo que tiene más de 500 asociados, pero es Oaxaca
el estado con mayor producción de mezcal con un 97 por ciento, además de
dominar con 80 por ciento el envasado y 90 por ciento la exportación.