Mujeres y Política
Tensión de Derechos
Soledad
JARQUÍN EDGAR
La
conmemoración número 61 de la promulgación de la reforma
constitucional que reconoció el derecho del voto para la mujer en México, permitió que a lo largo de la
semana especialistas, mujeres y hombres, hagan ese recuento histórico
importante de lo que significó y sigue significando la lucha de las
sufragistas, además de evaluar lo alcanzado, pero sobre todo prospectar los
escenarios que viviremos en lo que algunas personas llaman “el ensayo político
de las elecciones del 2015”.
El pasado,
que representan las luchas de las mujeres por conseguir los derechos políticos,
no puede desligarse del presente, cuando las reformas electorales plantean un
nuevo escenario: la paridad. Es decir, el equilibrio del 50 por ciento para
mujeres y 50 por ciento para los hombres en las candidaturas, a partir del
proceso electoral de 2015 y como señalaron aquí las expertas habrá más mujeres
candidatas, todavía no sabemos sí habrá más diputadas federales. La paridad que
buscar garantizar la participación política de las mujeres, en un ejercicio de
igualdad, relacionado con el derecho a la no discriminación, “son nuestros
derechos, debemos exigir respeto. La existencia de leyes por sí sola la desigualdad
social y la inequidad…”, como sostiene la doctora Macarita Elizondo, ex
consejera del IFE.
La paridad
que representa un piso más firme, primero que nada para las mujeres que
participan en política y en consecuencia se espera que para el resto de las
ciudadanas, serán aguas movedizas y un infierno o muchos infiernitos al
interior de los partidos políticos, donde la contienda por ser “el elegido” y
“la elegida” será una verdadera batalla campal entre tiros y troyanos o entre
persas y griegos, hay para escoger. Se acorta el trecho para los hombres y las
mujeres dan un paso más en las elecciones que ya comenzaron y cuyos comicios
están previstos para el 7 de junio de 2015.
Esa es la
preocupación más latente sobre las que se han vertido toda clase de extraordinarias
tesis que nos dan una prospectiva futurista en la participación política de las
mujeres, pero requiere salvar ese
tránsito que Dulce María Suari Riancho llama “tensión de derechos”.
Por eso hay
tanta expectación y dudas sobre cómo se van a desarrollar estas elecciones que
auguran un paso difícil para las mujeres, pero también para los hombres que
están obligados por ley a partir en dos rebanadas el pastel político, porque en
adelante, es decir, después de esas elecciones lo que sí habrá es una nueva
distribución del poder.
Dulce María
Sauri Riancho, ex gobernadora de Yucatán hace ya dos décadas, señaló que la
generación o tal vez las generaciones que han vivido esta lucha por la
ciudadanía plena de las mujeres está inscrita entre 1880 y 1980. Una centuria
que ha impactado definitivamente con verdaderas transformaciones, nada fáciles,
un periodo lleno de obstáculos y resistencia que han tenido que vencer las
mujeres.
Sauri
Riancho, que dicho sea de pasó está a punto de concluir su doctorado en Historia,
sostuvo que alcanzar la paridad en 2014, lo que significan 97 años entre 1917 cuando se realizó el
Primer Congreso Constituyente y las mujeres pidieron la reforma al artículo 34
y las recientes reformas a la Leyes General de Instituciones y Procedimientos
Electorales y General de Partidos Políticos en 2014, han generado eso que ha
conceptualizado como “tensión de derechos”.
Los
obstáculos y resistencias que han conducido la historia de las mujeres y ,por
ende, la construcción de la democracia mexicana tiene que ver (también) con las
leyes pero fundamentalmente con el sistema de valores, conductas y tradiciones,
impuestos en una sociedad patriarcal que no acaba aún de transformarse
plenamente, apunta Sauri Riancho.
En el Foro
Paridad de Género y Procesos Electorales organizado por la consejera electoral
del Instituto Nacional Electoral (INE), Adriana M. Favela, en coordinación con
la Unidad Técnica de Igualdad de Género y no discriminación del mismo INE,
Maira Melisa Guerra, Sauri Riancho comparó la tensión que generó el reclamo del
derecho al voto frente al Constituyente en las primeras décadas del siglo
pasado y lo que ahora sucede, de nueva cuenta hay tensión entre la paridad y la
democratización de los partidos políticos, que son hoy dos elementos
indisolubles, no se puede dar el uno sin el otro.
Explicó que
el reconocimiento y el ejercicio de los derechos de las mujeres ha causado
tensiones en el sistema de organización política y social, tanto en 1917 como
ahora, porque ese reconocimiento de derechos significa una nueva distribución
del poder. Ese es el meollo del asunto: el poder.
En los Pinos
también hubo un acto conmemorativo por el 61 aniversario del voto de las
mujeres en México. Ahí, la titular del Instituto Nacional de las Mujeres,
Lorena Cruz Sánchez, dio a conocer el Observatorio de Participación Política de
las Mujeres en México, que dijo es una herramienta que permitirá consolidar
conocimiento e información que ayudará a diseñar y coordinar accione a favor de
la participación política de las Mujeres en México.
Pero de ese
evento yo sólo quería resaltar que dos oaxaqueñas fueron destacadas en los
discursos pronunciados esa mañana frente a unas 300 mujeres. Una fue la
diputada federal Eufrosina Cruz Mendoza, a quien se le reconoció por su trabajo
legislativo en la reforma al Artículo 2º. de la Constitución que reconoce los
derechos políticos de la población que vive mayor discriminación: las
indígenas. Y que a partir de esta reforma, según la titular del INMUJERES, “se
cierra el paso a toda práctica sexista que intente impedir a las mujeres y
jóvenes campesinas, indígenas ejercer sus derechos políticos en su comunidad”.
El magistrado
Presidente
del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, José Alejandro Luna Ramos, recordó a
la primera magistrada Cristina Salmorán, quien también es oaxaqueña. Y la
recordó porque aun cuando “el sufragio de las mujeres pudo ser consecuencia
automática del pensamiento ilustrado de la humanidad, lamentablemente no fue
así. (…) Tuvo que ser consecuencia de movimientos sociales incansables y
valientes reconocimientos estatales, los cuales han dejado un amplio legado de
enseñanzas para asimilar, de manera definitiva y para siempre, cualquier
manifestación de ventaja de un género sobre otro”.
Ese fue el
contexto en el cual se recordó a la ministra Cristina Salmorán, primera
Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, extraordinaria mujer que
con sus hechos promovió la igualdad.
Contra
el margen
Cierto que son
avances fundamentales los que hemos vivido y que hoy tienen resultados
tangibles tan importantes como la composición de la cámara de diputados local
de Coahuila, donde el 52 por ciento de sus integrantes son mujeres y el mismo
hecho de la paridad y la reforma al artículo 2º. Constitucional de los que
hablamos antes, sin embargo, todavía en Oaxaca se experimenta una especie de
barbarie política, que como señala Adriana Ortega, Directora de Igualdad de
Género de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es resultado de la
discriminación estructural, que sigue permeando en todas las esferas de
intervención de las mujeres negando de manera sistemática sus derechos.
Lo digo por
el caso más reciente que fue denunciado por la regidora de Desarrollo Rural de
Tlaxiaco, en pleno contexto del 61 aniversario del voto universal de las
mexicanas. Janette Osorio Rascón denunció, esta misma semana, amenazas en su
contra por parte del presidente municipal, Alejandro Aparicio Santiago, luego
de que ella realizara declaraciones en una estación de radio local.
De lo que se
queja la regidora de Tlaxiaco no son cosas menores. Primero no dispone de un
espacio para el ejercicio de trabajo como regidora porque el palacio municipal
de esa ciudad de la mixteca oaxaqueña está tomado desde el 2 de enero de este
año, es decir, al día siguiente de que tomaron posesión. Se buscaron espacios
para quienes integran el cabildo, pero a ella le han quitado hasta los muebles.
Lo más grave
y que tendría que denunciar ante las instancias correspondientes, es que aun
cuando ella iba en la posición dos de la lista y por tanto le correspondía ser
la Sindica, Alejandro Aparicio Santiago decidió que no sería sindica sino
regidora.
En tercer
lugar, se queja porque el munícipe nombró a un director de Desarrollo Rural, en
la persona de Raúl Hernández, quien aprovechándose de las circunstancia operó
algunos asuntos señalando que era el Regidor. Es decir, usurpó las funciones de
Osorio Rascón.
Cuarto, la
regidora denunció también que las agresiones en su contra han escalado hasta en
su familia. Dos de sus hijos fueron agredidos físicamente por policías
municipales por encontrarse jugando en una explanada. Iban incluso a ser
detenidos.
Ella denunció
los hechos en una entrevista a una estación de radio, la respuesta del
presidente fue agresiva: “…ahora sí vamos a ver de a como nos toca y no tengo
porque darle nada…vaya a chingar a su madre”.
¿Qué es lo
más grave de todo esto? La omisión que sobre estos hechos han hecho en el Poder
Ejecutivo y en el Legislativo, porque la regidora envió oficios planteando la
problemática, fueron enterados la Secretaría General de Gobierno y la
Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, quienes no han
respondido; también enteró al Congreso. En todos los casos recibieron una
comunicación desde mayo pasado. La Cámara de Diputados respondió hace poco muy
poco tiempo diciendo que turnarán su caso a una comisión.
Janette
Osorio Rascón está sola enfrentando a un presidente municipal que tiene series
problemas con las mujeres y la violencia ha escalado, tal vez esperen a que la
sangre corra para, tal vez, actuar.
Nadie aprende las lecciones y en Oaxaca han sido tantos los abusos
cometidos contra las mujeres y tan pocas las respuestas que nos queda claro que
no les importa.
@jarquinedgar