A
propósito del Día de la Libertad de Expresión:
Periodistas
vulnerables ante riesgos e impunidad
*Aumenta
la profesionalización de reporteras no así sus ingresos ni prestaciones
Soledad JARQUÍN EDGAR
El ejercicio del trabajo periodístico en
México se ha modificado con rapidez en los últimos años, consecuencia de las
nuevas tecnologías de la información que han revolucionado como nunca la
producción de noticias, no sólo es más rápida la transmisión sino que el globo
terráqueo se hizo más pequeño.
Otro fenómeno que ha afectado la producción
informativa son las condiciones de inseguridad para las y los trabajadores de
los medios, principalmente por grupos de poder: políticos o económicos, así
como por una creciente incursión de los grupos delincuenciales.
Algunos datos muestran el avance de las
agresiones contra periodistas en la última década. Por ejemplo, Human Rights
Watch señala en el Informe Mundial 2014: México, que al menos 85 periodistas
fueron asesinados entre 2000 y 2013, otros 20 desaparecieron entre 2005 y abril
de 2013.
Hechos que han permanecido en la
impunidad “y muchas veces descartan de
manera prematura la posibilidad de que hayan sido agredidos por motivos
vinculados a su profesión”.
Este informe muestra además que las
agresiones no sólo consecuencia de la “guerra” contra el narcotráfico, sino que
también están involucrados gobernantes o grupos delictivos, incluso, dice el
informe, en 2006, México creo una Fiscalía Especial para la Atención de Delitos
cometidos contra la libertad de expresión, con la salvedad que solo ha
conseguido una condena en 378 investigaciones que inició.
En ese mismo sentido, Reporteros sin
Fronteras advierte que México es uno de los países más peligrosos para el
ejercicio del periodismo, “las amenazas y los asesinatos a manos del crimen
organizado –incluso de las autoridades corruptas- son cosa de todos los días.
Este clima de miedo, junto con la impunidad que prevalece, genera autocensura,
perjudicial para la libertad de información”.
Como lo plantea Human Rights Watch,
Reporteros sin Fronteras coincide que la impunidad sigue siendo la regla en la
inmensa mayoría de asesinatos y desapariciones…impunidad que se explica por la
colusión entre el crimen organizado y las autoridades políticas y
administrativas.
Oaxaca no es la excepción, tan sólo por el
número de hechos ocurridos en lo que va de la presente administración de
gobierno, el Grupo Prensa Oaxaca contabiliza más de 20 agresiones, algunas de
ellas que han terminado en asesinatos.
El clima exacerbado de violencia
–político-social- que se vive las
principales ciudades de la entidad, así como los conflictos postelectorales son
el caldo de cultivo que propician las agresiones como las sufridas en las
últimas semanas por las periodistas Citlalli López y Janet Martínez, en ambos casos
se interpusieron demandas. A la reportera Citlalli López, la amenazó el
dirigente del Frente Amplio de Lucha Popular, organismo dependiente del PRD,
Gervasio García Martínez, luego de las publicaciones hechas en relación con la
destitución de la síndica de Tlacolula y la segunda, Janet Martínez, fue
agredida por ocho hombres integrantes todos de la Confederación Nacional de la
Productividad, organismo del PRI, cuando la reportera cubría una marcha, a
quien en un acto de prepotencia machista rodean y despojan de su teléfono
celular y cámara fotográfica. Ambos casos fueron reportados en mayo pasado.
Sin duda, esta violencia es real y está visto
puede alcanzar grados extremos como el asesinato. Por tanto, es indispensable tomar medidas,
existen otros factores que se han dejado de ver, se trata de las condiciones
laborales de quienes trabajan en los medios y en específico de las mujeres,
sobre quienes sigue recayendo la responsabilidad de las tareas de cuidado de
las familias, como parte de la inequidad cotidiana.
Profesionales
pero sin prestaciones
Para evaluar la condición laboral y un tanto
social de las mujeres que trabajan en medios de comunicación pedimos a
reporteras o periodistas contestaran un cuestionario, de las cuales respondió
el 70 por ciento; de ellas el 85.7 por ciento son reporteras y el 14 por ciento
dueñas de un medio.
Encontramos algunas diferencias sustanciales
con respecto a una encuesta semejante, en especial con los datos sobre la profesionalización
de las reporteras, su edad y sueldo, realizada hace 14 años y publicada en Las
Caracolas del 26 de septiembre de 2000.
En ese año, el 77 por ciento de las
trabajadoras respondieron que tenían estudios en Comunicación Social, 11 por
ciento dijeron tener una carrera técnica en periodismo y 12 por ciento
señalaron no tener estudios profesionales. Este año se elevó al 85.7 por ciento
con estudios en Periodismo y/o Ciencias de la Comunicación y el resto (poco más
del 14.2 por ciento) ha estudiado una carrera profesional diferente.
Como en el año 2000, el 51.8 por ciento
reportó laborar para dos medios distintos y solo el 3.7 colaboraba para tres
medios; en 2014 el 42 por ciento señaló trabajar para tres medios; 28.5 para
dos medios y sólo el 14 por ciento lo hace para un solo medio de comunicación.
Es decir, las condiciones laborales se han revertido, en parte por las
facilidades de las nuevas tecnologías y en parte por la pérdida del valor
salarial.
La comparación salarial muestra que los
sueldos de las periodistas oaxaqueñas no han mejorado siguen en la misma escala
de entre cinco y diez mil pesos. En 2000, el 25 por ciento de las trabajadoras
ganaba menos de cinco mil pesos, en 2014 ganan menos de cinco mil pesos sólo el
14 por ciento de las encuestadas. En cambio se duplicó la cantidad de
reporteras que ganan entre cinco y nueve mil 900 pesos, en el 2000 era de 22
por ciento, ahora es del 42 por ciento; mismo porcentaje reporta ganar más de
10 mil pesos y menos de 15 mil.
Si entre el año 2000 y el 2014 de alguna
manera se percibe que hay el doble de reporteras con un sueldo superior a los
cinco mil pesos, existe una operación inversa en relación con sus prestaciones
laborales, se reduce a la mitad el porcentaje de periodistas con estas
garantías de ley. En 2000 era de 48.1, en la actualidad es del 28.5 por ciento,
otro 14 por ciento tiene la mitad de sus prestaciones y 57 por ciento no tiene
prestaciones elementales como el seguro social ni derecho a vivienda ni fondos
para el retiro y ninguna goza de mecanismos de protección laboral diferentes
por ser mujeres.
Además, ese 57 por ciento trabaja en promedio
ocho horas y el 42 por ciento reporta trabajar más de 10 horas diarias.
Comparativamente con el año 2000, 33.3 por ciento trabajaba ocho horas y entonces
un porcentaje similar trabajaba 12 horas diarias.
Más
riesgos y mucha impunidad
Una segunda parte de la encuesta, comprende
preguntas diferentes a las hechas en el año 2000.
Este año, las mujeres reportaron cubrir todas
las fuentes, exceptuando la “nota roja”. Podemos decir que en comparación con
lo que sucedía hace más de 20 años, las mujeres reporteras han ampliado su
ámbito de acción, derivado también de la urgencia en la transmisión de noticias
por las nuevas tecnologías de la comunicación (TIC). En todos los casos las
reporteras señalaron que las TIC han favorecido el quehacer periodístico, no
sólo por la rapidez en la transmisión de noticias que acortan tiempo y espacio sino
porque resultan aliados en la obtención de información de contexto.
En relación con los riesgos de las
periodistas sólo el 28.5 por ciento señalan que no han sufrido ningún tipo de
hostigamiento dentro del trabajo pero el resto de las encuestadas afirman que
sí, los cuales van desde piropos de sus compañeros hasta proposiciones
inadecuadas de funcionarios, en especial a las más jóvenes.
El cien por ciento de las encuestadas reporta
observar riesgos en su trabajo periodístico como consecuencia, señalan, de la
falta de castigo a los responsables por parte de las autoridades; exceptuando
una mínima parte, la mayoría considera que existen mecanismos para la
protección de periodistas pero no tienen certeza de su efectividad, plantean que
las redes sociales como las redes entre periodistas son fundamentales para su
protección.
Reportan también que existe más
vulnerabilidad para las mujeres por el hecho de ser mujeres. Es muy común que
el ejercicio de su trabajo como reporteras sufran agresiones verbales y hasta
físicas por parte de manifestantes y/o autoridades de todos los niveles que
basados en actitudes machistas buscan intimidarlas.
Y como la perversión no existen sin el
perverso es importante señalar que en Oaxaca la práctica de ofrecer dinero para
guardar silencio o no publicar una nota fue reportada en el 57 por ciento de
las reporteras que respondieron la encuesta de Las Caracolas de El Imparcial,
otro porcentaje ofrece dinero para ser ensalzados en las notas periodísticas y
otra cantidad consideraron que han recibido ofrecimientos de dinero en
“agradecimiento” por una publicación.
Estadísticas
85.7% estudiaron Periodismo y/o Ciencias de la
Comunicación
42% trabaja para tres medios
28.5 % para dos medios
14 % lo hace para un solo medio
14% ganan menos de 5 mil pesos
42% entre cinco y nueve mil pesos
42% gana más de 10 mil pesos mensuales
28.5% reporta gozar de prestaciones sociales por su
trabajo
14% disfruta solo de parte de sus prestaciones
57 % trabajan sin recibir prestaciones
57% trabaja ocho horas
42% trabaja 10 horas