jueves, 1 de mayo de 2014

Literatura de autoría femenina Segunda Parte

Literatura de autoría femenina
Segunda Parte

Aurea CEJA ALBANÉS*
En la primera parte de este artículo hablé de cómo las mujeres han estado presentes en todos los campos de conocimiento desde hace siglos, pero ensombrecidas por la cultura patriarcal que no las reconoce, no las cita, no las nombra. En la actualidad, a pesar de las transformaciones sociales que han permitido la incorporación masiva de las mujeres al mundo público, es decir, al campo laboral remunerado y la participación política principalmente, el sesgo de género en la lectura de autoras y la falta de reconocimiento expreso prevalece. Por ejemplo, según Dennis Abrahms, en 2012 El New York Times Review of Books, sólo dedicó el 16% de sus  reseñas a libros escritos por mujeres. (S/A “2014, año de las mujeres lectoras #readwomen2014”. En: Lectura lab, laboratorio de lectura de la FGSR, 31/01/14. Disponible en: http://lecturalab.org/story/2014-ao-de-las-Mujeres-Lectoras-readwomen2014_4718)
La revista norteamericana The Critical Flame decidió nombrar al 2014 como el año de las mujeres lectoras, declarando que durante este año dedicará sus reseñas a textos de mujeres; en la red está circulando el hashtag #readwomen2014. La iniciativa surge de la escritora norteamericana Joanna Walsh, quien lanzó tarjetas de navidad en diciembre pasado con el nombre de doscientos cincuenta autoras para invitar a leer y buscar más títulos. Los usuarios y usuarias de twitter triplicaron la lista en sus comentarios. Visibilizar a setecientas cincuenta mujeres escritoras, quienes en muchos casos tienen más de una obra publicada, además de una tarea maratónica, implica enriquecer de manera sustantiva nuestro capital cultural, nuestras posibilidades de lectura.
En América Latina, a partir de estas iniciativas surgen también otras iniciativas como el hashtag #mujeresqueleen, en Chile, en la Biblioteca Jorge Guillén, que está acompañado de muchas acciones para acercar al público a mujeres que escriben.
Todas estas son acciones afirmativas que responden a una necesidad, aunque parezca una moda hablar de género o de mujeres en estos días, y es que es fundamental reapropiarnos desde las mujeres de lo que queremos considerar como femenino, de la propia experiencia de las mujeres en el mundo y hablar de ella; que las mujeres se reconozcan y se identifiquen con las formas de ser nombradas y caracterizadas en lo que leen permite una reflexión profunda sobre sí mismas, principalmente porque históricamente se ha definido lo femenino desde los hombres, desde la mirada masculina.
Laura Freixas señala que “la literatura la han escrito, y en su mayor parte la siguen escribiendo, varones, y en ella reflejan sus propias vivencias, mucho más que las del otro sexo. La experiencia femenina es como un iceberg, del que la literatura alumbra solo una pequeña parte: lo que las mujeres viven con los hombres. El resto: su vida a solas, sus propias ambiciones y deseos (otros que los amorosos), y sus relaciones entre sí, está a oscuras. Ha empezado a salir a flote lentamente a medida que más mujeres escriben; pero aún queda mucho sumergido”. (Freixas, Laura. “El silencio de las madres”. En: Diario El País, 14/09/14)
Muchas de las autoras desde su identidad, desde su construcción cultural de mujer, colocan en sus escritos a las mujeres como sujeto, como protagonistas, reivindican el ser mujer y las características tradicionalmente femeninas, algo que no aparecía en la literatura masculina, donde se definía a las mujeres como la otredad, como lo ajeno, ya sea como musa inspiradora o bruja endemoniada, pero siempre desde la mirada ajena. Hace unos meses, Francesca Gargallo, escritora feminista, dijo que las mujeres no tenemos que aceptar que la literatura que es buena para los hombres es buena para nosotras, sobre todo cuando nos definen desde ellos y de manera denigrante. (En el marco del Diplomado Internacional de Estudios sobre las Mujeres, Feminismos y Descolonización llevado a cabo por el Centro de Estudios de la Mujer en la Facultad de Derecho de la UABJO entre agosto 2013 y enero 2014)
Las mujeres que han escrito durante el siglo XX y el XXI, han reflejado las interrogaciones de las mujeres frente a la desigualdad de género, y han dado cuenta de las grandes transformaciones en los roles, la identidad y la estructura social.
Para Naiara Cristina Shuck, estos son temas recurrentes en la literatura de autoría femenina, aunados a la denuncia de la opresión patriarcal, la transgresión frente a estas condiciones de opresión, y los temas alusivos a la sexualidad: el aborto, el placer, las fantasías, el orgasmo, la masturbación, la menstruación, el parto y la maternidad, temas que no están tan presentes en la literatura de autoría masculina. (Shuck, Naiara Cristina. Literatura de escritura femenina. En: Revista Borradores. Vol. VIII-IX, año 2008. Universidad Nacional de Río Cuarto, Brasil)
Ahora bien, este posicionamiento de vivencias femeninas en la literatura escrita por mujeres, esta identidad que se pone de manifiesto en la narración, en absoluto significa que lo que escriben ellas sea solamente para el público femenino, como se ha generalizado en el pensamiento sexista sobre la literatura. Al respecto, Rosa Montero cuestiona que cuando un hombre escribe, se dé por hecho que lo hace para la humanidad mientras que cuando lo hace una mujer, se cree que sólo escribe para el género femenino, o que el texto es sólo de “interés femenino”.
Esto es una interpretación sexista, parcial, sobre la realidad; independientemente del género de quien escribe, se escribe para la humanidad, e incluso las dificultades de las mujeres en el mundo son asunto de los hombres, les atañen porque viven en él y lo co-crean. En palabras de la autora: “Yo no tengo ningún interés en hablar de mujeres; quiero hablar del género humano, pero es que la mitad de ese género humano es femenino. E incluso, si en mis libros aparece en algún momento una referencia a las limitaciones sociales que pudo encontrar una mujer por el sexismo, con ello también estoy hablando de los hombres, porque los varones participan en esa situación sexista, también es cosa de ellos”. (Montero, Rosa. “Mujeres que hablan de sus vidas”. En: El País Semanal, Columna Maneras de Vivir, 07/06/13. Disponible en: http://elpais.com/elpais/2013/07/04/eps/1372935503_898195.html).
Reconozcamos pues, que leer a las mujeres contribuye a enriquecer y resignificar la visión que tenemos sobre el mundo, sobre los hombres y las mujeres.
* Psicóloga social, educadora de la sexualidad, tallerista y docente universitaria. Integrante del Colectivo Mujeres en Comunidad. Integrante del Círculo de Lectura “Las mujeres por nosotras mismas”.