Mujeres y Política
Oaxaqueñas que brillan
Soledad JARQUÍN EDGAR
No tengo la menor duda, ser periodista es un trabajo
de privilegios. El mayor de esos privilegios es conocer personas con una enorme
capacidad y mayor pasión para desarrollar la actividad en la que se
desenvuelven, lo que las lleva, en la medida de esas oportunidades, que saben
no desaprovechar, a tener éxito.
Y es gracias al trabajo periodístico que ahora realizo
que he conocido mujeres con trayectorias estupendas, las cuales han vencido toda
clase de obstáculos para alcanzar sus metas, no llegan a ellas
circunstancialmente, no, consiguen esas metas gracias a su esfuerzo y a su
inteligencia.
Así como cada semana comento en este espacio las muy
desagradables situaciones que pasan muchas mujeres como consecuencia de la
condición social de desventaja en la que muchas sobreviven, esta semana me da
gusto comentar de forma somera que hay otras mujeres que logran lo que se
proponen y lo hacen de manera brillante.
Es de destacar el trabajo que durante más de cuarenta
años ha realizado la doctora María del Carmen Cordero Avendaño de Durand sobre
el derecho consuetudinario, mismo que ha plasmado en libros, tesis, ponencias,
pero sobre todo en trabajo de campo, con un compromiso honesto con las
comunidades, que ponen en sus manos tesoros maravillosos de sus pasados
gloriosos y que ella les devuelve para que se entienda y lo entendamos el resto
de las personas.
Pero si la doctora Cordero Avendaño nos habla de las
comunidades y la multiculturalidad étnica, de esa riqueza que nos hace una
entidad verdaderamente importante en el mundo, María de la Luz González Esperón
nos permite mirar de cerca el pasado inmediato de la sociedad que habitó la
capital oaxaqueña hace poco más de medio siglo.
También con González Esperón, autora de Eternamente
Oaxaca, libro que se presentará este 3 de mayo próximo en el Palacio Municipal,
he tenido la oportunidad de platicar en los últimos días y de ella me sorprende
y mucho su entrañable amor por esta ciudad, que se refleja de inmediato cuando
habla y se entusiasma y se llena de felicidad cuando se refiere a su Oaxaca.
En ambas pude percibir un dejo enorme de tristeza por
la condición y situación en la que ahora se encuentra Oaxaca, donde se han
perdido costumbres y tradiciones por las cuales la capital del estado era
reconocida tanto en lo nacional como en el plano internacional, las cuales han
sido sustituidas por la importación de otras costumbres.
Sin duda, repito, ser periodista es un privilegio, así
se puede una emocionar con cada hallazgo, que pueden no ser las grandes
noticias, pero son hechos concretos que hacen grandes a estas mujeres y con
ellas a la sociedad a la que pertenecen y a la que simplemente sirven sin mayor
pretensión que cumplir cabalmente con las tareas que se echan encima por
difíciles que parezcan.
Llevo varios meses en este diálogo con las mujeres de
Oaxaca y me sorprenden y maravillan cada día. Una de ellas, una de las más
recientes incluso, fue Justina Fuentes a quien la encuentro con sus sirenas
como si estuvieran viendo pasar el tiempo sobre un mar de pintura con olor a
océanos. Parece que miran en silencio, mientras ordenan las ideas entre sus
pinceles, sus pescados y una ola enorme de sombreros que Juan Alcázar “le
presta” para que den sombra en estos días tan implacables de sol y de soledad.
María de los Ángeles Fernández, periodista, que puede
darnos lecciones de experiencia y que presume su memoria prodigiosa en nombres
y fechas, detalles de cada cosa vivida y de muchos de sus libros leídos. Yo le
digo periodista de altos vuelos, de sacrosantos vuelos para ser exacta.
Y qué decir de mi conversación periodística con la
doctora en Historia Elva Rivera Gómez, una oaxaqueña que destaca en la vida
académica de este país y quien se preparó en la entonces Unión Soviética. Profesora-investigadora
del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla. Pertenece al Cuerpo Académico en Consolidación de Estudios Históricos,
en donde desarrolla la línea de investigación “Género e Historia” y presidenta
de Red Nacional de Licenciaturas en Historia y sus Cuerpos Académicos.
En los últimos días también tuve la oportunidad de
hablar con dos mujeres que se volvieron importantes por la pasión con la que
hacen su trabajo. Una es artista, la
otra servidora pública. Ambas fueron las únicas dos que el gobierno de la
ciudad reconoció en el marco de los actos conmemorativos del 482 aniversario de
la elevación de la Villa de Antequera al título de Ciudad, me refiero a Geo Meneses
y a Mariana Benítez Tiburcio.
De Geo Meneses, Ciudadana de Antequera, se reconoció
una parte poco sabida y es su altruismo que durante años ha desarrollado,
generosidad que la artista oaxaqueña hace a través su trabajo como cantante
aportando recursos y su talento a causas nobles como son la salud, la
educación, el cuidado del medio ambiente.
Sin duda, un merecido reconocimiento, sobre todo si
consideramos el trabajo que ha realizado de manera independiente en la
producción discográfica que es a todas luces el rescate de la música
tradicional, costumbrista y popular mexicana, pero también de la música y las
letras que durante los últimos más de cien años han hecho compositores
oaxaqueños.
Mientras que Mariana Benítez Tiburcio, subprocuradora de Jurídica y de Asuntos
Internacionales de la Procuraduría General de la República, fue reconocida con
la distinción ciudadana al Mérito Profesional. Esta joven servidora pública ha
vencido muchos obstáculos para alcanzar sus sueños, en base a su esfuerzo y
reitero también con una muy buena dosis de inteligencia.
Sin duda hay mucho que
contar de estas y otras mujeres oaxaqueñas como lo haremos en poco tiempo
cuando presentemos el resultado de este trabajo que ahora hacemos, por lo
pronto solo quería decir que ellas, son apenas una muestra de lo mucho que las
mujeres han aportado a la construcción social, política, económica, cultural y
humanística de la sociedad. Algo que no se dice mucho.
Su éxito, insisto, no es
circunstancial, es producto de su esfuerzo tesonero. La mayoría de ellas no se dio por vencida a
pesar de que las circunstancias parecían ir en su contra, principalmente las
financieras. Otras de ellas vencieron
toda clase de obstáculos, derivados de la incomprensible actitud, que a pesar
de todas las modernidades hace creer, a algún sector o grupo, que las mujeres
deben ocupar los sitios del ámbito privado y no meterse en los asuntos públicos,
aseveración que vergonzosamente todavía hoy se predica.
El bochornoso caso de
Tlacolula
En contraste, tendremos que
decir que es vergonzoso el caso de Tlacolula de Matamoros, donde el cuerpo
edilicio se niega a acatar el fallo judicial a favor de la representación
política de las mujeres para que sea restituida en el cargo la síndica
Elizabeth Sánchez González, quien además ha sufrido una serie de acciones que
buscan intimidarla por parte de integrantes del Frente Amplio de Lucha Popular,
como lo denunciaron en una carta pública mujeres de diferentes actividades,
entre ellas algunas políticas.
Tal parece que en Tlacolula
lo que se pretende implantar, en pleno siglo XXI, es la “ley del monte” y
resulta, repito, una vergüenza que las mujeres de organizaciones no
gubernamentales, académicas y activistas estén llamando a la puerta del
presidente del CEN del PRD, Rey Morales Sánchez para que se cumpla con el fallo
del Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial.
Pero esto solo tiene que
ver con una sola cosa, el ejemplo cunde. Y tal parece que eso de hacer con la
ley, con las resoluciones judiciales y con todo lo que implique autoridad lo
que les venga en gana, como es el caso del gobernador Cué con el asunto del
magisterio, se empezará a repetir según convenga a los intereses partidistas y
de organizaciones políticas en esto que ya hemos llamado la República Independiente
de Oaxaca (RIO) y su soberano gobernador Cué I.
¡Plop!
El efecto burbuja de jabón
sufrió Gilberto Sánchez Ortiz, quien surcó el espacio público, las mieles del
poder al ocupar por sólo 22 horas el nombramiento de Director del Instituto
Estatal de Educación Pública de Oaxaca, es posible que ni siquiera haya
conocido sus “nuevas oficinas”, cuando ¡zas, qué lo revientan! Sus comentarios
machistas, bastante misóginos e incluso contra el gobierno de Cué I, vertidas
en el Facebook y ventiladas en los medios locales, fueron la causa de su “debut
y despedida”.
Aquí se aplica la frase
bíblica atribuida a Mateo que dice: por sus frutos los conoceréis. Pues bien,
ahora con las modernidades, lo que debemos tener en cuenta es que ya no es
preciso esperar los frutos, basta ver todos los días las redes sociales y
entonces será: “por su Facebook los conoceréis”.
Ahora hay que decirlo, Cué
I actuó rápido. Para qué echarse otro trompo a la uña si ya tiene bastante con
los no probos ni éticos amigos con los que gobierna, aunque el así lo quisiera.
Lo que nos queda claro,
clarísimo es lo que hemos planteado siempre, la misoginia galopa con fuerza y
velozmente en las redes sociales y en los medios de comunicación y en ellas
vemos ese espejo de la sociedad que no quisiéramos ver: las desaparecidas, las
injusticias contra las mujeres por ser además pobres y por pertenecer a una
etnia; los comentarios misóginos, sexistas a rabiar y machistas sin explicación
y las diatribas homofóbicos, entre otras cosas que deberían avergonzarnos como
humanidad a estas alturas.
Es el mismo caso de
Cuauhtémoc Gutiérrez, el ex dirigente priista en el DF y la red de edecanes y
de prostitución que ahora se investiga. Pero lo increíble es que todavía opera
la utilización del cuerpo en los actos públicos, como sucedió en la “Sesión
Solemne” de Cabildo el pasado viernes 25 de abril, donde aparecieron las
edecanes -sobran los detalles-, a pesar de que se ha demostrado que la
utilización cuerpo de las mujeres, como es el caso de las edecanes, no es sino
una demostración sutil de machismo. Pero estos “cuerpos de edecanes” existen en
los actos públicos municipales, estatales y federales en todas sus estructuras:
ejecutivo, judicial y legislativo sin que quienes emplean estos servicios se
den cuenta del sexismo que se emplea con estas jóvenes mujeres a quienes las circunstancias
de “necesidad” las lleva a aceptar esta condición de explotación sexual.
@jarquinedgar