domingo, 27 de abril de 2014

Mujeres y Política Oaxaqueñas que brillan

Mujeres y Política
Oaxaqueñas que brillan

Soledad JARQUÍN EDGAR
No tengo la menor duda, ser periodista es un trabajo de privilegios. El mayor de esos privilegios es conocer personas con una enorme capacidad y mayor pasión para desarrollar la actividad en la que se desenvuelven, lo que las lleva, en la medida de esas oportunidades, que saben no desaprovechar, a tener éxito.
Y es gracias al trabajo periodístico que ahora realizo que he conocido mujeres con trayectorias estupendas, las cuales han vencido toda clase de obstáculos para alcanzar sus metas, no llegan a ellas circunstancialmente, no, consiguen esas metas gracias a su esfuerzo y a su inteligencia.
Así como cada semana comento en este espacio las muy desagradables situaciones que pasan muchas mujeres como consecuencia de la condición social de desventaja en la que muchas sobreviven, esta semana me da gusto comentar de forma somera que hay otras mujeres que logran lo que se proponen y lo hacen de manera brillante.
Es de destacar el trabajo que durante más de cuarenta años ha realizado la doctora María del Carmen Cordero Avendaño de Durand sobre el derecho consuetudinario, mismo que ha plasmado en libros, tesis, ponencias, pero sobre todo en trabajo de campo, con un compromiso honesto con las comunidades, que ponen en sus manos tesoros maravillosos de sus pasados gloriosos y que ella les devuelve para que se entienda y lo entendamos el resto de las personas.
Pero si la doctora Cordero Avendaño nos habla de las comunidades y la multiculturalidad étnica, de esa riqueza que nos hace una entidad verdaderamente importante en el mundo, María de la Luz González Esperón nos permite mirar de cerca el pasado inmediato de la sociedad que habitó la capital oaxaqueña hace poco más de medio siglo.
También con González Esperón, autora de Eternamente Oaxaca, libro que se presentará este 3 de mayo próximo en el Palacio Municipal, he tenido la oportunidad de platicar en los últimos días y de ella me sorprende y mucho su entrañable amor por esta ciudad, que se refleja de inmediato cuando habla y se entusiasma y se llena de felicidad cuando se refiere a su Oaxaca.
En ambas pude percibir un dejo enorme de tristeza por la condición y situación en la que ahora se encuentra Oaxaca, donde se han perdido costumbres y tradiciones por las cuales la capital del estado era reconocida tanto en lo nacional como en el plano internacional, las cuales han sido sustituidas por la importación de otras costumbres.
Sin duda, repito, ser periodista es un privilegio, así se puede una emocionar con cada hallazgo, que pueden no ser las grandes noticias, pero son hechos concretos que hacen grandes a estas mujeres y con ellas a la sociedad a la que pertenecen y a la que simplemente sirven sin mayor pretensión que cumplir cabalmente con las tareas que se echan encima por difíciles que parezcan.
Llevo varios meses en este diálogo con las mujeres de Oaxaca y me sorprenden y maravillan cada día. Una de ellas, una de las más recientes incluso, fue Justina Fuentes a quien la encuentro con sus sirenas como si estuvieran viendo pasar el tiempo sobre un mar de pintura con olor a océanos. Parece que miran en silencio, mientras ordenan las ideas entre sus pinceles, sus pescados y una ola enorme de sombreros que Juan Alcázar “le presta” para que den sombra en estos días tan implacables de sol y de soledad.
María de los Ángeles Fernández, periodista, que puede darnos lecciones de experiencia y que presume su memoria prodigiosa en nombres y fechas, detalles de cada cosa vivida y de muchos de sus libros leídos. Yo le digo periodista de altos vuelos, de sacrosantos vuelos para ser exacta.

Y qué decir de mi conversación periodística con la doctora en Historia Elva Rivera Gómez, una oaxaqueña que destaca en la vida académica de este país y quien se preparó en la entonces Unión Soviética. Profesora-investigadora del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras  de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Pertenece al Cuerpo Académico en Consolidación de Estudios Históricos, en donde desarrolla la línea de investigación “Género e Historia” y presidenta de Red Nacional de Licenciaturas en Historia y sus Cuerpos Académicos.
En los últimos días también tuve la oportunidad de hablar con dos mujeres que se volvieron importantes por la pasión con la que hacen  su trabajo. Una es artista, la otra servidora pública. Ambas fueron las únicas dos que el gobierno de la ciudad reconoció en el marco de los actos conmemorativos del 482 aniversario de la elevación de la Villa de Antequera al título de Ciudad, me refiero a Geo Meneses y a Mariana Benítez Tiburcio.
De Geo Meneses, Ciudadana de Antequera, se reconoció una parte poco sabida y es su altruismo que durante años ha desarrollado, generosidad que la artista oaxaqueña hace a través su trabajo como cantante aportando recursos y su talento a causas nobles como son la salud, la educación, el cuidado del medio ambiente.
Sin duda, un merecido reconocimiento, sobre todo si consideramos el trabajo que ha realizado de manera independiente en la producción discográfica que es a todas luces el rescate de la música tradicional, costumbrista y popular mexicana, pero también de la música y las letras que durante los últimos más de cien años han hecho compositores oaxaqueños.

Mientras que Mariana Benítez Tiburcio,  subprocuradora de Jurídica y de Asuntos Internacionales de la Procuraduría General de la República, fue reconocida con la distinción ciudadana al Mérito Profesional. Esta joven servidora pública ha vencido muchos obstáculos para alcanzar sus sueños, en base a su esfuerzo y reitero también con una muy buena dosis de inteligencia.
Sin duda hay mucho que contar de estas y otras mujeres oaxaqueñas como lo haremos en poco tiempo cuando presentemos el resultado de este trabajo que ahora hacemos, por lo pronto solo quería decir que ellas, son apenas una muestra de lo mucho que las mujeres han aportado a la construcción social, política, económica, cultural y humanística de la sociedad. Algo que no se dice mucho.
Su éxito, insisto, no es circunstancial, es producto de su esfuerzo tesonero.  La mayoría de ellas no se dio por vencida a pesar de que las circunstancias parecían ir en su contra, principalmente las financieras.  Otras de ellas vencieron toda clase de obstáculos, derivados de la incomprensible actitud, que a pesar de todas las modernidades hace creer, a algún sector o grupo, que las mujeres deben ocupar los sitios del ámbito privado y no meterse en los asuntos públicos, aseveración que vergonzosamente todavía hoy se predica.
El bochornoso caso de Tlacolula
En contraste, tendremos que decir que es vergonzoso el caso de Tlacolula de Matamoros, donde el cuerpo edilicio se niega a acatar el fallo judicial a favor de la representación política de las mujeres para que sea restituida en el cargo la síndica Elizabeth Sánchez González, quien además ha sufrido una serie de acciones que buscan intimidarla por parte de integrantes del Frente Amplio de Lucha Popular, como lo denunciaron en una carta pública mujeres de diferentes actividades, entre ellas algunas políticas.
Tal parece que en Tlacolula lo que se pretende implantar, en pleno siglo XXI, es la “ley del monte” y resulta, repito, una vergüenza que las mujeres de organizaciones no gubernamentales, académicas y activistas estén llamando a la puerta del presidente del CEN del PRD, Rey Morales Sánchez para que se cumpla con el fallo del Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial.
Pero esto solo tiene que ver con una sola cosa, el ejemplo cunde. Y tal parece que eso de hacer con la ley, con las resoluciones judiciales y con todo lo que implique autoridad lo que les venga en gana, como es el caso del gobernador Cué con el asunto del magisterio, se empezará a repetir según convenga a los intereses partidistas y de organizaciones políticas en esto que ya hemos llamado la República Independiente de Oaxaca (RIO) y su soberano gobernador Cué I.
¡Plop!
El efecto burbuja de jabón sufrió Gilberto Sánchez Ortiz, quien surcó el espacio público, las mieles del poder al ocupar por sólo 22 horas el nombramiento de Director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, es posible que ni siquiera haya conocido sus “nuevas oficinas”, cuando ¡zas, qué lo revientan! Sus comentarios machistas, bastante misóginos e incluso contra el gobierno de Cué I, vertidas en el Facebook y ventiladas en los medios locales, fueron la causa de su “debut y despedida”.
Aquí se aplica la frase bíblica atribuida a Mateo que dice: por sus frutos los conoceréis. Pues bien, ahora con las modernidades, lo que debemos tener en cuenta es que ya no es preciso esperar los frutos, basta ver todos los días las redes sociales y entonces será: “por su Facebook los conoceréis”.
Ahora hay que decirlo, Cué I actuó rápido. Para qué echarse otro trompo a la uña si ya tiene bastante con los no probos ni éticos amigos con los que gobierna, aunque el así lo quisiera.
Lo que nos queda claro, clarísimo es lo que hemos planteado siempre, la misoginia galopa con fuerza y velozmente en las redes sociales y en los medios de comunicación y en ellas vemos ese espejo de la sociedad que no quisiéramos ver: las desaparecidas, las injusticias contra las mujeres por ser además pobres y por pertenecer a una etnia; los comentarios misóginos, sexistas a rabiar y machistas sin explicación y las diatribas homofóbicos, entre otras cosas que deberían avergonzarnos como humanidad a estas alturas.
Es el mismo caso de Cuauhtémoc Gutiérrez, el ex dirigente priista en el DF y la red de edecanes y de prostitución que ahora se investiga. Pero lo increíble es que todavía opera la utilización del cuerpo en los actos públicos, como sucedió en la “Sesión Solemne” de Cabildo el pasado viernes 25 de abril, donde aparecieron las edecanes -sobran los detalles-, a pesar de que se ha demostrado que la utilización cuerpo de las mujeres, como es el caso de las edecanes, no es sino una demostración sutil de machismo. Pero estos “cuerpos de edecanes” existen en los actos públicos municipales, estatales y federales en todas sus estructuras: ejecutivo, judicial y legislativo sin que quienes emplean estos servicios se den cuenta del sexismo que se emplea con estas jóvenes mujeres a quienes las circunstancias de “necesidad” las lleva a aceptar esta condición de explotación sexual.
@jarquinedgar