Necesitamos
ser inteligentes ante a los daños ambientales
* Las
mujeres podemos aprender oficios masculinos y romper los roles de género
Soledad JARQUÍN EDGAR
Lidia Aguado Ascencio sostiene que la humanidad ha
creado por siglos sistemas sanitarios que hoy por hoy pueden llevar al colapso
a la naturaleza o incluso ya la están colapsando y advierte que “o inventamos
algo realmente inteligente o estaremos perdidos como humanidad”.
Técnica capacitadora en tecnologías alternativas,
nacida en Madrid, España, y nacionalizada mexicana hace algunos años, Lidia
Aguado es alumna de una en una academia, acreditada por la Dirección General de
Industria y Minas, y aprendiz de una de las primeras mujeres plomeras de su
país natal, Susana Cintado.
Uno de sus sueños es instalar en Oaxaca una escuela
donde las mujeres puedan aprender a ejecutar los trabajos u oficios que
tradicionalmente son realizados por los hombres pero que no deberían ser una
especie de “ciencia oculta” para las mujeres, por lo pronto y mientas llega el
momento de cumplir su sueño realiza talleres para que las mujeres puedan
aprender a realizar trabajos básicos de plomería.
Lidia Aguado sostiene que es eco-plomera, porque a
través de este oficio se procura un empleo que le permite salir de la
precariedad laboral; aplicar sus conocimientos en el ámbito de la
sustentabilidad ambiental y las eco-tecnologías, y aplicarlo como docente en la
formación de mujeres.
En ese sentido, ella que es feminista, apunta que los
oficios tradicionalmente masculinos ahora desempeñados por mujeres son una
herramienta para no reproducir los roles tradicionales que impuso la división
sexual del trabajo, “le quitamos el misticismo a la plomería como oficio de los
hombres”.
En ese sentido, es sorprendente observar todo el
material didáctico que ha elaborado para sus talleres, a través de los cuales
las mujeres aprenden y practican, en los cinco temas que ella sostiene ha
calculado fríamente. Así que a donde la llamen para impartir un curso, ella
lleva 80 kilos de herramientas y muestras, es como llevar el baño, la cocina,
las maquetas del baño compostero, los grifos…algunos de estos elaborados con
material reciclable, por ejemplo las cajas de agua de los sanitarios, se
elaboran con bidones y ha elaborado otra de vidrio para explicar su
funcionamiento
El primer tema de sus talleres son los relacionados
con las técnicas de electricidad básica; seguido del gas, que permiten detectar
y sellar fugas de gas, conectar la estufa y el boiler; luego viene el que llama
de valvulería y grifería en general: flotador de cisternas, tinacos y wc,
tarjas regaderas y grifos y finalmente los desagües, problemas por los que
siempre llamamos al plomero y que provoca una enorme dependencia de otras
personas.
Pero en todo el trabajo que desarrolla hay un tercer y
muy importante elemento, que es armar un proyecto que requiere más que voluntad
política, porque depende de la determinación y concienciación de las personas
para desarrollarlo y es aplicar los conocimientos a la sustentabilidad.
Su principal preocupación es seguir desperdiciando
agua en la eliminación de las heces y para ello tiene un dicho que resulta
fundamental por feo que parezca a los buenos oídos: el baño seco compostero es
la cagada del futuro.
Ecotecnologías
dotan de autonomía
Y no sólo eso, afirma con vehemencia absoluta que las
eco-tecnologías no sólo facilitarían la vida, sino que además nos dotan de
autonomía, fortalecen la economía y la independencia.
Las palabras de Lidia Aguado parecen sacadas de un
discurso, pero cuando explica sus dichos la realidad se asoma distinta.
“La crisis inició cuando no se a qué a quién se le
ocurrió que la solución era echar agua limpia para eliminar las excretas y se
creó el wáter closet y entre más apestaban las casas y palacios más alcurnia
tenían”. Buscaban una solución porque la falta de higiene había colapsado la
salud de cientos de personas que se vieron afectadas por enfermedades
epidémicas que terminaron con sus vidas. Con el tiempo, dice, no fue la
solución, hoy estamos viviendo en una naturaleza que ha sido colapsada, “aunado
claro está a la producción de químicos que se vierten en ríos y mares
producidos por la industria y el agro, pero nosotros con la producción de aguas
negras domésticas también estamos abonando al deterioro”.
Lidia Aguado que casi escenifica las cosas cuando
habla, se mueve de un lado a otro, un tanto desesperada, sostiene que no hay de
otra en el futuro y que el futuro es ahora, por lo que asegura que la solución es
emplear baños secos composteros. “No debemos temer a los malos olores que no
existen mientras todo se haga correctamente no hay olores, debemos tener un
miedo atroz a tirar tanta agua, la mitad del tinaco se nos va en empujar la
caca”.
La eco-plomera sostiene que cuando se revuelven las
excretas, la orina y el agua limpia es difícil de tratar, además las plantas de
tratamiento son costosas tanto en su construcción como en su mantenimiento y
apenas alcanzan a tratar una ínfima parte del agua residual que produce una
localidad mediana.
Es muy común que las autoridades piensen en la
construcción de los servicios para tratar los desechos, sean de basura sólida o
líquidos, en tamaño macro, sin embargo, si queremos resolver el problema
debemos empezar por sistemas micro de tratamiento de aguas negras y por
reciclar dentro de nuestros hogares, porque “mezclar los desechos humanos con
agua es la burrada más grande del mundo”.
Por ello propone insistente que los sanitarios secos
son la solución del futuro y las heces pueden tratarse en estos sanitarios con
materiales como la ceniza, la tierra con aserrín y cisco de carbón. Desechos
que pueden ser convertidos en abonos para huertos mediante un proceso de
composteo convencional pero de más largo plazo.
“No entiendo cómo hemos sido capaces de enviar máquinas
a Marte y una sonda a Júpiter o inventar complejos sistemas de comunicación
como los celulares, pero nos es imposible un método menos depredador, más
lógico, útil, inteligente para tratar nuestra heces”.
Aguado Asensio también cuestiona cómo tener un wc
operado con un sistema de agua es para los gobiernos un indicador de desarrollo,
sin considerar que este sistema está alterando en serio nuestro medio ambiente.
“Nos concebimos como controladores de la naturaleza, cuando somos un granito de
arena o éramos porque ahora somos una plaga de este ecosistema tan frágil que
es el planeta y nos lo estamos fregando”.
Sistemas
político económicos son depredadores
Considera que los sistemas político-económicos son
depredadores, dice, olvidamos que somos el eslabón más de la frágil del
ecosistema, a pesar de ello actuamos de esa manera.
“Con el capitalismo se ha agravado esta situación
porque pretende obtener la mayor rentabilidad con menor costo, nos está
vendiendo basura, todo sale de las fábricas con una vida útil programada, de ahí que el capitalismo sea absolutamente
incompatible con una lógica de sustentabilidad”.
Frente a esa condición social de poca conciencia sobre
el ecosistema, Lidia Aguado Asensio apunta que tomar las decisiones para evitar
castigar al medio ambiente son particulares, ella empieza en su casa y lo pone
en práctica en su vida diaria.
Desde hace casi 15 años ha tratado de poner en práctica
estos conocimientos, ahora en una casa en la ciudad de Oaxaca y también lo hizo
cuando vivía en municipios conurbados a la capital oaxaqueña, para lo cual ha
contado con la colaboración de algunas asociaciones.
Así construye composteras que le permiten reciclar
desechos orgánicos, pero también cuenta con sistemas de reciclado de residuos
inorgánicos que coloca en botellas de pet los cuales retacada con desechos como
bolsas de plástico, residuos de tretrapac, envolturas de pastillas y otros,
esas botellas se convierten en eco-tabiques.
También instala sistemas para cosechar aguas
pluviales, tiene un boiler solar hecho con mangueras y una mini-planta de
tratamiento de aguas grises. Si la casa fuera propia, añade, ya hubiera
construido un baño seco compostero.
En suma, estas actividades y el reciclado de productos
derivados de papel y cartón, vidrio y piezas de plástico grande, provocan que
pueda reducir la basura.
Esta nieta de campesinos e hija de obreros, sostiene
que si en cada casa las familias hicieran estas actividades o parte de ellas,
los problemas que hoy han provocado daños al medio ambiente y desastres
ambientales no estarían sucediendo, por eso llama a actuar, a asumir con
conciencia una nueva posición frente a la naturaleza y en general frente a la
vida del planeta.
Afirma que es difícil cambiar, porque vivimos en una “mercadocracia”, es decir, somos una sociedad de consumo que nos hace dependientes de rubros primarios para la cotidianeidad y respondemos a un sistema de negocios que pueden solucionar nuestras necesidades a pesar del daño ecológico que provocan.
Afirma que es difícil cambiar, porque vivimos en una “mercadocracia”, es decir, somos una sociedad de consumo que nos hace dependientes de rubros primarios para la cotidianeidad y respondemos a un sistema de negocios que pueden solucionar nuestras necesidades a pesar del daño ecológico que provocan.
Esta acción se conoce como permacultura, añade Lidia
Aguado, término
que define en una sola palabra a este sistema integral de diseño de la vida y
la vivienda, la filosofía
socio-política, cuestionadora y propositiva, y el concepto y modo de vida que
promulga, un posicionamiento político convertido en acción cotidiana: lo privado es político.
Finalmente, sostiene que es preciso tener en cuenta
que aplicar las tecnologías alternativas no es ni más rápido, ni más barato ni
más fácil, que pueden ser aplicados en las viviendas de todas las personas
independientemente de su nivel socioeconómico y no sólo como se piensa entre
grupos marginados e insistió en que “la autonomía y la soberanía se construyen,
se cuidan y se mantienen, requieren de responsabilidad y esfuerzo, pues de otro
modo no son posibles, no se trata de recetas mágicas”.
Si usted quiere conocer más de los proyectos que
realiza Lidia Aguado puede contactarla en su correo electrónico: mundomujer2012@gmail.com