domingo, 16 de junio de 2013

Mujeres y Política IEEPCO, la somnolencia


Mujeres y Política
IEEPCO, la somnolencia

Soledad JARQUÍN EDGAR
Dice una consigna que sin las mujeres no hay democracia y tiene razón. Si en relación con las candidaturas para diputados y diputadas locales, los partidos “apenas” cumplieron con la cuota de género que establece la ley electoral local, en relación con las planillas de concejales en busca de los gobiernos de 153 municipios que elegirán autoridad este 7 de julio, los partidos políticos y las coaliciones hicieron lo que tenían que hacer: desobligarse, lo que demuestra que en este país eso de “alcanzar la paridad” es aun un camino largo, a veces estrecho, complejo, sinuoso, muy tortuoso, lleno de obstáculos, que al final de cuentas se traduce en una sola cosa, la exclusión de las mujeres en materia política.

Los hechos son claros y contundentes, estamos como al principio a pesar de que en elecciones municipales las mujeres tenemos votando la escasa suma de 65 años, recordemos que el voto municipal para las mujeres es una realidad desde 1948. En 2013, año también emblemático si consideramos que ya están listos los “festejos” por los 60 años del voto universal. Pero los números, fríos e inflexibles no mienten: de 600 planillas que presentaron ante el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), las dos coaliciones y los cuatro partidos políticos para competir, decía antes, en 153 municipios, sólo 52 están encabezadas por una mujer, representan el 8.6 por ciento de las primeras concejalías en competencia. Nada, si consideramos sus muy escasas posibilidades de poco más de las mitad de esas aspirantes. Es decir, la meta propuesta de duplicar el número de presidentas municipales en comparación con la cifra obtenida en los comicios anteriores, se esfuma y es una prueba más de que eso que llaman “políticas públicas” es un fracaso y una reveladora muestra de la ineficacia de algunas funcionarias que no pueden con el paquete pero siguen aferradas al hueso gubernamental, faltas de vergüenzas, engañadas a sí mismas y, peor aún, actuando como los otros para que nada cambie.

¿Sabe usted cuánto dinero se ha invertido en la afanosa tarea de impulsar la paridad? ¿Cuánto deberían gastar los partidos políticos en esa concienciación? Y claro, tendríamos que preguntarnos cuánto nos cuestan esos partidos políticos llenos de jerarcas, sumos pontífices de la luz del entendimiento a la que como en los siglos pasados parece que todavía no llegamos las mujeres? ¿Tendremos que valorar cuánto nos cuesta a la ciudadanía el pago de organismos como el IEEPCO, de sus consejeros y su toda su burocracia que ante la acción ilegal y deshonesta de los partidos políticos, se queda como si nada pasara?

Sin duda, cuando una ve las estadísticas que el propio IEEPCO ha publicado en su página de internet y que he revisado por horas y horas, la única conclusión que tengo es que la democracia es demasiado cara para las mujeres y peor aún resulta tanta simulación de autoridades que no ven el tamaño de la discriminación que hoy, en el año del 60 aniversario del voto universal a las mujeres, se ha perpetrado, sin que nadie, absolutamente nadie diga esta boca es mía. Hasta ahora sabemos que sólo cinco perredistas han interpuesto su queja por discriminación.

En general son de vergüenza las cifras que finalmente “aprobó” el IEEPCO a los partidos políticos y las dos coaliciones, donde si lo viéramos de manera global solo el Partido Social Demócrata de Oaxaca (PSDO) rebasó el 40 por ciento de integrantes de las planillas en comparación con el porcentaje de los hombres. La mala noticia es que ese partido con registro estatal está en menos de 60 municipios y la peor parte es escasa posibilidad de que ganen las siete mujeres que propone en primera concejalías, que habría que decir apenas representan el 12 por ciento del total de planillas.

Compromiso por Oaxaca, que conforman el viejo-nuevo PRI y su rémora verde (PVEM) tiene registro en 153 municipios, 39 por ciento de sus planillas está compuesta por mujeres. Pero ojo solo el 6.5 por ciento de esas planillas están encabezadas por mujeres. Curioso, pero lo mismo sucede en la otra coalición (Unidos por el Desarrollo de Oaxaca), donde es el mismo porcentaje de aspirantes mujeres en la primera concejalía, lo grave es que disminuye el número de integrantes de las planillas y sólo el 31.4 por ciento son mujeres.

En cambio, el Partido Movimiento Ciudadano, que está echándose un volado, ha puesto al 37.5 por ciento de mujeres en las planillas de 96 municipios donde compite y otra vez se repite el porcentaje de mujeres en la primera concejalía con 6.2.

La cuenta descendente sigue en cuanto a la cantidad de mujeres en las planillas tanto para el Partido Unidad Popular como para Partido Nueva Alianza, el primero con 29 por ciento y el segundo con 27.5 por ciento de mujeres en sus listas. Mientras el PUP propone un 16 por ciento de candidatas a presidencias municipales, el PANAL se queda como los otros en el 6.8 por ciento. Claro, como en el caso del PSDO estas candidatas lograran algo por milagro, pero los milagros existen, dicen quienes tienen fe, porque mi abuela Lucha me decía otra cosa.

Luego escuché en la semana que un funcionario aplaudía con entusiasmo la conformación de estas 600 planillas para la competencia electoral en los municipios y por ahí a alguien se le ocurrió que aunque las mujeres no iban como número uno en las planillas “si iban en el número dos, o sea habrá muchas síndicas”, se dijo. Pero qué creen, tampoco son tantas, lo que señaló ese entusiasta estaba basado en pura especulación, porque las dos coaliciones y los cuatro partidos políticos apenas suman 120 mujeres en esa posición, cifra que contrastada con los hombres es del 25 por ciento y de estas, si ganaran todas se quedaría una cuarta parte.

Esa es la realidad, las mujeres como lo reflejan los números, han sido excluidas nuevamente del proceso electoral en un acto franco de discriminación a sus derechos políticos, eso sí, no hay partido político ni candidato que desperdicie la oportunidad para prometer lo que nunca cumplen: una vida libre de violencia de género, becas a las madres solteras, programas para prevenir el cáncer de mama o cérvico uterino, reducción de la muerte materna, cursos de capacitación para el trabajo, erradicación de la pobreza y hasta seguros en caso de muerte de las mujeres…todo esto envuelto en papelito de celofán y moño, y por supuesto las infalibles mandiles, cubetas, camisetas, despensas…
@jarquinedgar