A Reserva
Vientos encontrados en la
coalición “Por la Paz”
Bárbara
GARCÍA CHÁVEZ
En
2013 catorce entidades federativas realizarán elecciones locales, Oaxaca es una
de ellas, la elección seguramente presentará sesgos interesantes respecto a la
política de alianzas y la ausencia de acuerdos políticos en beneficio de la
ciudadanía. Es decir, la política perversa de echar montón sin ton ni son.
En
el trámite aliancista, donde priva la negociación de cuántos somos y cuánto nos
toca, el PAN -desde el principio- dejó ver su disposición de coaligarse y
amarró con nudo ciego al PRD afirmando que no importaban sus litigios internos,
quedara quien fuera en la presidencia del PRD estatal, irían con la izquierda.
Evidentemente no les queda de otra.
Hasta
hace muy pocos días, el Partido del Trabajo y su escasa militancia se había
mantenido alejado, cuando menos, a la coalición PAN-PRD que se venía cocinando
desde el año pasado para competir en las elecciones Oaxaca 2013 que renovarán al
Congreso del Estado y 152 ayuntamientos que se rigen por la vía de partidos
políticos.
En
las negociaciones político-partidarias el PAN invitaba abiertamente a las dos
fuerzas de “izquierda” que conformaron la coalición de la paz y el progreso en
las elecciones locales del 2010 y las federales recientes del 2012; por
supuesto dicha coalición permitió potenciar el voto conservador y lograr para la
derecha posiciones inesperadas a las que hoy no están dispuestos a renunciar
aunque tengan que compartir las mieles del poder con los “izquierdosos” en las
curules, claro mientras no se toquen temas trascendentales o hasta escabrosos
que por demás les va bien a las y los legisladores ligth oaxaqueños cuya actuación ha dejado mucho que desear en
cuanto a eficacia y autonomía.
Por
su cuenta el PT, en consecuencia, y para asegurar su supervivencia acepta
formar parte –otra vez- de la coalición, no sin algunas voces que se oponen en
nombre de la pureza pejista que claro fue en los últimos años el aliento que
mantuvo de pie al PT. Su dirigencia resaltó que el gobierno de coalición logrado
en 2010 ha dado resultados, por ello en coalición se podrán ganar las
elecciones a diputados locales y para presidentes municipales. Claro que los
resultados se ven desde las prebendas obtenidas y ojo, nunca se menciona
siquiera los principios comunes, la agenda pública o el bienestar general. Es
obvio que lo que interesa en esta coalición son las cuotas y espacios que pueda
lograr cada partido en su beneficio.
El
Partido Movimiento Ciudadano (MC), antes Convergencia, otro de los que
conforman el bloque de “izquierda”, también integrante de la coalición de la
“paz y el progreso” que gobierna en Oaxaca desde hace dos años, por cierto,
partido que ha impulsado al ahora gobernador Cué Monteagudo en su carrera
electoral desde que abandonó su casa natal: el PRI, sin dejar jamás la tutela
de Diódoro Carrasco Altamirano, también priista arrepentido, hoy al parecer
todavía panista ratificado.
Pues,
resulta que MC ha venido de traspié en traspié, desde antes del cambio de
nombre hasta el día de hoy, conflictos que comenzaron en 2011 al conformarse
dos bloques opuestos, uno liderado por Benjamín Robles cuyo mote “cara sucia” podría ampliarse a las
manos y Saúl Díaz, presidente estatal de entonces; en el otro, Margarita García
en la secretaría general, Alberto Esteva y David Concha.
El
brete alcanzó dimensiones enormes hasta llegar a la toma del edificio antiguo
de Convergencia por parte de los propios integrantes del Comité Estatal inconformes
con su dirigencia, ya que luego del cambio de nombre a MC –al que Margarita
García se opuso rotundamente, enfrentando al propio dirigente nacional Dante
Delgado-, Saúl siguió siendo el dirigente estatal, siempre con el apoyo
absoluto de Robles y Margarita, con sus huestes lograron carteras en la
dirigencia. El grupo de Saúl Díaz parece disminuido cuando Benjamín Robles registra
su candidatura al senado desde el PRD, cambiando inesperadamente su militancia con
la consabida molestia de su líder nacional, lo que es aprovechado por el grupo
contrario quienes acusan de despojo y desvío de fondos al aún dirigente Saúl
Díaz, quien pide la expulsión de Margarita García.
Así
las cosas en MC todavía dividido y con un árbitro nombrado desde la instancia
nacional -José Soto Martínez- quien debe resolver, esta vez, los agarrones por
los espacios electorales y el encargado de tomar todos los acuerdos políticos
en el proceso electoral.
MC
al parecer se mantendrá firme en la decisión cupular de ir este año electoral
solo, por su cuenta y riesgo, desairando una y otra vez las insistentes
invitaciones del PAN y del PRD con la instrucción nacional de competir sin
alianzas ni coaliciones, lo que resulta interesante en consecuencia de la
posibilidad de una alianza fáctica, mas no invisible con MORENA, lo cual sin
duda disputaría innumerables votos a la coalición ya denominada “por la paz” en
Oaxaca. De otra manera las cuentas pondrían en duda la permanencia del registro
en Oaxaca.
Claro
que no se puede obviar la misma posibilidad de participación de MORENA con el
partido estatal –Partido Unidad Popular- con sesgo indigenista y hasta ahora
con muy pocos votos en elecciones anteriores, tan pocos que apenas lo mantiene
en el escenario electoral.
Lo
que es absolutamente cierto es la complicidad nuevamente de la derecha, y
algunos de la “izquierda”, con la finalidad de mantenerse en el poder que hace
dos años le confirió la voluntad popular llevada por el hartazgo frente al
autoritarismo y a los malos gobiernos,
corruptos e impunes; sin embargo, la alternancia que la ciudadanía logró no se
ha concretado en cambio alguno ni la esperada transición democrática.
Es
imprescindible la reflexión ciudadana frente a la experiencia, el balance de lo
esperado y lo obtenido; las cuentas alegres de los partidos y sus cotos de
poder no son nuestras, el sentido del voto tendría que ser el reflejo de
nuestra realidad.
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