lunes, 27 de junio de 2016

De la Paridad a las Agendas de Género



De la Paridad a las Agendas de Género

Bárbara GARCÍA CHÁVEZ
La paridad en materia electoral ha seguido su camino en el proceso eleccionario 2015-2016, para elegir 388 diputados locales de 12 entidades y 548 ayuntamientos de 11 estados, da cuenta del resultado, que si aún no definitivo en toda su extensión,  ya hay cifras perentorias significativas.
Las mujeres están sin duda, compartiendo el poder municipal, cuando menos en poco más del 27 por ciento y en las legislaturas estatales poco más del 44  por ciento, de acuerdo con estimaciones periodística. (http://goo.gl/4MCNif http://goo.gl/aLwK51)
Oaxaca será gobernada por mujeres en 40 municipios de 153 en que hubo elecciones, cifra que cuadró el ojo de muchos políticos de carrera que aún no lo pueden creer; el caso de las curules, no resulta de tanto impacto, ya que la LXIII Legislatura se integrará solo con tres mujeres más que en la actual, de 15 pasan a ser 18 diputadas.
Así se transitó en paridad  por primera vez en acato al mandato constitucional en estas contiendas locales que dieron cuenta de la resistencia de los partidos políticos, que a una voz argumentaban lo difícil que era encontrar mujeres con disposición y decisión a participar en política; de la reiterada practica de anular la militancia femenina de impacto para empotrar desde las dirigencias, autoritariamente a las mujeres de sus familias y/o de sus querencias y conveniencias. Es el conocido caso del municipio capital Oaxaca de Juárez. En fin así queda registrado al margen el libro de génesis de la paridad.
Las estadísticas resultado de la elección y la asignación correspondiente en los diferentes cargos, modifican sustantivamente los números como se analizó en párrafos anteriores. El resultado pone en desventaja a las mujeres; seguramente tiene su razón en la desigualdad histórica que se expresa en distintos contextos, pero a vista de buen cubero,  las mujeres aun no tienen la experiencia de atraer el voto frente a los viejos lobos electorales, o tal vez las mujeres del electorado no confían lo suficiente, de buenas a primeras en las mujeres “políticas” o ambas cosas.
También es cierto que la práctica partidaria de la dádiva, el chantaje de permanencia a programas sociales, va dirigido fundamentalmente a las madres cuidadoras y responsables de la supervivencia familiar y que son ellos los que tradicionalmente están al frente de tan denigrante embajada.
Qué decir del patriarcado tan propio de los partidos que aún cumpliendo con la ley siguen trampeándola, en un evidente pichicateo de recursos y condiciones inequitativas en perjuicio de las candidatas…”a ver cómo le hacen”; y que tal los medios de comunicación que siguen denostando abierta o veladamente las candidaturas de las mujeres, hasta la exclusión de espacios para la exposición de ideas, con la pretensión clara de invisibilizarlas.
Con todo y a pesar de todo, las mujeres están ahí, ya llegaron y serán mucho más observadas que ellos, los de siempre a los que por conocidos se sabe, se espera lo consabido; pero ellas las diputadas, las concejalas, serán vigiladas con lupa, ya lo sabemos. Ellos se pueden equivocar una y mil veces, las mujeres no están a prueba, ellos lo dicen una y otra vez, por eso es necesario reforzarlas, guarecerlas, abrir sus voluntades para que hagan alianzas con sus pares con sus congéneres, con las mujeres.
Las mujeres que asumirán el poder desde los Cabildos, deben oír a las mujeres, planear y presupuestar con perspectiva de género, políticas y acciones públicas que se encaminen a la igualdad real y sustantiva de oportunidades, garantizándoles todos sus derechos humanos y libertades; que combata la violencia contra mujeres y niñas, con eficacia, que las empodere en caminos de autosuficiencia y desarrollo. Solo así invirtiendo en las mujeres habrá justicia y desarrollo para todas y todos. Solo así las mujeres gobernaran bien y serán la opción en cualquier contienda electoral.
Las diputadas desde el recinto legislativo tienen la tarea de revisar el marco jurídico desde todas sus vertientes, escuchar las demandas de las mujeres que desde la propia legislación las oprime, las excluye, las criminaliza, les reduce sus derechos, las hace dependientes, en un contexto jurídico de incerteza e inseguridad sistémica. Las legisladoras de Oaxaca deben amplíen sus horizontes, actuar desde los principios de interculturalidad y la incorporación del enfoque de género en su agenda; que su quehacer legislativo se traduzca en producción de leyes garantistas, adecuado a los tratados internacionales suscritos por el Estado mexicano en materia de Derechos Humanos como la elevación a rango constitucional de estos Derechos.
Así como el compromiso de eliminar todas las formas de discriminación, comenzando por la discriminación debido al sexo; con lo cual se tiene entonces que insertar de manera adecuada todo lo relacionado a la teoría de género para alcanzar la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, evitando de manera consciente el lenguaje sexista.
Su tarea es compleja sin embargo si las mujeres son consideradas, las mujeres estarán con ustedes. Solo la igualdad construye un estable Estado de Derecho.