¿Qué esperamos de las futuras diputadas?
Soledad JARQUIN EDGAR
La LXIII Legislatura de Oaxaca, que
entrará en funciones en septiembre próximo, estará compuesta por 18 mujeres,
nunca como ahora habrá tantas mujeres, aunque de manera paulatina la cifra de diputadas
ha ido creciendo en Oaxaca. Estas primeras elecciones en paridad en Oaxaca, se
pensó, daría un mejor resultado.
Para algunas personas estuvo bien, habrá
más diputadas que nunca. Cierto, eso es ya un hecho, pero ¿qué se espera de las
diputadas? Aunque la responsabilidad será compartida con 25 diputados y,
quienes en su mayoría, por default no consideran una prioridad todo aquello que
tenga que ver o esté relacionado con la condición social de las mujeres como
algo fundamental en su agenda legislativa, por eso creemos que son las
diputadas quienes deberán encarar los retos y dar respuesta a las demandas que
las mujeres han planteado para conseguir la tan anhelada igualdad. Es se diría
un acto de sororidad.
Entonces aunque no lo creamos se espera
mucho de las diputadas. Como siempre, como desde hace algunas décadas, desde
que las mujeres organizadas, sobre todo feministas, han hecho propuestas para
que las diputadas las consideren dentro
de sus planes de trabajo, las famosas agendas feministas. En los últimos años,
la polarización también ha alcanzado a las mujeres en general y las feministas
no son la excepción, de ahí que en ocasiones son apenas unas cuantas las que en
un afán chambista se apuntan como las que saben. El resultado lo tenemos a la
vista. Así será. Tampoco sabemos quién
será ahora la próxima responsable de la Comisión de Igualdad de Género, ese es
un bolado, hasta ahora y sin temor a equivocarme tiene que “aprender” sobre la
marcha. Las otras ni se ocupan del asunto.
Para el movimiento amplio de mujeres
como para el feminismo encontrar aliadas en el congreso es un propósito que no
siempre se consigue, a veces se consigue a medias y otras de plano no pasa
nada.
Las razones son muchas.
Una: la más frecuente es que a las diputadas todo aquello que tiene que ver con las mujeres les es indiferente. No hay como dicen consciencia de género. Dos: cuando existe un determinado nivel de interés no hay quien las acompañe y no se atreven. Tres: consideran que estos planteamientos pueden ser “feministas”, porque no saben qué es el feminismo. Cuatro: la gran mayoría de las mujeres diputadas responden, como los hombres, a intereses partidistas. Cinco: las iniciativas de las mujeres no cambian contextos políticos de fondo, nadie les pone dinero.
Los avances y, a veces, los retrocesos
legislativos referentes a los derechos de las mujeres que se han registrado en
las últimas legislaturas han sido acciones necesarias y obligadas, debido a los
cambios que se dan desde el ámbito federal que demandan la armonización de las
leyes, así nació la Ley Estatal de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia de Género, la tipificación como delito autónomo el feminicidio y
también una modificación reciente a la edad para contraer matrimonio, que se
estableció en un mínimo de 18 años, con el fin de contrarrestar el matrimonio
infantil, una práctica más común de lo que hubiéramos pensado, que deja más que
a los niños, a las niñas sin ninguna perspectiva de futuro, como resultado de
las asignaciones de género.
Los desencuentros entre el movimiento
amplio de mujeres y feministas con las diputadas y diputados son muchos, quizá
uno de los retrocesos más graves en los derechos de las mujeres fueron las
modificaciones al artículo 12 de la Constitución local, mediante las cuales se
protege y garantiza el derecho a la vida desde antes de nacer, lo cual
contraviene al derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Una histórica
deuda con las mujeres que tendría que considerarse desde el ámbito social y de
salud, y no solo desde lo penal.
El otro desencuentro se dio cuando la
actual legislatura le negó el ejercicio de la Paridad a las mujeres que viven
en comunidades donde las autoridades son electas bajo los sistemas normativos
internos cancelando así la posibilidad de la participación política de las
mujeres, a veces, incluso, para votar y otras para ser votadas. En su momento
consideramos que se trató de una paridad a medias, “te doy a ti pero a ti no”. Sin
duda, fue un robo a los derechos de las mujeres bajo el argumento de no
trastocar las costumbres, dicen ancestrales. La consecuencia de la actividad
legislativa deja fuera de toda posibilidad de acceso a los cargos públicos de
mujeres que viven en 417 poblaciones donde se decide, como hemos dicho, desde
una asamblea y quienes deciden son los hombres.
Por lo pronto estamos frente a una
deuda, está sí histórica, con las mujeres que viven en poblaciones donde el
gobierno se elige a través de sistemas normativos internos, que por cierto no
son ciudadanas de segunda.
Entre las nuevas diputadas hay lobas de
mar, poquísimas simpatizantes del movimiento de las mujeres, aunque
lamentablemente, ninguna de ellas es feminista, lo que podría significar para
las mujeres un largo y desventurado compás de espera y ojalá que no existan más
retrocesos.
Su primera tarea será asignar suficientes
recursos a las oaxaqueñas, sobre todo si Alejandro Murat, futuro gobernador de
Oaxaca, cumple la promesa de crear una Secretaría de la Mujer, un consejo que
no sabemos quien se lo dio, porque al final al carecer de una contraparte
federal, todos los recursos tendrán que salir de Oaxaca. Un IMO pero en
grandote, eso será. Lo necesario es considerar que la política pública desde
una perspectiva de igualdad tiene y debe ser transversalizada en todas las
tareas de gobierno, muchas de esas como acciones afirmativas que demandarán más
recursos, para que la compensación de resultados prontos y sean efectivos.
El otro asunto donde tienen que ver las
diputadas es la violencia, donde se necesita armonizar leyes, eliminar algunas
otras, como la de violencia familiar que sigue castigando a las mujeres, por
madres violentadoras, y no a los verdaderos verdugos de la casa, los señores
que sí golpean, torturan y asesinan. Combatir
la violencia también pasa por el legislativo y una primera cosa son los
dineros, las asignaciones presupuestarias, entro otras muchas cosas para
emprender una campaña real y efectiva con miras a generar una nueva conciencia
social sobre este fenómeno hoy normalizado, consentido por autoridades y
sociedad, y cuyo saldo doloroso y sangriento coloca a Oaxaca en un rango de
emergencia, aunque a veces nos parezca exagerado. Se trata de dejar de mirar a
las mujeres como si fueran cosas con las que los hombres pueden hacer lo que se
les da la gana.
Por eso esperamos mucho de quienes serán
las futuras legisladoras.
Recuadro:
Mayoría Relativa
Irma Arly Martínez Vásquez
Felícitas Hernández Montaño
María de Jesús Melgar Vásquez
Hilda Graciela Pérez Luis
Laura Vignon Carreño
Eva Diego Cruz
Sofía Castro Ríos
Virginia Calvo López
Adriana Atristán Orozco
María Mercedes Rojas Saldaña
Leslie Vibsania Mendoza Zavaleta
Representación Proporcional
María de Jesús Mendoza Sánchez
María de las Nieves García Fernández
Ysabel Martina Herrera Molina
Paola Gutiérrez Galindo
Rosa Elia Romero Guzmán
Candelaria Cauich Ku
Neli Espinosa Santiago