domingo, 4 de octubre de 2015

Mujeres y Política: El Genio y el zorrillo


Francisco Toledo. Fotografía de Juan Carlos Reye

Soledad JARQUÍN EDGAR
Hay zorrillos que quieren parecer zorros.
Eso es lo que quiere aparentar el Secretario de Turismo y Desarrollo Económico, José Zorrilla de San Martín Diego, quien en el apellido lleva la penitencia.
La imposición, aún con la famosa consulta de este domingo, de hacer de un centro cultural y de convenciones, así en minúsculas, es una prueba, para muchos, de que mas valen las mañas que la inteligencia y la sabiduría.
Zorrilla es prepotente, tiene aires de cacique de pueblo, aspiraciones rancheras, a pesar de su “abolengo”, porque la educación es la educación y a veces algunos títulos nobiliarios y escolares de nada sirven. Realmente los políticos serían felices si los pueblos fueran ajenos a sus quehaceres y ambiciones. A veces ni la lupa del pueblo alcanza para detener las desmedidas consecuencias de los actos emprendidos por la clase política, en este caso de la oaxaqueña.
Hasta ahora el capricho de este empresario venido a político o funcionario, solo ha costado millones de pesos a una de las entidades más pobres del país: Oaxaca y la gran mayoría de la población que en ella habita. Pobreza que por supuesto este magnate mezclillero, como el mismo se hace llamar, no conoce ni conoció y posiblemente no conocerá, porque el nuestro es un país de gente pobre y de políticos millonarios.
Así que para Zorrilla y la camarilla con la que dice Gabino Cué que gobierna es un club de buenos amigos, cómplices, cuñados y parientes. Nepotismo efectivo para sus fines de enriquecimiento. Y tienen además de aficiones comunes, como la caza de animales muchas veces prohibidos, y una característica que es inocultable que se ha incrementado, todos se dicen magnates, empresarios, cuyos negocios y fortunas son escandalosas en un pueblo, insisto, donde la pobreza se vive en la vida cotidiana, en la falta de oportunidades y hasta en la escasez de alimentos.
El fenómeno de los últimos tiempos es el gusto de los “magnates” por la política. Ya no se conforman con ordenar al oído de los políticos y hacer recomendaciones o acomodar las cosas según sus intereses y negocios que emprendieron en mancuerna durante largas décadas. Ahora también quieren ser parte de la política y los resultados son exageradamente vergonzosos, pues encuentran en la política una inagotable fuente de enriquecimiento.
Si Alibaba tenía 40 ladrones, Gabino Cué tiene muchos menos pero son mucho más efectivos que el personaje de ficción. Han sido capaces de robarse hasta la alegría del pueblo, todos unos magos, el problema es que robar la ilusión al pueblo no es un acto de magia es real.
Este club de amigos, de pipa y guante, coñac en mano, bien vestidos, son audaces con el dinero del pueblo, han sido señalados reiteradamente, a lo que Cué ha hecho oídos sordos,  salvo el caso de German Tenorio lo mandó a su casa, pero siguió cobrando hasta hace muy poco tiempo cuando el ingeniero Secretario de Salud se dio cuenta de semejante atrocidad. Estos personajes saben y sopesan el valor de cada centavo, de eso no tengo duda. “Son perros para el dinero”, como diría un amigo querido.
Aquí algunos nombres ya conocidos: Jorge Castillo, Alberto Vargas, Germán Tenorio y José Zorrilla. Además de Juan José Gutiérrez Candiani, Diego Rule, Manuel Ramírez Tenorio y Salvador Monrroy. ¡Vaya camarilla!
A estas alturas del sexenio, podríamos decir que los llamados toficos que gobernaron con el jefe de jefes en los noventa, es decir, Diódoro Carrasco Altamirano, se quedaron cortos comparados con los magnates que con o sin cartera se despachan con la cuchara grande cobijados por el gobierno del hijo pródigo del cuicateco, Gabino Cué que soñó con gobernar, que prometió  mandar obedeciendo y terminó por torcer todo lo que había dicho que haría cuando fue ungido como el paladín de la justicia oaxaqueña, aquel 1 de diciembre de 2010.
Hoy, las “fuerzas vivas”, los dirigentes de organizaciones sociales que aplaudieron el acto comicial que dio el triunfo al joven ex priista, pretendiendo que gobernara como un demócrata, se sacuden la cabeza en busca de razones que expliquen el fracaso que lamentablemente solo afecta al pueblo. Lo han desconocido públicamente, sobre todo cuando decidió crear un nuevo IEEPO, responder con hechos al mandato presidencial o la torcedura de brazos que le hicieron allá donde alguna vez trabajó con Carrasco Altamirano, la Secretaría de Gobernación.
Lo más lamentable es que hay quienes siguen sin vergüenza sirviendo a este gobierno, no porque estén convencidos de que las cosas han de cambiar, no, sino porque han encontrado el camino de la felicidad y la riqueza, uno de ellos Adelfo Regino y el grupo de académicos que también siguen pegados a la ubre gubernamental. La misma táctica que empleó el maestro de Gabino, el hijo putativo de Cuicatlán. Muchas coincidencias.
Y esta camarilla encabezada por Cué y su hermano Zorrillo, se han empecinado en construir en un lugar no adecuado el centro cultural, han gastado millones de pesos, tan solo el proyecto costó 36.7 millones de pesos (dos millones de dólares), la consulta inexplicable de este domingo nos cuesta 3.5 millones de pesos, más la costosa publicidad en televisión comercial, como televisa que en horario estelar dos minutos cuestan algo así como medio millón de pesos y que sumados son ya varios millones más. Espectaculares y propaganda de papel que se reparte de casa en casa, además de noticiarios completos y cuando digo completos tal parece que eso incluye al personal en radio y televisión.
Campaña en la que pretende menoscabar la vida y la obra de un hombre cuyo trabajo, fama y gloria está basada en la razón, en la inteligencia, en la sabiduría un artista como Francisco Toledo, capaz de debatir frente a la “obra” del sexenio, al grado tal que lo insultan, lo tildan de loco y de querer apropiarse de la ciudad en la que vive.
¿Quién es Toledo?
Tenemos que recordar ¿quién es Francisco Toledo? Sí, sin duda que sí. Fue el quien creó y fundó una de las instituciones únicas en su tipo en Latinoamérica, me refiero al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, por su biblioteca de arte y arquitectura; el Museo de Arte Contemporáneo, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, la biblioteca para personas invidentes Jorge Luis Borges, el cinema Pochote y por falta de interés de los gobiernos no se concretó la fonoteca Eduardo Mata.
El Centro de las Artes de San Agustín, aquí en el municipio conurbado de Etla, donde se encuentra cierta paz que la ciudad no alcanza a ofrecernos ya. Sobre ese lugar hay una anécdota buenísima que recuerdan bien sus amigos. Para lograr que ese sitio tampoco fuera convertido en hotel había que pagar cierto dinero a los ex trabajadores de la fábrica de hilados, era el último día. Ahí bajo los árboles de la vieja casona, estaba Toledo murmurando y caminando de un lado a otro, solo faltaba el dinero del gobierno, las otras partes ya habían cumplido: el propio maestro y la fundación Harp. De pronto llegaron varias camionetas, de ellas bajó corriendo y sudoroso el ex gobernador José Murat quien llevaba la parte que le correspondía en bolsas de supermercado, arrancando con ello risas discretas.
A Toledo, a través de la organización que también fundó junto con mujeres y hombres interesados en Oaxaca, el PROOAX, el pueblo de Oaxaca le debemos que el entonces gobernador –otra vez Diódoro Carrasco Altamirano-, no convirtiera en hotel y curioso pero cierto que no fuera un centro de convenciones el ex convento de Santo Domingo, ni en estacionamiento de siete pisos, cuatro subterráneos y tres hacia arriba, lo que hoy ocupa el Jardín Etnobotánico. Ni que tampoco se construyera en el patio del otrora edificio de caballería del ejército una pirámide tipo Louvre.
Y fue él, quien advirtió lo que entonces sucedía con el ex convento Santa Catarina, que por cierto debe ser devuelto al patrimonio cultural de México y dejar de estar en manos de una cadena hotelera. Tal vez ya se nos olvidó que se opuso a que una tienda de comida rápida se instalara en los portales del centro histórico y nos recordó, repartiendo tamales oaxaqueños, la riqueza de la gastronomía de esta entidad.
A Toledo, quien ahora sigue luchando denodadamente para que no se construya en el cerro del Fortín el capricho del sexenio y ha demostrado sus razones y las razones que debieran ser de todo el pueblo, también le debemos tener hoy el acervo bibliográfico del que podemos disfrutar en la Biblioteca Burgoa, porque fue él quien firmó un acuerdo con la UABJO para alcanzar ese objetivo y rescatar los libros de su antiguo alojamiento, allá en el edificio de 5 de Mayo donde hoy está la Escuela de Arquitectura.
Y hay más, este genio nacido en Juchitán, del que los gobiernos presumen cuando les conviene es un humanista, fue él quien logró la amnistía para los presos loxichas en penales estatales y ha hecho por muchos hombres  y mujeres que vivimos en Oaxaca de Juárez.
Ese es Francisco Toledo, Premio Nacional de las Artes 1998, quien con sus obras ha demostrado ser un verdadero amante de Oaxaca y a quien “magnates” llenos de soberbia, venidos a políticos y con dinero del pueblo vituperan e insultan con sus acciones. Una lastima que confirma que no hay dinero que alcance para ser inteligentes.
@jarquinedgar