Soledad JARQUÍN EDGAR
La frase “Pórtese bien” es una de las que se repite, en estos
tiempos, a las y los periodistas mexicanos, según dijo el reportero gráfico
Miguel Dimayuga, Premio Nacional de Periodismo 2014, (Proceso.com.mx
11/09/2014), luego de recibir su premio.
Sin embargo, ningún informador, hombre o mujer, que se precie de serlo puede
ser bien portado ante cualquiera que tenga el poder. Por el contrario, pienso,
quienes tiene que “portarse bien”, es decir, cumplir con el deber que les fue
encomendado son las y los funcionarios que se sienten aludidos o afectados por
la crítica periodística, como sucede en el México de los y las intocables.
Porque no importa si son mujeres o son hombres, lo que importa es que nadie los
moleste, aunque sean una pifias.
¿Qué sucede cuándo una o un funcionario no cumple, por
negligente o por falta de capacidad con la encomienda para la que fue llamado?
¿Qué pasa cuando no tienen ninguna posibilidad de identificar actos de corrupción
dentro de sus oficinas? Por un lado, los resultados siempre irán contra las y
los usuarios de un servicio y, por el otro, estaremos frente a un claro acto de
complicidad y corrupción. En ambos lo que hay es un grave retroceso, una
permanente violación a derechos humanos.
De acuerdo con organizaciones no gubernamentales que acompañan
casos de violencia contra mujeres eso es lo que está sucediendo en Oaxaca en
las áreas de procuración de justicia, nada raro en este país. Y pasa de forma
cotidiana y con mucha frecuencia cuando se trata de violencia contra las
mujeres.
Después de examinar varios de estos asuntos, Rosario Villalobos,
activista por los derechos de las mujeres desde hace unos treinta años, refiere
que hoy más que nunca son patéticas las omisiones y la corrupción que se puede
observar en “averiguaciones mal integradas”, filtración de información,
filtración real a tal grado que el presunto responsable de un delito tiene
tiempo suficiente de ir a su casa, hacer la maleta y perderse, y lo que ya
conocemos como sistemático, el maltrato a las usuarias.
Por haber sido funcionaria en el gobierno de Ulises Ruiz y claro
por su carácter, Villalobos Rueda es considerada como una mujer polémica, sin
embargo, desde hace tiempo a través de MUGER, una asociación civil que creó
hace algunos años, no ha quitado el dedo del renglón en casos específicos, lo
que le ha permitido seguir de cerca la actuación de las áreas de procuración e
impartición de justicia: como es la Subprocuraduría de Atención a Mujeres Víctimas
de Violencia por razón de Género (la Sub de Género) y el Centro de Justicia
para Mujeres. La primera instancia a cargo de Ileana Hernández Gómez y la
segunda de Jashibe Valencia. Así como la actuación de algunos jueces y juezas.
De igual
forma, a lo largo de los últimos meses el pronunciamiento de otras
organizaciones va en el mismo sentido que Villalobos Rueda, solo que otros
organismos prefieren guardar “un perfil bajo” y no hacen pública la
inconformidad. Pero como decía Lucha, mi abuela, cuando el río suena es que
agua lleva. En algunas ocasiones, frente al gobernador Gabino Cué,
representantes de organismos de la sociedad civil han cuestionado la actuación
de quienes están al frente de estas instituciones, como sucedió cuando se
plantearon los casos de feminicidio de dos jóvenes hace ya más de dos años.
Hasta ahora nadie tiene respuesta alguna. Lo que nos lleva a suponer que claro
que Gabino Cué sabe de lo que estamos hablando, a pesar de que frente a otras
instituciones de este tipo del país o ante organismos internacionales pasen la
supervisión aunque no rindan cuentas.
Pero todo
indica que no, que no es como oficiosamente dicen que es. Aunque ahora eso de
los “organismos internacionales” tendrá que comprobarse y bien, para que no
salgan “como la representante de la amiga de un amigo que trabaja con un
conocido en la ONU” y cosas por el estilo, como ya sucedió y que sin duda
pasará a la historia como “una pifia de la política local”.
Recién una
joven fue detenida por policías municipales de la ciudad de Oaxaca, luego
de que la muchacha llegara a casa de la mamá de su ex pareja en busca de su
hijo, el cual había sido sustraído desde junio pasado mientras se encontraba en
un centro comercial en la capital de Jalisco. La joven fue denunciada de protagonizar
“violencia familiar”. Los policías detuvieron a la pareja y la llevaron ante la
Sub de Género. Ambos estuvieron retenidos por 24 horas.
Por orden de
un MP, el niño fue llevado a un albergue…pero no al albergue del DIF, sino otro
sitio denominado “Fuente de vida”. Casualmente, revela Villalobos, este
organismo es “propiedad” o está bajo la responsabilidad de una amiga de la mama
de su ex pareja, quien sustrajo al pequeño de tres años desde la ciudad de
Guadalajara. ¿Y el albergue del DIF, a´pa? Pues quién sabe. Lo que si se supo
es que el papá del pequeño podía verlo cada que quería, no así la mamá, quien
por cierto enfrentó por orden de la jueza del Quinto de lo Familiar una serie
de periciales psicológicas dignas de una criminal, para ver si le devolvían a
su hijo, condición por la que no tuvo que pasar el papá que sustrajo al menor.
Sin dinero,
en tierra ajena y contra muchos posibles actos de corrupción, señala la
coordinadora de MUGER, la joven madre tuvo que aguantar y esperar que el autor
intelectual y material de todo, finalmente accediera a presentarse ante el
juzgado, lo que no hizo al menos en dos ocasiones. Cuando finalmente se le dio
la gana se presentó, el 3 de agosto pasado, y fue para demandar la guarda y
custodia del menor.
¿Qué pasó?
Nada, tras cuatro meses de no obtener ninguna certeza y ser juzgada como si
estuviera mal de sus facultades mentales o como si se tratara de una criminal y
no de una mamá que luchaba por recuperar a su hijo, la joven desapareció de
Oaxaca con todo y niño. Salió huyendo, sobre ella estaba la amenaza de su ex
pareja, a quien por cierto ya había denunciado en Jalisco por violencia
familiar y otras “curiosidades” de este joven sobreprotegido por su mamá, tanto
que suponen repartió dinero a diestra y siniestra.
No conforme
con todo lo que ha ocasionado, ahora circula en redes sociales dos fotografías,
una de la mamá y otra del niño, bajo la leyenda: “Están desaparecidos si sabes
de ellos favor de comunicarse a los teléfonos -----, cualquier información será
de mucha ayuda”. Ojo, esa no es ninguna alerta oficial y lo que pretende es
encontrar a la joven y a su hijo para continuar con esa historia patética de
machismo y misoginia que lamentablemente ni el MP de la Sub de Género ni la
jueza del Quinto de lo familiar pudieron detectar.
MUGER al
menos logró que le devolvieran al niño sustraído y ha dejado al descubierto
algo que resulta verdaderamente cuestionable, la irresponsable acción del
Estado que opera con albergues infantiles dijéramos “particulares”. ¿Quién responde
por la vida y la integridad de las y los niños en estos casos? ¿Acaso México no
tiene suficiente con las historias como las ocurridas en el caso Casitas del
Sur o La Casita, donde incluso llegaron a desaparecer niñas y niños, que
presuntamente habían sido albergados ahí?
MUGER también
ha enviado sendos oficios al Instituto Nacional de las Mujeres y al propio
Instituto de Jalisco, así como al CLADEM Jalisco para que tomen cartas en este
asunto, que la verdad da pie para pensar mucho en la flojera, el enfado y el
cansancio que ya se refleja en actos de posible corrupción entre el personal de
la Sub de Género y que no deben echarse en saco roto.
Pero ese no
es, lamentablemente, el único caso. Hay una serie de averiguaciones mal
fundadas o mal motivadas de violencia familiar, violación sexual, abuso
sexual…y todos los delitos que se pueden cometer contra las mujeres que los
jueces y juezas con la mano en la cintura desestiman, incluso por el simple
hecho de que las psicólogas del CEJUM se olvidan hasta de poner la bibliografía
de los textos que consultaron para la interpretación de sus dictámenes.
Tal es el
caso de un maestro de artes marciales de 53 años quien presuntamente violó a su
alumna de 16. Además el maestro, tiene como “pareja sentimental” a una estudiante
de 15 años. Por un lado la denuncia fue integrada a una averiguación previa ya
que no se habían percatado que dicha denuncia seria requisito de procedibilidad
de una carpeta de investigación, esto porque no se dieron cuenta en un inicio
del oso que iban a cometer, porque el caso debía ser juzgado mediante un
juicio adversarial. Hecho del que fue informado primero la defensa del
victimario y no de la víctima. Frente a esa circunstancia, la abogada Rosario
Villalobos Rueda se pregunta ¿Quién le dijo? ¿Cómo se enteran primero los
victimarios y no las víctimas? Mientras tanto, lo que sí es un hecho real es
que el mentado maestro de artes marciales ya anda a salto de mata.
La verdad es
que yo me pregunto ¿Cómo no se ha enterado de esto la propia Ileana Hernández y
el propio Fiscal Héctor Carrillo?
Hay otro caso
de violación donde casi le tienen que pedir disculpas al presunto responsable,
luego de que para variar el Ministerio Público de la Sub de Género integró mal
la averiguación (nada nuevo bajo el sol).
Sin duda,
esto desalienta la denuncia. Es sumamente difícil tener la fuerza, el carácter,
despojarse de todo para presentar una denuncia de esta magnitud, más aún cuando
se trata de niñas o adolescentes. Por un lado se hace creer a las víctimas y
sus familias que habrá justicia para ellas, sin embargo, no opera de esa forma.
Por el contrario se encuentran a funcionarias y funcionarios soberbios,
prepotentes y que se sabe a los cuatro vientos siguen pidiendo dinero para
investigar, como en los viejos tiempos. Es decir, nada cambia, pese a las
“acciones de capacitación” que dicen dar al personal que investiga en materia
de género.
Eso sin
contar que algunas psicólogas del CEJUM regañan y maltratan a las víctimas, las
están apurando en sus narraciones, les modifican sus testimonios y les
advierten que hay cosas que ni caso tiene que las digan o que no son
importantes, cuando desde la visión jurídica sí son importantes.
Eso si, en el
CEJUM se sigue creyendo que empoderar a las mujeres es pintarles la boca.
En suma,
mientras en la Sub de Género hay cansancio, reitero, todo se deja en manos de
un “segundo de abordo”, un señor que hace y deshace y para quien, de acuerdo
con las víctimas, la justicia tiene un costo. Este personaje que hace las veces
de MP también cuestiona a las mujeres y las regaña en lugar de hacer su trabajo
y dejar de comportarse como el mayor filtro de la Sub de Género. Por ahí sale
la información o por ahí se atoran las averiguaciones.
Al final nos
queda más claro el panorama y confirma lo que de manera reiterada han planteado
las organizaciones no gubernamentales, la justicia para las mujeres camina
lentamente, y también camina para atrás. Lo que pone a las mujeres en total
indefensión. Por un lado si son víctimas de violación como en el caso de las
menores de edad todo se cae por averiguaciones mal integradas, pero si pelean
la custodia de sus hijos y gritan más de la cuenta son detenidas por al menos
24 horas. Mientras sus hijos son puestos en manos de una asociación civil. Vaya
responsabilidad del Estado Mexicano.
Y todo
esto ocurre, mientras en Oaxaca ya arrancó sin mujeres a la vista, la que será
la contienda por la gubernatura en 2016. O sea, hagan lo que hagan, bailen,
canten o regalen mezcal, todo seguirá igual porque en Oaxaca lo que menos
importa son las mujeres.
@jarquinedgar