Mujeres
y Política
Ética
política
Soledad
JARQUÍN EDGAR
En
política, como en toda actividad humana, se hace necesaria la Ética. Hoy más
que nunca es preciso plantear la posibilidad de un cambio. Existen diversos
movimientos en el país que hablan del final de los partidos políticos y la
emergencia de una ciudadanía tomando las riendas. Difícil tarea si observamos
este cambio desde lo único que conocemos. Una opción es la que propone el
obispo Raúl Vera, refundar a México. Tarea en la que las mujeres no somos
ajenas, como nunca lo hemos sido. Somos más de la mitad de la población, jugamos
un papel sumamente trascendente para el cambio, para la transformación de
aquellos obstáculos que la costumbre establece como inamovibles, al final solo
favorecen a una minoría: el patriarcado. Necesitamos más satisfacciones y menos
dolor colectivo.
No
es para menos. El actual proceso electoral nos ofrece un panorama más claro y
contundente de cómo la podredumbre ha llegado a las barbas de los políticos de
siempre, no importa del partido que provengan, la raíz está podrida como
consecuencia de la ambición desmedida de mantener el poder a costa de lo que
sea y con quien sea. No importa si para ello, como sucedió desde hace décadas,
se hayan abierto las puertas al crimen, con resultados tan desastrosos y tan
inhumanos como los homicidios, los feminicidios, la desaparición de más de 23
mil personas, la esclavitud de personas con fines de explotación sexual o
laboral, la pobreza y la incapacidad cada vez mayor de encontrar oportunidades
reales y menos violencia y, lo peor, el poder político y económico en manos de
la delincuencia, por miedo o por convicción.
Y
si a eso le agregamos los conflictos sociales, vaya panorama tan desolador. Esta
enumeración, apenas corta, del panorama actual nos da una idea de los “no
resultados” que la política sin ética, inhumana y tocada por el crimen nos
ofrece en estos momentos, por eso se habla del fin del sistema político
mexicano.
Pero
como decía mi querida abuelita Lucha: mientras son peras o son manzanas tenemos
que hacer algo. Una de las cosas que se hace indispensable es denunciar, es no
permitir actos de corrupción, es tomar la ciudadanía y asumirla y claro se
espera que los gobiernos actúen en consecuencia, lo cual es un problema real.
Eso
parece que están haciendo un importante número de mujeres en Oaxaca, cuando se
inconforman ante ese “destino” impuesto que les impide tomar parte en los
procesos electorales de sus comunidades, aún cuando sobre sus vidas, los
caciques hayan puesto un precio, como sucede desde hace más de un año con las
mujeres de Guevea de Humboldt y a ellas solo las protege “Diosito” porque de
las autoridades ni sus luces; las mujeres de Santiago Comatlán, a quienes les
negaron su derecho a participar en la asamblea comunitaria, igual que sucedió
con las mujeres de San Bartolo Coyotepec y otras que han sido excluidas una y
otra vez, tantas veces que en el proceso electoral 2013 hubo 111 municipios en
los que las mujeres no participaron por los sistemas normativos internos.
A
pesar de la reforma electoral, que plantea la paridad, los partidos políticos
hacen hasta lo indecible para evitar que las mujeres participen como candidatas
a diputadas federales en la elección de 2015 o bien hacen también lo
inverosímil para no perder los espacios del poder, recibir una compensación por
ello, disponer de vidas y haciendas a través del tráfico de influencia...O sea,
queda claro, la exclusión de las mujeres, la violación de sus derechos
políticos, no es un asunto exclusivo de los sistemas normativos internos, es el
patriarcado, la vieja misoginia la que se opone a la participación de las
mujeres en los procesos electorales del siglo XXI y 2015 no es la excepción.
"...la exclusión de las mujeres, la violación de sus derechos políticos, no es un asunto exclusivo de los sistemas normativos internos, es el patriarcado..."
Pero,
ojo, hay más. Nos queda bien claro que el crimen está metido hasta la médula en
la contienda electoral, es decir, el narcotráfico, los grupos delincuenciales
de la A a la Z toman decisiones sobre quién o quiénes deben ser los candidatos
y, peor aún, bajo qué condiciones deberán ser electos esos candidatos.
Así
que el panorama está completo y complejo. Por un lado, las mujeres como lo
hicieron desde principios del siglo XIX siguen luchando por sus derechos
políticos, otras incursionan en los partidos políticos condenadas a ver pasar a
esposas, madres, hijas, hermanas, sobrinas de los caciques del poder partidista
antes que a la militancia y, finalmente, lo que no se puede evitar, es parte de
la educación recibida, están esa especie de reinas del sur en política.
Son
varios y varias las candidatas que han recibido las no gratas visitas de
personajes portando “armas de alto poder” para ofrecer protección en las giras
de trabajo en busca de una candidatura, algunos están acostumbrados a tratar
con la delincuencia, hacen pactos y proyectos, otros retroceden y sacan fuerzas
de su dignidad e incluso de su propio miedo. Lo cierto es que de aquí a la
jornada comicial hay mucho que ver. Es entonces cuando entra en el juego la
ética política. La toma de decisiones de continuar o no en un escenario sin más
alternativa que la violencia, más aún cuando en Oaxaca, como hemos visto, lo
que hay es ausencia de gobierno y de gobernantes. El caos total.
Sin
embargo, hoy el PAN es uno de los partidos más corruptos. Desde los “moches”
hasta el enriquecimiento, la participación de connotados diputados y senadores
en no siempre lícitos negocios, ahí está el cacinero de Felipe Calderón, cuya
historia narrada por la periodista Sanjuana Martínez en las Amantes del Poder,
hace ver una realidad llena de lodo y pudrición en grado extremo.
Los
rumores sobre la incrustación del narcotráfico en sus filas es un grito grande
y fuerte desde hace meses. La violencia se apoderó del blaquiazul, se habla de
porros y de gente armada en asambleas y reuniones de trabajo. En más de una
ocasión se ha planteado que algunos de sus militantes, en el poder, en los
gobiernos municipales, pertenecen o tienen nexos con el crimen organizado, los
Abarca en Iguala, Guerrero, y algunos otros alcaldes en Veracruz, son ejemplos
extendido en el país y Oaxaca no es la excepción.
El
cacicazgo de los Díaz en Ejutla de Crespo, nos lleva a recordar el caso de
Natividad Díaz Jiménez, de quien es conocido el hecho de que su familia tiene
nexos con el narcotráfico. Recién la prensa dio a conocer el hecho en el que
resultaron heridas al menos tres personas y en los que habrían estado
involucradas Leonardo Díaz Cruz y Felipe Díaz Altamirano, papá y primo de la
diputada local, además de otro diputado de nombre Javier
César Barroso Sánchez, además del titular de la Secretaría de Vialidad y
Transporte, Carlos Moreno Alcántara.
Moreno
Alcántara, titular de Sevitra tiene una enorme cola que le pisen y quiere el
poder a costa de lo que sea. So pretexto de la paridad pretende imponer a su
esposa Mirna López, como suplente de Isabel López, quien aspira a una de las
candidaturas plurinominales. Ya lo decían las expertas, el fenómeno de la
familia en femenino aparecerá de pronto para “cubrir” la paridad, pero sobre
todo para no perder el poder, que es misógino y patriarcal.
El
nexo Moreno Alcántara y la familia Díaz se establece en el supuesto
ofrecimiento que el funcionario hizo de concesiones con tal de que apoyen a la
candidatura de María Isabel López y de Mirna López, de ahí la reunión que
terminó en un enfrentamiento en un antro de Ejutla. La omisión por parte del
gobierno de Gabino Cué es terrible porque hasta el momento nadie es
investigado. Estas son las componendas entre el poder del narco y el poder
político desde el podrido árbol de Acción Nacional.
Incluso,
es conocido el hecho de que el aspirante en el proceso electoral anterior,
Leninguer Raymundo Carballido Morales, por la alcaldía de San Agustín Amatengo,
y que ganó tras hacerse el muerto para evadir a la justicia tras una denuncia
de violación tumultuaria, es uno de los operadores de los Díaz, la familia de
la diputada Natividad Díaz.
La
pregunta es ¿por qué si es del dominio público, por qué si la gente de la
región lo sabe, por qué las autoridades no hacen lo que deben hacer?
Las
elecciones 2015, en Oaxaca concretamente están pasadas por el pantanoso lodo de
la corrupción, terreno que deberán pisar algunas mujeres que aspiran a ocupar
cargos de elección popular desde una aspiración legítima, aunque también las
hay quienes saben de qué está hecho ese terreno, que saben que con estas
actitudes responden más que a la paridad y a la lucha histórica de las mujeres
por sus derechos políticos, lo que hacen es responder al patriarcado.
@jarquinedgar