Mujeres y
Política
Vidas
ejemplares
En sororidad con Bárbara García
Chávez
Soledad
JARQUÍN EDGAR
Antes de
concluir la primera mitad del siglo XX, me queda claro, nacieron hombres y
mujeres que desde muy diversos ámbitos realizaron las más grandes transformaciones
que la población mexicana ha experimentado. Muchas de esas personas son
nuestros padres y madres, los abuelos y abuelas de muchos de los jóvenes que ya
dirigen desde muy distintos ámbitos al país.
Un ejercicio
fundamental de mi generación será, sin duda, saber qué hicieron, qué lograron,
cómo lo consiguieron considerando que muchos y muchas nacieron en un país
sacudido por la Revolución Mexicana, en medio de la pobreza; un país de pocas
oportunidades, muchas menos de las que hoy tenemos, un país en construcción, en
el que ellos y ellas pusieron desde un granito de arena hasta un invento,
contribuyeron con sus ideas a mejorar la democracia, la economía, vivieron,
como dice Enrique Krauze en un país gobernado por un solo hombre, cuya voluntad
se cumplía y todavía muchos de ellos y ellas alcanzaron a mirar esas transformaciones.
Somos, al final de cuentas, producto de lo que hicieron bien.
A esa
generación pertenecen escritores como Octavio Paz, Rosario Castellanos y Elena
Garro; es la misma de Luis Miramontes
inventor de la píldora anticonceptiva; la de Guillermo González Camarena y su
televisión en colores; de don Heberto Castillo, que además de político de
izquierda era un gran inventor como ingeniero; las magníficas pintoras Frida
Kahlo y Carmen Mondragón; por supuesto todas las feministas que nos legaron con
su lucha, sus desvelos y empecinamiento los derechos de los que hoy gozamos las
mujeres…
A esa
generación pertenecen también nuestros padres y madres que se perdieron en los
pueblo lejanos del país para enseñar a leer y escribir; para atender las
dolencias y enfermedades tan difíciles como el paludismo y las infecciones
gastrointestinales más que con herramientas propias de su quehacer con vocación
de servicio. Otros fueron ingenieros o peones que abrieron a brazo partido
caminos, construyeron los cimientos y los edificios de las instituciones…Muchos
de ellas y ellos hoy están en el anonimato, cuando mucho una calle, la
biblioteca o una clínica lleva su nombre o tal vez alguien los recuerda, pero
nada más.
Es la misma
generación a la que perteneció el doctor Miguel Ángel García Domínguez, quien
entre otras cosas fue Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación;
antes presidente del Tribunal Superior de Justicia en su estado natal Guanajuato;
más tarde, diputado federal por el Partido de la Revolución Democrática.
Fue él,
García Domínguez, el designado por el presidente para resolver el caso del
asesinato del periodista Manuel Buendía y que terminó por llevar a la cárcel a
José Zorrilla, Director Federal de Seguridad, como autor intelectual, y Juan
Rafael Moro, como el asesino material. El asesinato ocurrido el 30 de mayo de
1984, del autor de Red Privada, la columna política más importante de aquel
momento, fue calificado por otro columnista importante, entrañable y necesario,
Miguel Ángel Granados Chapa, como el primer homicidio de la narcopolítica
registrado en México en 1985.
Retirado de
la actividad pública y política, don Miguel Ángel García Domínguez, quien
falleció este viernes 27 de junio, dejó inédito un libro sobre este trabajo
como fiscal para esclarecer el caso Buendía. Un libro cuyo manuscrito tuve la
oportunidad de ver, hojear y leer aunque sea brevemente cuando lo entrevisté en
su casa de San Miguel de Allende, Guanajuato, en enero de 2013 para el
canalgentelibre.mx. Tal vez pronto podamos leer ese libro. Será fundamental
conocer lo que dice, porque Manuel Buendía –quien también es parte de esa
generación de la primera mitad del siglo XX- será siempre una herida entre quienes
creemos en la necesaria libertad de expresión y entre quienes rechazamos las
agresiones contra periodistas y medios, como la ocurrida a Contralínea esta
semana.
Recuerdo a
Don Miguel Ángel García Domínguez para honrar su memoria y abrazar a su familia
ante la pérdida, en especial a Bárbara García Chávez, delegada en Oaxaca de
PRODECON. Pero cuando me cuentan que también fue nombrado fiscal especial para
resolver el caso de la masacre de campesinos en Aguas Blancas, Guerrero, y que
dejó el trabajo apenas 24 horas después porque el presidente Ernesto Zedillo,
no le garantizaba trabajar hasta llegar a las últimas consecuencias, pienso que
sin duda la pérdida es generalizada para el país, porque son esos hombres y
mujeres íntegros, cabales, llenos de principios, con ideales, los que extraña
México en estos momentos de definiciones y crisis. Ni duda cabe, nos harán
falta más y más, cada vez que ellas y ellos, quienes nacieron en la primera mitad
del siglo XX se vayan de nuestro mundo. Será importante conocer qué hicieron,
esa es la tarea de sus descendientes.
Democracia no perfecta
Como parte de
las conferencia que cada mes realiza el Instituto de Investigaciones
Sociológica de la UABJO, Enrique Krauze habló del tema Por una democracia sin
Adjetivos, en el marco del treinta aniversario de la primera edición de “un
ensayo político que se volvió libro”, como señaló este viernes en la Biblioteca
Burgoa, Carlos Manuel Tello, escritor e investigador, al momento de presentar
al invitado.
El
historiador mexicano, director de la revista Letras Libres y de la Editorial
Clío, fue claro al sostener que la democracia no está acabada y no significa
simpatizar con el presidente en turno, porque la democracia es disentir,
criticar, cuestionar…Sin embargo, advirtió que la democracia mexicana es mejor
al presidencialismo que existía hasta hace unos años, ese sistema autoritario
donde un solo hombre decidía todo, incluso endeudarnos por nueve mil millones
de pesos como lo hizo en su momento José López Portillo.
Hoy eso ya no
es posible, porque el Banco de México es un organismo autónomo, las cámaras no
lo permitirían, como tampoco la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los
medios de comunicación o la ciudadanía a través de las redes sociales. Sin
embargo, reconoció que nuestro país tiene problemas de desigualdad y una
gravísima violencia, pero políticamente estamos mejor que antes, reiteró, al
recordar a los generales que rociaban balas a los electores cuando suponían
estaban votando por otro partido distinto al PRI.
Por tanto,
añadió, estamos aprendiendo de la democracia, condición política por la que
apenas empezamos a caminar en 1997 cuando el PRD llevó al gobierno del Distrito
Federal a Cuauhtémoc Cárdenas y el PRI pierde la mayoría en la Cámara. Krauze
también fue enfático al señalar que lo único que falta en esta democracia es virar
hacia la izquierda, y deseó que en México haya una izquierda como la de Lula,
Bachelet o Mujica, como ha sucedió en Brasil, Chile y Uruguay, respectivamente.
No queremos caudillismos, porque el culto a la personas no es democracia.
Lamentó que
en México en algunos estados del país, donde se refugió el antiguo sistema
político mexicano, los periodistas no puedan abrir la boca porque los asesinan
o el crimen organizado o los presidentes municipales o gobernadores coludidos y
su trabajo es heroico. Pero, apuntó, eso se resuelve con un Estado de Derecho,
con leyes. México necesita una gigantesca reforma judicial, donde no haya
impunidad.
La democracia
no es la justicia, no es la justicia no es la igualdad. Es un método que la
sociedad se da para poder llegar, tener leyes, que hagan que el país crezca y
sea menos desigual. Es un sistema engorroso, lento, frustrante, pero es mejor
que la dictadura, pero en las dictaduras se asesina.
Otra vez…
En las cosas de la
casa siempre hay platos rotos. No pasa una semana sin que deje de suceder algo
en Oaxaca que nos lleve a pensar en la misoginia institucional que violenta los
derechos de las mujeres. Recordaran el caso de María Elena López Bretón quien
perdió un embarazo de 10 semanas de gestación como resultado del hostigamiento
de sus jefes en 2011 en la Jefatura de Gobierno, actos en los que también
resultaron involucrados médicos del IMSS
por dar información confidencial, pues otra vez ha sido avisada de que a
partir del próximo día 30 será dada de baja porque su plaza ha sido suprimida,
como se le informó en un oficio firmado por el jefe de la Unidad
Administrativa, Carlos Alberto López Ramos.
Pasó el tiempo y
cumplieron su amenaza, la corrieron, para ello procuraron fundamentar
“perfectamente” el despido, del que se le informó apenas este 20 de junio. Un
mecanismo realmente lamentable del gobierno estatal, despedir a quienes les
resultan un estorbo y una venganza que cocinaron a fuego lento. Ya veremos el
final.
@jarquinedgar