A LA OPINION PÚBLICA ESTATAL Y
NACIONAL.
A LAS ORGANIZACIONES DEMOCRATICAS
Y REVOLUCIONARIAS.
A LA OTRA CAMPAÑA.
A LAS COMUNIDADES MILITANTES DEL
EZLN.
Belem, le platicó a su mamá, que ella se había
salido de su domicilio por propia voluntad. Fue a Santiago Juxtlahuaca, con el
pretexto de tramitar su seguro popular -actividad que no realizó- jamás ella se
presentó ante tal dependencia. Belem, quería tomar su propio camino, aunque
solo ella sabía el motivo que le hacía decidir ese rumbo, era algo que la
atormentaba y la tenía con la idea de huir donde nadie la conociera, tenía
mucho miedo del rechazo de todos. Enfrentando diferentes problemas, sin saber
exactamente a dónde acudir o con quien apoyarse, tomó la decisión de buscar su
propio destino, con lágrimas escurriendo en su rostro dejó atrás las montañas
que la vieron nacer. Una vez, llegando a Juxtlahuaca, se trasladó a Huajuapan
de León, tenía poco dinero, la necesidad
del alimento la obligó a buscar trabajo, -por buena suerte- entró a laborar en
una tienda donde venden mochilas y luego en una casa de ayudante en los
quehaceres del hogar. Por su embarazo, andaba asustada, se sentía desprotegida,
aún así, siempre sacó fuerzas para seguir adelante.
Tiempo después, refiere ella, que
una persona le comentó conocer a la asociación civil que ayuda a las mujeres
embarazadas, para solicitar ayuda, se trasladó a la ciudad de Oaxaca, en donde le abrieron
las puertas de una casa hogar que esta ubicada en la calle que se encuentra cerca
de la iglesia de la soledad, centro, Oaxaca. Tiempo después, ella resolvió
viajar más lejos para ocultarse, deseaba evitar, regaños, maltratos, burlas, sabía
que llevaba en sus entrañas un nuevo ser al que había que cuidar, dar abrigo y
como madre sabía que tenía la obligación de hacerlo. Siempre tuvo la fuerza
suficiente para decidir que su hija viera la luz de este mundo, ninguno tiene
el derecho de privar la vida de nadie, mucho menos la de un inocente, pensaba,
para sí misma. Enfrentando muchos problemas y dificultades abordó aquel
vehículo que la llevó al Distrito Federal y luego, en aquella calle de “Circuito
Educadores No. 63, Ciudad Satélite, Naucalpam, Estado de México. Ahí está la VIFAC, asociación civil, la
cual se dedica apoyar a mujeres embarazadas.
Nosotros como familiares, dimos
parte a las autoridades de justicia desde el 12 de diciembre del 2013, la
desaparición de Belem y sabiendo que está con vida, damos gracias a todos
y todas quienes brindaron la solidaridad a nuestra hermana, incluyendo aquellos
hombres y mujeres de la sociedad civil y a los trabajadores quienes laboran en
instituciones de justicia que a pesar de las carencias en su trabajo, tomaron
con absoluta seriedad este caso. Por desgracia en este país existen millones de
mujeres que luchan por sobrevivir y por enfrentar con sus propias manos, la
vida miserable en que nos sumerge el mal gobierno por tanta corrupción,
avaricia y robo de las arcas nacionales. En Oaxaca, han dado a luz, y han
muerto, fuera de las clínicas, madres de familia que ponen al descubierto la
verdadera careta del sistema de gobierno que padecemos, la falta de interés de
resolver los problemas fundamentales de la población, solo les complace abrir
las puertas de la patria, al extranjero, para que como judas traicionen los
principios más elementales del ser humano, el poder del dinero es el que guía
su actuar perverso desde el mal gobierno.
Falta que aparezcan Daniela y
Virginia, estamos convencidos que ellas fueron desaparecidas por sus ideas, por
la militancia de convicción en el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui, su
actuar de defensa de los derechos de los pueblos indígenas originó su
persecución y desaparición hasta la fecha. No cesaremos en su búsqueda hasta
encontrarlas: ¡SI NO ESTAN ELLAS, NO ESTAMOS TODAS!
RESPETUOSAMENTE
FAMILIARES DE DANIELA Y VIRGINA
22 de abril de 2014.