Mujeres y Política
Patriarcado institucional
Soledad JARQUÍN EDGAR
Como categoría de análisis,
las estudiosas del feminismo han dado definiciones claras al concepto del
Patriarcado. Y me refiero a las definiciones que han hecho sobre el tema
Victoria Sau, Gerda Lerner, Silvia Galby, Celia Amorós, todas españolas, y la
mexicana Marcela Lagarde.
Es contundente saber
que el patriarcado “es la toma de poder histórica por parte de los hombres
sobre las mujeres…”, señala Sau; “la manifestación e institucionalización del
dominio masculino sobre mujeres y niños en la familia y la extensión del
dominio masculino sobre las mujeres a la sociedad en general”, dice Lender; “un sistema de estructuras sociales interrelacionadas a
través de las cuales los hombres explotan a las mujeres”, dice Walby.
Marcela Lagarde sostiene que es uno
de los espacios históricos del poder masculino…y se conforma por varios ejes de
relaciones sociales y contenidos culturales. Y, finalmente, Celia Amorós
sostiene que “podría considerarse el patriarcado como una especie de pacto
interclasista, metaestable, por el cual se constituye en patrimonio del
genérico de los varones en cuanto se auto-instituyen como sujetos del contrato
social ante las mujeres –que son en principio las pactadas”.
Estas definiciones breves que no
suficientes por el espacio periodístico, tienen en Oaxaca ejemplos clarísimo y
exactos en las noticias que todos los días leemos en la prensa local y que nos
hablan de lo mucho que hay que hacer para terminar con la vieja y anquilosada
estructura que no hace sino perpetuar la desigualdad y con ello la violencia
contra las mujeres, precisamente en la tierra donde el gobernador Gabino Cué,
en su versión de gobierno mediático, ha propuesto al declarar este 2013 como el
año de la no violencia hacia las mujeres.
El 2 de octubre pasado una mujer tuvo
un parto en la patio de la clínica de salud de San Felipe Jalapa de Díaz,
porque la señora no pudo ser valorada por un médico, ya que eran apenas las
7:30 de la mañana y el médico iniciaría sus labores a las 8:00 horas. Es decir,
a la señora con dolores de parto, la examinó una enfermera quien le dijo que
permaneciera en el lugar hasta que llegara el doctor.
No hubo tiempo para la espera, la
mujer dio a luz en el jardín de la clínica, donde otra persona tomó la
fotografía del hecho que se conoció a través de las redes sociales en cosa de
unos minutos generando indignación.
De acuerdo con el secretario de
Salud, Germán Tenorio, no hubo tiempo para atender a la mujer que parió en el
patio y que debido a los dolores no pudo regresar para ser ingresada y aunque
señala que el “alumbramiento” se concluyó en la sala de expulsión, las
fotografías muestran al bebé tirado sobre el pasto.
¿Acaso no la acaban de “valorar”?
¿Entonces qué fue lo que pasó? Como sea, dice el secretario de Salud, en su
comparecencia ante los diputados Marlene Aldeco, Flavio Sosa y Pavel López, “se hospitalizó al binomio madre e hijo con evolución normal de la puérpera
con sangrado en disminución sin complicaciones, el producto presentó evolución
satisfactoria tolerando la lactancia materna. A
las 19:15 horas del 2 de octubre, se dio de alta al binomio”.
La referencia de “binomio” aunque fuera un término
que se emplea en el sistema de salud nos deja claro que las personas en las instituciones
de salud se convierten en objetos, lo que no es cosa menor y tiene una enorme
importancia y trascendencia en los resultados que hoy tenemos en la salud de
las y los oaxaqueños.
El pasado 31 de octubre, El Imparcial consigna como
nota principal la resolución que sobre este deshumano y lamentable caso ocurrió
en San Francisco Jalapa de Díaz, por parte de ese organismo gris, perezoso y
burocrático denominado Comisión Estatal de Arbitraje Médico de Oaxaca (CEAMO)
que afirma tajante que “No hubo negligencia en el caso de Jalapa”.
De acuerdo con la nota periodística de la reportera
Mabeth Bolaños Aquino, el presidente de CEAMO, Mario Bustamante, sostiene “que
no existe negligencia médica, ya que el turno del doctor empezaba a las 8:00
horas. Quizá a la enfermera le faltó mayor preparación, mayor sensibilidad,
mayor insistencia en que la paciente permaneciera dentro de las instalaciones”.
Aquí es donde entran los pactos patriarcales, los
acuerdos entre los señores del poder, entre los médicos del CEAMO y quien está
al frente de los Servicios de Salud de Oaxaca. Quizá para tener más
tranquilidad, las mujeres a punto de parir, tengan la necesidad de avisar a sus
hijos por nacer que por favor lo hagan dentro del horario de trabajo del
personal médico que es de 8:00 a 15:00 horas turno matutino, porque de lo
contrario se arriesgan a no ser valoradas de manera adecuada y a nacer en el
patio de una clínica, en una rampa o mientras se camina de una puerta a otra en
el hospital.
Otra muestra de los pactos patriarcales es la forma
en que se gastan los recursos públicos para justificar lo injustificable. ¿Sabe
usted cuánto cuesta una nota periodística de 10 minutos, transmitidos en un
noticiario estrella de Televisa, es decir, en horario estelar? Porque fueron
muchos miles de pesos los que seguramente pagó Germán Tenorio para explicar la
situación del sistema de salud de Oaxaca en el programa Primero Noticias de
Carlos Loret de Mola.
Su retahíla de quejas habla de la malas
condiciones, del desvío de recursos y todo lo malo que encontró en 2010, pero
no dice qué es lo que ha hecho. Se queja de presunta corrupción en la
edificación del hospital de la mujer, que por su cuenta decidió no concluir, y
que hasta el momento sigue pendiente, esto a pesar de que fue una petición
hecha en la tribuna legislativa por la entonces diputada del PAN, Perla
Woolrich, hoy contralora del Estado y quien se une al patriarcado para
“desviar” la atención de los hechos y justificar lo injustificable: el caso de
Jalapa de Díaz, que según CEAMO no fue negligencia médica sino una cuestión de
horario laboral.
A casi tres años, la contralora del Estado sale,
como decía mi abuelita Lucha, con su domingo siete y señala que el ex
secretario de Salud no está exonerado. Vaya, eso se llama justicia pronta y
expedita. Por mucho tiempo la señora ha guardado sepulcral silencio de ahí que
en tiempos de muertos, muy a tono, salga con su valiente declaración y como si
viniera de ultratumba su voz resuena en los tiempos de la revoltura mediática.
Es parte del pacto patriarcal hacer como si nada
pasara, como nada pasa con algunos funcionarios del actual gobierno que siguen
en la queja, como si les doliera algo, como enfermos, imposibilitados para
hacer acciones positivas y no sólo declaraciones a los medios, quejándose a
tres años de distancia de las mismas cosas de las que se lamentaban cuando
llegaron con la promesa de cambiar a Oaxaca.
Pero eso no es todo, tan fuerte es el pacto
patriarcal que al gobernador del Estado nada le preocupan ni le ocupan las 50
mil 500 firmas que entregó la red global Avaaz al gobernador de Oaxaca
solicitando la renuncia del secretario de Salud, Germán Tenorio. Es decir, los
pactos patriarcales también sirven para cubrir la corrupción y la falta de
ética, porque a la mujer que tuvo a su hijo en el jardín de la clínica no sólo
no la atendieron correctamente (por cuestiones de horario, según CEAMO) sino
que además le colocaron el dispositivo intrauterino sin pedirle su
consentimiento (esto sí, parece ser dentro del horario de servicio).
Pero no es el único caso. El patriarcado es un
fenómeno social vivo. Le invito a leer la nota periodística de Carlos Alberto
Hernández, también reportero del Mejor diario de Oaxaca, sobre las
declaraciones hechas por el presidente electo de San Bartolo Coyotepec,
Marciano Simón.
El pretexto para echar a las mujeres del gobierno
municipal es tan cínico y misógino que solo él y los topiles que votaron por
esa decisión pueden creerlo. El munícipe electo sostiene que las mujeres
“siempre han desempeñado cargos menos riesgoso o en la casa como damas y como
esposa de ciudadano”. Ni más ni menos que para Marciano Simón lo “normal” es
que las mujeres estén en su casa, sin palabra, sin voz, sin derechos, y que al
salir del espacio privado simple y sencillamente trasgreden la costumbre, lo
cual en pleno siglo XXI no puede suceder en opinión de Simón.
Sus in-justificaciones son reales, no son una broma
y nos hablan de los muchos atrasos que hoy vivimos a causa del machismo: “Qué
le vamos a decir al marido cuando le digamos que la dama se lastimó por atrapar
a un ladrón o por ir al cerro a sofocar un incendio? Mejor que se quede ahí (en
su casa)”.
Luego las cuestiona y le pide a las mujeres que
piensen si están haciendo un bien o un mal a su comunidad. Las declaraciones de
Marciano Simón son sin duda una vergüenza para la humanidad. ¿De dónde sacó
este señor que las mujeres no pueden desempeñar un cargo público? Bueno, la
historia tiene más de 60 años, si consideramos, como consigna Carlos Hernández,
que en San Bartolo Coyotepec las mujeres no tienen acceso a los cargos de gobierno desde 1950,
exceptuando el trienio que terminará en diciembre próximo donde hicieron “el
experimento” dejando que tres ciudadanas ocuparan igual número de regidurías.
Gloria Zafra directora de Sistemas Normativos
Internos del IEEPCO indicó que ya toman cartas en este caso y esta semana por
tanto el actual presidente municipal Horacio Sosa será llamado a rendir cuentas
sobre esa problemática.
Lo que sucede en San Bartolo Coyotepec lo que se
nota es una clara violación a los derechos humanos de las ciudadanas
consagrados en el Artículo 1 de la Constitución Mexicana. Esa razón es la que
obliga a las autoridades a intervenir, incluso de competencia federal,
considerando que ya han sido amenazadas algunas de
las mujeres que protestaron por la actitud misógina de los topiles y el
presidente municipal electo.
Abigail Vasconcelos, por ejemplo, indicó que algunas
mujeres le advirtieron que se corre el rumor de que habrá una asamblea
comunitaria para expulsarla de la comunidad y quitarle su casa y una llamada
telefónica en la que le dijeron “que la van a reventar…”.
Si ante estas circunstancias el IMO y otras
instancias sigue guardando silencio, serán cómplices de la exclusión a las
mujeres, violentarán sus derechos humanos. Silencio que no es circunstancial,
tiene mar de fondo, la relación Sosa-organizaciones civiles que pusieron ahí a
la titular del IMO en 2010, bajo el supuesto de la pluralidad y la democracia,
en sacrificio claro está de la eficacia y la eficiencia gubernamental y por
ende de la población oaxaqueña.
@jarquinedgar